¡Cómo salir de la mediocridad! ¡Cómo dejar el pasado atrás!
¡Sometiéndote a las Promesas de Dios, tu Padre!
Por Riqui Ricón*
Y él
contestó: He aquí, yo hago pacto delante de todo tu pueblo; haré maravillas que
no han sido hechas en toda la tierra, ni en nación alguna, y verá todo el pueblo en medio del cual estás tú, la
obra de Jehová; porque será cosa tremenda la que yo haré contigo (Ex 34.10).
Sencillamente extraordinario
lo que la Palabra de Dios nos revela el día de hoy. Y para apreciar lo
sorprendente de este compromiso que Dios hace contigo, sólo tienes que recordar
que el Nuevo Pacto, con el cual tú ahora te relacionas con Dios, es un mejor
Pacto (que el Antiguo Pacto), establecido sobre mejores promesas.
Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un
mejor pacto, establecido sobre mejores promesas (He
8.6).
Sólo tienes que recordar que
el Antiguo Testamento es sólo la sombra de los bienes venideros, no la imagen
misma de las cosas.
Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la
imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se
ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan (He
10.1).
Estas cosas son precisamente
las promesas que ahora te pertenecen como un(a) Hijo(a) de Dios Nacido de
Nuevo.
El SEÑOR
respondió: —Escucha, yo hago un pacto contigo en presencia de todo tu pueblo.
Realizaré milagros que jamás se han hecho en ningún lugar de la tierra ni en
ninguna otra nación. Todos los que te rodean serán testigos del poder del SEÑOR, el imponente despliegue
de poder que yo haré por medio de ti (Ex 34.10 NTV).
De acuerdo a la Biblia que es
la Palabra de Dios y nunca miente, Dios tiene un Plan maravilloso para tu Vida
y este mundo será testigo del impresionante despliegue de poder que Dios, tu
Padre, hará por medio de ti. ¡Esto forma parte del Nuevo Pacto!
Jehová
cumplirá su propósito en mí; Tu
misericordia, oh Jehová, es para siempre;
No desampares la obra de tus manos (Sal 138.8).
Él ha empeñado Su Palabra y va
a cumplir Su propósito en tu vida. ¡Será cosa tremenda la que Dios hará por
medio de ti!
Ahora bien, si acaso estás
pensando dentro de ti:
- Bueno Riqui, eso está muy
lindo, pero la Verdad es que tú no sabes bien quién soy yo y todas las cosas
malas que hecho en mi vida y con mi vida. No creo que esa promesa de que Dios
hará cosas maravillosas por medio de mí, se aplique a mi persona…
Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el
SEÑOR—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una
esperanza (Jer 29.11 NVI).
Pues bien, efectivamente yo no
sé quién eres tú, pero sí sé quién es Él, Dios tu Padre, el Todopoderoso. Quién
no miente, ni cambia Su Palabra. Quién tiene pensamientos de bien y no de mal
acerca de ti, ¡para darte un futuro y una esperanza!
Dios no es un simple mortal para mentir y cambiar de parecer. ¿Acaso
no cumple lo que promete ni lleva a cabo lo que dice? Se me ha ordenado
bendecir, y si eso es lo que Dios quiere, yo no puedo hacer otra cosa (Num
23.19-20 NVI).
Sé que Dios te ama tanto que
prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo
unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida
eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino
para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Sé que, por ese Amor tan
grande que Dios siente por ti, aunque tú hayas sido infiel, Él siempre
permanece fiel.
Si fuéremos infieles, él permanece fiel; El no puede negarse a sí mismo (2 Ti
2.13).
También sé que las promesas
que Dios te ha hecho bajo el Nuevo Pacto NO están condicionadas a las cosas que
hiciste en el pasado, ni a las que puedas hacer en el presente.
Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por
Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo
reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus
pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación (2 Co
5.18-19).
Esto es lo verdaderamente
asombroso del Amor de Dios y del Nuevo Pacto. Estas son las buenas noticias del
Evangelio: ¡Todos tus pecados, pasados, presentes y futuros fueron pagados con
la Sangre de Jesús!
Espere Israel [tu nombre aquí] a Jehová,
Porque en Jehová hay misericordia,
Y abundante redención con él; Y
él redimirá a Israel [tu nombre aquí] De todos sus pecados (Sal
130.7-8).
- Pero, pero .podrías
objetar-, ¿cómo puede Jesús perdonar pecados futuros?
La respuesta a esta pregunta
es sencilla, sólo tienes que reflexionar que cuando Jesús pagó tus pecados en
esa cruz hace más de dos mil años, todos tus pecados eran futuros (y los de
todo el mundo). Es por todo esto que el sacrificio de Jesús ES completo,
perfecto y acabado.
porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los
santificados (He 10.14).
Con Su muerte y resurrección,
Jesucristo te santificó haciéndote perfecto para siempre (esto incluye tu
futuro).
Lo que vale la pena destacar
es que ahora tú estás en Cristo Jesús y el (la) viejo(a) pecador(a) que antes
eras ya no existe más.
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas
viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas (2 Co
5.17).
