9
de Octubre
¡Con
propósito y destino!
Por
Riqui Ricón*
Él hace producir el heno para las
bestias, Y la hierba para el servicio del hombre, Sacando el pan de la tierra,
Y el vino que alegra el corazón del hombre, El aceite que hace brillar el
rostro, Y el pan que sustenta la vida del hombre (Sal 104.14-15).
Las
lecturas del día de hoy nos invitan a reflexionar en el hecho de que Dios es el creador y hacedor de todas las
cosas verdaderamente buenas, las cuales Él ha destinado por posesión tuya.
El
verdadero pan que sustenta la vida del hombre es Su Palabra, es el hecho de que
Dios te ama y que, por haber tú creído, reconocido y aceptado que Jesucristo es
tu Señor y Salvador, quien pagó en esa cruz todos tus pecados al morir en tu
lugar y quien además venció a la muerte al resucitar de entre los muertos, todo
por amor a ti; por esto, ahora tú eres Su Hijo(a); Nacido(a) de Nuevo mediante
la Palabra de Dios que vive y permanece para siempre.
Pues ustedes han nacido de nuevo, no
de simiente perecedera, sino de simiente imperecedera, mediante la palabra de
Dios que vive y permanece (1 P 1.23
NVI).
Este
es el Evangelio de Jesucristo ¡Buenas Nuevas! Buenas Noticias que te producen
gozo y alegría en lugar del luto y del manto de tristeza que el mundo, el
espíritu de angustia, te ofrece.
Y
sacrificaron aquel día numerosas víctimas, y se regocijaron, porque Dios los
había recreado con grande contentamiento; se alegraron también las mujeres y
los niños; y el alborozo de Jerusalén fue oído desde lejos (Neh 12.43).
Cada
día, cuando medites en las bondades y beneficios que Dios ha derramado sobre tu
vida, recuerda siempre que el mayor de todos ellos es Su Palabra, la Biblia.
La
Biblia es la Palabra de Dios. Esto significa que TODAS las palabras que están
en la Biblia han salido de la boca del Dios vivo y verdadero, quien, por
cierto, no puede mentir y por lo tanto, TODAS ellas se van a cumplir
cabalmente.
El cielo y la tierra pasarán pero mis palabra
no pasarán (Luc 21.33).
Y
en esta Palabra de Dios, Eterna e Infalible, Él te hace saber que te ama tanto
que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti.
Porque de tal manera amó Dios
al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree,
no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su
Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16).
Es
por esto que ahora eres una nueva creatura, un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de
Nuevo y, ¿sabes? ¡Lo mejor de tu vida está delante de ti y no atrás!
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas (2 Co 5.17).
Sin lugar a dudas, en esta nueva naturaleza, regeneración o nuevo nacimiento, es la Voluntad de Dios que tú vivas una vida próspera, con salud, paz y mucho gozo. ¿Qué cómo lo sé? Pues escrito está en Su Palabra, y se regocijaron, porque Dios los había recreado con grande contentamiento; se alegraron también las mujeres y los niños; y el alborozo… fue oído desde lejos.
Sin lugar a dudas, en esta nueva naturaleza, regeneración o nuevo nacimiento, es la Voluntad de Dios que tú vivas una vida próspera, con salud, paz y mucho gozo. ¿Qué cómo lo sé? Pues escrito está en Su Palabra, y se regocijaron, porque Dios los había recreado con grande contentamiento; se alegraron también las mujeres y los niños; y el alborozo… fue oído desde lejos.
¿Acaso Dios miente cuando te asegura en la Escritura, Amado, yo
deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera
tu alma? (3 Jn 2).
¡De ninguna
manera! Recuerda siempre que Dios no puede mentir.
Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se
arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará? He aquí, he recibido orden de bendecir;
El dio bendición, y no podré revocarla (Num 23.19-20).
