23
de Octubre
¡La
Verdad es eterna e inmutable!
Por
Riqui Ricón*
Por
lo cual también nosotros sin cesar damos gracias a Dios, de que cuando
recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como
palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, la cual actúa
en vosotros los creyentes
(1 Tes 2.13).
La fuerza
de la costumbre nos puede jugar muy malas pasadas, sobre todo si esa costumbre
está basada en una mentira o pretende cubrir la verdad. ¿A qué me refiero? En
particular a aquellas declaraciones que hacemos por costumbre, sin pensar lo
que realmente significan, como, por ejemplo: la Biblia es la Palabra de Dios.
Ciertamente,
si estás leyendo este devocional, sabes que la Biblia es la Palabra de Dios,
pero ¿tiene esto significado para ti? En esta expresión no cabe otro
significado más que el que literalmente tiene. Sin embargo, la fuerza de la
costumbre, nos hace perder conciencia del compromiso y del poder que encierran
dichas palabras.
¡La Biblia
ES la Palabra de Dios!
Por esto,
el Espíritu Santo, a través de Pablo, daba gracias a Dios, de que un grupo de
creyentes recibieran la Palabra de Dios según es en verdad.
1. ¡La Palabra
de Dios es la Verdad!
2. ¡La Biblia
es la Palabra de Dios!
3. Decir que
la Biblia es la Palabra de Dios significa CREER que las palabras que están en
la Biblia han salido de la boca de Dios y por lo tanto, TODAS SE CUMPLEN.
Así que, por
ejemplo, si la Biblia dice:
Porque de tal manera amó Dios al mundo (aquí va tu nombre), que
ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel (aquí
va tu nombre) que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo (aquí va tu nombre) para condenar al mundo (aquí va tu nombre), sino
para que el mundo (aquí va tu nombre) sea salvo por él (Jn 3.16).
Entonces, es evidente que Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su
propio Hijo antes que perderte a ti.
Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de
Dios (1 Jn 3.1a).
Si por el Amor que siente por ti, Dios mismo te llama Hijo(a), entonces,
sin lugar a dudas, tú ERES un(a) legítimo(a) y auténtico Hijo(a) de Dios.
Amado (aquí va tu nombre), yo
deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como
prospera tu alma (3 Jn 2).
Si Dios
dice en Su Palabra que Su Voluntad y deseo es que tú seas prosperado(a) en
todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma, entonces, está
claro que ninguna adversidad, problema, enfermedad o aflicción que tú estés
encarando en estos días, la estás enfrentando por Voluntad de Dios, tu Padre.
¡No! ¡Nada de eso!
Aunque mi padre y mi madre me dejaran, Con todo, Jehová me recogerá (Sal 27.10).
Dios ha
comprometido Su Palabra de Honor a que Él NUNCA te dejará.
Y
cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados; y con la palabra echó
fuera a los demonios, y sanó a todos los enfermos; para que se
cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras
enfermedades, y llevó nuestras dolencias (Mat 8.16-17).
En esa cruz, Jesús mismo tomo tus enfermedades y llevó tus dolencias.
Por lo tanto, tienes todo el derecho a la sanidad divina. ¡Por sus heridas tú
ya fuiste sanado(a)!
Aunque ande en valle de sombra de muerte, No
temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán
aliento (Sal 23.4).
Aunque te encuentres en medio de la más terrible de las aflicciones,
puedes confiar en que Dios está contigo. Puedes CREER y resistir al miedo y al
temor para echarlos fuera de tu Vida, pues si Dios lo dijo, entonces Él lo va a
cumplir; si Dios lo habló, entonces Él lo va a ejecutar. Así que, ¡No temas,
CREE solamente!
Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis
vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo (1 Jn 4.4).
Así que, te
tengo muy, pero muy Buenas Noticias, la Biblia SÍ ES la Palabra de Dios. La
Biblia ES la Verdad y no está limitada por tus circunstancias ni por tus sentimientos
o emociones sino por lo que Dios ya ha determinado acerca de ti.
Las
circunstancias pueden cambiar y de hecho, han de cambiar alineándose con la
Verdad. ¡La Verdad nunca cambia! ¡La Verdad es Eterna! La verdad es la Biblia,
la Palabra de Honor del único Dios vivo y verdadero, quien es tu Padre que te
ama.