¿Te das cuenta? Tú NO ERES más
la vieja persona que antes eras. Nada interesan las cosas que hiciste o no
hiciste. Sólo importa lo que Dios dice en Su Palabra acerca de quién tú ahora
eres y de lo que eres capaz de hacer.
Así que, efectivamente, ¡Será
cosa tremenda la que Dios hará por medio de ti!
De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también;
y aún mayores hará, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidiereis al Padre en mi
nombre, lo haré, para que el Padre
sea glorificado en el Hijo (Jn 14.12-13).
Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad
muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia (Mat
10.8).
Si puedes creer, al que cree,
al que le cree a Dios, TODO le es posible.
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial,
este día quiero decirte que te creo. Yo sí creo Tu Palabra. ¡Tu Palabra es la
Verdad! Por lo tanto, declaro que será cosa asombrosa y maravillosa la que Tú
vas a hacer por medio de mí en este mundo. Las cosas que Tú, Jesucristo,
hiciste y aún mayores, son las mismas que yo voy a hacer en Tu nombre y
representación. Precioso Señor, creo que Tu Plan para mi
Vida, las cosas que Tú, oh
Dios, quieres hacer por medio de mí, están acompañadas del imponente despliegue
de Tu Poder. Así
que, en esta hora deshecho todo pensamiento de fracaso y de derrota; todo
rencor; todo complejo de inferioridad; todo orgullo y altivez; todo miedo y
temor. Desecho de mi Vida, de mi corazón y pensamientos, todas las mentiras con
las que Satanás a intentado anularme. Ya sé quién soy yo. Gracias, Señor Jesús,
porque por Ti, por Tu muerte en la cruz, por Tu sangre preciosa, por Tu resurrección
y por Tu gran Amor por mí, ahora yo tengo una Nueva Vida, una Vida plena y
abundante: tengo la Vida Eterna de un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo.
Gracias, amado Dios, porque ahora conozco la Verdad y la Verdad me ha hecho
libre. Puedo tomar de Tu Plenitud, Jesús (que es toda la Plenitud de la
deidad), para hacer de mi vida una vida que valga la pena vivirse. Una Vida justa,
santa y perfecta; creyendo y RECIBIENDO lo que Tú, Señor, ya hiciste por mí.
¡Gracias por el Nuevo Pacto en el Cuerpo y la Sangre de Jesús! Por todo esto,
Tú, mi Dios, y Padre, me has dado toda la autoridad para llevar a cabo obras
formidables, declarando que cualquier problema, enfermedad o aflicción que
ahora esté viviendo, yo, _________ 8tu nombre aquí), saldré más que vencedor(a)
por medio de Tu Amor. Gracias Señor, porque no hay forma en que yo vaya a
perder, pues esta es la victoria que ha vencido al mundo, mi fe. Mi fe en Ti,
Padre eterno. Mi fe en Tu Palabra. Gracias Padre porque no me has dejado nunca,
ni me dejarás, porque me has amado con tan grande amor y me has hecho tu
Hijo(a). Por lo que Tú hiciste en la cruz, Señor Jesús, y por Tu Palabra, ¡Soy
sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy más que vencedor(a)! ¡Todo lo puedo
en Cristo! Y, por la Sangre de Jesús, soy dichoso(a) para vivir una vida plena
y abundante. Muchas gracias, Señor Jesús. Gracias por esta Nueva Vida en
Plenitud que ahora tengo. Gracias por mi sanidad. Gracias por mi salud. Gracias
por mi prosperidad. Gracias por el Amor, la paz y el gozo que ahora disfruto.
En el nombre de Jesús. Amén
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo
establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en
voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a
Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el
Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis
pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí
acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa
derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a
entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi
único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
Tres Recomendaciones:
Lo que acabas de suceder al reconocer a Jesucristo como el Señor y
Salvador de tu vida, de acuerdo con La Palabra de Dios, es que has Nacido de
Nuevo, ya no más como un ser humano común y corriente, sujeto a la ley del
pecado y de la muerte, sino que ahora eres un(a) legítimo(a) y auténtico(a)
Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, exactamente igual a Jesucristo, quien ahora
es tu Hermano Mayor. Por lo tanto, te hago estas tres importantísimas
recomendaciones:
1.
Orar. Orar es platicar con Dios. Así que, búscate
un lugar tranquilo donde puedas comenzar a platicar todas tus cosas con Él.
Hazlo de forma audible y notarás como Dios siempre responderá a tu corazón.
2.
Leer y meditar la Palabra de Dios. La Biblia es La
Palabra de Dios, así que, consigue una Biblia y comienza a leerla y meditarla.
¿Cómo empezar? Es muy sencillo. Dependiendo del día que sea hoy, busca en el
programa de lectura “La Biblia en un año” y realiza las lecturas
correspondientes. Este programa lo puedes obtener en: A
Través de La Biblia En Un Ano (palabradehonor.org) Notarás que el
programa está arreglado para imprimirlo como un cuadernillo.
3.
En oración con Dios, tu Padre, busca y únete a una
iglesia o congregación cristiana donde enseñen la Palabra de Dios en base a las
Buenas Noticias que son el Evangelio de Jesucristo.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2020
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al
final de un año habrás leído toda la Biblia.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Febrero 25 Mat 6.1-18 / Ex 33-34 / Pro 15
RV60
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Febrero 25 Mat 6.1-18 / Ex 33-34 / Pro 15
San
Mateo 6.1-18
Jesús y la limosna
6
1Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los
hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendréis recompensa de
vuestro Padre que está en los cielos.
2Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta
delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para
ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. 3Mas
cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, 4para
que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará
en público.
Jesús y la oración
(Lc. 11.2–4)
5Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos
aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser
vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. 6Mas
tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que
está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.
7Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles,
que piensan que por su palabrería serán oídos. 8No os hagáis, pues,
semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad,
antes que vosotros le pidáis. 9Vosotros, pues, oraréis así: Padre
nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. 10Venga
tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. 11El
pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. 12Y perdónanos nuestras
deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. 13Y no
nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el
poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén. 14Porque si
perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro
Padre celestial; 15mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas,
tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.
Jesús y el ayuno
16Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas;
porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de
cierto os digo que ya tienen su recompensa. 17Pero tú, cuando
ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, 18para no mostrar a los
hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en
lo secreto te recompensará en público.
Exodo
33-34
La presencia de Dios prometida
33
1Jehová dijo a Moisés: Anda, sube
de aquí, tú y el pueblo que sacaste de la tierra de Egipto, a la tierra de la
cual juré a Abraham,a Isaacb y Jacob,c
diciendo: A tu descendencia la daré; 2y yo enviaré delante de ti
el ángel, y echaré fuera al cananeo y al amorreo, al heteo, al ferezeo, al
heveo y al jebuseo 3(a la tierra que fluye leche y miel); pero yo
no subiré en medio de ti, porque eres pueblo de dura cerviz, no sea que te
consuma en el camino.
4Y oyendo el pueblo esta mala
noticia, vistieron luto, y ninguno se puso sus atavíos. 5Porque
Jehová había dicho a Moisés: Di a los hijos de Israel: Vosotros sois pueblo de
dura cerviz; en un momento subiré en medio de ti, y te consumiré. Quítate,
pues, ahora tus atavíos, para que yo sepa lo que te he de hacer. 6Entonces
los hijos de Israel se despojaron de sus atavíos desde el monte Horeb.
7Y Moisés tomó el tabernáculo, y lo
levantó lejos, fuera del campamento, y lo llamó el Tabernáculo de Reunión. Y
cualquiera que buscaba a Jehová, salía al tabernáculo de reunión que estaba
fuera del campamento. 8Y sucedía que cuando salía Moisés al
tabernáculo, todo el pueblo se levantaba, y cada cual estaba en pie a la puerta
de su tienda, y miraban en pos de Moisés, hasta que él entraba en el
tabernáculo. 9Cuando Moisés entraba en el tabernáculo, la columna
de nube descendía y se ponía a la puerta del tabernáculo, y Jehová hablaba con
Moisés. 10Y viendo todo el pueblo la columna de nube que estaba a
la puerta del tabernáculo, se levantaba cada uno a la puerta de su tienda y
adoraba. 11Y hablaba Jehová a Moisés cara a cara, como habla
cualquiera a su compañero. Y él volvía al campamento; pero el joven Josué hijo
de Nun, su servidor, nunca se apartaba de en medio del tabernáculo.
12Y dijo Moisés a Jehová: Mira, tú
me dices a mí: Saca este pueblo; y tú no me has declarado a quién enviarás
conmigo. Sin embargo, tú dices: Yo te he conocido por tu nombre, y has hallado
también gracia en mis ojos. 13Ahora, pues, si he hallado gracia en
tus ojos, te ruego que me muestres ahora tu camino, para que te conozca, y
halle gracia en tus ojos; y mira que esta gente es pueblo tuyo. 14Y
él dijo: Mi presencia irá contigo, y te daré descanso. 15Y Moisés
respondió: Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí. 16¿Y
en qué se conocerá aquí que he hallado gracia en tus ojos, yo y tu pueblo, sino
en que tú andes con nosotros, y que yo y tu pueblo seamos apartados de todos
los pueblos que están sobre la faz de la tierra?
17Y Jehová dijo a Moisés: También
haré esto que has dicho, por cuanto has hallado gracia en mis ojos, y te he
conocido por tu nombre. 18El entonces dijo: Te ruego que me
muestres tu gloria. 19Y le respondió: Yo haré pasar todo mi bien
delante de tu rostro, y proclamaré el nombre de Jehová delante de ti; y tendré
misericordia del que tendré misericordia, y seré clemente para con el que seré
clemente.d
20Dijo más: No podrás ver mi rostro; porque no me verá hombre, y
vivirá. 21Y dijo aún Jehová: He aquí un lugar junto a mí, y tú
estarás sobre la peña; 22y cuando pase mi gloria, yo te pondré en
una hendidura de la peña, y te cubriré con mi mano hasta que haya pasado.
23Después apartaré mi mano, y verás mis espaldas; mas no se verá mi
rostro.