Así que, Dios,
el Creador, el Todopoderoso, que ha hecho todas las cosas buenas para que las
disfrutes, te ama tanto que te ha elevado de la posición de simple creatura
mortal a la de un(a) Eterno(a) Hijo(a) del Rey.
Dios
Todopoderoso te ha justificado, perdonado, santificado y perfeccionado a través
de la muerte y resurrección de Su Hijo Jesús, haciéndote también Su propio(a)
Hijo(a). Ahora eres miembro de la familia Real. ¡Tienes la vida resuelta! Puedes
en verdad ser feliz en este mundo al mismo tiempo que cumples la misión que se
te ha encomendado.
Vosotros, en cambio, sois un linaje
escogido, un real sacerdocio, una nación santa, un pueblo que Dios ha adquirido
para que anunciéis a otros las grandezas
de aquel que, estando vosotros en tinieblas, os llamó a participar de su luz
maravillosa. Por eso, los que antes no erais pueblo, sois ahora pueblo de
Dios; los que antes no erais objeto de misericordia, gozáis ahora plenamente de
la misericordia de Dios (1 P 2.9-10 CST).
Como te lo
expresé anteriormente, estas, mi amado(a), son las buenas noticias del Evangelio.
No solamente has sido justificado(a) y perdonado(a) en Cristo Jesús, sino que
también has sido regenerado(a), renovado(a) -hecho(a) de nuevo-, para ser
llamados por Dios Hijo(a) Suyo(a).
Miren lo grande que es el amor que el
Padre nos ha mostrado, ¡hasta llega a hacer posible que seamos llamados hijos
de Dios! Y eso es lo que de verdad somos. Por eso la gente del mundo no nos
conoce, pues el mundo no conoce a Dios
(1 Jn 3.1 PDT).
Ya no eres más la misma persona mala y pecadora que antes eras. ¡No!
Ahora, de acuerdo a la Biblia que es la Palabra de Dios y no miente, eres un(a)
auténtico(a) y legítimo(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo.
Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es
nacido de Dios (1 Jn 5.1).
Todo esto,
es razón, más que suficiente, para alegrarte y gozarte pues, ahora, al haber
Nacido de Nuevo, el Todopoderoso es tu propio Padre, y en este día, ante
cualquier problema, enfermedad o aflicción, Él te guarda y te sostiene con su
diestra de justicia y de poder.
Dios,
tu Padre, es el proveedor del vino, del aceite y del pan para que, a pesar de
toda circunstancia, adversidad, tristeza, muerte o enfermedad, tú realices una
Vida plena y abundante a través de Jesucristo. Para que realices una vida CON
significado pues ahora tú ya sabes quién eres y por qué estás en esta vida.
¡Para que anuncies las virtudes de Aquel que te llamó de las tinieblas a
Su luz admirable!
¡Eres
un(a) Hijo(a) de Dios! ¡Tienes identidad! ¡Eres la sal de la tierra! ¡Eres la
luz del mundo! Así has sido llamado(a) por la Palabra de Dios para bendecir a
los demás. ¡Tienes propósito!
Y yendo,
predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. Sanad enfermos,
limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia
recibisteis, dad de gracia (Mat
10.7-8).
Y les dijo: Id
por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y
fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. Y estas
señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán
nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera,
no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán (Mar 16.15-18).
Recuerda
que, si Dios lo dijo, entonces Él lo va a cumplir y si Dios lo hablo, entonces Él
lo va a ejecutar. Dios no es hombre para que mienta ni hijo de hombre para que
se arrepienta.
Tú
estás aquí como un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo para algo mucho más
importante que sobrevivir mediante un empleo o negocio y adquirir bienes
materiales como propiedades, casas o automóviles. Tú estás aquí para ser luz en
medio de las tinieblas y establecer el Reino de tu Padre celestial sobre este
mundo perdido.
