¡Cómo alcanzar la sabiduría!
¡Creyendo!
Por Riqui Ricón*
El temor de Jehová es el principio de la sabiduría, Y el conocimiento del
Santísimo es la inteligencia. Porque por mí se aumentarán tus días, Y años de
vida se te añadirán (Pro 9.10-11).
La mejor manera que he
encontrado para definir el temor de Jehová o temor de Dios es como el Amor
reverente que profesa un hijo hacia su padre con el cual tiene una muy buena
relación de amigos con respeto y admiración. Así que, el temor de Dios no es
miedo a Dios sino el
conocimiento del Santísimo. Esto es, tener una
relación íntima con Él, pues sólo así se puede tener el conocimiento de Su
Santidad.
Este tipo de temor, este tipo
de relación, es el principio de la sabiduría y contiene una preciosa promesa: Porque por mí se aumentarán
tus días, Y años de vida se te añadirán.
Esta sabiduría y temor de Dios
sólo se pueden obtener mediante una relación estrecha y constante con tu Padre
celestial mediante la oración, la adoración y la lectura y meditación de Su
Palabra. Y aunque todo esto requiere dedicación y constancia NO son el producto
de una obligación adquirida sino de una relación cultivada.
Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré
descansar (Mat 11.28).
Toda
relación con Dios, sea para adquirir sabiduría o para alcanzar misericordia, se
basa en el Amor que Él siente por ti y no en el cumplimiento de deberes o
tareas asignadas. De hecho, Jesús está más que dispuesto a ayudarte con tus cargas
y trabajos.
Porque de tal manera amó Dios
al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree,
no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo
al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn
3.16-17).
Dios te ama tanto que prefirió
entregar a Su propio Hijo, para pagar todos tus pecados, antes que perderte a
ti. Jesús vino a salvarte, ¡nunca a condenarte!
MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre
celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso
es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a
Dios, no comprende por qué lo somos (1 Jua 3.1 BAD).
El único interés que Dios
tiene en tu persona es el de relacionarse contigo de una forma tan personal que
aprendas a mirarlo como a tu verdadero Padre.
Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en
temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos:
¡Abba, Padre! (Rom 8.15).
Entonces,
el temor de Dios es el principio de la sabiduría, y esto significa: tener una
relación de íntima confianza, respeto y admiración con tu Padre celestial.
Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía (Sal 84.12).
Es
este temor de Dios, esta confianza, lo que te garantiza una vida dichosa. Es
este principio de sabiduría, y no el dinero, ni el éxito, lo único que te puede
dar el gozo y la dicha de vivir la vida que te toco vivir.
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al
Padre, sino por mí (Jua 14.6).
La
buena noticia del día de hoy es que el Camino de la sabiduría está abierto y es
un Camino de Vida y Verdad.
Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por
la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo
que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran
sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón
sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y
lavados los cuerpos con agua pura (He 10.19-22).
Así es, mi
amado(a), por el sacrificio de Amor de Cristo Jesús, tú tienes todo el derecho
y la libertad para entrar al lugar de Su Presencia. Puedes acercarte a Dios, tu
Padre, con plena certeza de fe que Él no te va a rechazar. Si no te rechazó antes,
mucho menos lo hará ahora que eres Su Hijo(a) legítimo(a).
Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran
amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en
pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares
celestiales con Cristo Jesús (Efe 2.4-6).
El
temor de Dios es ese amor, gratitud, reverencia y admiración que tú sientes por
Aquel que te ha amado tanto. Es parte de tu Nueva Naturaleza y te impulsa a
orar y leer la Biblia como la base, el fundamento, de tu relación con Él. ¡Este
ES el principio de la Sabiduría!
Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de
noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él
está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien (Jos 1.8).
Así
que, sea cual sea el problema, la enfermedad o la situación que estés
enfrentando el día de hoy, hazlo con sabiduría. No dejes de orar y platicar con
tu Padre celestial. Pon la Palabra de Dios en tu mente, boca y corazón. Y
prepárate a salir más que vencedor(a) en todas los cosas, pues se aumentarán tus días, Y
años de vida se te añadirán.
¡Harás
prosperar tu camino y todo te saldrá bien!