El pacto renovado
(Dt. 10.1–5)
34
1Y Jehová dijo a Moisés: Alísate
dos tablas de piedra como las primeras, y escribiré sobre esas tablas las
palabras que estaban en las tablas primeras que quebraste. 2Prepárate,
pues, para mañana, y sube de mañana al monte de Sinaí, y preséntate ante mí
sobre la cumbre del monte. 3Y no suba hombre contigo, ni parezca
alguno en todo el monte; ni ovejas ni bueyes pazcan delante del monte. 4Y
Moisés alisó dos tablas de piedra como las primeras; y se levantó de mañana y
subió al monte Sinaí, como le mandó Jehová, y llevó en su mano las dos tablas
de piedra. 5Y Jehová descendió en la nube, y estuvo allí con él,
proclamando el nombre de Jehová. 6Y pasando Jehová por delante de
él, proclamó: ¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la
ira, y grande en misericordia y verdad; 7que guarda misericordia a
millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, y que de ningún
modo tendrá por inocente al malvado; que visita la iniquidad de los padres
sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos, hasta la tercera y cuarta
generación.a 8Entonces Moisés, apresurándose,
bajó la cabeza hacia el suelo y adoró. 9Y dijo: Si ahora, Señor,
he hallado gracia en tus ojos, vaya ahora el Señor en medio de nosotros; porque
es un pueblo de dura cerviz; y perdona nuestra iniquidad y nuestro pecado, y
tómanos por tu heredad.
10Y él contestó: He aquí, yo hago
pacto delante de todo tu pueblo; haré maravillas que no han sido hechas en toda
la tierra, ni en nación alguna, y verá todo el pueblo en medio del cual estás
tú, la obra de Jehová; porque será cosa tremenda la que yo haré contigo.
Advertencia contra la idolatría de Canaán
(Dt. 7.1–5)
11Guarda lo que yo te mando hoy; he
aquí que yo echo de delante de tu presencia al amorreo, al cananeo, al heteo,
al ferezeo, al heveo y al jebuseo. 12Guárdate de hacer alianza con
los moradores de la tierra donde has de entrar, para que no sean tropezadero en
medio de ti. 13Derribaréis sus altares, y quebraréis sus estatuas,
y cortaréis sus imágenes de Asera.b 14Porque no te
has de inclinar a ningún otro dios, pues Jehová, cuyo nombre es Celoso, Dios
celoso es. 15Por tanto, no harás alianza con los moradores de
aquella tierra; porque fornicarán en pos de sus dioses, y ofrecerán sacrificios
a sus dioses, y te invitarán, y comerás de sus sacrificios; 16o
tomando de sus hijas para tus hijos, y fornicando sus hijas en pos de sus
dioses, harán fornicar también a tus hijos en pos de los dioses de ellas.
17No te harás dioses de fundición.c
Fiestas anuales
(Ex. 23.14–19; Dt. 16.1–17)
18La fiesta de los panes sin
levadura guardarás;d siete días comerás pan sin
levadura, según te he mandado, en el tiempo señalado del mes de Abib; porque en
el mes de Abib saliste de Egipto. 19Todo primer nacido, mío es;e
y de tu ganado todo primogénito de vaca o de oveja, que sea macho. 20Pero
redimirás con cordero el primogénito del asno; y si no lo redimieres, quebrarás
su cerviz. Redimirás todo primogénito de tus hijos;f y
ninguno se presentará delante de mí con las manos vacías.
21Seis días trabajarás, mas en el
séptimo día descansarás;g aun en la arada y en la
siega, descansarás. 22También celebrarás la fiesta de las semanas,
la de las primicias de la siega del trigo,h y la fiesta
de la cosecha a la salida del año.i 23Tres
veces en el año se presentará todo varón tuyo delante de Jehová el Señor, Dios
de Israel. 24Porque yo arrojaré a las naciones de tu presencia, y
ensancharé tu territorio; y ninguno codiciará tu tierra, cuando subas para
presentarte delante de Jehová tu Dios tres veces en el año.
25No ofrecerás cosa leudada junto
con la sangre de mi sacrificio, ni se dejará hasta la mañana nada del
sacrificio de la fiesta de la pascua.j 26Las
primicias de los primeros frutos de tu tierra llevarás a la casa de Jehová tu
Dios.k
No cocerás el cabrito en la leche de su madre.l
Moisés y las tablas de la ley
27Y Jehová dijo a Moisés: Escribe
tú estas palabras; porque conforme a estas palabras he hecho pacto contigo y
con Israel. 28Y él estuvo allí con Jehová cuarenta días y cuarenta
noches; no comió pan, ni bebió agua; y escribió en tablas las palabras del
pacto, los diez mandamientos.
29Y aconteció que descendiendo
Moisés del monte Sinaí con las dos tablas del testimonio en su mano, al
descender del monte, no sabía Moisés que la piel de su rostro resplandecía,
después que hubo hablado con Dios. 30Y Aarón y todos los hijos de
Israel miraron a Moisés, y he aquí la piel de su rostro era resplandeciente; y
tuvieron miedo de acercarse a él. 31Entonces Moisés los llamó; y
Aarón y todos los príncipes de la congregación volvieron a él, y Moisés les
habló. 32Después se acercaron todos los hijos de Israel, a los
cuales mandó todo lo que Jehová le había dicho en el monte Sinaí. 33Y
cuando acabó Moisés de hablar con ellos, puso un velo sobre su rostro. 34Cuando
venía Moisés delante de Jehová para hablar con él, se quitaba el velo hasta que
salía; y saliendo, decía a los hijos de Israel lo que le era mandado. 35Y
al mirar los hijos de Israel el rostro de Moisés, veían que la piel de su
rostro era resplandeciente; y volvía Moisés a poner el velo sobre su rostro,
hasta que entraba a hablar con Dios.m[1]
Proverbios
15
15
1 La blanda
respuesta quita la ira;
Mas la palabra áspera hace
subir el furor.
