miércoles, 23 de octubre de 2019

¿Qué es la Biblia?



23 de Octubre
¡La Verdad es eterna e inmutable!
Por Riqui Ricón*
Por lo cual también nosotros sin cesar damos gracias a Dios, de que cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes (1 Tes 2.13).
La fuerza de la costumbre nos puede jugar muy malas pasadas, sobre todo si esa costumbre está basada en una mentira o pretende cubrir la verdad. ¿A qué me refiero? En particular a aquellas declaraciones que hacemos por costumbre, sin pensar lo que realmente significan, como, por ejemplo: la Biblia es la Palabra de Dios.
Ciertamente, si estás leyendo este devocional, sabes que la Biblia es la Palabra de Dios, pero ¿tiene esto significado para ti? En esta expresión no cabe otro significado más que el que literalmente tiene. Sin embargo, la fuerza de la costumbre, nos hace perder conciencia del compromiso y del poder que encierran dichas palabras.
¡La Biblia ES la Palabra de Dios!
Por esto, el Espíritu Santo, a través de Pablo, daba gracias a Dios, de que un grupo de creyentes recibieran la Palabra de Dios según es en verdad.
1.      ¡La Palabra de Dios es la Verdad!
2.      ¡La Biblia es la Palabra de Dios!
3.      Decir que la Biblia es la Palabra de Dios significa CREER que las palabras que están en la Biblia han salido de la boca de Dios y por lo tanto, TODAS SE CUMPLEN.
Así que, por ejemplo, si la Biblia dice:
Porque de tal manera amó Dios al mundo (aquí va tu nombre), que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel (aquí va tu nombre) que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.  Porque no envió Dios a su Hijo al mundo (aquí va tu nombre) para condenar al mundo (aquí va tu nombre), sino para que el mundo (aquí va tu nombre) sea salvo por él (Jn 3.16).
Entonces, es evidente que Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti.
Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios (1 Jn 3.1a).
Si por el Amor que siente por ti, Dios mismo te llama Hijo(a), entonces, sin lugar a dudas, tú ERES un(a) legítimo(a) y auténtico Hijo(a) de Dios.
Amado (aquí va tu nombre), yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma (3 Jn 2).
Si Dios dice en Su Palabra que Su Voluntad y deseo es que tú seas prosperado(a) en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma, entonces, está claro que ninguna adversidad, problema, enfermedad o aflicción que tú estés encarando en estos días, la estás enfrentando por Voluntad de Dios, tu Padre. ¡No! ¡Nada de eso!
Aunque mi padre y mi madre me dejaran, Con todo, Jehová me recogerá (Sal 27.10).
Dios ha comprometido Su Palabra de Honor a que Él NUNCA te dejará.
Y cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados; y con la palabra echó fuera a los demonios, y sanó a todos los enfermos; para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias (Mat 8.16-17).
En esa cruz, Jesús mismo tomo tus enfermedades y llevó tus dolencias. Por lo tanto, tienes todo el derecho a la sanidad divina. ¡Por sus heridas tú ya fuiste sanado(a)!
Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento (Sal 23.4).
Aunque te encuentres en medio de la más terrible de las aflicciones, puedes confiar en que Dios está contigo. Puedes CREER y resistir al miedo y al temor para echarlos fuera de tu Vida, pues si Dios lo dijo, entonces Él lo va a cumplir; si Dios lo habló, entonces Él lo va a ejecutar. Así que, ¡No temas, CREE solamente!
Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo (1 Jn 4.4).
Así que, te tengo muy, pero muy Buenas Noticias, la Biblia SÍ ES la Palabra de Dios. La Biblia ES la Verdad y no está limitada por tus circunstancias ni por tus sentimientos o emociones sino por lo que Dios ya ha determinado acerca de ti.
Las circunstancias pueden cambiar y de hecho, han de cambiar alineándose con la Verdad. ¡La Verdad nunca cambia! ¡La Verdad es Eterna! La verdad es la Biblia, la Palabra de Honor del único Dios vivo y verdadero, quien es tu Padre que te ama.
Oremos:
Amado Padre celestial, hoy, una vez más, estoy muy agradecida(o) Contigo pues me has dado la Biblia, me has dado Tu Palabra, y puedo declarar con toda certeza y veracidad que Tú me amas, que en Cristo Jesús he Nacido de Nuevo para recibir Vida Eterna. Una vida nueva plena y abundante para vivirla de acuerdo a tu voluntad para conmigo que es buena, agradable y perfecta. Creo y recibo la prosperidad que me deseas. Creo y recibo la salud que me deseas. Señor Jesús, creo y recibo el gozo y la paz que compraste al pagar con Tu Sangre el castigo que yo merecía. ¡Tú pagaste por mi! Yo ya no tengo que pagar. No voy a temer mal alguno, en Ti ya he vencido pues mayor eres Tú, que estás aquí, en mí y conmigo, que el que está en el mundo. Gracias Padre, hoy, en el nombre de Jesús, declaro que voy a vivir, conforme a la Verdad, esa vida plena y victoriosa que Tu Amor me ha merecido. Amén.