Bienaventurado el hombre que
tiene en ti sus fuerzas, En cuyo corazón están tus caminos. Atravesando el
valle de lágrimas lo cambian en fuente, Cuando la lluvia llena los estanques (Sal 84.5-6).
Tu
vida en esta tierra no tiene por qué ser un valle de lágrimas, tristezas y
sufrimientos. Puesto que la Biblia, que es la Palabra de Honor de Dios,
establece que Jesús vino a ti para darte Vida Eterna, que es la Vida plena y abundante
que sólo pueden disfrutar los Hijos de Dios, entonces, insisto, sin importar
los problemas, enfermedades o aflicciones que hoy estés enfrentando, y sin
lugar a dudas, TÚ eres ese(a) hombre (mujer) bienaventurado(a) que tienes en
Dios tu fuerza y Su Palabra y Sus caminos en tu corazón. ¡Tú eres ese(a)
Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo que, atravesando el valle de lágrimas lo
conviertes en un manantial de vida, pues Jesucristo vive en ti y contigo y Su
Palabra dentro de ti es una fuente que salta para vida eterna.
Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba
consumado, dijo, para que la Escritura se cumpliese: Tengo sed.
Y estaba allí una vasija llena de vinagre; entonces ellos empaparon en
vinagre una esponja, y poniéndola en un hisopo, se la acercaron a la boca.
Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el
espíritu
(Jn 19.28-30).
Si
en estos momentos te encuentras suspirando y pensando, “ese será tu caso Riqui Ricón, ojalá y mi vida fuera así de hermosa…”,
te recuerdo que no se trata de lo que tú pienses que es tu vida o de lo que
hiciste con ella, sino de lo que Dios dice que ahora es tu vida por lo que Él
hizo con ella. ¡Consumado es! ¡Hecho está! ¡Buenas Nuevas! El sacrificio de
Amor que Jesús hizo por ti fue perfecto, completo y acabado. No le hace falta
nada. No hay que agregarle nada.
¡La
Palabra de Dios lo dice así!
Porque no
envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo
sea salvo [plenitud] por él (Jn
3.17).
El
ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que
tengan vida [Vida Eterna], y para que la tengan en abundancia (Jn
10.10).
Jehová
de los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía (Sal 84.12).
¡Gracias
Señor Jesús, puedo confiar en Ti!
Oremos
en voz audible:
Amado
Padre celestial, te estoy muy agradecido por el Amor con que me has amado que
estando yo muerto en delitos y pecados me has dado vida juntamente con Cristo,
y no cualquier clase de vida, sino la Vida Eterna; una Vida Plena y Abundante
para vivirla. Es por Tu Gran Amor que me
has hecho nueva criatura y todas las cosas viejas ya han quedado atrás. He sido
justificado(a) y perdonado(a) por Tu Gran Amor, que es Cristo Jesús, mi Señor y
Salvador. Puedo declarar que soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo no de
una simiente corruptible sino de la incorruptible semilla que es Tu Palabra,
Señor. Puedo confiar en Ti y ser dichoso(a). Recibo Tu gozo, que es mi
fortaleza y declaro, con toda certeza, que yo, _____________ (tu nombre aquí),
soy la persona que la Biblia, Tu Palabra, oh Dios, dice que soy. De todo
problema, enfermedad o aflicción saldré más que vencedor(a), pues TODO lo puedo
en Cristo que me fortalece. Mayor eres Tú, Espíritu Santo, que vives en mí, y
conmigo, que el que está en el mundo. Yo soy linaje escogido, real sacerdocio,
nación santa, pueblo adquirido por Dios para anunciar las virtudes de Aquel que
me llamó de las tinieblas a Su Luz admirable. ¡Tengo identidad y tengo
propósito! ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! ¡Soy
Hijo(a) de Dios! En el nombre de Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo
C. Peredo Jaime © 2011
Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un
año habrás leído toda la Biblia.