Oremos
en voz audible:
Amado
Padre celestial, que hermoso es saberme tan amado(a) por Ti. ¡Gracias por tanto
y tan grande Amor! En verdad te estoy muy agradecido(a). Gracias porque el
principio de la sabiduría es este Amor que nos relaciona a Ti y a mí. Gracias
por hacerme Tu Hijo(a). Gracias porque a pesar de mis circunstancias Tú me
aumentas mis días y me añades años de vida. Señor Jesús, por Tu sacrificio de
Amor, por tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota, ahora yo he pasado
de muerte a vida y ¡Tú me has trasladado de las tinieblas a Tu Luz admirable!
¡Puedo vivir la Vida que compraste para mí! Así que, en todo problema,
enfermedad o aflicción, yo, ____________ (tu nombre aquí), soy más que
vencedor(a), pues TODO lo puedo en Cristo que me fortalece y aunque ande en
valle de sombra y de muerte NO VOY A TEMER mal alguno porque Tú, Jesús, estás
conmigo. Tu vara y tu cayado me infundirán
aliento. Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges
mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán
todos los días de mi vida, Y en Tu casa, oh Señor, moraré por largos días. ¡Soy
sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! ¡Soy un(a) Hijo(a) de
Dios Nacido(a) de Nuevo! En el nombre de Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo
establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en
voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a
Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el
Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis
pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí
acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa
derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a
entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi
único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
Tres Recomendaciones:
Lo que acabas de suceder al reconocer a Jesucristo como el Señor y
Salvador de tu vida, de acuerdo con La Palabra de Dios, es que has Nacido de
Nuevo, ya no más como un ser humano común y corriente, sujeto a la ley del
pecado y de la muerte, sino que ahora eres un(a) legítimo(a) y auténtico(a)
Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, exactamente igual a Jesucristo, quien ahora
es tu Hermano Mayor. Por lo tanto, te hago estas tres importantísimas
recomendaciones:
1.
Orar. Orar es platicar con Dios. Así que, búscate
un lugar tranquilo donde puedas comenzar a platicar todas tus cosas con Él.
Hazlo de forma audible y notarás como Dios siempre responderá a tu corazón.
2.
Leer y meditar la Palabra de Dios. La Biblia es La
Palabra de Dios, así que, consigue una Biblia y comienza a leerla y meditarla.
¿Cómo empezar? Es muy sencillo. Dependiendo del día que sea hoy, busca en el
programa de lectura “La Biblia en un año” y realiza las lecturas
correspondientes. Este programa lo puedes obtener en: A
Través de La Biblia En Un Ano (palabradehonor.org) Notarás que el
programa está arreglado para imprimirlo como un cuadernillo.
3.
En oración con Dios, tu Padre, busca y únete a una
iglesia o congregación cristiana donde enseñen la Palabra de Dios en base a las
Buenas Noticias que son el Evangelio de Jesucristo.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2020
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de
un año habrás leído toda la Biblia.
Febrero
19 Mat 1 / Ex
20-21 / Pro 9
RV60
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de
un año habrás leído toda la Biblia.
Febrero
19 Mat 1 / Ex
20-21 / Pro 9
San
Mateo 1
Genealogía de Jesucristo
(Lc. 3.23–38)
1
1Libro de la genealogía de
Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham.
2Abraham engendró a Isaac, Isaac a
Jacob, y Jacob a Judá y a sus hermanos. 3Judá engendró de Tamar a
Fares y a Zara, Fares a Esrom, y Esrom a Aram. 4Aram engendró a
Aminadab, Aminadab a Naasón, y Naasón a Salmón. 5Salmón engendró
de Rahab a Booz, Booz engendró de Rut a Obed, y Obed a Isaí. 6Isaí
engendró al rey David, y el rey David engendró a Salomón de la que fue mujer de
Urías. 7Salomón engendró a Roboam, Roboam a Abías, y Abías a Asa.
8Asa engendró a Josafat, Josafat a Joram, y Joram a Uzías. 9Uzías
engendró a Jotam, Jotam a Acaz, y Acaz a Ezequías. 10Ezequías
engendró a Manasés, Manasés a Amón, y Amón a Josías. 11Josías
engendró a Jeconías y a sus hermanos, en el tiempo de la deportación a
Babilonia.a
12Después de la deportación a
Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, y Salatiel a Zorobabel. 13Zorobabel
engendró a Abiud, Abiud a Eliaquim, y Eliaquim a Azor. 14Azor
engendró a Sadoc, Sadoc a Aquim, y Aquim a Eliud. 15Eliud engendró
a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob; 16y Jacob engendró a
José, marido de María, de la cual nació Jesús, llamado el Cristo.