Oremos:
Amado Padre
celestial, hoy, una vez más, estoy muy agradecida(o) Contigo pues me has dado
la Biblia, me has dado Tu Palabra, y puedo declarar con toda certeza y
veracidad que Tú me amas, que en Cristo Jesús he Nacido de Nuevo para recibir
Vida Eterna. Una vida nueva plena y abundante para vivirla de acuerdo a tu
voluntad para conmigo que es buena, agradable y perfecta. Creo y recibo la
prosperidad que me deseas. Creo y recibo la salud que me deseas. Señor Jesús,
creo y recibo el gozo y la paz que compraste al pagar con Tu Sangre el castigo
que yo merecía. ¡Tú pagaste por mi! Yo ya no tengo que pagar. No voy a temer
mal alguno, en Ti ya he vencido pues mayor eres Tú, que estás aquí, en mí y
conmigo, que el que está en el mundo. Gracias Padre, hoy, en el nombre de
Jesús, declaro que voy a vivir, conforme a la Verdad, esa vida plena y
victoriosa que Tu Amor me ha merecido. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo
C. Peredo Jaime © 2011
Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un
año habrás leído toda la Biblia.
Octubre 23 1
Tes 2.1-16 / Isa 14-16 / Sal 113
1
de Tesalonicenses
Ministerio de Pablo en Tesalónica
2
1Porque vosotros
mismos sabéis, hermanos, que nuestra visita a vosotros no resultó vana; 2pues
habiendo antes padecido y sido ultrajados en Filipos, como
sabéis, tuvimos denuedo en nuestro Dios para anunciaros el evangelio de Dios en
medio de gran oposición. 3Porque nuestra
exhortación no procedió de error ni de impureza, ni fue por engaño, 4sino
que según fuimos aprobados por Dios para que se nos confiase el evangelio, así
hablamos; no como para agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros
corazones. 5Porque nunca usamos de palabras lisonjeras, como
sabéis, ni encubrimos avaricia; Dios es testigo; 6ni buscamos
gloria de los hombres; ni de vosotros, ni de otros, aunque podíamos seros carga
como apóstoles de Cristo. 7Antes fuimos tiernos entre vosotros,
como la nodriza que cuida con ternura a sus propios hijos. 8Tan
grande es nuestro afecto por vosotros, que hubiéramos querido entregaros no
sólo el evangelio de Dios, sino también nuestras propias vidas; porque habéis
llegado a sernos muy queridos.
9Porque os
acordáis, hermanos, de nuestro trabajo y fatiga; cómo trabajando de noche y de
día, para no ser gravosos a ninguno de vosotros, os predicamos el evangelio de
Dios. 10Vosotros sois testigos, y Dios también, de cuán santa,
justa e irreprensiblemente nos comportamos con vosotros los creyentes; 11así
como también sabéis de qué modo, como el padre a sus hijos, exhortábamos y
consolábamos a cada uno de vosotros, 12y os encargábamos que
anduvieseis como es digno de Dios, que os llamó a su reino y gloria.
13Por lo cual
también nosotros sin cesar damos gracias a Dios, de que cuando recibisteis la
palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de
hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, la cual actúa en vosotros
los creyentes. 14Porque vosotros, hermanos, vinisteis a ser
imitadores de las iglesias de Dios en Cristo Jesús que están en Judea; pues
habéis padecido de los de vuestra propia nación las mismas
cosas que ellas padecieron de los judíos, 15los cuales mataron al
Señor Jesús y a sus propios profetas, y a nosotros nos expulsaron;
y no agradan a Dios, y se oponen a todos los hombres, 16impidiéndonos
hablar a los gentiles para que éstos se salven; así colman ellos siempre la
medida de sus pecados, pues vino sobre ellos la ira hasta el extremo.
Isaías
Escarnio contra el rey de Babilonia
14
1Porque Jehová
tendrá piedad de Jacob, y todavía escogerá a Israel, y lo hará reposar en su
tierra; y a ellos se unirán extranjeros, y se juntarán a la familia de Jacob.
2Y los tomarán los pueblos, y los traerán a su lugar; y la casa de
Israel los poseerá por siervos y criadas en la tierra de Jehová; y cautivarán a
los que los cautivaron, y señorearán sobre los que los oprimieron.
