viernes, 12 de abril de 2019

¿Estarás predestinado(a) a algo?



14 de Abril
¡Destinado(a) a ser feliz!
Por Riqui Ricón*
Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel, para hacer cuanto tu mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera. Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra, mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús (Hch 4.27-30).
Hoy en día, todavía hay creyentes que piensan que los judíos no debieron colgar a Jesús de un madero y darle muerte. Consideran que fue una injusticia hacerle eso al pobrecito Señor Jesús.
¡Gracias a Dios por esa injusticia cometida contra Su Hijo!
Él pagó con Su Sangre y con Su Vida el justo precio por TODOS tus pecados y ahora, si es que has reconocido a Jesús como Señor y Salvador de tu vida, has sido justificado(a), perdonado(a) y tienes derecho a la Vida Eterna que solamente un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo puede gozar.
Todo esto porque el Amor, la mano y el consejo de Dios lo habían determinado para ti.
¡Ese siempre fue el Plan de Dios para tu Redención y Liberación!
No te confundas amado(a), nada es al azar ni por casualidad en tu vida, pues tú eres la más preciosa posesión que Dios tiene. Sólo piensa que el precio que pagó por ti fue la Vida misma de Su propio Hijo Jesús.
Aunque mi padre y mi madre me dejaran, Con todo, Jehová me recogerá (sal 27. 10).
Él no hizo esto para después dejarte de lado tirado(a) y abandonado(a) a tu suerte. ¡No! ¡De ninguna manera! ¡Dios lo sabe todo! ¡Dios lo conoce todo! ¡Dios lo puede todo! Él te ama y tiene un plan para ti.
Pon atención a como lo expresa Él, con Sus propias Palabras:
¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti (Isa 49. 15).
¡Dios está determinado a nunca olvidarte, a no dejarte ni desampararte!
Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé (Jos 1.5).
¡Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti!
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jua 3.16-17).
No sólo te amó para salvarte sino que te ama tanto que, por medio de la muerte y resurrección de Jesucristo,  decidió hacer de ti Su propio(a) Hijo(a).
MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos  (1 Jn 3.1 BAD).
Por eso el mundo no te conoce porque no le conocen a Él, porque no conocen Su gran Amor.
Pero, ¿Qué sucede si a pesar de todo tú vuelves a caer, si tú vuelves a pecar?
Hablando de Su perfecto Amor, es curioso como algunos piensan que, cuando le piden perdón a Dios por algún pecado cometido, le están informando a Dios de algo que Él desconocía. Piensan que Dios apenas se está enterando de su mala conducta y esto no es así. Dios ya lo sabía, Él está totalmente enterado de todos los pormenores del asunto.
Entonces, lo único que tienes que hacer es correr hacia Dios en lugar de huir de Él. Arrepiéntete, confiesa tu pecado y recibe el perdón, pues tu Padre siempre estará dispuesto a perdonarte y limpiarte. Así lo afirma Él en Su Palabra.
Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad (1 Jn 1. 9).
La Verdad es que cuando te arrepientes y pides perdón, la Palabra de Dios actúa y tú eres hecho(a) libre del pecado y de la culpabilidad que éste conlleva. ¡Es parte del Plan!
En los acontecimientos que nos narra el libro de los Hechos en la lectura de hoy, los discípulos fueron encarcelados y amenazados por las autoridades religiosas. A esta amenaza real, toda la iglesia respondió en oración: ¡No vamos a temer! ¡El padecimiento y sacrificio de Jesús no fue casualidad! ¡Tampoco nuestras Nuevas Vidas en esta tierra, son casualidad! ¡Dios tiene el control! ¡Vamos a seguir y no desistir!
Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra, mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús (Hch 4.29-30).
Tú has sido comprado(a) a precio de sangre para que, entre otras muchas cosas, tu existencia sobre la tierra tenga significado y sentido. No para que vivas atrapado(a) por tus circunstancias, ni para que tus emociones y sentimientos te vuelvan a esclavizar en temor, angustia, duda, rencor, resentimiento, depresión, frustración, amargura, odio, etc.
Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! (Ro 8.15).
De acuerdo a la Biblia, que es la Palabra de Dios y no miente, en este Plan perfecto de Dios, ésta es tu identidad correcta y no otra:
¡Nada ni nadie te puede vencer!

Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó (Ro 8. 37).

¡Tú eres más que capaz de perdonar y amar a tus semejantes como a ti mismo(a)!

la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado (Ro 5. 5).

¡Tienes derecho a vivir una vida plena y abundante!

El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn 10. 10).

¡Tienes todo el derecho a una vida próspera, saludable, llena de amor, gozo y paz!

Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma (3 Jn 2).

¡Eres un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo!

siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre (1 P 1.23).

¡Escrito está! Por lo tanto, todo esto, y más, se va a cumplir en tu vida.

Si puedes creer. Si puedes creerle a Dios. Si puedes creerle a Su Palabra. Al que cree todo le es posible.

Jehová cumplirá su propósito en mí (Sal 138. 8a).

Así como la mano y el consejo de Dios había antes determinado que sucediera tu redención por medio de Jesucristo, tú has sido predestinado(a) a vivir una vida plena y victoriosa, y Dios está empeñado a cumplir su propósito en tu vida.


Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, en esta hora creo y declaro toda Tu Palabra y consejo sobre de mí vida. Yo, _____________ (tu nombre aquí), soy ese(a) Hijo(a) Tuyo Nacido(a) de Nuevo que Tu Palabra, la Biblia, dice que Soy. Tú estás conmigo y en mí. Nunca me has dejado ni me dejarás. Tengo la Vida Eterna de un(a) Hijo(a) de Dios y tengo derecho a una Vida Plena y Abundante. Me determino con Tu ayuda, Espíritu Santo, a hacer que esto suceda así, por medio de la fe. Creyéndote a Ti, Señor Jesús, creyendo a Tu Palabra. Así que, declaro que estoy habilitada(o) por Dios con la Vida Eterna para reinar sobre la tierra. Voy a establecer Tu Reino poniendo la Palabra de Dios en mi mente, boca y corazón. Yo soy la persona que Dios dice que soy en Su Palabra, la Biblia. ¡Soy sana(o)! ¡Soy libre! ¡Soy próspera! ¡Soy más que vencedor(a)! ¡Todo lo puedo en Cristo! Y, por la Sangre de Jesús, soy dichosa(o) para vivir una vida plena y abundante. Muchas gracias, Señor Jesús. Gracias por esta Nueva Vida en Plenitud que ahora tengo. Gracias por mi sanidad. Gracias por mi salud. Gracias por mi prosperidad. Gracias por el Amor, la paz y el gozo que ahora disfruto. ¡Gracias por mi Victoria sobre la muerte! En el nombre de Jesús. Amén.
 Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2011


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Abril 14                        Hch 4.23-37 /  Deu 21-22 /  Job 14


Hechos 4. 23-37
Los creyentes piden confianza y valor
23Y puestos en libertad, vinieron a los suyos y contaron todo lo que los principales sacerdotes y los ancianos les habían dicho. 24Y ellos, habiéndolo oído, alzaron unánimes la voz a Dios, y dijeron: Soberano Señor, tú eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay; 25que por boca de David tu siervo dijiste:
¿Por qué se amotinan las gentes,
Y los pueblos piensan cosas vanas?
     26     Se reunieron los reyes de la tierra,
Y los príncipes se juntaron en uno
Contra el Señor, y contra su Cristo.
 27Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel, 28para hacer cuanto tu mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera. 29Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra, 30mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús. 31Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios.

Todas las cosas en común
32Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común. 33Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos. 34Así que no había entre ellos ningún necesitado; porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían, y traían el precio de lo vendido, 35y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad. 36Entonces José, a quien los apóstoles pusieron por sobrenombre Bernabé (que traducido es, Hijo de consolación), levita, natural de Chipre, 37como tenía una heredad, la vendió y trajo el precio y lo puso a los pies de los apóstoles.

Deuteronomio 21-22
Expiación de un asesinato cuyo autor se desconoce
21
1Si en la tierra que Jehová tu Dios te da para que la poseas, fuere hallado alguien muerto, tendido en el campo, y no se supiere quién lo mató, 2entonces tus ancianos y tus jueces saldrán y medirán la distancia hasta las ciudades que están alrededor del muerto. 3Y los ancianos de la ciudad más cercana al lugar donde fuere hallado el muerto, tomarán de las vacas una becerra que no haya trabajado, que no haya llevado yugo; 4y los ancianos de aquella ciudad traerán la becerra a un valle escabroso, que nunca haya sido arado ni sembrado, y quebrarán la cerviz de la becerra allí en el valle. 5Entonces vendrán los sacerdotes hijos de Leví, porque a ellos escogió Jehová tu Dios para que le sirvan, y para bendecir en el nombre de Jehová; y por la palabra de ellos se decidirá toda disputa y toda ofensa. 6Y todos los ancianos de la ciudad más cercana al lugar donde fuere hallado el muerto lavarán sus manos sobre la becerra cuya cerviz fue quebrada en el valle; 7y protestarán y dirán: Nuestras manos no han derramado esta sangre, ni nuestros ojos lo han visto. 8Perdona a tu pueblo Israel, al cual redimiste, oh Jehová; y no culpes de sangre inocente a tu pueblo Israel. Y la sangre les será perdonada. 9Y tú quitarás la culpa de la sangre inocente de en medio de ti, cuando hicieres lo que es recto ante los ojos de Jehová.

