¡Cómo recibir lo que Dios tiene para ti!
¡Pon tu vista en el galardón!
Por Riqui Ricón*
Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de
Faraón, escogiendo antes ser
maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del
pecado, teniendo por mayores
riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía
puesta la mirada en el galardón. Por la fe dejó a Egipto,
no temiendo la ira del
rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible (He 11.24-27).
La FE es la
fuerza más poderosa que existe. Con la FE fue constituido
el universo por la Palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo
que no se veía (He 11.3). La FE no es un poder místico, ni un grado de elevación que
sólo puedan alcanzar algunos “iluminados”. ¡No! La fe es sencilla, y está a tu
alcance.
Porque por gracia sois salvos
por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie
se gloríe (Efe 2.8-9).
¡La FE es un regalo de tu Padre!
FE es
creerle a Dios, creyendo Su Palabra. Esto significa, creer que Él tiene Honor y
no miente. Esto es, creer que si Dios lo dijo, entonces, Él lo va a cumplir; que
si Dios lo habló, entonces, Él lo va a ejecutar.
Núm 23:19 RV60 Dios no es hombre,
para que mienta, Ni hijo de
hombre para que se arrepienta. El
dijo, ¿y no hará? Habló,
¿y no lo ejecutará?
Cuando crees
que la Biblia es la Palabra de Dios, entonces, como Moisés, sin importar cuán
difíciles o adversas sean tus circunstancias el día de hoy, te mantienes firme,
confiado(a) y tranquilo(a), ya que te sostienes viendo al Invisible, con la
mirada puesta en el galardón, esto es, con la mirada puesta en Su Palabra, en
cada una de Sus Promesas.
Hijo mío, guarda mis razones,
Y atesora contigo mis mandamientos. Guarda mis mandamientos y vivirás, Y mi ley
como las niñas de tus ojos. Lígalos a tus dedos; Escríbelos en la tabla de tu
corazón (Pro 7.1-3).
La FE viene
por oír la Palabra de Dios y al hacer de la Biblia lo norma máxima de tu
existencia (poniéndola en tu boca, mente y corazón); es entonces que tienes
acceso a los recursos ilimitados que Dios pone al alcance de todos Sus Hijos.
Porque de tal manera amó Dios
al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree,
no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo
al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn
3.16-17).
Dios te ama tanto que prefirió
entregar a Su propio Hijo, para pagar todos tus pecados, antes que perderte a
ti. Jesús vino a salvarte, ¡nunca a condenarte!
Todo aquel que cree que Jesús
es el Cristo, es nacido de Dios (1 Jn 5.1a).
¿Crees tú, que Jesús es el
Cristo, el Mesías, el Salvador del mundo que entrego su propia vida para pagar
todos tus pecados? Si es así, entonces, de acuerdo a la Palabra de Dios, tú has
Nacido de Dios.
¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre, que se nos llame hijos de Dios! ¡Y lo somos!
El mundo no nos conoce,
precisamente porque no lo conoció a él (1 Jn
3.1 NVI).
Hoy, tienes que aprender a
mirarte a ti mismo(a) como Dios te mira.
Tienes que aprender a llamarte a ti mismo(a) como Dios te llama.
siendo renacidos, no de
simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y
permanece para siempre (1 P 1.23).
¡Tú, mi querido(a) amigo(a), de
acuerdo a la Biblia, que es la Palabra de Dios, y no miente, ERES un(a) Hijo(a)
de Dios Nacido(a) de Nuevo, y no de simiente corruptible, sino de la
incorruptible semilla que es la Palabra de Dios que vive y permanece para
siempre!