2 La lengua
de los sabios adornará la sabiduría;
Mas la boca de los necios
hablará sandeces.
3 Los ojos de
Jehová están en todo lugar,
Mirando a los malos y a los
buenos.
4 La lengua
apacible es árbol de vida;
Mas la perversidad de ella es
quebrantamiento de espíritu.
5 El necio
menosprecia el consejo de su padre;
Mas el que guarda la
corrección vendrá a ser prudente.
6 En la casa
del justo hay gran provisión;
Pero turbación en las
ganancias del impío.
7 La boca de
los sabios esparce sabiduría;
No así el corazón de los
necios.
8 El
sacrificio de los impíos es abominación a Jehová;
Mas la oración de los rectos
es su gozo.
9 Abominación
es a Jehová el camino del impío;
Mas él ama al que sigue
justicia.
10 La
reconvención es molesta al que deja el camino;
Y el que aborrece la
corrección morirá.
11 El Seol y
el Abadón están delante de Jehová;
¡Cuánto más los corazones de
los hombres!
12 El
escarnecedor no ama al que le reprende,
Ni se junta con los sabios.
13 El corazón
alegre hermosea el rostro;
Mas por el dolor del corazón
el espíritu se abate.
14 El corazón
entendido busca la sabiduría;
Mas la boca de los necios se
alimenta de necedades.
15 Todos los
días del afligido son difíciles;
Mas el de corazón contento
tiene un banquete continuo.
16 Mejor es lo
poco con el temor de Jehová,
Que el gran tesoro donde hay
turbación.
17 Mejor es la
comida de legumbres donde hay amor,
Que de buey engordado donde
hay odio.
18 El hombre
iracundo promueve contiendas;
Mas el que tarda en airarse
apacigua la rencilla.
19 El camino
del perezoso es como seto de espinos;
Mas la vereda de los rectos,
como una calzada.
20 El hijo
sabio alegra al padre;
Mas el hombre necio
menosprecia a su madre.
21 La necedad
es alegría al falto de entendimiento;
Mas el hombre entendido
endereza sus pasos.
22 Los
pensamientos son frustrados donde no hay consejo;
Mas en la multitud de
consejeros se afirman.
23 El hombre
se alegra con la respuesta de su boca;
Y la palabra a su tiempo,
¡cuán buena es!
24 El camino
de la vida es hacia arriba al entendido,
Para apartarse del Seol abajo.
25 Jehová
asolará la casa de los soberbios;
Pero afirmará la heredad de la
viuda.
26 Abominación
son a Jehová los pensamientos del malo;
Mas las expresiones de los
limpios son limpias.
27 Alborota su
casa el codicioso;
Mas el que aborrece el soborno
vivirá.
28 El corazón
del justo piensa para responder;
Mas la boca de los impíos
derrama malas cosas.
29 Jehová está
lejos de los impíos;
Pero él oye la oración de los
justos.
30 La luz de
los ojos alegra el corazón,
Y la buena nueva conforta los
huesos.
31 El oído que
escucha las amonestaciones de la vida,
Entre los sabios morará.
32 El que
tiene en poco la disciplina menosprecia su alma;
Mas el que escucha la
corrección tiene entendimiento.
33 El temor de
Jehová es enseñanza de sabiduría;
Y a la honra precede la
humildad.[2]
a a 33.1: Gn. 12.7.
b b 33.1: Gn. 26.3.
c c 33.1: Gn. 28.13.
d d 33.19: Ro. 9.15.
a a 34.6–7: Ex. 20.5–6; Nm. 14.18; Dt. 5.9–10;
7.9–10.
b b 34.13: Dt. 16.21.
c c 34.17: Ex. 20.4; Lv. 19.4; Dt. 5.8; 27.15.
d d 34.18: Ex. 12.14–20; Lv. 23.6–8; Nm.
28.16–25.
e e 34.19: Ex. 13.2.
f f 34.20: Ex. 13.13.
g g 34.21: Ex. 20.9–10; 23.12; 31.15; 35.2;
Lv. 23.3; Dt. 5.13–14.
h
h 34.22: Lv. 23.15–21; Nm.
28.26–31.
i
i 34.22: Lv. 23.39–43.
j j 34.25: Ex. 12.10.
k k 34.26: Dt. 26.2.
l l 34.26: Dt. 14.21.
m m 34.29–35: 2 Co. 3.7–16.
[1]Reina
Valera Revisada (1960). 1998 (Ex 32.35-34.35). Miami: Sociedades Bı́blicas
Unidas.
[2]Reina
Valera Revisada (1960). 1998 (Pr 14.35-15.33). Miami: Sociedades Bı́blicas
Unidas.
