7
de Noviembre
¡Dios ha
hablado a tu favor!
Por
Riqui Ricón*
Toda
la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para
corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de
Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra (2 Ti 3.16-17).
El
día de hoy, pido a nuestro Padre celestial y al Espíritu Santo, que está en ti,
que te ayuden a nunca desestimar la importancia del papel que desempeña la
Biblia en tu vida. Pido para que hagas del estudio y meditación de la Palabra
de Dios el asunto más relevante de cada día.
Yo
sé que tú trabajas o estudias; que tus días comienzan muy temprano; que tienes
que atender a tu familia, realizar tus proyectos, proveer para los de tu casa y
que apenas tienes tiempo para terminar todas las cosas que has de hacer cada
día.
Sin
embargo, para todo eso necesitas sabiduría y dirección, fortaleza y sanidad,
restitución y prosperidad, además de paz y gozo. Todo esto solamente lo podrás
obtener de la Palabra de Dios.
Por
tanto, mi pueblo fue llevado cautivo, porque no tuvo conocimiento; y su gloria
pereció de hambre, y su multitud se secó de sed (Isa 5.13).
Muchos
Hijos de Dios Nacidos de Nuevo, honestos y sinceros creyentes, están
continuamente tropezando ante las aflicciones del mundo y no logran manifestar
la paz que una vida en victoria debe traer a sus vidas.
Os he dicho todas estas cosas para que
en mí encontréis vuestra paz. Siempre tendréis en el mundo pruebas que os
afligirán, pero confiad en mí, porque yo he vencido al mundo
(Jn 16.33 CST).
Es
en la Biblia, la Palabra de Dios, que están las respuestas a cada una de las
necesidades y retos que vas a enfrentar el día de hoy. En ella están la
sabiduría y consejo para que tomes las decisiones correctas. Sólo de la Biblia
fluyen el gozo y la paz que son tu derecho como un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a)
de Nuevo.
Lámpara es a mis pies tu palabra,
Y lumbrera a mi camino… La exposición de tus palabras alumbra; Hace entender a
los simples… Mucha paz tienen los que aman tu ley, Y no hay para ellos
tropiezo… Por heredad he tomado tus testimonios para siempre, Porque son el
gozo de mi corazón (Sal 119.105,
130, 165, 111).
La lectura y meditación diaria de la Biblia traerá luz en tu camino;
alumbrará tu entendimiento; traerá paz a tu vida y no tropezarás con nada. La
Biblia es tu verdadera herencia y ella traerá el gozo a tu corazón.
Dijo
entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis
en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis
la verdad, y la verdad os hará libres
(Jn 8.31-32).
¡La Biblia es la única Verdad que te puede hacer
libre!
Tenemos también la palabra profética más segura,
a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar
oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros
corazones; entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la
Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía
fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron
siendo inspirados por el Espíritu Santo (2 P 1.19-21).
Recuerda
siempre que, aunque Dios quisiera, Él no puede mentir, pues toda palabra que
sale de Su boca tiene el poder para hacerse cumplir en sí misma: ¡es la Palabra
de Dios!
Porque
de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo
aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque
no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo
sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Así
que, si la Biblia dice que Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio
Hijo antes que perderte a ti, entonces, puedes estar total y absolutamente
convencido(a) que Dios te ama de esa forma.
Como
la fe viene por el oír la Palabra de Dios, puedes tener la certeza que:
1. Por Amor has sido hecha(o) Hija(o) de Dios,
Miren
lo grande que es el amor que el Padre nos ha mostrado, ¡hasta llega a hacer
posible que seamos llamados hijos de Dios! Y eso es lo que de verdad somos. Por
eso la gente del mundo no nos conoce, pues el mundo no conoce a Dios (1 Jn 3.1).
2.
Has vencido y vencerás porque Dios está contigo,
Hijitos,
vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en
vosotros, que el que está en el mundo
(1 Jn 4.4).
3.
No hay nada que no puedas hacer bien,
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece (Fil 4.13).
4.