Octubre 9 Apo
9 / Neh 12/ Sal 104.1-23
Apocalipsis
9
1El quinto ángel
tocó la trompeta, y vi una estrella que cayó del cielo a la tierra; y se le dio
la llave del pozo del abismo. 2Y abrió el pozo del abismo, y subió
humo del pozo como humo de un gran horno; y se oscureció el sol y el aire por
el humo del pozo. 3Y del humo salieron langostas sobre la tierra;
y se les dio poder, como tienen poder los escorpiones de la tierra. 4Y
se les mandó que no dañasen a la hierba de la tierra, ni a cosa verde alguna,
ni a ningún árbol, sino solamente a los hombres que no tuviesen el sello de
Dios en sus frentes. 5Y les fue dado,
no que los matasen, sino que los atormentasen cinco meses; y su tormento era
como tormento de escorpión cuando hiere al hombre. 6Y en aquellos
días los hombres buscarán la muerte, pero no la hallarán; y ansiarán morir,
pero la muerte huirá de ellos.
7El aspecto de
las langostas era semejante a caballos preparados para la guerra; en las cabezas tenían como coronas de oro; sus caras eran como caras humanas;
8tenían cabello como cabello de mujer; sus dientes eran como de leones; 9tenían corazas como corazas de hierro; el ruido de sus alas era como el
estruendo de muchos carros de caballos corriendo a la
batalla; 10tenían colas como de escorpiones, y también aguijones;
y en sus colas tenían poder para dañar a los hombres durante cinco meses.
11Y tienen por rey sobre ellos al ángel del abismo, cuyo nombre en
hebreo es Abadón, y en griego, Apolión.
12El primer ay
pasó; he aquí, vienen aún dos ayes después de esto.
13El sexto ángel
tocó la trompeta, y oí una voz de entre los cuatro cuernos del altar de oro
que estaba delante de Dios, 14diciendo al sexto ángel que tenía la
trompeta: Desata a los cuatro ángeles que están atados junto al gran río
Eufrates. 15Y fueron desatados los cuatro ángeles que estaban
preparados para la hora, día, mes y año, a fin de matar a la tercera parte de
los hombres. 16Y el número de los ejércitos de los jinetes era
doscientos millones. Yo oí su número. 17Así vi en visión los
caballos y a sus jinetes, los cuales tenían corazas de fuego, de zafiro y de
azufre. Y las cabezas de los caballos eran como cabezas de leones; y de su boca
salían fuego, humo y azufre. 18Por estas tres plagas fue muerta la
tercera parte de los hombres; por el fuego, el humo y el azufre que salían de
su boca. 19Pues el poder de los caballos estaba en su boca y en
sus colas; porque sus colas, semejantes a serpientes, tenían cabezas, y con
ellas dañaban.
20Y los otros
hombres que no fueron muertos con estas plagas, ni aun así se arrepintieron de
las obras de sus manos, ni dejaron de adorar a los demonios, y a las imágenes
de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, las cuales no pueden ver,
ni oír, ni andar; 21y no se arrepintieron de sus
homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus hurtos.
Nehemías
Sacerdotes y levitas
12
1Estos son los
sacerdotes y levitas que subieron con Zorobabel hijo de Salatiel, y con Jesúa: Seraías,
Jeremías, Esdras, 2Amarías, Maluc, Hatús, 3Secanías,
Rehum, Meremot, 4Iddo, Gineto, Abías, 5Mijamín,
Maadías, Bilga, 6Semaías, Joiarib, Jedaías, 7Salú,
Amoc, Hilcías y Jedaías. Estos eran los príncipes de los sacerdotes y sus
hermanos en los días de Jesúa. 8Y los levitas: Jesúa, Binúi,
Cadmiel, Serebías, Judá y Matanías, que con sus hermanos oficiaba en los cantos
de alabanza. 9Y Bacbuquías y Uni, sus hermanos, cada cual en su
ministerio.