Deja de
mirar todo lo que te han dicho que no eres. No prestes más atención a las
palabras de desánimo, fracaso y derrota que han dicho sobre ti. Pon atención a
la Palabra de Verdad, a la Ley de Justicia, que tu Padre ha pronunciado sobre
ti. Sostente mirando al Invisible y, justamente como Él, llama las cosas que no
son como si fueran. ¡Pon tu mirada en el galardón!
y dijo: Si oyeres atentamente
la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres
oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de
las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador (Ex 15.26).
omo un(a)
Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo tienes todo el derecho de conocer y
relacionarte con Dios tu Padre, como tu Sanador, Aquel
que sana TODAS tus dolencias (Sal 103.3).
Hijo mío, está atento a mis
palabras; Inclina tu oído a mis razones. No se aparten de tus ojos; Guárdalas
en medio de tu corazón; Porque son vida a los que las hallan, Y medicina a todo
su cuerpo (Pro 4.20-22).
Si tu haces
de la Biblia, La Palabra de Dios, la norma máxima de tu existencia, entonces
ten por cierto que ésta será vida para ti y medicina a todo tu cuerpo.
Amado, yo deseo que tú seas
prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma (3 Jn 2).
La Voluntad
de Dios para tu Vida está claramente expresada en las páginas de la Biblia. Él
es tu Padre que te Ama, y te desea próspero(a), saludable y en completa paz.
Por el
sacrificio y el Amor de Jesús, tú has sido declarado(a) Hijo(a) de Dios; tienes
el regalo de la Vida Eterna. La Voluntad de Dios, tu Padre, es de gozo, paz,
prosperidad y salud, para contigo. Así que, HOY puedes desatar tu fe con la
Palabra de Dios para RECIBIR total y absoluta sanidad, prosperidad y gozo.
Oremos en
voz audible:
Amado Padre celestial, como
la FE es creerte a Ti, creyendo Tu Palabra, entonces yo tengo FE y sé que puedo
confiar plenamente en Tu Palabra y, por lo tanto, comprendo y creo que Tu
voluntad para conmigo es buena, agradable y perfecta. Creo y recibo este tu
gran Amor que sientes por mí. Gracias por Tu Palabra, que es la Verdad, y con
la Cual puedo dirigir mi vida. Gracias, Señor Jesús, por lo que adquiriste para
mí al morir en esa cruz y al resucitar de la muerte. Por
todo esto, creo y declaro que caerán a mi lado mil, y diez mil a mi diestra mas
a mí no llegará, porque aunque ande en valle de sombra y de muerte NO TEMERÉ
mal alguno porque Tú, Señor, estás conmigo. Tú eres el que me guarda y el
maligno no me toca. Someto todo problema, angustia o enfermedad a la autoridad
de la Palabra de Dios, mi Padre, y los pongo bajo mis pies. ¡Soy sano(a)! ¡Soy Libre!
¡Soy próspero(a)! Creo y recibo el Amor, el gozo y la paz que sólo yo, un(a)
Hijo(a) del Rey, puedo experimentar para vivir una vida en la Plenitud de Dios,
mi Padre. ¡No voy a temer! Solamente creeré lo que la Biblia, la Palabra de
Dios, que no miente, dice acerca de mí. En el nombre de
Jesús. Amén
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo
establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en
voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a
Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el
Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis
pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí
acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa
derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a
entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi
único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
Tres Recomendaciones:
Lo que acabas de suceder al reconocer a Jesucristo como el Señor y
Salvador de tu vida, de acuerdo con La Palabra de Dios, es que has Nacido de
Nuevo, ya no más como un ser humano común y corriente, sujeto a la ley del
pecado y de la muerte, sino que ahora eres un(a) legítimo(a) y auténtico(a)
Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, exactamente igual a Jesucristo, quien ahora
es tu Hermano Mayor. Por lo tanto, te hago estas tres importantísimas
recomendaciones:
1.
Orar. Orar es platicar con Dios. Así que, búscate
un lugar tranquilo donde puedas comenzar a platicar todas tus cosas con Él.
Hazlo de forma audible y notarás como Dios siempre responderá a tu corazón.
2.
Leer y meditar la Palabra de Dios. La Biblia es La
Palabra de Dios, así que, consigue una Biblia y comienza a leerla y meditarla.