17De manera que todas las
generaciones desde Abraham hasta David son catorce; desde David hasta la
deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta
Cristo, catorce.
Nacimiento de Jesucristo
(Lc. 2.1–7)
18El nacimiento de Jesucristo fue
así: Estando desposada María su madre con José,b antes que se
juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo. 19José
su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente.
20Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en
sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer,
porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. 21Y
dará a luz un hijo, y llamarás su nombrec JESÚS,1
porque él salvará a su pueblo de sus pecados.d 22Todo
esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del
profeta, cuando dijo:
23 He aquí,
una virgen concebirá y dará a luz un hijo,
Y llamarás
su nombre Emanuel,e
que traducido es: Dios con nosotros. 24Y despertando José
del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su
mujer. 25Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo
primogénito; y le puso por nombre JESÚS.f[1]
Exodo
20-21
Los Diez Mandamientos
(Dt. 5.1–21)
20
1Y habló Dios todas estas palabras,
diciendo: 2Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de
Egipto, de casa de servidumbre.
3No tendrás dioses ajenos delante
de mí.
4No te harás imagen, ni ninguna semejanza
de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas
debajo de la tierra. 5No te inclinarás a ellas, ni las honrarás;a
porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los
padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me
aborrecen, 6y hago misericordia a millares, a los que me aman y
guardan mis mandamientos.b
7No tomarás el nombre de Jehová tu
Dios en vano;c porque no dará por inocente Jehová al que
tomare su nombre en vano.
8Acuérdate del día de reposo* para
santificarlo.d 9Seis días
trabajarás, y harás toda tu obra; 10mas el séptimo día es reposo* para
Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna,e tú, ni tu
hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero
que está dentro de tus puertas. 11Porque en seis días hizo Jehová
los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en
el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo* y lo santificó.f
12Honra a tu padre y a tu madre,g
para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.h
13No matarás.i
14No cometerás adulterio.j
15No hurtarás.k
16No hablarás contra tu prójimo
falso testimonio.l
17No codiciarásm
la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni
su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.
El terror del pueblo
(Dt. 5.22–33)
18Todo el pueblo observaba el
estruendo y los relámpagos, y el sonido de la bocina, y el monte que humeaba; y
viéndolo el pueblo, temblaron, y se pusieron de lejos. 19Y dijeron
a Moisés: Habla tú con nosotros, y nosotros oiremos; pero no hable Dios con
nosotros, para que no muramos.n 20Y Moisés
respondió al pueblo: No temáis; porque para probaros vino Dios, y para que su
temor esté delante de vosotros, para que no pequéis.
21Entonces el pueblo estuvo a lo
lejos, y Moisés se acercó a la oscuridad en la cual estaba Dios. 22Y
Jehová dijo a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Vosotros habéis visto
que he hablado desde el cielo con vosotros. 23No hagáis conmigo
dioses de plata, ni dioses de oro os haréis. 24Altar de tierra
harás para mí, y sacrificarás sobre él tus holocaustos y tus ofrendas de paz,
tus ovejas y tus vacas; en todo lugar donde yo hiciere que esté la memoria de
mi nombre, vendré a ti y te bendeciré. 25Y si me hicieres altar de
piedras, no las labres de cantería;o porque si
alzares herramienta sobre él, lo profanarás. 26No subirás por
gradas a mi altar, para que tu desnudez no se descubra junto a él.
Leyes sobre los esclavos
(Dt. 15.12–18)
21
1Estas son las leyes que les
propondrás. 2Si comprares siervo hebreo, seis años servirá; mas al
séptimo saldrá libre, de balde. 3Si entró solo, solo saldrá; si
tenía mujer, saldrá él y su mujer con él. 4Si su amo le hubiere
dado mujer, y ella le diere hijos o hijas, la mujer y sus hijos serán de su
amo, y él saldrá solo. 5Y si el siervo dijere: Yo amo a mi señor,
a mi mujer y a mis hijos, no saldré libre; 6entonces su amo lo
llevará ante los jueces, y le hará estar junto a la puerta o al poste; y su amo
le horadará la oreja con lesna, y será su siervo para siempre.a
7Y cuando alguno vendiere su hija por sierva, no saldrá ella como suelen
salir los siervos. 8Si no agradare a su señor, por lo cual no la
tomó por esposa, se le permitirá que se rescate, y no la podrá vender a pueblo
extraño cuando la desechare. 9Mas si la hubiere desposado con su
hijo, hará con ella según la costumbre de las hijas. 10Si tomare
para él otra mujer, no disminuirá su alimento, ni su vestido, ni el deber
conyugal. 11Y si ninguna de estas tres cosas hiciere, ella saldrá
de gracia, sin dinero.
