6
de Noviembre
¡Buena,
agradable y perfecta!
Por
Riqui Ricón*
Mas
esto les mandé, diciendo: Escuchad mi voz, y seré a vosotros por Dios, y
vosotros me seréis por pueblo; y andad en todo camino que os mande, para que os vaya bien (Jer 7.23).
Entre
más pronto comprendas que todo lo que la Biblia, la palabra de Dios, dice, lo
dice para tu beneficio, entonces más pronto podrás creer y recibir la vida
plena y abundante que Jesús compró para ti al morir en la cruz.
Nunca se apartará de tu boca este libro de la
ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas
conforme a todo lo que en él está escrito; porque
entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. Mira
que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en
dondequiera que vayas
(Jos 1.8-9).
¡Es
tan sencillo! La clave de tu existencia está en hacer de la Biblia la norma y
principio básico de tu vida. ¡Pon la Palabra de Dios en tu mente, boca y
corazón! Lee y medita en la Biblia todos los días de tu vida, de día y de noche.
Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada
de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y
los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón (He
4.12).
La
palabra de Dios está viva y es eficaz para producir en tu vida la fe que
necesitas para creer y hacer que sucedan todas y cada una de las cosas que Dios
ha dicho acerca de ti.
Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca
de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin
que esperáis (Jer 29.11).
La
voluntad y deseo de Dios hacia contigo siempre ha sido buena, agradable y
perfecta, pues de todo esto, la Verdad más hermosa es que Dios te ama. Sí, mi
amigo(a), Dios te ama y te ama tanto que prefirió entregar a su propio Hijo, a
que pagara el precio de tus pecados, antes que perderte a ti.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo
unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida
eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al
mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Es
por Su gran Amor con que te ha amado que Dios ha pronunciado palabras de bien y
bendición sobre tu vida. Es porque te ama tanto que pensó y desarrolló un plan
donde todos tus pecados fueran pagados mediante la vida de Su Hijo, Jesús, para
justificarte, santificarte, perfeccionarte, perdonarte y así poder darte la
Vida Eterna que sólo pueden gozar los Hijos de Dios Nacidos de Nuevo.
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas
viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas (2 Co 5.17).
Ahora
en, Cristo Jesús, lo mejor de tu vida ya comenzó. Delante de tus pies comienza
un camino totalmente nuevo que ya ha sido bendecido por tu Dios y Padre. Y
aunque ciertamente en el mundo tendrás aflicciones, puedes vivir en paz, pues por
la Palabra de Honor de Dios, de todo problema, enfermedad o aflicción tienes la
certeza que saldrás más que vencedor(a) por medio de Aquel que te amó, Cristo
Jesús.
Dios no es un hombre, por lo tanto no
miente. Él no es humano, por lo tanto no cambia de parecer. ¿Acaso alguna vez
habló sin actuar? ¿Alguna vez prometió sin cumplir? Escucha, yo recibí la orden
de bendecir; ¡Dios ha bendecido, y yo no puedo revertirlo! (Num
23.19-20 NTV).
Dios
lo ha establecido así en Su Palabra y si Dios lo dijo, entonces, Él lo va a
cumplir, si Dios lo habló, entonces, Él lo va a ejecutar. ¡Dios no miente!
Por
todo esto, ha llegado el tiempo, y ahora es, en que comiences hacer de la
lectura y meditación de la Biblia la prioridad máxima de tu existencia.
Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que
seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le
conoció a él (1 Jn 3.1).
Sólo
en la Biblia puedes conocer y creer el Amor que Dios te ha dado.
Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas
salud, así como prospera tu alma (3 Jn 2).
Sólo
en la Biblia puedes conocer y creer la voluntad buena, agradable y perfecta que
Dios tiene para ti.
Pero todos los que beban del agua que
yo doy no tendrán sed jamás. Esa agua se convierte en un manantial que brota
con frescura dentro de ellos y les da vida eterna (Jn
4. 14 NTV).
La
Biblia, la palabra de Dios, es la fuente de agua de vida eterna que corre en
ti. Es la semilla sembrada en la buena tierra de tu corazón que ha de dar fruto
a ciento por uno.
Así
que, Dios te ama y Él desea que te vaya bien y que tengas una buena vida. Por
lo tanto, puedes comenzar a creer y recibir este Amor que Dios te tiene,
alineando tus pensamientos, sentimientos, emociones y declaraciones a la
Palabra de Dios. Sométete a Dios, sométete a Su Palabra, resiste al diablo y
éste huirá de ti, pues Satanás sólo viene a hurtar, matar y destruir, pero,
ahora, Jesús está contigo para darte esa vida buena y abundante que ya pagó
para ti derramando hasta la última gota de Su Sangre por Amor a ti.