¿Cómo empezar? Es muy sencillo. Dependiendo del día que sea hoy, busca en el
programa de lectura “La Biblia en un año” y realiza las lecturas
correspondientes. Este programa lo puedes obtener en: A
Través de La Biblia En Un Ano (palabradehonor.org) Notarás que el
programa está arreglado para imprimirlo como un cuadernillo.
3.
En oración con Dios, tu Padre, busca y únete a una
iglesia o congregación cristiana donde enseñen la Palabra de Dios en base a las
Buenas Noticias que son el Evangelio de Jesucristo.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2020
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Febrero
16 Heb 11.23-40 /
Ex 15 / Pro 6.1-7.5
RV60
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Febrero
16 Heb 11.23-40 /
Ex 15 / Pro 6.1-7.5
Hebreos
11.23-40
23Por la fe Moisés, cuando
nació, fue escondido por sus padres por tres meses,p porque le
vieron niño hermoso, y no temieron el decreto del rey.q 24Por
la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón,r
25escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de
los deleites temporales del pecado, 26teniendo por mayores
riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía
puesta la mirada en el galardón. 27Por la fe dejó a Egipto,s
no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible.
28Por la fe celebró la pascua y la aspersión de la sangre, para que el
que destruía a los primogénitos no los tocase a ellos.t
29Por la fe pasaron el Mar Rojo
como por tierra seca; e intentando los egipcios hacer lo mismo, fueron
ahogados.u
30Por la fe cayeron los muros de Jericó después de rodearlos siete
días.v
31Por la fe Rahab la ramera no pereció juntamente con los
desobedientes,w habiendo recibido a los espías en paz.x
32¿Y qué más digo? Porque el tiempo
me faltaría contando de Gedeón,y de Barac,z
de Sansón,a de Jefté,b de David,c
así como de Samueld y de los profetas; 33que
por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon
bocas de leones,e 34apagaron
fuegos impetuosos,f evitaron filo de espada,
sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga
ejércitos extranjeros. 35Las mujeres recibieron sus muertos
mediante resurrección;g mas otros fueron
atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener mejor resurrección.
36Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y
cárceles.h 37Fueron apedreados,i
aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para
allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados,
maltratados; 38de los cuales el mundo no era digno; errando por
los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra.
39Y todos éstos, aunque alcanzaron
buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo prometido; 40proveyendo
Dios alguna cosa mejor para nosotros, para que no fuesen ellos perfeccionados
aparte de nosotros.[1]
Exodo
15
Cántico de Moisés y de María
15
1Entonces cantó Moisés y los hijos
de Israel este cánticoa a Jehová, y dijeron:
Cantaré yo a Jehová, porque se ha magnificado
grandemente;
Ha echado en el mar al caballo y al jinete.
2 Jehová es
mi fortaleza y mi cántico,
Y ha sido mi salvación.b
Este es mi Dios, y lo alabaré;
Dios de mi padre, y lo enalteceré.
3 Jehová es
varón de guerra;
Jehová es su nombre.
4 Echó en el
mar los carros de Faraón y su ejército;
Y sus capitanes escogidos fueron hundidos en el
Mar Rojo.
5 Los abismos
los cubrieron;
Descendieron a las profundidades como piedra.
6 Tu diestra,
oh Jehová, ha sido magnificada en poder;
Tu diestra, oh Jehová, ha quebrantado al
enemigo.
7 Y con la
grandeza de tu poder has derribado a los que se levantaron contra ti.
Enviaste tu ira; los consumió como a hojarasca.
8 Al soplo de
tu aliento se amontonaron las aguas;
Se juntaron las corrientes como en un montón;
Los abismos se cuajaron en medio del mar.
9 El enemigo
dijo:
Perseguiré, apresaré, repartiré despojos;
Mi alma se saciará de ellos;
Sacaré mi espada, los destruirá mi mano.
10 Soplaste
con tu viento; los cubrió el mar;
Se hundieron como plomo en las impetuosas aguas.