Leyes sobre actos de violencia
12El que hiriere a alguno,
haciéndole así morir, él morirá.b 13Mas el que no
pretendía herirlo, sino que Dios lo puso en sus manos, entonces yo te señalaré
lugar al cual ha de huir.c 14Pero si
alguno se ensoberbeciere contra su prójimo y lo matare con alevosía, de mi
altar lo quitarás para que muera.
15El que hiriere a su padre o a su
madre, morirá.
16Asimismo el que robare una
persona y la vendiere, o si fuere hallada en sus manos, morirá.d
17Igualmente el que maldijere a su padre o a su madre, morirá.e
18Además, si algunos riñeren, y uno
hiriere a su prójimo con piedra o con el puño, y éste no muriere, pero cayere
en cama; 19si se levantare y anduviere fuera sobre su báculo,
entonces será absuelto el que lo hirió; solamente le satisfará por lo que
estuvo sin trabajar, y hará que le curen.
20Y si alguno hiriere a su siervo o
a su sierva con palo, y muriere bajo su mano, será castigado; 21mas
si sobreviviere por un día o dos, no será castigado, porque es de su propiedad.
22Si algunos riñeren, e hirieren a
mujer embarazada, y ésta abortare, pero sin haber muerte, serán penados
conforme a lo que les impusiere el marido de la mujer y juzgaren los jueces.
23Mas si hubiere muerte, entonces pagarás vida por vida, 24ojo
por ojo, diente por diente,f mano por mano, pie por pie,
25quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe.
Leyes sobre responsabilidades de amos y dueños
26Si alguno hiriere el ojo de su
siervo, o el ojo de su sierva, y lo dañare, le dará libertad por razón de su
ojo. 27Y si hiciere saltar un diente de su siervo, o un diente de
su sierva, por su diente le dejará ir libre.
28Si un buey acorneare a hombre o a
mujer, y a causa de ello muriere, el buey será apedreado, y no será comida su
carne; mas el dueño del buey será absuelto. 29Pero si el buey
fuere acorneador desde tiempo atrás, y a su dueño se le hubiere notificado, y
no lo hubiere guardado, y matare a hombre o mujer, el buey será apedreado, y
también morirá su dueño. 30Si le fuere impuesto precio de rescate,
entonces dará por el rescate de su persona cuanto le fuere impuesto. 31Haya
acorneado a hijo, o haya acorneado a hija, conforme a este juicio se hará con
él. 32Si el buey acorneare a un siervo o a una sierva, pagará su
dueño treinta siclos de plata, y el buey será apedreado.
33Y si alguno abriere un pozo, o
cavare cisterna, y no la cubriere, y cayere allí buey o asno, 34el
dueño de la cisterna pagará el daño, resarciendo a su dueño, y lo que fue
muerto será suyo.
35Y si el buey de alguno hiriere al
buey de su prójimo de modo que muriere, entonces venderán el buey vivo y
partirán el dinero de él, y también partirán el buey muerto. 36Mas
si era notorio que el buey era acorneador desde tiempo atrás, y su dueño no lo
hubiere guardado, pagará buey por buey, y el buey muerto será suyo.[2]
Proverbios 9
La Sabiduría y la mujer insensata
9
1 La
sabiduría edificó su casa,
Labró sus siete columnas.
2 Mató sus
víctimas, mezcló su vino,
Y puso su mesa.
3 Envió sus
criadas;
Sobre lo más alto de la ciudad
clamó.
4 Dice a
cualquier simple: Ven acá.
A los faltos de cordura dice:
5 Venid,
comed mi pan,
Y bebed del vino que yo he
mezclado.
6 Dejad las
simplezas, y vivid,
Y andad por el camino de la
inteligencia.
7 El que
corrige al escarnecedor, se acarrea afrenta;
El que reprende al impío, se
atrae mancha.
8 No reprendas
al escarnecedor, para que no te aborrezca;
Corrige al sabio, y te amará.