3Y en el día que
Jehová te dé reposo de tu trabajo y de tu temor, y de la dura servidumbre en
que te hicieron servir, 4pronunciarás este proverbio contra el rey
de Babilonia, y dirás: ¡Cómo paró el opresor, cómo acabó la ciudad codiciosa de
oro! 5Quebrantó Jehová el báculo de los impíos, el cetro de los
señores; 6el que hería a los pueblos con furor, con llaga
permanente, el que se enseñoreaba de las naciones con ira, y las perseguía con
crueldad. 7Toda la tierra está en reposo y en paz; se cantaron
alabanzas. 8Aun los cipreses se regocijaron a causa de ti, y los
cedros del Líbano, diciendo: Desde que tú pereciste, no ha subido cortador
contra nosotros. 9El Seol abajo se espantó de ti; despertó muertos
que en tu venida saliesen a recibirte, hizo levantar de sus sillas a todos los
príncipes de la tierra, a todos los reyes de las naciones. 10Todos
ellos darán voces, y te dirán: ¿Tú también te debilitaste como nosotros, y
llegaste a ser como nosotros? 11Descendió al Seol tu soberbia, y
el sonido de tus arpas; gusanos serán tu cama, y gusanos te cubrirán.
12¡Cómo caíste
del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste
por tierra, tú que debilitabas a las naciones. 13Tú que decías en
tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios,
levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del
norte; 14sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante
al Altísimo. 15Mas tú derribado eres hasta el Seol,
a los lados del abismo. 16Se inclinarán hacia ti los que te vean,
te contemplarán, diciendo: ¿Es éste aquel varón que hacía temblar la tierra,
que trastornaba los reinos; 17que puso el mundo como un desierto,
que asoló sus ciudades, que a sus presos nunca abrió la cárcel? 18Todos
los reyes de las naciones, todos ellos yacen con honra cada uno en su morada;
19pero tú echado eres de tu sepulcro como vástago abominable, como
vestido de muertos pasados a espada, que descendieron al fondo de la sepultura;
como cuerpo muerto hollado. 20No serás contado con ellos en la
sepultura; porque tú destruiste tu tierra, mataste a tu pueblo. No será
nombrada para siempre la descendencia de los malignos. 21Preparad
sus hijos para el matadero, por la maldad de sus padres; no se levanten, ni
posean la tierra, ni llenen de ciudades la faz del mundo.
22Porque yo me
levantaré contra ellos, dice Jehová de los ejércitos, y raeré de Babilonia el
nombre y el remanente, hijo y nieto, dice Jehová. 23Y la
convertiré en posesión de erizos, y en lagunas de agua; y la barreré con
escobas de destrucción, dice Jehová de los ejércitos.
Asiria será destruida
24Jehová de los
ejércitos juró diciendo: Ciertamente se hará de la manera que lo he pensado, y
será confirmado como lo he determinado; 25que quebrantaré al
asirio
en mi tierra, y en mis montes lo hollaré; y su yugo será apartado de ellos, y
su carga será quitada de su hombro. 26Este es el consejo que está
acordado sobre toda la tierra, y esta, la mano extendida sobre todas las
naciones. 27Porque Jehová de los ejércitos lo ha determinado, ¿y
quién lo impedirá? Y su mano extendida, ¿quién la hará retroceder?
Profecía sobre Filistea
28En el año que
murió el rey Acaz fue esta profecía: 29No te
alegres tú, Filistea toda, por haberse quebrado
la vara del que te hería; porque de la raíz de la culebra saldrá áspid, y su
fruto, serpiente voladora. 30Y los primogénitos de los pobres
serán apacentados, y los menesterosos se acostarán confiados; mas yo haré morir
de hambre tu raíz, y destruiré lo que de ti quedare. 31Aúlla, oh
puerta; clama, oh ciudad; disuelta estás toda tú, Filistea; porque humo vendrá
del norte, no quedará uno solo en sus asambleas. 32¿Y qué se
responderá a los mensajeros de las naciones? Que Jehová fundó a Sion, y que a
ella se acogerán los afligidos de su pueblo.