Nota Importante: 

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso? 
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios: 
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2011



Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Octubre 23            1 Tes 2.1-16  /  Isa 14-16 / Sal 113


1 de Tesalonicenses
Ministerio de Pablo en Tesalónica
2
1Porque vosotros mismos sabéis, hermanos, que nuestra visita a vosotros no resultó vana; 2pues habiendo antes padecido y sido ultrajados en Filipos, como sabéis, tuvimos denuedo en nuestro Dios para anunciaros el evangelio de Dios en medio de gran oposición. 3Porque nuestra exhortación no procedió de error ni de impureza, ni fue por engaño, 4sino que según fuimos aprobados por Dios para que se nos confiase el evangelio, así hablamos; no como para agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros corazones. 5Porque nunca usamos de palabras lisonjeras, como sabéis, ni encubrimos avaricia; Dios es testigo; 6ni buscamos gloria de los hombres; ni de vosotros, ni de otros, aunque podíamos seros carga como apóstoles de Cristo. 7Antes fuimos tiernos entre vosotros, como la nodriza que cuida con ternura a sus propios hijos. 8Tan grande es nuestro afecto por vosotros, que hubiéramos querido entregaros no sólo el evangelio de Dios, sino también nuestras propias vidas; porque habéis llegado a sernos muy queridos.
9Porque os acordáis, hermanos, de nuestro trabajo y fatiga; cómo trabajando de noche y de día, para no ser gravosos a ninguno de vosotros, os predicamos el evangelio de Dios. 10Vosotros sois testigos, y Dios también, de cuán santa, justa e irreprensiblemente nos comportamos con vosotros los creyentes; 11así como también sabéis de qué modo, como el padre a sus hijos, exhortábamos y consolábamos a cada uno de vosotros, 12y os encargábamos que anduvieseis como es digno de Dios, que os llamó a su reino y gloria.
13Por lo cual también nosotros sin cesar damos gracias a Dios, de que cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes. 14Porque vosotros, hermanos, vinisteis a ser imitadores de las iglesias de Dios en Cristo Jesús que están en Judea; pues habéis padecido de los de vuestra propia nación las mismas cosas que ellas padecieron de los judíos, 15los cuales mataron al Señor Jesús y a sus propios profetas, y a nosotros nos expulsaron; y no agradan a Dios, y se oponen a todos los hombres, 16impidiéndonos hablar a los gentiles para que éstos se salven; así colman ellos siempre la medida de sus pecados, pues vino sobre ellos la ira hasta el extremo.