No imiten las conductas ni las
costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas
nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la
voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta (Ro
12.2 NTV).
Recuerda
siempre que TODO lo que está escrito en la Biblia acerca de ti se va a cumplir,
¡es Palabra de Dios!
¡Es
Palabra de Honor!
Oremos
en voz audible:
Amado
Padre celestial, hoy quiero agradecerte por Tu Palabra, la Biblia. Señor sé que
Tú no mientes, que la Biblia es Tu Palabra de Honor y que, por lo tanto, mi
corazón está firme; confiado en Ti, Señor Jesús. Por Tu Palabra asegurado está
mi corazón y no voy a temer. Por Tu Palabra sé que he puesto a Jehová, que es mi esperanza, Al
Altísimo por mi habitación, No me sobrevendrá mal, Ni plaga tocará mi morada.
Pues a Tus ángeles mandará acerca de mí, Que me guarden en todos mis caminos.
En las manos me llevarán, Para que mi pie no tropiece en piedra. Sobre el
león y el áspid pisaré; Hollaré al cachorro del león y al dragón. Por cuanto
en mi has puesto Tu Amor, Tú también me librarás; Me pondrás en alto, por
cuanto he conocido Tu nombre. Yo te invocaré, y Tú me responderás; Conmigo
estarás Tú en la angustia; Me librarás y le glorificarás. Me saciarás de larga
vida, Y me mostrarás Tu salvación. Soy sano(a), soy libre para realizar esa vida plena y abundante que está
escrita acerca de mí. Señor Jesús eres Tú la fuente de agua de Vida Eterna que
corre en mí. Amén.
Nota Importante:
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo
C. Peredo Jaime © 2012
Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un
año habrás leído toda la Biblia.
Noviembre 6 2
Tim 2 /
Jer 7-8 / Sal 122
2
Timoteo 2
Un buen soldado de Jesucristo
2
1Tú, pues, hijo
mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús. 2Lo que has
oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos
para enseñar también a otros. 3Tú, pues, sufre penalidades como
buen soldado de Jesucristo. 4Ninguno que milita se enreda en los
negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado. 5Y
también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente.
6El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero.
7Considera lo que digo, y el Señor te dé entendimiento en todo.
8Acuérdate de
Jesucristo, del linaje de David, resucitado de los muertos conforme a mi
evangelio, 9en el cual sufro penalidades, hasta prisiones a modo
de malhechor; mas la palabra de Dios no está presa. 10Por tanto,
todo lo soporto por amor de los escogidos, para que ellos también obtengan la
salvación que es en Cristo Jesús con gloria eterna. 11Palabra fiel
es esta:
Si somos
muertos con él, también viviremos con él;
12 Si
sufrimos, también reinaremos con él;
Si le
negáremos, él también nos negará.
13 Si fuéremos
infieles, él permanece fiel;
El no puede
negarse a sí mismo.
Un obrero aprobado
14Recuérdales
esto, exhortándoles delante del Señor a que no contiendan sobre palabras, lo
cual para nada aprovecha, sino que es para perdición de los oyentes. 15Procura
con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué
avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad. 16Mas evita
profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad.
17Y su palabra carcomerá como gangrena; de los cuales son Himeneo y
Fileto, 18que se desviaron de la verdad, diciendo que la
resurrección ya se efectuó, y trastornan la fe de algunos. 19Pero
el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los
que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de
Cristo.
20Pero en una
casa grande, no solamente hay utensilios de oro y de plata, sino también de
madera y de barro; y unos son para usos honrosos, y otros para usos viles.
21Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para
honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra. 22Huye
también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la
paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor. 23Pero
desecha las cuestiones necias e insensatas, sabiendo que engendran contiendas.
24Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para
con todos, apto para enseñar, sufrido; 25que con mansedumbre
corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan
para conocer la verdad, 26y escapen del lazo del diablo, en que
están cautivos a voluntad de él.
Jeremías
7-8
Mejorad vuestros caminos y vuestras obras
7
1Palabra de
Jehová que vino a Jeremías, diciendo: 2Ponte a la puerta de la
casa de Jehová, y proclama allí esta palabra, y di: Oíd palabra de Jehová, todo
Judá, los que entráis por estas puertas para adorar a Jehová. 3Así
ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Mejorad vuestros caminos y
vuestras obras, y os haré morar en este lugar. 4No fiéis en
palabras de mentira, diciendo: Templo de Jehová, templo de Jehová, templo de
Jehová es este.
5Pero si
mejorareis cumplidamente vuestros caminos y vuestras obras; si con verdad
hiciereis justicia entre el hombre y su prójimo, 6y no oprimiereis
al extranjero, al huérfano y a la viuda, ni en este lugar derramareis la sangre
inocente, ni anduviereis en pos de dioses ajenos para mal vuestro, 7os
haré morar en este lugar, en la tierra que di a vuestros padres para siempre.
