13
de Noviembre
¡Créelo,
recíbelo y vívelo!
Por
Riqui Ricón*
Pero
sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros
mismos (Sgo 1.22).
Existe una
gran diferencia entre ser un simple espectador de la vida o ser un protagonista;
entre ser un hacedor de la historia o ser un mero participante de las
circunstancias.
Desde
luego, habrá quien diga: yo no soy
pastor, ni predicador, ni evangelista como para hacer grandes cosas para Dios,
soy solamente un humilde miembro de la iglesia. El asunto es que, si ser
miembro de la iglesia significa asistir un par de veces por semana a escuchar
la Palabra de Dios, participando en alguno de los ministerios y realizar una
vida secular sin mayor cambio o impacto en la vida de los demás, entonces estás
descuidando la salvación (la plenitud de Vida) que Jesús te dio.
El
ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que
tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn 10.10).
Si te
limitas a escuchar la Palabra de Dios y no actúas conforme a ella, entonces te
estás engañando a ti mismo(a) y estás frustrando el plan de Dios para tu vida.
Piénsalo, si Dios te quisiera como un espectador no te tendría viviendo en este
momento de la historia, donde la pobreza, violencia, inmoralidad, enfermedad y,
en fin, la maldad crece día con día.
Vosotros
sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede
esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud,
sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así
alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas
obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos (Mat 5.14-16)
Nunca
antes, en la historia de la humanidad, se ha necesitado tan urgentemente la
manifestación de los Hijos de Dios en este mundo.
Porque
el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos
de Dios. Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su
propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; 21porque
también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la
libertad gloriosa de los hijos de Dios (Ro 8.19-21).
¿Cómo ser
un hacedor(a) de la Palabra? Creyéndola como si fuera la Palabra de Dios, la
cual en Verdad es.
La acción
más importante que debes realizar para ser un(a) hacedor(a) de la Palabra es
tomar la decisión de creerle a Dios, creyendo Su Palabra y vivir conforme a lo
que crees. Lo demás ya no dependerá de lo que tú hagas para Él sino de lo que
Él YA hizo para ti. Ahora depende de lo que tú YA ERES conforme a Su Palabra:
un(a) Hijo(a) de Dios NACIDO(A) DE NUEVO y no de simiente corruptible sino de
semilla incorruptible por la Palabra de Dios que vive y permanece para siempre.
De tal
forma que, el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y
persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste
será bienaventurado en lo que hace
(Sgo 1.25).
La Biblia,
la Palabra de Dios, que no puede mentir, es la Perfecta Ley, es la Ley de la
Libertad; y si riges tu vida de acuerdo a ella eres bienaventurado(a), esto es,
Bendecido(a) por Dios y por lo tanto, un(a) hombre (mujer) mil veces feliz.
Así que,
mírate a ti mismo(a) como Dios te mira. Mírate a través del espejo que Su
Palabra es.
Josué, como
tú, vivió en una época emocionante y desafiante, él tenía que introducir al
pueblo de Israel a la tierra prometida y para conseguirlo recibió la siguiente
instrucción de parte de Dios:
Nunca se apartará de tu boca
este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que
guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces
harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. Mira que te mando que te esfuerces y
seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en
dondequiera que vayas (Jos 1.8-9).
Vivir de
acuerdo a la Biblia es hacer historia, es atreverse a vivir una vida
emocionante y desafiante. Ser un hacedor de la Palabra es creerle a Dios y vivir
lo que Él dice acerca de ti. Es dejar de mirar tus limitaciones y defectos para
creer y actuar de acuerdo a la persona que Dios dice que tú ahora eres.
Así que,
amado(a), ¡Créelo, recíbelo y vívelo!
Oremos en
voz audible:
Amado padre
celestial, sé que Tu Palabra, la Biblia, es la Verdad y por eso hoy puedo
declarar con toda certeza que yo _____________________(tu nombre aquí):
·
Tengo el Poder del Espíritu Santo para ser un(a)
testigo eficaz de Jesucristo (Hch 1.8).