Isaías
Escarnio contra el rey de Babilonia
14
1Porque Jehová tendrá piedad de Jacob, y todavía escogerá a Israel, y lo hará reposar en su tierra; y a ellos se unirán extranjeros, y se juntarán a la familia de Jacob. 2Y los tomarán los pueblos, y los traerán a su lugar; y la casa de Israel los poseerá por siervos y criadas en la tierra de Jehová; y cautivarán a los que los cautivaron, y señorearán sobre los que los oprimieron.
3Y en el día que Jehová te dé reposo de tu trabajo y de tu temor, y de la dura servidumbre en que te hicieron servir, 4pronunciarás este proverbio contra el rey de Babilonia, y dirás: ¡Cómo paró el opresor, cómo acabó la ciudad codiciosa de oro! 5Quebrantó Jehová el báculo de los impíos, el cetro de los señores; 6el que hería a los pueblos con furor, con llaga permanente, el que se enseñoreaba de las naciones con ira, y las perseguía con crueldad. 7Toda la tierra está en reposo y en paz; se cantaron alabanzas. 8Aun los cipreses se regocijaron a causa de ti, y los cedros del Líbano, diciendo: Desde que tú pereciste, no ha subido cortador contra nosotros. 9El Seol abajo se espantó de ti; despertó muertos que en tu venida saliesen a recibirte, hizo levantar de sus sillas a todos los príncipes de la tierra, a todos los reyes de las naciones. 10Todos ellos darán voces, y te dirán: ¿Tú también te debilitaste como nosotros, y llegaste a ser como nosotros? 11Descendió al Seol tu soberbia, y el sonido de tus arpas; gusanos serán tu cama, y gusanos te cubrirán.
12¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. 13Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; 14sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo. 15Mas tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo. 16Se inclinarán hacia ti los que te vean, te contemplarán, diciendo: ¿Es éste aquel varón que hacía temblar la tierra, que trastornaba los reinos; 17que puso el mundo como un desierto, que asoló sus ciudades, que a sus presos nunca abrió la cárcel? 18Todos los reyes de las naciones, todos ellos yacen con honra cada uno en su morada; 19pero tú echado eres de tu sepulcro como vástago abominable, como vestido de muertos pasados a espada, que descendieron al fondo de la sepultura; como cuerpo muerto hollado. 20No serás contado con ellos en la sepultura; porque tú destruiste tu tierra, mataste a tu pueblo. No será nombrada para siempre la descendencia de los malignos. 21Preparad sus hijos para el matadero, por la maldad de sus padres; no se levanten, ni posean la tierra, ni llenen de ciudades la faz del mundo.
22Porque yo me levantaré contra ellos, dice Jehová de los ejércitos, y raeré de Babilonia el nombre y el remanente, hijo y nieto, dice Jehová. 23Y la convertiré en posesión de erizos, y en lagunas de agua; y la barreré con escobas de destrucción, dice Jehová de los ejércitos.

Asiria será destruida
24Jehová de los ejércitos juró diciendo: Ciertamente se hará de la manera que lo he pensado, y será confirmado como lo he determinado; 25que quebrantaré al asirio en mi tierra, y en mis montes lo hollaré; y su yugo será apartado de ellos, y su carga será quitada de su hombro. 26Este es el consejo que está acordado sobre toda la tierra, y esta, la mano extendida sobre todas las naciones. 27Porque Jehová de los ejércitos lo ha determinado, ¿y quién lo impedirá? Y su mano extendida, ¿quién la hará retroceder?

Profecía sobre Filistea
28En el año que murió el rey Acaz fue esta profecía: 29No te alegres tú, Filistea toda, por haberse quebrado la vara del que te hería; porque de la raíz de la culebra saldrá áspid, y su fruto, serpiente voladora. 30Y los primogénitos de los pobres serán apacentados, y los menesterosos se acostarán confiados; mas yo haré morir de hambre tu raíz, y destruiré lo que de ti quedare. 31Aúlla, oh puerta; clama, oh ciudad; disuelta estás toda tú, Filistea; porque humo vendrá del norte, no quedará uno solo en sus asambleas. 32¿Y qué se responderá a los mensajeros de las naciones? Que Jehová fundó a Sion, y que a ella se acogerán los afligidos de su pueblo.