10Jesúa engendró
a Joiacim, y Joiacim engendró a Eliasib, y Eliasib engendró a Joiada; 11Joiada
engendró a Jonatán, y Jonatán engendró a Jadúa. 12Y en los días de
Joiacim los sacerdotes jefes de familias fueron: de Seraías, Meraías; de
Jeremías, Hananías; 13de Esdras, Mesulam; de Amarías, Johanán;
14de Melicú, Jonatán; de Sebanías, José; 15de Harim, Adna;
de Meraiot, Helcai; 16de Iddo, Zacarías; de Ginetón, Mesulam;
17de Abías, Zicri; de Miniamín, de Moadías, Piltai; 18de
Bilga, Samúa; de Semaías, Jonatán; 19de Joiarib, Matenai; de
Jedaías, Uzi; 20de Salai, Calai; de Amoc, Eber; 21de
Hilcías, Hasabías; de Jedaías, Natanael.
22Los levitas en
días de Eliasib, de Joiada, de Johanán y de Jadúa fueron inscritos por jefes de
familias; también los sacerdotes, hasta el reinado de Darío el persa. 23Los
hijos de Leví, jefes de familias, fueron inscritos en el libro de las crónicas
hasta los días de Johanán hijo de Eliasib. 24Los principales de
los levitas: Hasabías, Serebías, Jesúa hijo de Cadmiel, y sus hermanos delante
de ellos, para alabar y dar gracias, conforme al estatuto de David varón de
Dios, guardando su turno. 25Matanías, Bacbuquías, Obadías,
Mesulam, Talmón y Acub, guardas, eran porteros para la guardia a las entradas
de las puertas. 26Estos fueron en los días de Joiacim hijo de
Jesúa, hijo de Josadac, y en los días del gobernador Nehemías y del sacerdote
Esdras, escriba.
Dedicación del muro
27Para la
dedicación del muro de Jerusalén, buscaron a los levitas de todos sus lugares
para traerlos a Jerusalén, para hacer la dedicación y la fiesta con alabanzas y
con cánticos, con címbalos, salterios y cítaras. 28Y fueron
reunidos los hijos de los cantores, así de la región alrededor de Jerusalén
como de las aldeas de los netofatitas; 29y de la casa de Gilgal, y
de los campos de Geba y de Azmavet; porque los cantores se habían edificado
aldeas alrededor de Jerusalén. 30Y se purificaron los sacerdotes y
los levitas; y purificaron al pueblo, y las puertas, y el muro. 31Hice
luego subir a los príncipes de Judá sobre el muro, y puse dos coros grandes que
fueron en procesión; el uno a la derecha, sobre el muro, hacia la puerta del
Muladar. 32E iba tras de ellos Osaías con la mitad de los
príncipes de Judá, 33y Azarías, Esdras, Mesulam, 34Judá
y Benjamín, Semaías y Jeremías. 35Y de los hijos de los sacerdotes
iban con trompetas Zacarías hijo de Jonatán, hijo de Semaías, hijo de Matanías,
hijo de Micaías, hijo de Zacur, hijo de Asaf; 36y sus hermanos
Semaías, Azarael, Milalai, Gilalai, Maai, Natanael, Judá y Hanani, con los
instrumentos musicales de David varón de Dios; y el escriba Esdras delante de
ellos. 37Y a la puerta de la Fuente, en frente de ellos, subieron
por las gradas de la ciudad de David, por la subida del muro, desde la casa de
David hasta la puerta de las Aguas, al oriente. 38El segundo coro
iba del lado opuesto, y yo en pos de él, con la mitad del pueblo sobre el muro,
desde la torre de los Hornos hasta el muro ancho; 39y desde la
puerta de Efraín hasta la puerta Vieja y a la puerta del Pescado, y la torre de
Hananeel, y la torre de Hamea, hasta la puerta de las Ovejas; y se detuvieron
en la puerta de la Cárcel. 40Llegaron luego los dos coros a la
casa de Dios; y yo, y la mitad de los oficiales conmigo, 41y los
sacerdotes Eliacim, Maaseías, Miniamín, Micaías, Elioenai, Zacarías y Hananías,
con trompetas; 42y Maasías, Semaías, Eleazar, Uzi, Johanán,
Malquías, Elam y Ezer. Y los cantores cantaban en alta voz, e Izrahías era el
director. 43Y sacrificaron aquel día numerosas víctimas, y se
regocijaron, porque Dios los había recreado con grande contentamiento; se
alegraron también las mujeres y los niños; y el alborozo de Jerusalén fue oído
desde lejos.