11 ¿Quién como
tú, oh Jehová, entre los dioses?
¿Quién como tú, magnífico en santidad,
Terrible en maravillosas hazañas, hacedor de
prodigios?
12 Extendiste
tu diestra;
La tierra los tragó.
13 Condujiste
en tu misericordia a este pueblo que redimiste;
Lo llevaste con tu poder a tu santa morada.
14 Lo oirán
los pueblos, y temblarán;
Se apoderará dolor de la tierra de los filisteos.
15 Entonces
los caudillos de Edom se turbarán;
A los valientes de Moab les sobrecogerá temblor;
Se acobardarán todos los moradores de Canaán.
16 Caiga sobre
ellos temblor y espanto;
A la grandeza de tu brazo enmudezcan como una
piedra;
Hasta que haya pasado tu pueblo, oh Jehová,
Hasta que haya pasado este pueblo que tú
rescataste.
17 Tú los
introducirás y los plantarás en el monte de tu heredad,
En el lugar de tu morada, que tú has preparado,
oh Jehová,
En el santuario que tus manos, oh Jehová, han
afirmado.
18 Jehová
reinará eternamente y para siempre.
19Porque Faraón entró cabalgando
con sus carros y su gente de a caballo en el mar, y Jehová hizo volver las
aguas del mar sobre ellos; mas los hijos de Israel pasaron en seco por en medio
del mar. 20Y María la profetisa, hermana de Aarón, tomó un pandero
en su mano, y todas las mujeres salieron en pos de ella con panderos y danzas.
21Y María les respondía:
Cantad a Jehová, porque en extremo se ha
engrandecido;
Ha echado en el mar al caballo y al jinete.
El agua amarga de Mara
22E hizo Moisés que partiese Israel
del Mar Rojo, y salieron al desierto de Shur; y anduvieron tres días por el
desierto sin hallar agua. 23Y llegaron a Mara, y no pudieron beber
las aguas de Mara, porque eran amargas; por eso le pusieron el nombre de Mara.5
24Entonces el pueblo murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Qué hemos de
beber? 25Y Moisés clamó a Jehová, y Jehová le mostró un árbol; y
lo echó en las aguas, y las aguas se endulzaron. Allí les dio estatutos y
ordenanzas, y allí los probó; 26y dijo: Si oyeres atentamente la
voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a
sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las
que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador.
27Y llegaron a Elim, donde había doce fuentes de aguas, y setenta
palmeras; y acamparon allí junto a las aguas.[2]
Proverbios
6.1-7.5
Amonestación contra la pereza y la falsedad
6
1 Hijo mío,
si salieres fiador por tu amigo,
Si has empeñado tu palabra a
un extraño,
2 Te has
enlazado con las palabras de tu boca,
Y has quedado preso en los
dichos de tus labios.
3 Haz esto
ahora, hijo mío, y líbrate,
Ya que has caído en la mano de
tu prójimo;
Ve, humíllate, y asegúrate de
tu amigo.
4 No des
sueño a tus ojos,
Ni a tus párpados
adormecimiento;
5 Escápate
como gacela de la mano del cazador,
Y como ave de la mano del que
arma lazos.
6 Ve a la
hormiga, oh perezoso,
Mira sus caminos, y sé sabio;
7 La cual no
teniendo capitán,
Ni gobernador, ni señor,
8 Prepara en
el verano su comida,
Y recoge en el tiempo de la
siega su mantenimiento.
9 Perezoso,
¿hasta cuándo has de dormir?
¿Cuándo te levantarás de tu
sueño?
10 Un poco de
sueño, un poco de dormitar,
Y cruzar por un poco las manos
para reposo;
11 Así vendrá
tu necesidad como caminante,
Y tu pobreza como hombre
armado.a
12 El hombre malo,
el hombre depravado,
Es el que anda en perversidad
de boca;
13 Que guiña
los ojos, que habla con los pies,
Que hace señas con los dedos.