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
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estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Febrero 25 Mat 6.1-18 / Ex 33-34 / Pro 15
San
Mateo 6.1-18
Jesús y la limosna
6
1Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los
hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendréis recompensa de
vuestro Padre que está en los cielos.
2Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta
delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para
ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. 3Mas
cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, 4para
que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará
en público.
Jesús y la oración
(Lc. 11.2–4)
5Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos
aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser
vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. 6Mas
tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que
está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.
7Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles,
que piensan que por su palabrería serán oídos. 8No os hagáis, pues,
semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad,
antes que vosotros le pidáis. 9Vosotros, pues, oraréis así: Padre
nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. 10Venga
tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. 11El
pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. 12Y perdónanos nuestras
deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. 13Y no
nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el
poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén. 14Porque si
perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro
Padre celestial; 15mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas,
tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.
Jesús y el ayuno
16Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas;
porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de
cierto os digo que ya tienen su recompensa. 17Pero tú, cuando
ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, 18para no mostrar a los
hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en
lo secreto te recompensará en público.
Exodo
33-34
La presencia de Dios prometida
33
1Jehová dijo a Moisés: Anda, sube
de aquí, tú y el pueblo que sacaste de la tierra de Egipto, a la tierra de la
cual juré a Abraham,a Isaacb y Jacob,c
diciendo: A tu descendencia la daré; 2y yo enviaré delante de ti
el ángel, y echaré fuera al cananeo y al amorreo, al heteo, al ferezeo, al
heveo y al jebuseo 3(a la tierra que fluye leche y miel); pero yo
no subiré en medio de ti, porque eres pueblo de dura cerviz, no sea que te
consuma en el camino.
4Y oyendo el pueblo esta mala
noticia, vistieron luto, y ninguno se puso sus atavíos. 5Porque
Jehová había dicho a Moisés: Di a los hijos de Israel: Vosotros sois pueblo de
dura cerviz; en un momento subiré en medio de ti, y te consumiré. Quítate,
pues, ahora tus atavíos, para que yo sepa lo que te he de hacer. 6Entonces
los hijos de Israel se despojaron de sus atavíos desde el monte Horeb.
7Y Moisés tomó el tabernáculo, y lo
levantó lejos, fuera del campamento, y lo llamó el Tabernáculo de Reunión. Y
cualquiera que buscaba a Jehová, salía al tabernáculo de reunión que estaba
fuera del campamento. 8Y sucedía que cuando salía Moisés al
tabernáculo, todo el pueblo se levantaba, y cada cual estaba en pie a la puerta
de su tienda, y miraban en pos de Moisés, hasta que él entraba en el
tabernáculo. 9Cuando Moisés entraba en el tabernáculo, la columna
de nube descendía y se ponía a la puerta del tabernáculo, y Jehová hablaba con
Moisés. 10Y viendo todo el pueblo la columna de nube que estaba a
la puerta del tabernáculo, se levantaba cada uno a la puerta de su tienda y
adoraba. 11Y hablaba Jehová a Moisés cara a cara, como habla
cualquiera a su compañero. Y él volvía al campamento; pero el joven Josué hijo
de Nun, su servidor, nunca se apartaba de en medio del tabernáculo.
12Y dijo Moisés a Jehová: Mira, tú
me dices a mí: Saca este pueblo; y tú no me has declarado a quién enviarás
conmigo. Sin embargo, tú dices: Yo te he conocido por tu nombre, y has hallado
también gracia en mis ojos. 13Ahora, pues, si he hallado gracia en
tus ojos, te ruego que me muestres ahora tu camino, para que te conozca, y
halle gracia en tus ojos; y mira que esta gente es pueblo tuyo. 14Y
él dijo: Mi presencia irá contigo, y te daré descanso. 15Y Moisés
respondió: Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí. 16¿Y
en qué se conocerá aquí que he hallado gracia en tus ojos, yo y tu pueblo, sino
en que tú andes con nosotros, y que yo y tu pueblo seamos apartados de todos
los pueblos que están sobre la faz de la tierra?
17Y Jehová dijo a Moisés: También
haré esto que has dicho, por cuanto has hallado gracia en mis ojos, y te he
conocido por tu nombre. 18El entonces dijo: Te ruego que me
muestres tu gloria. 19Y le respondió: Yo haré pasar todo mi bien
delante de tu rostro, y proclamaré el nombre de Jehová delante de ti; y tendré
misericordia del que tendré misericordia, y seré clemente para con el que seré
clemente.d
20Dijo más: No podrás ver mi rostro; porque no me verá hombre, y
vivirá. 21Y dijo aún Jehová: He aquí un lugar junto a mí, y tú
estarás sobre la peña; 22y cuando pase mi gloria, yo te pondré en
una hendidura de la peña, y te cubriré con mi mano hasta que haya pasado.
23Después apartaré mi mano, y verás mis espaldas; mas no se verá mi
rostro.