Sea cual sea la enfermedad, angustia o tribulación que estés enfrentando el día
de hoy, Dios es el que te guarda y protege en toda adversidad,
Jehová
es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha. El sol no te fatigará
de día, Ni la luna de noche. Jehová te guardará de todo mal; El guardará tu
alma. Jehová guardará tu salida y tu entrada Desde ahora y para siempre (Sal 121.5-8).
Sabemos
que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue
engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca (1 Jn 5.18).
Aunque
ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás
conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento (Sal 23.4).
Por esto, aunque el día de hoy te encuentres enfrentando problemas,
enfermedades o aflicciones, puedes tener gozo y paz. Así es, gozo y paz en
medio de la más tremenda de las aflicciones. ¿Cómo puede ser esto posible? Esto
es posible sólo cuando sabes que sabes que tienes la Palabra de Dios, la
Palabra de Honor de tu Padre celestial, obrando a tu favor.
Antes,
en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó (Ro 8.37).
Y
sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es,
a los que conforme a su propósito son llamados (Ro 8.28).
Así que,
¡no hay forma en que puedas perder en este mundo!
Entonces,
¿qué sucede con los que no conocen la Verdad? Son llevados cautivos por el
espíritu de temor hacia una vida llena de dudas y miedos. Pero, esto no será
así para ti. Tú eres escogido(a) de Dios y tu vida ha cambiado totalmente
gracias a la Sangre del Cordero de Dios, Cristo Jesús.
¡Tú
eres un(a) legítimo(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo!
Oremos
en voz audible:
Amado
Padre celestial, hoy quiero agradecerte por la Verdad de Tu Palabra que es
Cristo Jesús mi Señor y Salvador. Me determino hacer de este día el mejor de
mis días pues tengo Tu Palabra para lograrlo. De todos mis pecados me
arrepiento y te pido perdón, sobre todo por dar lugar a la duda y al temor. De
acuerdo a tu Palabra, la Biblia, hoy me declaro Sano(a) de toda enfermedad; soy
Prospero(a) delante de la pobreza y la escasez; soy Libre para vivir la vida
plena y abundante que Tú, Señor Jesús, ganaste para mí. Voy a leer y meditar Tu
Palabra todos los días de mi vida y la guardaré en mi corazón para hacer todo
lo que en ella está escrito pues entonces haré prosperar mi camino y todo me saldrá bien. No voy a
temer, solamente voy a creer. No existe problema, angustia o enfermedad de la
cual no vaya a salir más que vencedor(a) por medio de Tu Amor. En el nombre de
Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo
C. Peredo Jaime © 2012
Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un
año habrás leído toda la Biblia.
Noviembre 7 2
Tim 3 /
Jer 9-10/ Sal 123
2
Timoteo 3
Carácter de los hombres en los postreros días
3
1También debes
saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. 2Porque
habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios,
blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, 3sin afecto
natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de
lo bueno, 4traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los
deleites más que de Dios, 5que tendrán apariencia de piedad, pero
negarán la eficacia de ella; a éstos evita. 6Porque de éstos son
los que se meten en las casas y llevan cautivas a las mujercillas cargadas de
pecados, arrastradas por diversas concupiscencias. 7Estas siempre
están aprendiendo, y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad. 8Y
de la manera que Janes y Jambres resistieron a Moisés, así
también éstos resisten a la verdad; hombres corruptos de entendimiento,
réprobos en cuanto a la fe. 9Mas no irán más adelante; porque su
insensatez será manifiesta a todos, como también lo fue la de aquéllos.
10Pero tú has
seguido mi doctrina, conducta, propósito, fe, longanimidad, amor, paciencia,
11persecuciones, padecimientos, como los que me sobrevinieron en
Antioquía, en Iconio, en Listra;
persecuciones que he sufrido, y de todas me ha librado el Señor. 12Y
también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán
persecución; 13mas los malos hombres y los engañadores irán de mal
en peor, engañando y siendo engañados. 14Pero persiste tú en lo
que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; 15y
que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden
hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. 16Toda
la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para
corregir, para instruir en justicia, 17a fin de que el hombre de
Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.
Jeremías
9-10
9
1¡Oh, si mi
cabeza se hiciese aguas, y mis ojos fuentes de lágrimas, para que llore día y
noche los muertos de la hija de mi pueblo! 2¡Oh, quién me diese en
el desierto un albergue de caminantes, para que dejase a mi pueblo, y de ellos
me apartase! Porque todos ellos son adúlteros, congregación de prevaricadores.