9 Da al
sabio, y será más sabio;
Enseña al justo, y aumentará
su saber.
10 El temor de
Jehová es el principio de la sabiduría,a
Y el conocimiento del
Santísimo es la inteligencia.
11 Porque por
mí se aumentarán tus días,
Y años de vida se te añadirán.
12 Si fueres
sabio, para ti lo serás;
Y si fueres escarnecedor,
pagarás tú solo.
13 La mujer
insensata es alborotadora;
Es simple e ignorante.
14 Se sienta
en una silla a la puerta de su casa,
En los lugares altos de la
ciudad,
15 Para llamar
a los que pasan por el camino,
Que van por sus caminos
derechos.
16 Dice a cualquier
simple: Ven acá.
A los faltos de cordura dijo:
17 Las aguas
hurtadas son dulces,
Y el pan comido en oculto es
sabroso.
18 Y no saben
que allí están los muertos;
Que sus convidados están en lo
profundo del Seol.[3]
a a 1.11: 2 R. 24.14–15; 2 Cr. 36.10; Jer.
27.20.
b b 1.18: Lc. 1.27.
c c 1.21: Lc. 1.31.
1 Esto es, Salvador.
d d 1.21: Sal. 130.8.
e e 1.23: Is. 7.14.
f f 1.25: Lc. 2.21.
[1] Reina
Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Mal
4.6-Mt 1.25
a a 20.4–5: Ex. 34.17; Lv. 19.4; 26.1; Dt.
4.15–18; 27.15.
b b 20.5–6: Ex. 34.6–7; Nm. 14.18; Dt. 7.9–10.
c c 20.7: Lv. 19.12.
* Aquí
equivale a sábado.
d d 20.8: Ex. 16.23–30; 31.12–14.
* Aquí equivale a sábado.
e e 20.9–10: Ex. 23.12; 31.15; 34.21; 35.2;
Lv. 23.3.
* Aquí
equivale a sábado.
f
f 20.11: Gn. 2.1–3; Ex. 31.17.
g
g 20.12: Dt. 27.16; Mt. 15.4;
19.19; Mr. 7.10; 10.19; Lc. 18.20; Ef. 6.2.
h
h 20.12: Ef. 6.3.
i
i 20.13: Gn. 9.6; Lv. 24.17;
Mt. 5.21; 19.18; Mr. 10.19; Lc. 18.20; Ro. 13.9; Stg. 2.11.
j
j 20.14: Lv. 20.10; Mt. 5.27;
19.18; Mr. 10.19; Lc. 18.20; Ro. 13.9; Stg. 2.11.
k
k 20.15: Lv. 19.11; Mt. 19.18;
Mr. 10.19; Lc. 18.20; Ro. 13.9.
l
l 20.16: Ex. 23.1; Mt. 19.18;
Mr. 10.19; Lc. 18.20; Ro. 13.9.
m m 20.17: Ro. 7.7; 13.9.
n n 20.18–19: He. 12.18–19.
o o 20.25: Dt. 27.5–7; Jos. 8.31.
a
a 21.2–6: Lv. 25.39–46.
b
b 21.12: Lv. 24.17.
c
c 21.13: Nm. 35.10–34; Dt.
19.1–13; Jos. 20.1–9.
d d 21.16: Dt. 24.7.
e e 21.17: Lv. 20.9; Mt. 15.4; Mr. 7.10.
f f 21.24: Lv. 24.19–20; Dt. 19.21; Mt. 5.38.
[2] Reina
Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Ex
19.25-21.36
a
a 9.10: Job 28.28; Sal.
111.10; Pr. 1.7.
[3] Reina
Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Pr
8.36-9.18
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de
un año habrás leído toda la Biblia.
Febrero
19 Mat 1 / Ex
20-21 / Pro 9
San
Mateo 1
Genealogía de Jesucristo
(Lc. 3.23–38)
1
1Libro de la genealogía de
Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham.
2Abraham engendró a Isaac, Isaac a
Jacob, y Jacob a Judá y a sus hermanos. 3Judá engendró de Tamar a
Fares y a Zara, Fares a Esrom, y Esrom a Aram. 4Aram engendró a
Aminadab, Aminadab a Naasón, y Naasón a Salmón. 5Salmón engendró
de Rahab a Booz, Booz engendró de Rut a Obed, y Obed a Isaí. 6Isaí
engendró al rey David, y el rey David engendró a Salomón de la que fue mujer de
Urías. 7Salomón engendró a Roboam, Roboam a Abías, y Abías a Asa.