Profecía sobre Moab
15
1Profecía sobre Moab. Cierto, de noche fue destruida Ar de Moab, puesta en silencio. Cierto, de noche fue destruida Kir de Moab, reducida a silencio. 2Subió a Bayit y a Dibón, lugares altos, a llorar; sobre Nebo y sobre Medeba aullará Moab; toda cabeza de ella será rapada, y toda barba rasurada. 3Se ceñirán de cilicio en sus calles; en sus terrados y en sus plazas aullarán todos, deshaciéndose en llanto. 4Hesbón y Eleale gritarán, hasta Jahaza se oirá su voz; por lo que aullarán los guerreros de Moab, se lamentará el alma de cada uno dentro de él. 5Mi corazón dará gritos por Moab; sus fugitivos huirán hasta Zoar, como novilla de tres años. Por la cuesta de Luhit subirán llorando, y levantarán grito de quebrantamiento por el camino de Horonaim. 6Las aguas de Nimrim serán consumidas, y se secará la hierba, se marchitarán los retoños, todo verdor perecerá. 7Por tanto, las riquezas que habrán adquirido, y las que habrán reservado, las llevarán al torrente de los sauces. 8Porque el llanto rodeó los límites de Moab; hasta Eglaim llegó su alarido, y hasta Beer-elim su clamor. 9Y las aguas de Dimón se llenarán de sangre; porque yo traeré sobre Dimón males mayores, leones a los que escaparen de Moab, y a los sobrevivientes de la tierra.
16
1Enviad cordero al señor de la tierra, desde Sela del desierto al monte de la hija de Sion. 2Y cual ave espantada que huye de su nido, así serán las hijas de Moab en los vados de Arnón. 3Reúne consejo, haz juicio; pon tu sombra en medio del día como la noche; esconde a los desterrados, no entregues a los que andan errantes. 4Moren contigo mis desterrados, oh Moab; sé para ellos escondedero de la presencia del devastador; porque el atormentador fenecerá, el devastador tendrá fin, el pisoteador será consumido de sobre la tierra. 5Y se dispondrá el trono en misericordia; y sobre él se sentará firmemente, en el tabernáculo de David, quien juzgue y busque el juicio, y apresure la justicia.
6Hemos oído la soberbia de Moab; muy grandes son su soberbia, su arrogancia y su altivez; pero sus mentiras no serán firmes. 7Por tanto, aullará Moab, todo él aullará; gemiréis en gran manera abatidos, por las tortas de uvas de Kir-hareset.
8Porque los campos de Hesbón fueron talados, y las vides de Sibma; señores de naciones pisotearon sus generosos sarmientos; habían llegado hasta Jazer, y se habían extendido por el desierto; se extendieron sus plantas, pasaron el mar. 9Por lo cual lamentaré con lloro de Jazer por la viña de Sibma; te regaré con mis lágrimas, oh Hesbón y Eleale; porque sobre tus cosechas y sobre tu siega caerá el grito de guerra. 10Quitado es el gozo y la alegría del campo fértil; en las viñas no cantarán, ni se regocijarán; no pisará vino en los lagares el pisador; he hecho cesar el grito del lagarero. 11Por tanto, mis entrañas vibrarán como arpa por Moab, y mi corazón por Kir-hareset. 12Y cuando apareciere Moab cansado sobre los lugares altos, cuando venga a su santuario a orar, no le valdrá.
13Esta es la palabra que pronunció Jehová sobre Moab desde aquel tiempo; 14pero ahora Jehová ha hablado, diciendo: Dentro de tres años, como los años de un jornalero, será abatida la gloria de Moab, con toda su gran multitud; y los sobrevivientes serán pocos, pequeños y débiles.


SALMO 113

Dios levanta al pobre
Aleluya.
     1     Alabad, siervos de Jehová,
Alabad el nombre de Jehová.
     2     Sea el nombre de Jehová bendito
Desde ahora y para siempre.
     3     Desde el nacimiento del sol hasta donde se pone,
Sea alabado el nombre de Jehová.
     4     Excelso sobre todas las naciones es Jehová,
Sobre los cielos su gloria.
     5     ¿Quién como Jehová nuestro Dios,
Que se sienta en las alturas,
     6     Que se humilla a mirar
En el cielo y en la tierra?
     7     El levanta del polvo al pobre,
Y al menesteroso alza del muladar,
     8     Para hacerlos sentar con los príncipes,
Con los príncipes de su pueblo.
     9     El hace habitar en familia a la estéril,
Que se goza en ser madre de hijos.
Aleluya.

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