3Hicieron que su lengua lanzara mentira como un arco, y no se
fortalecieron para la verdad en la tierra; porque de mal en mal procedieron, y
me han desconocido, dice Jehová.
4Guárdese cada
uno de su compañero, y en ningún hermano tenga confianza; porque todo hermano
engaña con falacia, y todo compañero anda calumniando. 5Y cada uno
engaña a su compañero, y ninguno habla verdad; acostumbraron su lengua a hablar
mentira, se ocupan de actuar perversamente. 6Su morada está en
medio del engaño; por muy engañadores no quisieron conocerme, dice Jehová.
7Por tanto, así
ha dicho Jehová de los ejércitos: He aquí que yo los refinaré y los probaré;
porque ¿qué más he de hacer por la hija de mi pueblo? 8Saeta
afilada es la lengua de ellos; engaño habla; con su boca dice paz a su amigo, y
dentro de sí pone sus asechanzas. 9¿No los he de castigar por
estas cosas? dice Jehová. De tal nación, ¿no se vengará mi alma?
10Por los montes
levantaré lloro y lamentación, y llanto por los pastizales del desierto; porque
fueron desolados hasta no quedar quien pase, ni oírse bramido de ganado; desde
las aves del cielo hasta las bestias de la tierra huyeron, y se fueron.
11Reduciré a Jerusalén a un montón de ruinas, morada de chacales; y
convertiré las ciudades de Judá en desolación en que no quede morador.
Amenaza de ruina y exilio
12¿Quién es varón
sabio que entienda esto? ¿y a quién habló la boca de Jehová, para que pueda
declararlo? ¿Por qué causa la tierra ha perecido, ha sido asolada como
desierto, hasta no haber quien pase? 13Dijo Jehová: Porque dejaron
mi ley, la cual di delante de ellos, y no obedecieron a mi voz, ni caminaron
conforme a ella; 14antes se fueron tras la imaginación de su
corazón, y en pos de los baales, según les enseñaron sus padres. 15Por
tanto, así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí que a este
pueblo yo les daré a comer ajenjo, y les daré a beber aguas de hiel. 16Y
los esparciré entre naciones que ni ellos ni sus padres conocieron; y enviaré
espada en pos de ellos, hasta que los acabe.
17Así dice Jehová
de los ejércitos: Considerad, y llamad plañideras que vengan; buscad a las
hábiles en su oficio; 18y dense prisa, y levanten llanto por
nosotros, y desháganse nuestros ojos en lágrimas, y nuestros párpados se
destilen en aguas. 19Porque de Sion fue oída voz de endecha: ¡Cómo
hemos sido destruidos! En gran manera hemos sido avergonzados, porque
abandonamos la tierra, porque han destruido nuestras moradas.
20Oíd, pues, oh
mujeres, palabra de Jehová, y vuestro oído reciba la palabra de su boca:
Enseñad endechas a vuestras hijas, y lamentación cada una a su amiga. 21Porque
la muerte ha subido por nuestras ventanas, ha entrado en nuestros palacios,
para exterminar a los niños de las calles, a los jóvenes de las plazas.
22Habla: Así ha dicho Jehová: Los cuerpos de los hombres muertos caerán
como estiércol sobre la faz del campo, y como manojo tras el segador, que no
hay quien lo recoja.
El conocimiento de Dios es la gloria del hombre
23Así dijo
Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el
valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. 24Mas alábese en
esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme,
que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque
estas cosas quiero, dice Jehová.
25He aquí que
vienen días, dice Jehová, en que castigaré a todo circuncidado, y a todo
incircunciso; 26a Egipto y a Judá, a Edom y a los hijos de Amón y
de Moab, y a todos los arrinconados en el postrer rincón, los que moran en el
desierto; porque todas las naciones son incircuncisas, y toda la casa de Israel
es incircuncisa de corazón.