El pacto renovado
(Dt. 10.1–5)
34
1Y Jehová dijo a Moisés: Alísate
dos tablas de piedra como las primeras, y escribiré sobre esas tablas las
palabras que estaban en las tablas primeras que quebraste. 2Prepárate,
pues, para mañana, y sube de mañana al monte de Sinaí, y preséntate ante mí
sobre la cumbre del monte. 3Y no suba hombre contigo, ni parezca
alguno en todo el monte; ni ovejas ni bueyes pazcan delante del monte. 4Y
Moisés alisó dos tablas de piedra como las primeras; y se levantó de mañana y
subió al monte Sinaí, como le mandó Jehová, y llevó en su mano las dos tablas
de piedra. 5Y Jehová descendió en la nube, y estuvo allí con él,
proclamando el nombre de Jehová. 6Y pasando Jehová por delante de
él, proclamó: ¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la
ira, y grande en misericordia y verdad; 7que guarda misericordia a
millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, y que de ningún
modo tendrá por inocente al malvado; que visita la iniquidad de los padres
sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos, hasta la tercera y cuarta
generación.a 8Entonces Moisés, apresurándose,
bajó la cabeza hacia el suelo y adoró. 9Y dijo: Si ahora, Señor,
he hallado gracia en tus ojos, vaya ahora el Señor en medio de nosotros; porque
es un pueblo de dura cerviz; y perdona nuestra iniquidad y nuestro pecado, y
tómanos por tu heredad.
10Y él contestó: He aquí, yo hago
pacto delante de todo tu pueblo; haré maravillas que no han sido hechas en toda
la tierra, ni en nación alguna, y verá todo el pueblo en medio del cual estás
tú, la obra de Jehová; porque será cosa tremenda la que yo haré contigo.
Advertencia contra la idolatría de Canaán
(Dt. 7.1–5)
11Guarda lo que yo te mando hoy; he
aquí que yo echo de delante de tu presencia al amorreo, al cananeo, al heteo,
al ferezeo, al heveo y al jebuseo. 12Guárdate de hacer alianza con
los moradores de la tierra donde has de entrar, para que no sean tropezadero en
medio de ti. 13Derribaréis sus altares, y quebraréis sus estatuas,
y cortaréis sus imágenes de Asera.b 14Porque no te
has de inclinar a ningún otro dios, pues Jehová, cuyo nombre es Celoso, Dios
celoso es. 15Por tanto, no harás alianza con los moradores de
aquella tierra; porque fornicarán en pos de sus dioses, y ofrecerán sacrificios
a sus dioses, y te invitarán, y comerás de sus sacrificios; 16o
tomando de sus hijas para tus hijos, y fornicando sus hijas en pos de sus
dioses, harán fornicar también a tus hijos en pos de los dioses de ellas.
17No te harás dioses de fundición.c
Fiestas anuales
(Ex. 23.14–19; Dt. 16.1–17)
18La fiesta de los panes sin
levadura guardarás;d siete días comerás pan sin
levadura, según te he mandado, en el tiempo señalado del mes de Abib; porque en
el mes de Abib saliste de Egipto. 19Todo primer nacido, mío es;e
y de tu ganado todo primogénito de vaca o de oveja, que sea macho. 20Pero
redimirás con cordero el primogénito del asno; y si no lo redimieres, quebrarás
su cerviz. Redimirás todo primogénito de tus hijos;f y
ninguno se presentará delante de mí con las manos vacías.
21Seis días trabajarás, mas en el
séptimo día descansarás;g aun en la arada y en la
siega, descansarás. 22También celebrarás la fiesta de las semanas,
la de las primicias de la siega del trigo,h y la fiesta
de la cosecha a la salida del año.i 23Tres
veces en el año se presentará todo varón tuyo delante de Jehová el Señor, Dios
de Israel. 24Porque yo arrojaré a las naciones de tu presencia, y
ensancharé tu territorio; y ninguno codiciará tu tierra, cuando subas para
presentarte delante de Jehová tu Dios tres veces en el año.
25No ofrecerás cosa leudada junto
con la sangre de mi sacrificio, ni se dejará hasta la mañana nada del
sacrificio de la fiesta de la pascua.j 26Las
primicias de los primeros frutos de tu tierra llevarás a la casa de Jehová tu
Dios.k
No cocerás el cabrito en la leche de su madre.l
Moisés y las tablas de la ley
27Y Jehová dijo a Moisés: Escribe
tú estas palabras; porque conforme a estas palabras he hecho pacto contigo y
con Israel. 28Y él estuvo allí con Jehová cuarenta días y cuarenta
noches; no comió pan, ni bebió agua; y escribió en tablas las palabras del
pacto, los diez mandamientos.
29Y aconteció que descendiendo
Moisés del monte Sinaí con las dos tablas del testimonio en su mano, al
descender del monte, no sabía Moisés que la piel de su rostro resplandecía,
después que hubo hablado con Dios. 30Y Aarón y todos los hijos de
Israel miraron a Moisés, y he aquí la piel de su rostro era resplandeciente; y
tuvieron miedo de acercarse a él. 31Entonces Moisés los llamó; y
Aarón y todos los príncipes de la congregación volvieron a él, y Moisés les
habló. 32Después se acercaron todos los hijos de Israel, a los
cuales mandó todo lo que Jehová le había dicho en el monte Sinaí. 33Y
cuando acabó Moisés de hablar con ellos, puso un velo sobre su rostro. 34Cuando
venía Moisés delante de Jehová para hablar con él, se quitaba el velo hasta que
salía; y saliendo, decía a los hijos de Israel lo que le era mandado. 35Y
al mirar los hijos de Israel el rostro de Moisés, veían que la piel de su
rostro era resplandeciente; y volvía Moisés a poner el velo sobre su rostro,
hasta que entraba a hablar con Dios.m[1]
Proverbios
15
15
1 La blanda
respuesta quita la ira;
Mas la palabra áspera hace
subir el furor.