·
TODO lo puedo en Cristo que me fortalece (Fil
4.13).
·
Soy de Dios y ya he vencido porque mayor es el que
ESTÁ EN MI que el que está en el mundo (1 Jn 4.4).
·
En TODAS las cosas soy más que vencedor por medio
de Aquel que me ama, Cristo Jesús (Ro 8.37).
·
No he recibido un espíritu de esclavitud para estar
otra vez en temor sino que he recibido el espíritu de adopción y le puedo decir
a Dios papá, papito (Ro 8.15).
·
Dios me ama tanto que me ha llamado Su Hijo(a) (1
Jn 3.1).
·
Caerán a mi izquierda mil y diez mil a mi derecha
pero a mí no llegará (Sal 91.7).
·
Aunque pase por caminos oscuros y
tenebrosos, no tendré miedo. Porque tú, Señor, estás a mi lado; Tu vara y tu
bastón me reconfortan. Me preparaste un banquete delante de mis enemigos;
ungiste mi cabeza con aceite, has llenado mi copa hasta rebosar. Tu bondad y tu
fiel amor estarán conmigo toda la vida. Y entraré a la casa del Señor para
quedarme allí para siempre (Sal 23.4-6).
·
Ciertamente, Tú, Señor Jesús, llevaste
todas mis enfermedades y sufriste mis dolores y por tus heridas yo ya fui
sanado(a).
¡Gracias
por todo esto Señor Jesús! No voy a temer sino a creer. Por lo tanto, voy a manifestar todas y cada
una de tus promesas en mi vida. Así que, sin lugar a dudas, Padre celestial, yo
_____________________(tu nombre aquí): ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy
próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! ¡Soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo! En
el nombre de Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo
C. Peredo Jaime © 2012
Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un
año habrás leído toda la Biblia.
Noviembre 13 Sgo 1 / Jer 21-22
/ Sal 129
Santiago
1
Salutación
1
1Santiago,
siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a las doce tribus que están en la
dispersión: Salud.
La sabiduría que viene de Dios
2Hermanos míos,
tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, 3sabiendo
que la prueba de vuestra fe produce paciencia. 4Mas tenga la
paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os
falte cosa alguna.
5Y si alguno de
vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos
abundantemente y sin reproche, y le será dada. 6Pero pida con fe,
no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es
arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. 7No piense,
pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor. 8El
hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.
9El hermano que
es de humilde condición, gloríese en su exaltación; 10pero el que
es rico, en su humillación; porque él pasará como la flor de la hierba.
11Porque cuando sale el sol con calor abrasador, la hierba se seca, su flor se cae, y perece su hermosa apariencia; así también se marchitará el
rico en todas sus empresas.
Soportando las pruebas
12Bienaventurado
el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba,
recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman. 13Cuando
alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no
puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; 14sino que
cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido.
15Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el
pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.
16Amados hermanos
míos, no erréis. 17Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende
de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de
variación. 18El, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de
verdad, para que seamos primicias de sus criaturas.
Hacedores de la palabra
19Por esto, mis
amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para
airarse; 20porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.
21Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia,
recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras
almas.
22Pero sed
hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros
mismos. 23Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor
de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro
natural. 24Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego
olvida cómo era. 25Mas el que mira atentamente en la perfecta ley,
la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino
hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace.
26Si alguno se
cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su
corazón, la religión del tal es vana. 27La religión pura y sin
mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas
en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo.
Jeremías
21-22
Jerusalén será destruida
21
1Palabra de
Jehová que vino a Jeremías, cuando el rey Sedequías envió a él a Pasur hijo de
Malquías y al sacerdote Sofonías hijo de Maasías, para que le dijesen: 2Consulta
ahora acerca de nosotros a Jehová, porque Nabucodonosor rey de Babilonia hace
guerra contra nosotros; quizá Jehová hará con
nosotros según todas sus maravillas, y aquél se irá de sobre nosotros.