Los falsos dioses y el Dios verdadero
10
1Oíd la palabra
que Jehová ha hablado sobre vosotros, oh casa de Israel. 2Así dijo
Jehová: No aprendáis el camino de las naciones, ni de las señales del cielo
tengáis temor, aunque las naciones las teman. 3Porque las
costumbres de los pueblos son vanidad; porque leño del bosque cortaron, obra de
manos de artífice con buril. 4Con plata y oro lo adornan; con
clavos y martillo lo afirman para que no se mueva. 5Derechos están
como palmera, y no hablan; son llevados, porque no pueden andar. No tengáis
temor de ellos, porque ni pueden hacer mal, ni para hacer bien tienen poder.
6No hay semejante
a ti, oh Jehová; grande eres tú, y grande tu nombre en poderío. 7¿Quién
no te temerá, oh Rey de las naciones? Porque a ti es
debido el temor; porque entre todos los sabios de las naciones y en todos sus
reinos, no hay semejante a ti. 8Todos se infatuarán y
entontecerán. Enseñanza de vanidades es el leño. 9Traerán plata
batida de Tarsis y oro de Ufaz, obra del artífice, y de manos del fundidor; los
vestirán de azul y de púrpura, obra de peritos es todo. 10Mas
Jehová es el Dios verdadero; él es Dios vivo y Rey eterno; a su ira tiembla la
tierra, y las naciones no pueden sufrir su indignación.
11Les diréis así:
Los dioses que no hicieron los cielos ni la tierra, desaparezcan de la tierra y
de debajo de los cielos.
12El que hizo la
tierra con su poder, el que puso en orden el mundo con su saber, y extendió los
cielos con su sabiduría; 13a su voz se produce muchedumbre de
aguas en el cielo, y hace subir las nubes de lo postrero de la tierra; hace los
relámpagos con la lluvia, y saca el viento de sus depósitos. 14Todo
hombre se embrutece, y le falta ciencia; se avergüenza de su ídolo todo
fundidor, porque mentirosa es su obra de fundición, y no hay espíritu en ella.
15Vanidad son, obra vana; al tiempo de su castigo perecerán. 16No
es así la porción de Jacob; porque él es el Hacedor de todo, e Israel es la
vara de su heredad; Jehová de los ejércitos es su nombre.
Asolamiento de Judá
17Recoge de las
tierras tus mercaderías, la que moras en lugar fortificado. 18Porque
así ha dicho Jehová: He aquí que esta vez arrojaré con honda los moradores de
la tierra, y los afligiré, para que lo sientan.
19¡Ay de mí, por
mi quebrantamiento! mi llaga es muy dolorosa. Pero dije: Ciertamente enfermedad
mía es esta, y debo sufrirla. 20Mi tienda está destruida, y todas
mis cuerdas están rotas; mis hijos me han abandonado y perecieron; no hay ya
más quien levante mi tienda, ni quien cuelgue mis cortinas. 21Porque
los pastores se infatuaron, y no buscaron a Jehová; por tanto, no prosperaron,
y todo su ganado se esparció.
22He aquí que voz
de rumor viene, y alboroto grande de la tierra del norte, para convertir en
soledad todas las ciudades de Judá, en morada de chacales. 23Conozco,
oh Jehová, que el hombre no es señor de su camino, ni del hombre que camina es
el ordenar sus pasos. 24Castígame, oh Jehová, mas con juicio; no
con tu furor, para que no me aniquiles.
25Derrama tu
enojo sobre los pueblos que no te conocen, y sobre las naciones que no invocan
tu nombre; porque se comieron a Jacob, lo devoraron, le han consumido, y han
asolado su morada.
SALMO 123
Plegaria pidiendo misericordia
Cántico gradual.
1 A ti alcé
mis ojos,
A ti que
habitas en los cielos.
2 He aquí,
como los ojos de los siervos miran a la mano de sus señores,
Y como los
ojos de la sierva a la mano de su señora,
Así nuestros
ojos miran a Jehová nuestro Dios,
Hasta que tenga misericordia
de nosotros.
3 Ten
misericordia de nosotros, oh Jehová, ten misericordia de nosotros,
Porque
estamos muy hastiados de menosprecio.
4 Hastiada
está nuestra alma
Del escarnio
de los que están en holgura,
Y del
menosprecio de los soberbios.
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