Diversas leyes
10Cuando salieres a la guerra contra tus enemigos, y Jehová tu Dios los entregare en tu mano, y tomares de ellos cautivos, 11y vieres entre los cautivos a alguna mujer hermosa, y la codiciares, y la tomares para ti por mujer, 12la meterás en tu casa; y ella rapará su cabeza, y cortará sus uñas, 13y se quitará el vestido de su cautiverio, y se quedará en tu casa; y llorará a su padre y a su madre un mes entero; y después podrás llegarte a ella, y tú serás su marido, y ella será tu mujer. 14Y si no te agradare, la dejarás en libertad; no la venderás por dinero, ni la tratarás como esclava, por cuanto la humillaste.
15Si un hombre tuviere dos mujeres, la una amada y la otra aborrecida, y la amada y la aborrecida le hubieren dado hijos, y el hijo primogénito fuere de la aborrecida; 16en el día que hiciere heredar a sus hijos lo que tuviere, no podrá dar el derecho de primogenitura al hijo de la amada con preferencia al hijo de la aborrecida, que es el primogénito; 17mas al hijo de la aborrecida reconocerá como primogénito, para darle el doble de lo que correspondiere a cada uno de los demás; porque él es el principio de su vigor, y suyo es el derecho de la primogenitura.
18Si alguno tuviere un hijo contumaz y rebelde, que no obedeciere a la voz de su padre ni a la voz de su madre, y habiéndole castigado, no les obedeciere; 19entonces lo tomarán su padre y su madre, y lo sacarán ante los ancianos de su ciudad, y a la puerta del lugar donde viva; 20y dirán a los ancianos de la ciudad: Este nuestro hijo es contumaz y rebelde, no obedece a nuestra voz; es glotón y borracho. 21Entonces todos los hombres de su ciudad lo apedrearán, y morirá; así quitarás el mal de en medio de ti, y todo Israel oirá, y temerá.
22Si alguno hubiere cometido algún crimen digno de muerte, y lo hiciereis morir, y lo colgareis en un madero, 23no dejaréis que su cuerpo pase la noche sobre el madero; sin falta lo enterrarás el mismo día, porque maldito por Dios es el colgado; y no contaminarás tu tierra que Jehová tu Dios te da por heredad.

22
1Si vieres extraviado el buey de tu hermano, o su cordero, no le negarás tu ayuda; lo volverás a tu hermano. 2Y si tu hermano no fuere tu vecino, o no lo conocieres, lo recogerás en tu casa, y estará contigo hasta que tu hermano lo busque, y se lo devolverás. 3Así harás con su asno, así harás también con su vestido, y lo mismo harás con toda cosa de tu hermano que se le perdiere y tú la hallares; no podrás negarle tu ayuda. 4Si vieres el asno de tu hermano, o su buey, caído en el camino, no te apartarás de él; le ayudarás a levantarlo.
5No vestirá la mujer traje de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que esto hace.
6Cuando encuentres por el camino algún nido de ave en cualquier árbol, o sobre la tierra, con pollos o huevos, y la madre echada sobre los pollos o sobre los huevos, no tomarás la madre con los hijos. 7Dejarás ir a la madre, y tomarás los pollos para ti, para que te vaya bien, y prolongues tus días.
8Cuando edifiques casa nueva, harás pretil a tu terrado, para que no eches culpa de sangre sobre tu casa, si de él cayere alguno.
9No sembrarás tu viña con semillas diversas, no sea que se pierda todo, tanto la semilla que sembraste como el fruto de la viña. 10No ararás con buey y con asno juntamente. 11No vestirás ropa de lana y lino juntamente.
12Te harás flecos en las cuatro puntas de tu manto con que te cubras.