Profecía sobre Moab
15
1Profecía sobre
Moab. Cierto, de noche fue destruida Ar de Moab, puesta en silencio. Cierto, de noche
fue destruida Kir de Moab, reducida a silencio. 2Subió a Bayit y a
Dibón, lugares altos, a llorar; sobre Nebo y sobre Medeba aullará Moab; toda
cabeza de ella será rapada, y toda barba rasurada. 3Se ceñirán de
cilicio en sus calles; en sus terrados y en sus plazas aullarán todos,
deshaciéndose en llanto. 4Hesbón y Eleale gritarán, hasta Jahaza
se oirá su voz; por lo que aullarán los guerreros de Moab, se lamentará el alma
de cada uno dentro de él. 5Mi corazón dará gritos por Moab; sus fugitivos
huirán hasta Zoar, como novilla de tres años. Por la cuesta de Luhit subirán
llorando, y levantarán grito de quebrantamiento por el camino de Horonaim.
6Las aguas de Nimrim serán consumidas, y se secará la hierba, se
marchitarán los retoños, todo verdor perecerá. 7Por tanto, las
riquezas que habrán adquirido, y las que habrán reservado, las llevarán al
torrente de los sauces. 8Porque el llanto rodeó los límites de
Moab; hasta Eglaim llegó su alarido, y hasta Beer-elim su clamor. 9Y
las aguas de Dimón se llenarán de sangre; porque yo traeré sobre Dimón males
mayores, leones a los que escaparen de Moab, y a los sobrevivientes de la
tierra.
16
1Enviad cordero
al señor de la tierra, desde Sela del desierto al monte de la hija de Sion.
2Y cual ave espantada que huye de su nido, así serán las hijas de Moab
en los vados de Arnón. 3Reúne consejo, haz juicio; pon tu sombra
en medio del día como la noche; esconde a los desterrados, no entregues a los
que andan errantes. 4Moren contigo mis desterrados, oh Moab; sé
para ellos escondedero de la presencia del devastador; porque el atormentador
fenecerá, el devastador tendrá fin, el pisoteador será consumido de sobre la
tierra. 5Y se dispondrá el trono en misericordia; y sobre él se
sentará firmemente, en el tabernáculo de David, quien juzgue y busque el
juicio, y apresure la justicia.
6Hemos oído la
soberbia de Moab; muy grandes son su soberbia, su arrogancia y su altivez; pero
sus mentiras no serán firmes. 7Por tanto, aullará Moab, todo él
aullará; gemiréis en gran manera abatidos, por las tortas de uvas de
Kir-hareset.
8Porque los
campos de Hesbón fueron talados, y las vides de Sibma; señores de naciones
pisotearon sus generosos sarmientos; habían llegado hasta Jazer, y se habían
extendido por el desierto; se extendieron sus plantas, pasaron el mar. 9Por
lo cual lamentaré con lloro de Jazer por la viña de Sibma; te regaré con mis
lágrimas, oh Hesbón y Eleale; porque sobre tus cosechas y sobre tu siega caerá
el grito de guerra. 10Quitado es el gozo y la alegría del campo
fértil; en las viñas no cantarán, ni se regocijarán; no pisará vino en los
lagares el pisador; he hecho cesar el grito del lagarero. 11Por
tanto, mis entrañas vibrarán como arpa por Moab, y mi corazón por Kir-hareset.
12Y cuando apareciere Moab cansado sobre los lugares altos, cuando venga
a su santuario a orar, no le valdrá.
13Esta es la
palabra que pronunció Jehová sobre Moab desde aquel tiempo; 14pero
ahora Jehová ha hablado, diciendo: Dentro de tres años, como los años de un
jornalero, será abatida la gloria de Moab, con toda su gran multitud; y los
sobrevivientes serán pocos, pequeños y débiles.
SALMO 113
Dios levanta al pobre
Aleluya.
1 Alabad,
siervos de Jehová,
Alabad el nombre de Jehová.
2 Sea el
nombre de Jehová bendito
Desde ahora
y para siempre.
3 Desde el
nacimiento del sol hasta donde se pone,
Sea alabado
el nombre de Jehová.
4 Excelso
sobre todas las naciones es Jehová,
Sobre los cielos su gloria.
5 ¿Quién como
Jehová nuestro Dios,
Que se
sienta en las alturas,
6 Que se
humilla a mirar
En el cielo
y en la tierra?
7 El levanta
del polvo al pobre,
Y al
menesteroso alza del muladar,
8 Para
hacerlos sentar con los príncipes,
Con los
príncipes de su pueblo.
9 El hace
habitar en familia a la estéril,
Que se goza
en ser madre de hijos.
Aleluya.
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