8Asa engendró a Josafat, Josafat a Joram, y Joram a Uzías. 9Uzías
engendró a Jotam, Jotam a Acaz, y Acaz a Ezequías. 10Ezequías
engendró a Manasés, Manasés a Amón, y Amón a Josías. 11Josías
engendró a Jeconías y a sus hermanos, en el tiempo de la deportación a
Babilonia.a
12Después de la deportación a
Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, y Salatiel a Zorobabel. 13Zorobabel
engendró a Abiud, Abiud a Eliaquim, y Eliaquim a Azor. 14Azor
engendró a Sadoc, Sadoc a Aquim, y Aquim a Eliud. 15Eliud engendró
a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob; 16y Jacob engendró a
José, marido de María, de la cual nació Jesús, llamado el Cristo.
17De manera que todas las
generaciones desde Abraham hasta David son catorce; desde David hasta la
deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta
Cristo, catorce.
Nacimiento de Jesucristo
(Lc. 2.1–7)
18El nacimiento de Jesucristo fue
así: Estando desposada María su madre con José,b antes que se
juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo. 19José
su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente.
20Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en
sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer,
porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. 21Y
dará a luz un hijo, y llamarás su nombrec JESÚS,1
porque él salvará a su pueblo de sus pecados.d 22Todo
esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del
profeta, cuando dijo:
23 He aquí,
una virgen concebirá y dará a luz un hijo,
Y llamarás
su nombre Emanuel,e
que traducido es: Dios con nosotros. 24Y despertando José
del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su
mujer. 25Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo
primogénito; y le puso por nombre JESÚS.f[1]
Exodo
20-21
Los Diez Mandamientos
(Dt. 5.1–21)
20
1Y habló Dios todas estas palabras,
diciendo: 2Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de
Egipto, de casa de servidumbre.
3No tendrás dioses ajenos delante
de mí.
4No te harás imagen, ni ninguna semejanza
de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas
debajo de la tierra. 5No te inclinarás a ellas, ni las honrarás;a
porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los
padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me
aborrecen, 6y hago misericordia a millares, a los que me aman y
guardan mis mandamientos.b
7No tomarás el nombre de Jehová tu
Dios en vano;c porque no dará por inocente Jehová al que
tomare su nombre en vano.
8Acuérdate del día de reposo* para
santificarlo.d 9Seis días
trabajarás, y harás toda tu obra; 10mas el séptimo día es reposo* para
Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna,e tú, ni tu
hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero
que está dentro de tus puertas. 11Porque en seis días hizo Jehová
los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en
el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo* y lo santificó.f
12Honra a tu padre y a tu madre,g
para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.h
13No matarás.i
14No cometerás adulterio.j
15No hurtarás.k
16No hablarás contra tu prójimo
falso testimonio.l
17No codiciarásm
la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni
su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.
El terror del pueblo
(Dt. 5.22–33)
18Todo el pueblo observaba el
estruendo y los relámpagos, y el sonido de la bocina, y el monte que humeaba; y
viéndolo el pueblo, temblaron, y se pusieron de lejos. 19Y dijeron
a Moisés: Habla tú con nosotros, y nosotros oiremos; pero no hable Dios con
nosotros, para que no muramos.n 20Y Moisés
respondió al pueblo: No temáis; porque para probaros vino Dios, y para que su
temor esté delante de vosotros, para que no pequéis.
21Entonces el pueblo estuvo a lo
lejos, y Moisés se acercó a la oscuridad en la cual estaba Dios. 22Y
Jehová dijo a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Vosotros habéis visto
que he hablado desde el cielo con vosotros. 23No hagáis conmigo
dioses de plata, ni dioses de oro os haréis. 24Altar de tierra
harás para mí, y sacrificarás sobre él tus holocaustos y tus ofrendas de paz,
tus ovejas y tus vacas; en todo lugar donde yo hiciere que esté la memoria de
mi nombre, vendré a ti y te bendeciré. 25Y si me hicieres altar de
piedras, no las labres de cantería;o porque si
alzares herramienta sobre él, lo profanarás. 26No subirás por
gradas a mi altar, para que tu desnudez no se descubra junto a él.