8He aquí,
vosotros confiáis en palabras de mentira, que no aprovechan. 9Hurtando,
matando, adulterando, jurando en falso, e incensando a Baal, y andando tras
dioses extraños que no conocisteis, 10¿vendréis y os pondréis
delante de mí en esta casa sobre la cual es invocado mi nombre, y diréis:
Librados somos; para seguir haciendo todas estas abominaciones? 11¿Es
cueva de ladrones delante de vuestros ojos esta casa sobre la
cual es invocado mi nombre? He aquí que también yo lo veo, dice Jehová.
12Andad ahora a mi lugar en Silo, donde hice morar mi nombre al
principio, y ved lo que le hice por la maldad de mi pueblo Israel. 13Ahora,
pues, por cuanto vosotros habéis hecho todas estas obras, dice Jehová, y aunque
os hablé desde temprano y sin cesar, no oísteis, y os llamé, y no
respondisteis; 14haré también a esta casa sobre la cual es
invocado mi nombre, en la que vosotros confiáis, y a este lugar que di a
vosotros y a vuestros padres, como hice a Silo. 15Os
echaré de mi presencia, como eché a todos vuestros hermanos, a toda la
generación de Efraín.
16Tú, pues, no
ores por este pueblo, ni levantes por ellos clamor ni oración, ni me ruegues;
porque no te oiré. 17¿No ves lo que éstos hacen en las ciudades de
Judá y en las calles de Jerusalén? 18Los hijos recogen la leña,
los padres encienden el fuego, y las mujeres amasan la masa, para hacer tortas
a la reina del cielo y para hacer ofrendas a dioses ajenos, para provocarme a
ira. 19¿Me provocarán ellos a ira? dice Jehová. ¿No obran más bien
ellos mismos su propia confusión? 20Por tanto, así ha dicho Jehová
el Señor: He aquí que mi furor y mi ira se derramarán sobre este lugar, sobre
los hombres, sobre los animales, sobre los árboles del campo y sobre los frutos
de la tierra; se encenderán, y no se apagarán.
Castigo de la rebelión de Judá
21Así ha dicho
Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Añadid vuestros holocaustos sobre
vuestros sacrificios, y comed la carne. 22Porque no hablé yo con
vuestros padres, ni nada les mandé acerca de holocaustos y de víctimas el día
que los saqué de la tierra de Egipto. 23Mas esto les mandé,
diciendo: Escuchad mi voz, y seré a vosotros por Dios, y vosotros me seréis por
pueblo; y andad en todo camino que os mande, para que os vaya bien. 24Y
no oyeron ni inclinaron su oído; antes caminaron en sus propios consejos, en la
dureza de su corazón malvado, y fueron hacia atrás y no hacia adelante,
25desde el día que vuestros padres salieron de la tierra de Egipto hasta
hoy. Y os envié todos los profetas mis siervos, enviándolos desde temprano y
sin cesar; 26pero no me oyeron ni inclinaron su oído, sino que
endurecieron su cerviz, e hicieron peor que sus padres.
27Tú, pues, les
dirás todas estas palabras, pero no te oirán; los llamarás, y no te
responderán. 28Les dirás, por tanto: Esta es la nación que no
escuchó la voz de Jehová su Dios, ni admitió corrección; pereció la verdad, y
de la boca de ellos fue cortada.
29Corta tu
cabello, y arrójalo, y levanta llanto sobre las alturas; porque Jehová ha
aborrecido y dejado la generación objeto de su ira.
30Porque los
hijos de Judá han hecho lo malo ante mis ojos, dice Jehová; pusieron sus
abominaciones en la casa sobre la cual fue invocado mi nombre, amancillándola.
31Y han edificado los lugares altos de Tofet, que está en el valle del
hijo de Hinom, para quemar al fuego a sus hijos y a sus
hijas,
cosa que yo no les mandé, ni subió en mi corazón. 32Por tanto, he
aquí vendrán días, ha dicho Jehová, en que no se diga más, Tofet, ni valle del
hijo de Hinom, sino Valle de la Matanza; y serán enterrados en Tofet, por no
haber lugar. 33Y serán los cuerpos muertos de este pueblo para
comida de las aves del cielo y de las bestias de la tierra; y no habrá quien
las espante. 34Y haré cesar de las ciudades de Judá, y de las
calles de Jerusalén, la voz de gozo y la voz de alegría, la voz del esposo y la
voz de la esposa; porque la tierra será desolada.