Porciones para sacerdotes y levitas
44En aquel día
fueron puestos varones sobre las cámaras de los tesoros, de las ofrendas, de
las primicias y de los diezmos, para recoger en ellas, de los ejidos de las
ciudades, las porciones legales para los sacerdotes y levitas; porque era
grande el gozo de Judá con respecto a los sacerdotes y levitas que servían.
45Y habían cumplido el servicio de su Dios, y el servicio de la
expiación, como también los cantores y los
porteros, conforme al estatuto de David y de Salomón su
hijo. 46Porque desde el tiempo de David y de Asaf, ya de antiguo,
había un director de cantores para los cánticos y alabanzas y acción de gracias
a Dios. 47Y todo Israel en días de Zorobabel y en días de Nehemías
daba alimentos a los cantores y a los porteros, cada cosa en su día;
consagraban asimismo sus porciones a los levitas, y los levitas consagraban
parte a los hijos de Aarón.
SALMO 104.1-23
Dios cuida de su creación
1 Bendice,
alma mía, a Jehová.
Jehová Dios
mío, mucho te has engrandecido;
Te has
vestido de gloria y de magnificencia.
2 El que se
cubre de luz como de vestidura,
Que extiende
los cielos como una cortina,
3 Que
establece sus aposentos entre las aguas,
El que pone
las nubes por su carroza,
El que anda
sobre las alas del viento;
4 El que hace
a los vientos sus mensajeros,
Y a las flamas de fuego sus
ministros.
5 El fundó la
tierra sobre sus cimientos;
No será
jamás removida.
6 Con el
abismo, como con vestido, la cubriste;
Sobre los
montes estaban las aguas.
7 A tu reprensión
huyeron;
Al sonido de
tu trueno se apresuraron;
8 Subieron
los montes, descendieron los valles,
Al lugar que
tú les fundaste.
9 Les pusiste
término, el cual no traspasarán,
Ni volverán a cubrir la
tierra.
10 Tú eres el
que envía las fuentes por los arroyos;
Van entre
los montes;
11 Dan de
beber a todas las bestias del campo;
Mitigan su
sed los asnos monteses.
12 A sus
orillas habitan las aves de los cielos;
Cantan entre
las ramas.
13 El riega
los montes desde sus aposentos;
Del fruto de sus obras se
sacia la tierra.
14 El hace
producir el heno para las bestias,
Y la hierba
para el servicio del hombre,
Sacando el
pan de la tierra,
15 Y el vino
que alegra el corazón del hombre,
El aceite
que hace brillar el rostro,
Y el pan que
sustenta la vida del hombre.
16 Se llenan
de savia los árboles de Jehová,
Los cedros
del Líbano que él plantó.
17 Allí anidan
las aves;
En las hayas
hace su casa la cigüeña.
18 Los montes
altos para las cabras monteses;
Las peñas,
madrigueras para los conejos.
19 Hizo la
luna para los tiempos;
El sol
conoce su ocaso.
20 Pones las
tinieblas, y es la noche;
En ella
corretean todas las bestias de la selva.
21 Los
leoncillos rugen tras la presa,
Y para
buscar de Dios su comida.
22 Sale el
sol, se recogen,
Y se echan
en sus cuevas.
23 Sale el
hombre a su labor,
Y a su labranza hasta la
tarde.
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