Leyes sobre los esclavos
(Dt. 15.12–18)
21
1Estas son las leyes que les
propondrás. 2Si comprares siervo hebreo, seis años servirá; mas al
séptimo saldrá libre, de balde. 3Si entró solo, solo saldrá; si
tenía mujer, saldrá él y su mujer con él. 4Si su amo le hubiere
dado mujer, y ella le diere hijos o hijas, la mujer y sus hijos serán de su
amo, y él saldrá solo. 5Y si el siervo dijere: Yo amo a mi señor,
a mi mujer y a mis hijos, no saldré libre; 6entonces su amo lo
llevará ante los jueces, y le hará estar junto a la puerta o al poste; y su amo
le horadará la oreja con lesna, y será su siervo para siempre.a
7Y cuando alguno vendiere su hija por sierva, no saldrá ella como suelen
salir los siervos. 8Si no agradare a su señor, por lo cual no la
tomó por esposa, se le permitirá que se rescate, y no la podrá vender a pueblo
extraño cuando la desechare. 9Mas si la hubiere desposado con su
hijo, hará con ella según la costumbre de las hijas. 10Si tomare
para él otra mujer, no disminuirá su alimento, ni su vestido, ni el deber
conyugal. 11Y si ninguna de estas tres cosas hiciere, ella saldrá
de gracia, sin dinero.
Leyes sobre actos de violencia
12El que hiriere a alguno,
haciéndole así morir, él morirá.b 13Mas el que no
pretendía herirlo, sino que Dios lo puso en sus manos, entonces yo te señalaré
lugar al cual ha de huir.c 14Pero si
alguno se ensoberbeciere contra su prójimo y lo matare con alevosía, de mi
altar lo quitarás para que muera.
15El que hiriere a su padre o a su
madre, morirá.
16Asimismo el que robare una
persona y la vendiere, o si fuere hallada en sus manos, morirá.d
17Igualmente el que maldijere a su padre o a su madre, morirá.e
18Además, si algunos riñeren, y uno
hiriere a su prójimo con piedra o con el puño, y éste no muriere, pero cayere
en cama; 19si se levantare y anduviere fuera sobre su báculo,
entonces será absuelto el que lo hirió; solamente le satisfará por lo que
estuvo sin trabajar, y hará que le curen.
20Y si alguno hiriere a su siervo o
a su sierva con palo, y muriere bajo su mano, será castigado; 21mas
si sobreviviere por un día o dos, no será castigado, porque es de su propiedad.
22Si algunos riñeren, e hirieren a
mujer embarazada, y ésta abortare, pero sin haber muerte, serán penados
conforme a lo que les impusiere el marido de la mujer y juzgaren los jueces.
23Mas si hubiere muerte, entonces pagarás vida por vida, 24ojo
por ojo, diente por diente,f mano por mano, pie por pie,
25quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe.
Leyes sobre responsabilidades de amos y dueños
26Si alguno hiriere el ojo de su
siervo, o el ojo de su sierva, y lo dañare, le dará libertad por razón de su
ojo. 27Y si hiciere saltar un diente de su siervo, o un diente de
su sierva, por su diente le dejará ir libre.
28Si un buey acorneare a hombre o a
mujer, y a causa de ello muriere, el buey será apedreado, y no será comida su
carne; mas el dueño del buey será absuelto. 29Pero si el buey
fuere acorneador desde tiempo atrás, y a su dueño se le hubiere notificado, y
no lo hubiere guardado, y matare a hombre o mujer, el buey será apedreado, y
también morirá su dueño. 30Si le fuere impuesto precio de rescate,
entonces dará por el rescate de su persona cuanto le fuere impuesto. 31Haya
acorneado a hijo, o haya acorneado a hija, conforme a este juicio se hará con
él. 32Si el buey acorneare a un siervo o a una sierva, pagará su
dueño treinta siclos de plata, y el buey será apedreado.
33Y si alguno abriere un pozo, o
cavare cisterna, y no la cubriere, y cayere allí buey o asno, 34el
dueño de la cisterna pagará el daño, resarciendo a su dueño, y lo que fue
muerto será suyo.
35Y si el buey de alguno hiriere al
buey de su prójimo de modo que muriere, entonces venderán el buey vivo y
partirán el dinero de él, y también partirán el buey muerto. 36Mas
si era notorio que el buey era acorneador desde tiempo atrás, y su dueño no lo
hubiere guardado, pagará buey por buey, y el buey muerto será suyo.[2]
Proverbios 9
La Sabiduría y la mujer insensata
9
1 La
sabiduría edificó su casa,
Labró sus siete columnas.