14 Perversidades
hay en su corazón; anda pensando el mal en todo tiempo;
Siembra las discordias.
15 Por tanto,
su calamidad vendrá de repente;
Súbitamente será quebrantado,
y no habrá remedio.
16 Seis cosas
aborrece Jehová,
Y aun siete abomina su alma:
17 Los ojos
altivos, la lengua mentirosa,
Las manos derramadoras de
sangre inocente,
18 El corazón
que maquina pensamientos inicuos,
Los pies presurosos para
correr al mal,
19 El testigo
falso que habla mentiras,
Y el que siembra discordia
entre hermanos.
Amonestación contra el adulterio
20 Guarda,
hijo mío, el mandamiento de tu padre,
Y no dejes la enseñanza de tu
madre;
21 Atalos
siempre en tu corazón,
Enlázalos a tu cuello.
22 Te guiarán
cuando andes; cuando duermas te guardarán;
Hablarán contigo cuando despiertes.
23 Porque el
mandamiento es lámpara, y la enseñanza es luz,
Y camino de vida las
reprensiones que te instruyen,
24 Para que te
guarden de la mala mujer,
De la blandura de la lengua de
la mujer extraña.
25 No codicies
su hermosura en tu corazón,
Ni ella te prenda con sus
ojos;
26 Porque a
causa de la mujer ramera el hombre es reducido a un bocado de pan;
Y la mujer caza la preciosa
alma del varón.
27 ¿Tomará el
hombre fuego en su seno
Sin que sus vestidos ardan?
28 ¿Andará el
hombre sobre brasas
Sin que sus pies se quemen?
29 Así es el
que se llega a la mujer de su prójimo;
No quedará impune ninguno que
la tocare.
30 No tienen
en poco al ladrón si hurta
Para saciar su apetito cuando
tiene hambre;
31 Pero si es
sorprendido, pagará siete veces;
Entregará todo el haber de su
casa.
32 Mas el que
comete adulterio es falto de entendimiento;
Corrompe su alma el que tal
hace.
33 Heridas y
vergüenza hallará,
Y su afrenta nunca será
borrada.
34 Porque los
celos son el furor del hombre,
Y no perdonará en el día de la
venganza.
35 No aceptará
ningún rescate,
Ni querrá perdonar, aunque
multipliques los dones.
Las artimañas de la ramera
7
1 Hijo mío,
guarda mis razones,
Y atesora contigo mis
mandamientos.
2 Guarda mis
mandamientos y vivirás,
Y mi ley como las niñas de tus
ojos.
3 Lígalos a
tus dedos;
Escríbelos en la tabla de tu corazón.
4 Di a la
sabiduría: Tú eres mi hermana,
Y a la inteligencia llama
parienta;
5 Para que te
guarden de la mujer ajena,
Y de la extraña que ablanda
sus palabras.[3]
p p 11.23: Ex. 2.2.
q q 11.23: Ex. 1.22.
r r 11.24: Ex. 2.10–12.
s s 11.27: Ex. 2.15.
t t 11.28: Ex. 12.21–30.
u u 11.29: Ex. 14.21–31.
v v 11.30: Jos. 6.12–21.
w w 11.31: Jos. 6.22–25.
x x 11.31: Jos. 2.1–21.
y y 11.32: Jue. 6.11—8.32.
z z 11.32: Jue. 4.6—5.31.
a a 11.32: Jue. 13.2—16.31.
b b 11.32: Jue. 11.1—12.7.
c c 11.32: 1 S. 16.1—1 R. 2.11.
d d 11.32: 1 S. 1.1—25.1.
e e 11.33: Dn. 6.1–27.
f
f 11.34: Dn. 3.1–30.
g
g 11.35: 1 R. 17.17–24; 2 R.
4.25–37.
h
h 11.36: 1 R. 22.26–27; 2 Cr.
18.25–26; Jer. 20.2; 37.15; 38.6.
i i 11.37: 2 Cr. 24.21.