3Y Jeremías les
dijo: Diréis así a Sedequías: 4Así ha dicho Jehová Dios de Israel:
He aquí yo vuelvo atrás las armas de guerra que están en vuestras manos, con
que vosotros peleáis contra el rey de Babilonia; y a los caldeos que están
fuera de la muralla y os tienen sitiados, yo los reuniré en medio de esta
ciudad. 5Pelearé contra vosotros con mano alzada y con brazo fuerte,
con furor y enojo e ira grande. 6Y heriré a los moradores de esta
ciudad, y los hombres y las bestias morirán de pestilencia grande. 7Después,
dice Jehová, entregaré a Sedequías rey de Judá, a sus criados, al pueblo y a
los que queden de la pestilencia, de la espada y del hambre en la ciudad, en
mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, en mano de sus enemigos y de los que
buscan sus vidas, y él los herirá a filo de espada; no los perdonará, ni tendrá
compasión de ellos, ni tendrá de ellos misericordia.
8Y a este pueblo
dirás: Así ha dicho Jehová: He aquí pongo delante de vosotros camino de vida y
camino de muerte. 9El que quedare en esta ciudad morirá a espada,
de hambre o de pestilencia; mas el que saliere y se pasare a los caldeos que os
tienen sitiados, vivirá, y su vida le será por despojo. 10Porque
mi rostro he puesto contra esta ciudad para mal, y no para bien, dice Jehová;
en mano del rey de Babilonia será entregada, y la quemará a fuego.
11Y a la casa del
rey de Judá dirás: Oíd palabra de Jehová: 12Casa de David, así
dijo Jehová: Haced de mañana juicio, y librad al oprimido de mano del opresor,
para que mi ira no salga como fuego, y se encienda y no haya quien lo apague,
por la maldad de vuestras obras.
13He aquí yo
estoy contra ti, moradora del valle, y de la piedra de la llanura, dice Jehová;
los que decís: ¿Quién subirá contra nosotros, y quién entrará en nuestras
moradas? 14Yo os castigaré conforme al fruto de vuestras obras,
dice Jehová, y haré encender fuego en su bosque, y consumirá todo lo que está
alrededor de él.
Profecías contra los reyes de Judá
22
1Así dijo Jehová:
Desciende a la casa del rey de Judá, y habla allí esta palabra, 2y
di: Oye palabra de Jehová, oh rey de Judá que estás sentado sobre el trono de
David, tú, y tus siervos, y tu pueblo que entra por estas puertas. 3Así
ha dicho Jehová: Haced juicio y justicia, y librad al oprimido de mano del
opresor, y no engañéis ni robéis al extranjero, ni al huérfano ni a la viuda,
ni derraméis sangre inocente en este lugar. 4Porque si
efectivamente obedeciereis esta palabra, los reyes que en lugar de David se
sientan sobre su trono, entrarán montados en carros y en caballos por las
puertas de esta casa; ellos, y sus criados y su pueblo. 5Mas si no
oyereis estas palabras, por mí mismo he jurado, dice Jehová, que esta casa será
desierta.
6Porque así ha
dicho Jehová acerca de la casa del rey de Judá: Como Galaad eres tú para mí, y
como la cima del Líbano; sin embargo, te convertiré en soledad, y como ciudades
deshabitadas. 7Prepararé contra ti destruidores, cada uno con sus
armas, y cortarán tus cedros escogidos y los echarán en el fuego.
8Y muchas gentes
pasarán junto a esta ciudad, y dirán cada uno a su compañero: ¿Por qué hizo así
Jehová con esta gran ciudad? 9Y se les responderá: Porque dejaron
el pacto de Jehová su Dios, y adoraron dioses ajenos y les sirvieron.
10No lloréis al
muerto, ni de él os condoláis; llorad amargamente por el que se va, porque no
volverá jamás, ni verá la tierra donde nació.