2 Mató sus
víctimas, mezcló su vino,
Y puso su mesa.
3 Envió sus
criadas;
Sobre lo más alto de la ciudad
clamó.
4 Dice a
cualquier simple: Ven acá.
A los faltos de cordura dice:
5 Venid,
comed mi pan,
Y bebed del vino que yo he
mezclado.
6 Dejad las
simplezas, y vivid,
Y andad por el camino de la
inteligencia.
7 El que
corrige al escarnecedor, se acarrea afrenta;
El que reprende al impío, se
atrae mancha.
8 No reprendas
al escarnecedor, para que no te aborrezca;
Corrige al sabio, y te amará.
9 Da al
sabio, y será más sabio;
Enseña al justo, y aumentará
su saber.
10 El temor de
Jehová es el principio de la sabiduría,a
Y el conocimiento del
Santísimo es la inteligencia.
11 Porque por
mí se aumentarán tus días,
Y años de vida se te añadirán.
12 Si fueres
sabio, para ti lo serás;
Y si fueres escarnecedor,
pagarás tú solo.
13 La mujer
insensata es alborotadora;
Es simple e ignorante.
14 Se sienta
en una silla a la puerta de su casa,
En los lugares altos de la
ciudad,
15 Para llamar
a los que pasan por el camino,
Que van por sus caminos
derechos.
16 Dice a cualquier
simple: Ven acá.
A los faltos de cordura dijo:
17 Las aguas
hurtadas son dulces,
Y el pan comido en oculto es
sabroso.
18 Y no saben
que allí están los muertos;
Que sus convidados están en lo
profundo del Seol.[3]
a a 1.11: 2 R. 24.14–15; 2 Cr. 36.10; Jer.
27.20.
b b 1.18: Lc. 1.27.
c c 1.21: Lc. 1.31.
1 Esto es, Salvador.
d d 1.21: Sal. 130.8.
e e 1.23: Is. 7.14.
f f 1.25: Lc. 2.21.
[1] Reina
Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Mal
4.6-Mt 1.25
a a 20.4–5: Ex. 34.17; Lv. 19.4; 26.1; Dt.
4.15–18; 27.15.
b b 20.5–6: Ex. 34.6–7; Nm. 14.18; Dt. 7.9–10.
c c 20.7: Lv. 19.12.
* Aquí
equivale a sábado.
d d 20.8: Ex. 16.23–30; 31.12–14.
* Aquí equivale a sábado.
e e 20.9–10: Ex. 23.12; 31.15; 34.21; 35.2;
Lv. 23.3.
* Aquí
equivale a sábado.
f
f 20.11: Gn. 2.1–3; Ex. 31.17.
g
g 20.12: Dt. 27.16; Mt. 15.4;
19.19; Mr. 7.10; 10.19; Lc. 18.20; Ef. 6.2.
h
h 20.12: Ef. 6.3.
i
i 20.13: Gn. 9.6; Lv. 24.17;
Mt. 5.21; 19.18; Mr. 10.19; Lc. 18.20; Ro. 13.9; Stg. 2.11.
j
j 20.14: Lv. 20.10; Mt. 5.27;
19.18; Mr. 10.19; Lc. 18.20; Ro. 13.9; Stg. 2.11.
k
k 20.15: Lv. 19.11; Mt. 19.18;
Mr. 10.19; Lc. 18.20; Ro. 13.9.
l
l 20.16: Ex. 23.1; Mt. 19.18;
Mr. 10.19; Lc. 18.20; Ro. 13.9.
m m 20.17: Ro. 7.7; 13.9.
n n 20.18–19: He. 12.18–19.
o o 20.25: Dt. 27.5–7; Jos. 8.31.
a
a 21.2–6: Lv. 25.39–46.
b
b 21.12: Lv. 24.17.
c
c 21.13: Nm. 35.10–34; Dt.
19.1–13; Jos. 20.1–9.
d d 21.16: Dt. 24.7.
e e 21.17: Lv. 20.9; Mt. 15.4; Mr. 7.10.
f f 21.24: Lv. 24.19–20; Dt. 19.21; Mt. 5.38.
[2] Reina
Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Ex
19.25-21.36
a
a 9.10: Job 28.28; Sal.
111.10; Pr. 1.7.
[3] Reina
Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Pr
8.36-9.18
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