[1] Reina
Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. He
11.23-40
a
a 15.1: Ap. 15.3.
b
b 15.2: Sal. 118.14; Is. 12.2.
5 Esto es, Amargura.
[2] Reina
Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Ex
14.31-15.27
a a 6.10–11: Pr. 24.33–34.
[3] Reina
Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Pr
5.23-7.5
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Febrero
16 Heb 11.23-40 /
Ex 15 / Pro 6.1-7.5
Hebreos
11.23-40
23Por la fe Moisés, cuando
nació, fue escondido por sus padres por tres meses,p porque le
vieron niño hermoso, y no temieron el decreto del rey.q 24Por
la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón,r
25escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de
los deleites temporales del pecado, 26teniendo por mayores
riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía
puesta la mirada en el galardón. 27Por la fe dejó a Egipto,s
no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible.
28Por la fe celebró la pascua y la aspersión de la sangre, para que el
que destruía a los primogénitos no los tocase a ellos.t
29Por la fe pasaron el Mar Rojo
como por tierra seca; e intentando los egipcios hacer lo mismo, fueron
ahogados.u
30Por la fe cayeron los muros de Jericó después de rodearlos siete
días.v
31Por la fe Rahab la ramera no pereció juntamente con los
desobedientes,w habiendo recibido a los espías en paz.x
32¿Y qué más digo? Porque el tiempo
me faltaría contando de Gedeón,y de Barac,z
de Sansón,a de Jefté,b de David,c
así como de Samueld y de los profetas; 33que
por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon
bocas de leones,e 34apagaron
fuegos impetuosos,f evitaron filo de espada,
sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga
ejércitos extranjeros. 35Las mujeres recibieron sus muertos
mediante resurrección;g mas otros fueron
atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener mejor resurrección.
36Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y
cárceles.h 37Fueron apedreados,i
aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para
allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados,
maltratados; 38de los cuales el mundo no era digno; errando por
los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra.
39Y todos éstos, aunque alcanzaron
buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo prometido; 40proveyendo
Dios alguna cosa mejor para nosotros, para que no fuesen ellos perfeccionados
aparte de nosotros.[1]
Exodo
15
Cántico de Moisés y de María
15
1Entonces cantó Moisés y los hijos
de Israel este cánticoa a Jehová, y dijeron:
Cantaré yo a Jehová, porque se ha magnificado
grandemente;
Ha echado en el mar al caballo y al jinete.
2 Jehová es
mi fortaleza y mi cántico,
Y ha sido mi salvación.b
Este es mi Dios, y lo alabaré;
Dios de mi padre, y lo enalteceré.
3 Jehová es
varón de guerra;
Jehová es su nombre.
4 Echó en el
mar los carros de Faraón y su ejército;
Y sus capitanes escogidos fueron hundidos en el
Mar Rojo.
5 Los abismos
los cubrieron;
Descendieron a las profundidades como piedra.
6 Tu diestra,
oh Jehová, ha sido magnificada en poder;
Tu diestra, oh Jehová, ha quebrantado al
enemigo.
7 Y con la
grandeza de tu poder has derribado a los que se levantaron contra ti.
Enviaste tu ira; los consumió como a hojarasca.
8 Al soplo de
tu aliento se amontonaron las aguas;
Se juntaron las corrientes como en un montón;
Los abismos se cuajaron en medio del mar.
9 El enemigo
dijo:
Perseguiré, apresaré, repartiré despojos;
Mi alma se saciará de ellos;
Sacaré mi espada, los destruirá mi mano.
10 Soplaste
con tu viento; los cubrió el mar;
Se hundieron como plomo en las impetuosas aguas.
11 ¿Quién como
tú, oh Jehová, entre los dioses?
¿Quién como tú, magnífico en santidad,
Terrible en maravillosas hazañas, hacedor de
prodigios?
12 Extendiste
tu diestra;
La tierra los tragó.