8
1En aquel tiempo,
dice Jehová, sacarán los huesos de los reyes de Judá, y los huesos de sus
príncipes, y los huesos de los sacerdotes, y los huesos de los profetas, y los
huesos de los moradores de Jerusalén, fuera de sus sepulcros; 2y
los esparcirán al sol y a la luna y a todo el ejército del cielo, a quienes
amaron y a quienes sirvieron, en pos de quienes anduvieron, a quienes
preguntaron, y ante quienes se postraron. No serán recogidos ni enterrados;
serán como estiércol sobre la faz de la tierra. 3Y escogerá la
muerte antes que la vida todo el resto que quede de esta mala generación, en
todos los lugares adonde arroje yo a los que queden, dice Jehová de los
ejércitos.
4Les dirás
asimismo: Así ha dicho Jehová: El que cae, ¿no se levanta? El que se desvía,
¿no vuelve al camino? 5¿Por qué es este pueblo de Jerusalén
rebelde con rebeldía perpetua? Abrazaron el engaño, y no han querido volverse.
6Escuché y oí; no hablan rectamente, no hay hombre que se arrepienta de
su mal, diciendo: ¿Qué he hecho? Cada cual se volvió a su propia carrera, como
caballo que arremete con ímpetu a la batalla. 7Aun la cigüeña en
el cielo conoce su tiempo, y la tórtola y la grulla y la golondrina guardan el
tiempo de su venida; pero mi pueblo no conoce el juicio de Jehová.
8¿Cómo decís:
Nosotros somos sabios, y la ley de Jehová está con nosotros? Ciertamente la ha
cambiado en mentira la pluma mentirosa de los escribas. 9Los
sabios se avergonzaron, se espantaron y fueron consternados; he aquí que
aborrecieron la palabra de Jehová; ¿y qué sabiduría tienen? 10Por
tanto, daré a otros sus mujeres, y sus campos a quienes los conquisten; porque
desde el más pequeño hasta el más grande cada uno sigue la avaricia; desde el
profeta hasta el sacerdote todos hacen engaño. 11Y curaron la
herida de la hija de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay
paz. 12¿Se han avergonzado de haber hecho abominación? Ciertamente no se han
avergonzado en lo más mínimo, ni supieron avergonzarse; caerán, por tanto,
entre los que caigan; cuando los castigue caerán, dice Jehová. 13Los cortaré del todo, dice Jehová. No quedarán uvas en la vid, ni
higos en la higuera, y se caerá la hoja; y lo que les he dado pasará de ellos.
14¿Por qué nos
estamos sentados? Reuníos, y entremos en las ciudades fortificadas, y
perezcamos allí; porque Jehová nuestro Dios nos ha destinado a perecer, y nos
ha dado a beber aguas de hiel, porque pecamos contra Jehová. 15Esperamos
paz, y no hubo bien; día de curación, y he aquí turbación. 16Desde
Dan se oyó el bufido de sus caballos; al sonido de los relinchos de sus
corceles tembló toda la tierra; y vinieron y devoraron la tierra y su
abundancia, a la ciudad y a los moradores de ella. 17Porque he
aquí que yo envío sobre vosotros serpientes, áspides contra los cuales no hay
encantamiento, y os morderán, dice Jehová.
Lamento sobre Judá y Jerusalén
18A causa de mi
fuerte dolor, mi corazón desfallece en mí. 19He aquí voz del
clamor de la hija de mi pueblo, que viene de la tierra lejana: ¿No está Jehová
en Sion? ¿No está en ella su Rey? ¿Por qué me hicieron airar con sus imágenes
de talla, con vanidades ajenas? 20Pasó la siega, terminó el
verano, y nosotros no hemos sido salvos. 21Quebrantado estoy por
el quebrantamiento de la hija de mi pueblo; entenebrecido estoy, espanto me ha
arrebatado.
22¿No hay bálsamo
en Galaad? ¿No hay allí médico? ¿Por qué, pues, no hubo medicina para la hija
de mi pueblo?
SALMO 122
Oración por la paz de
Jerusalén
Cántico gradual; de David.
1 Yo me
alegré con los que me decían:
A la casa de
Jehová iremos.
2 Nuestros
pies estuvieron
Dentro de
tus puertas, oh Jerusalén.
3 Jerusalén,
que se ha edificado
Como una
ciudad que está bien unida entre sí.
4 Y allá
subieron las tribus, las tribus de JAH,
Conforme al
testimonio dado a Israel,
Para alabar
el nombre de Jehová.
5 Porque allá
están las sillas del juicio,
Los tronos de la casa de
David.
6 Pedid por
la paz de Jerusalén;
Sean
prosperados los que te aman.
7 Sea la paz
dentro de tus muros,
Y el
descanso dentro de tus palacios.
8 Por amor de
mis hermanos y mis compañeros
Diré yo: La
paz sea contigo.
9 Por amor a
la casa de Jehová nuestro Dios
Buscaré tu
bien.
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