2 La lengua
de los sabios adornará la sabiduría;
Mas la boca de los necios
hablará sandeces.
3 Los ojos de
Jehová están en todo lugar,
Mirando a los malos y a los
buenos.
4 La lengua
apacible es árbol de vida;
Mas la perversidad de ella es
quebrantamiento de espíritu.
5 El necio
menosprecia el consejo de su padre;
Mas el que guarda la
corrección vendrá a ser prudente.
6 En la casa
del justo hay gran provisión;
Pero turbación en las
ganancias del impío.
7 La boca de
los sabios esparce sabiduría;
No así el corazón de los
necios.
8 El
sacrificio de los impíos es abominación a Jehová;
Mas la oración de los rectos
es su gozo.
9 Abominación
es a Jehová el camino del impío;
Mas él ama al que sigue
justicia.
10 La
reconvención es molesta al que deja el camino;
Y el que aborrece la
corrección morirá.
11 El Seol y
el Abadón están delante de Jehová;
¡Cuánto más los corazones de
los hombres!
12 El
escarnecedor no ama al que le reprende,
Ni se junta con los sabios.
13 El corazón
alegre hermosea el rostro;
Mas por el dolor del corazón
el espíritu se abate.
14 El corazón
entendido busca la sabiduría;
Mas la boca de los necios se
alimenta de necedades.
15 Todos los
días del afligido son difíciles;
Mas el de corazón contento
tiene un banquete continuo.
16 Mejor es lo
poco con el temor de Jehová,
Que el gran tesoro donde hay
turbación.
17 Mejor es la
comida de legumbres donde hay amor,
Que de buey engordado donde
hay odio.
18 El hombre
iracundo promueve contiendas;
Mas el que tarda en airarse
apacigua la rencilla.
19 El camino
del perezoso es como seto de espinos;
Mas la vereda de los rectos,
como una calzada.
20 El hijo
sabio alegra al padre;
Mas el hombre necio
menosprecia a su madre.
21 La necedad
es alegría al falto de entendimiento;
Mas el hombre entendido
endereza sus pasos.
22 Los
pensamientos son frustrados donde no hay consejo;
Mas en la multitud de
consejeros se afirman.
23 El hombre
se alegra con la respuesta de su boca;
Y la palabra a su tiempo,
¡cuán buena es!
24 El camino
de la vida es hacia arriba al entendido,
Para apartarse del Seol abajo.
25 Jehová
asolará la casa de los soberbios;
Pero afirmará la heredad de la
viuda.
26 Abominación
son a Jehová los pensamientos del malo;
Mas las expresiones de los
limpios son limpias.
27 Alborota su
casa el codicioso;
Mas el que aborrece el soborno
vivirá.
28 El corazón
del justo piensa para responder;
Mas la boca de los impíos
derrama malas cosas.
29 Jehová está
lejos de los impíos;
Pero él oye la oración de los
justos.
30 La luz de
los ojos alegra el corazón,
Y la buena nueva conforta los
huesos.
31 El oído que
escucha las amonestaciones de la vida,
Entre los sabios morará.
32 El que
tiene en poco la disciplina menosprecia su alma;
Mas el que escucha la
corrección tiene entendimiento.
33 El temor de
Jehová es enseñanza de sabiduría;
Y a la honra precede la
humildad.[2]
a a 33.1: Gn. 12.7.
b b 33.1: Gn. 26.3.
c c 33.1: Gn. 28.13.
d d 33.19: Ro. 9.15.
a a 34.6–7: Ex. 20.5–6; Nm. 14.18; Dt. 5.9–10;
7.9–10.
b b 34.13: Dt. 16.21.
c c 34.17: Ex. 20.4; Lv. 19.4; Dt. 5.8; 27.15.
d d 34.18: Ex. 12.14–20; Lv. 23.6–8; Nm.
28.16–25.
e e 34.19: Ex. 13.2.
f f 34.20: Ex. 13.13.
g g 34.21: Ex. 20.9–10; 23.12; 31.15; 35.2;
Lv. 23.3; Dt. 5.13–14.
h
h 34.22: Lv. 23.15–21; Nm.
28.26–31.
i
i 34.22: Lv. 23.39–43.
j j 34.25: Ex. 12.10.
k k 34.26: Dt. 26.2.
l l 34.26: Dt. 14.21.
m m 34.29–35: 2 Co. 3.7–16.
[1]Reina
Valera Revisada (1960). 1998 (Ex 32.35-34.35). Miami: Sociedades Bı́blicas
Unidas.
[2]Reina
Valera Revisada (1960). 1998 (Pr 14.35-15.33). Miami: Sociedades Bı́blicas
Unidas.
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