13 Condujiste
en tu misericordia a este pueblo que redimiste;
Lo llevaste con tu poder a tu santa morada.
14 Lo oirán
los pueblos, y temblarán;
Se apoderará dolor de la tierra de los filisteos.
15 Entonces
los caudillos de Edom se turbarán;
A los valientes de Moab les sobrecogerá temblor;
Se acobardarán todos los moradores de Canaán.
16 Caiga sobre
ellos temblor y espanto;
A la grandeza de tu brazo enmudezcan como una
piedra;
Hasta que haya pasado tu pueblo, oh Jehová,
Hasta que haya pasado este pueblo que tú
rescataste.
17 Tú los
introducirás y los plantarás en el monte de tu heredad,
En el lugar de tu morada, que tú has preparado,
oh Jehová,
En el santuario que tus manos, oh Jehová, han
afirmado.
18 Jehová
reinará eternamente y para siempre.
19Porque Faraón entró cabalgando
con sus carros y su gente de a caballo en el mar, y Jehová hizo volver las
aguas del mar sobre ellos; mas los hijos de Israel pasaron en seco por en medio
del mar. 20Y María la profetisa, hermana de Aarón, tomó un pandero
en su mano, y todas las mujeres salieron en pos de ella con panderos y danzas.
21Y María les respondía:
Cantad a Jehová, porque en extremo se ha
engrandecido;
Ha echado en el mar al caballo y al jinete.
El agua amarga de Mara
22E hizo Moisés que partiese Israel
del Mar Rojo, y salieron al desierto de Shur; y anduvieron tres días por el
desierto sin hallar agua. 23Y llegaron a Mara, y no pudieron beber
las aguas de Mara, porque eran amargas; por eso le pusieron el nombre de Mara.5
24Entonces el pueblo murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Qué hemos de
beber? 25Y Moisés clamó a Jehová, y Jehová le mostró un árbol; y
lo echó en las aguas, y las aguas se endulzaron. Allí les dio estatutos y
ordenanzas, y allí los probó; 26y dijo: Si oyeres atentamente la
voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a
sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las
que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador.
27Y llegaron a Elim, donde había doce fuentes de aguas, y setenta
palmeras; y acamparon allí junto a las aguas.[2]
Proverbios
6.1-7.5
Amonestación contra la pereza y la falsedad
6
1 Hijo mío,
si salieres fiador por tu amigo,
Si has empeñado tu palabra a
un extraño,
2 Te has
enlazado con las palabras de tu boca,
Y has quedado preso en los
dichos de tus labios.
3 Haz esto
ahora, hijo mío, y líbrate,
Ya que has caído en la mano de
tu prójimo;
Ve, humíllate, y asegúrate de
tu amigo.
4 No des
sueño a tus ojos,
Ni a tus párpados
adormecimiento;
5 Escápate
como gacela de la mano del cazador,
Y como ave de la mano del que
arma lazos.
6 Ve a la
hormiga, oh perezoso,
Mira sus caminos, y sé sabio;
7 La cual no
teniendo capitán,
Ni gobernador, ni señor,
8 Prepara en
el verano su comida,
Y recoge en el tiempo de la
siega su mantenimiento.
9 Perezoso,
¿hasta cuándo has de dormir?
¿Cuándo te levantarás de tu
sueño?
10 Un poco de
sueño, un poco de dormitar,
Y cruzar por un poco las manos
para reposo;
11 Así vendrá
tu necesidad como caminante,
Y tu pobreza como hombre
armado.a
12 El hombre malo,
el hombre depravado,
Es el que anda en perversidad
de boca;
13 Que guiña
los ojos, que habla con los pies,
Que hace señas con los dedos.
14 Perversidades
hay en su corazón; anda pensando el mal en todo tiempo;
Siembra las discordias.
15 Por tanto,
su calamidad vendrá de repente;
Súbitamente será quebrantado,
y no habrá remedio.