11Porque así ha
dicho Jehová acerca de Salum hijo de Josías, rey de Judá,
el cual reinó en lugar de Josías su padre, y que salió de este lugar: No
volverá más aquí, 12sino que morirá en el lugar adonde lo llevaron
cautivo, y no verá más esta tierra.
13¡Ay del que
edifica su casa sin justicia, y sus salas sin equidad, sirviéndose de su
prójimo de balde, y no dándole el salario de su trabajo! 14Que
dice: Edificaré para mí casa espaciosa, y salas airosas; y le abre ventanas, y
la cubre de cedro, y la pinta de bermellón. 15¿Reinarás, porque te
rodeas de cedro? ¿No comió y bebió tu padre, e hizo juicio y justicia, y
entonces le fue bien? 16El juzgó la causa del afligido y del
menesteroso, y entonces estuvo bien. ¿No es esto conocerme a mí? dice Jehová.
17Mas tus ojos y tu corazón no son sino para tu avaricia, y para
derramar sangre inocente, y para opresión y para hacer agravio. 18Por
tanto, así ha dicho Jehová acerca de Joacim hijo de Josías,
rey de Judá: No lo llorarán, diciendo: ¡Ay, hermano mío! y ¡Ay, hermana! ni lo
lamentarán, diciendo: ¡Ay, señor! ¡Ay, su grandeza! 19En sepultura
de asno será enterrado, arrastrándole y echándole fuera de las puertas de
Jerusalén. 20Sube al Líbano y clama, y en Basán da tu voz, y grita
hacia todas partes; porque todos tus enamorados son destruidos. 21Te
he hablado en tus prosperidades, mas dijiste: No oiré. Este fue tu camino desde
tu juventud, que nunca oíste mi voz. 22A todos tus pastores
pastoreará el viento, y tus enamorados irán en cautiverio; entonces te
avergonzarás y te confundirás a causa de toda tu maldad. 23Habitaste
en el Líbano, hiciste tu nido en los cedros. ¡Cómo gemirás cuando te vinieren
dolores, dolor como de mujer que está de parto!
24Vivo yo, dice
Jehová, que si Conías hijo de Joacim rey de Judá
fuera anillo en mi mano derecha, aun de allí te arrancaría. 25Te
entregaré en mano de los que buscan tu vida, y en mano de aquellos cuya vista
temes; sí, en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, y en mano de los
caldeos. 26Te haré llevar cautivo a ti y a tu madre que te dio a
luz, a tierra ajena en que no nacisteis; y allá moriréis. 27Y a la
tierra a la cual ellos con toda el alma anhelan volver, allá no volverán.
28¿Es este hombre
Conías una vasija despreciada y quebrada? ¿Es un trasto que nadie estima? ¿Por
qué fueron arrojados él y su generación, y echados a tierra que no habían
conocido? 29¡Tierra, tierra, tierra! oye palabra de Jehová.
30Así ha dicho Jehová: Escribid lo que sucederá a este hombre privado de
descendencia, hombre a quien nada próspero sucederá en todos los días de su
vida; porque ninguno de su descendencia logrará sentarse sobre el trono de
David, ni reinar sobre Judá.
SALMO 129
La bienaventuranza del que
teme a Jehová
Cántico gradual.
1 Bienaventurado
todo aquel que teme a Jehová,
Que anda en
sus caminos.
2 Cuando
comieres el trabajo de tus manos,
Bienaventurado serás, y te irá
bien.
3 Tu mujer
será como vid que lleva fruto a los lados de tu casa;
Tus hijos como
plantas de olivo alrededor de tu mesa.
4 He aquí que
así será bendecido el hombre
Que teme a Jehová.
5 Bendígate
Jehová desde Sion,
Y veas el
bien de Jerusalén todos los días de tu vida,
6 Y veas a
los hijos de tus hijos.
Paz sea
sobre Israel.
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