Leyes sobre la castidad
13Cuando alguno tomare mujer, y después de haberse llegado a ella la aborreciere, 14y le atribuyere faltas que den que hablar, y dijere: A esta mujer tomé, y me llegué a ella, y no la hallé virgen; 15entonces el padre de la joven y su madre tomarán y sacarán las señales de la virginidad de la doncella a los ancianos de la ciudad, en la puerta; 16y dirá el padre de la joven a los ancianos: Yo di mi hija a este hombre por mujer, y él la aborrece; 17y he aquí, él le atribuye faltas que dan que hablar, diciendo: No he hallado virgen a tu hija; pero ved aquí las señales de la virginidad de mi hija. Y extenderán la vestidura delante de los ancianos de la ciudad. 18Entonces los ancianos de la ciudad tomarán al hombre y lo castigarán; 19y le multarán en cien piezas de plata, las cuales darán al padre de la joven, por cuanto esparció mala fama sobre una virgen de Israel; y la tendrá por mujer, y no podrá despedirla en todos sus días. 20Mas si resultare ser verdad que no se halló virginidad en la joven, 21entonces la sacarán a la puerta de la casa de su padre, y la apedrearán los hombres de su ciudad, y morirá, por cuanto hizo vileza en Israel fornicando en casa de su padre; así quitarás el mal de en medio de ti.
22Si fuere sorprendido alguno acostado con una mujer casada con marido, ambos morirán, el hombre que se acostó con la mujer, y la mujer también; así quitarás el mal de Israel.
23Si hubiere una muchacha virgen desposada con alguno, y alguno la hallare en la ciudad, y se acostare con ella; 24entonces los sacaréis a ambos a la puerta de la ciudad, y los apedrearéis, y morirán; la joven porque no dio voces en la ciudad, y el hombre porque humilló a la mujer de su prójimo; así quitarás el mal de en medio de ti.
25Mas si un hombre hallare en el campo a la joven desposada, y la forzare aquel hombre, acostándose con ella, morirá solamente el hombre que se acostó con ella; 26mas a la joven no le harás nada; no hay en ella culpa de muerte; pues como cuando alguno se levanta contra su prójimo y le quita la vida, así es en este caso. 27Porque él la halló en el campo; dio voces la joven desposada, y no hubo quien la librase.
28Cuando algún hombre hallare a una joven virgen que no fuere desposada, y la tomare y se acostare con ella, y fueren descubiertos; 29entonces el hombre que se acostó con ella dará al padre de la joven cincuenta piezas de plata, y ella será su mujer, por cuanto la humilló; no la podrá despedir en todos sus días.
30Ninguno tomará la mujer de su padre, ni profanará el lecho de su padre.


Job 14

Job discurre sobre la brevedad de la vida
14
     1     El hombre nacido de mujer,
Corto de días, y hastiado de sinsabores,
     2     Sale como una flor y es cortado,
Y huye como la sombra y no permanece.
     3     ¿Sobre éste abres tus ojos,
Y me traes a juicio contigo?
     4     ¿Quién hará limpio a lo inmundo?
Nadie.
     5     Ciertamente sus días están determinados,
Y el número de sus meses está cerca de ti;
Le pusiste límites, de los cuales no pasará.
     6     Si tú lo abandonares, él dejará de ser;
Entre tanto deseará, como el jornalero, su día.
     7     Porque si el árbol fuere cortado, aún queda de él esperanza;
Retoñará aún, y sus renuevos no faltarán.
     8     Si se envejeciere en la tierra su raíz,
Y su tronco fuere muerto en el polvo,
     9     Al percibir el agua reverdecerá,
Y hará copa como planta nueva.
     10     Mas el hombre morirá, y será cortado;
Perecerá el hombre, ¿y dónde estará él?
     11     Como las aguas se van del mar,
Y el río se agota y se seca,
     12     Así el hombre yace y no vuelve a levantarse;
Hasta que no haya cielo, no despertarán,
Ni se levantarán de su sueño.
     13     ¡Oh, quién me diera que me escondieses en el Seol,
Que me encubrieses hasta apaciguarse tu ira,
Que me pusieses plazo, y de mí te acordaras!
     14     Si el hombre muriere, ¿volverá a vivir?
Todos los días de mi edad esperaré,
Hasta que venga mi liberación.
     15     Entonces llamarás, y yo te responderé;
Tendrás afecto a la hechura de tus manos.
     16     Pero ahora me cuentas los pasos,
Y no das tregua a mi pecado;
     17     Tienes sellada en saco mi prevaricación,
Y tienes cosida mi iniquidad.
     18     Ciertamente el monte que cae se deshace,
Y las peñas son removidas de su lugar;
     19     Las piedras se desgastan con el agua impetuosa, que se lleva el polvo de la tierra;
De igual manera haces tú perecer la esperanza del hombre.
     20     Para siempre serás más fuerte que él, y él se va;
Demudarás su rostro, y le despedirás.
     21     Sus hijos tendrán honores, pero él no lo sabrá;
O serán humillados, y no entenderá de ello.
     22     Mas su carne sobre él se dolerá,
Y se entristecerá en él su alma.

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