16 Seis cosas
aborrece Jehová,
Y aun siete abomina su alma:
17 Los ojos
altivos, la lengua mentirosa,
Las manos derramadoras de
sangre inocente,
18 El corazón
que maquina pensamientos inicuos,
Los pies presurosos para
correr al mal,
19 El testigo
falso que habla mentiras,
Y el que siembra discordia
entre hermanos.
Amonestación contra el adulterio
20 Guarda,
hijo mío, el mandamiento de tu padre,
Y no dejes la enseñanza de tu
madre;
21 Atalos
siempre en tu corazón,
Enlázalos a tu cuello.
22 Te guiarán
cuando andes; cuando duermas te guardarán;
Hablarán contigo cuando despiertes.
23 Porque el
mandamiento es lámpara, y la enseñanza es luz,
Y camino de vida las
reprensiones que te instruyen,
24 Para que te
guarden de la mala mujer,
De la blandura de la lengua de
la mujer extraña.
25 No codicies
su hermosura en tu corazón,
Ni ella te prenda con sus
ojos;
26 Porque a
causa de la mujer ramera el hombre es reducido a un bocado de pan;
Y la mujer caza la preciosa
alma del varón.
27 ¿Tomará el
hombre fuego en su seno
Sin que sus vestidos ardan?
28 ¿Andará el
hombre sobre brasas
Sin que sus pies se quemen?
29 Así es el
que se llega a la mujer de su prójimo;
No quedará impune ninguno que
la tocare.
30 No tienen
en poco al ladrón si hurta
Para saciar su apetito cuando
tiene hambre;
31 Pero si es
sorprendido, pagará siete veces;
Entregará todo el haber de su
casa.
32 Mas el que
comete adulterio es falto de entendimiento;
Corrompe su alma el que tal
hace.
33 Heridas y
vergüenza hallará,
Y su afrenta nunca será
borrada.
34 Porque los
celos son el furor del hombre,
Y no perdonará en el día de la
venganza.
35 No aceptará
ningún rescate,
Ni querrá perdonar, aunque
multipliques los dones.
Las artimañas de la ramera
7
1 Hijo mío,
guarda mis razones,
Y atesora contigo mis
mandamientos.
2 Guarda mis
mandamientos y vivirás,
Y mi ley como las niñas de tus
ojos.
3 Lígalos a
tus dedos;
Escríbelos en la tabla de tu corazón.
4 Di a la
sabiduría: Tú eres mi hermana,
Y a la inteligencia llama
parienta;
5 Para que te
guarden de la mujer ajena,
Y de la extraña que ablanda
sus palabras.[3]
p p 11.23: Ex. 2.2.
q q 11.23: Ex. 1.22.
r r 11.24: Ex. 2.10–12.
s s 11.27: Ex. 2.15.
t t 11.28: Ex. 12.21–30.
u u 11.29: Ex. 14.21–31.
v v 11.30: Jos. 6.12–21.
w w 11.31: Jos. 6.22–25.
x x 11.31: Jos. 2.1–21.
y y 11.32: Jue. 6.11—8.32.
z z 11.32: Jue. 4.6—5.31.
a a 11.32: Jue. 13.2—16.31.
b b 11.32: Jue. 11.1—12.7.
c c 11.32: 1 S. 16.1—1 R. 2.11.
d d 11.32: 1 S. 1.1—25.1.
e e 11.33: Dn. 6.1–27.
f
f 11.34: Dn. 3.1–30.
g
g 11.35: 1 R. 17.17–24; 2 R.
4.25–37.
h
h 11.36: 1 R. 22.26–27; 2 Cr.
18.25–26; Jer. 20.2; 37.15; 38.6.
i i 11.37: 2 Cr. 24.21.
[1] Reina
Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. He
11.23-40
a
a 15.1: Ap. 15.3.
b
b 15.2: Sal. 118.14; Is. 12.2.
5 Esto es, Amargura.
[2] Reina
Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Ex
14.31-15.27
a a 6.10–11: Pr. 24.33–34.
[3] Reina
Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Pr
5.23-7.5
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