31 de MAYO
¡Vida Nueva!
Por Riqui Ricón*
Y vino palabra de Jehová a
Samuel, diciendo: Me pesa haber puesto por rey a Saúl, porque se ha vuelto de en
pos de mí, y no ha cumplido mis palabras.
Y se apesadumbró Samuel, y clamó a Jehová toda aquella noche… Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en
los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová?
Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que
la grosura de los carneros. Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e
idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él
también te ha desechado para que no seas rey (1 S
15.10-11, 22-23).
Realmente es triste como termino
sus días sobre la tierra el rey Saúl: sin creer, ni obedecer la Palabra del
Señor. Por no creerle a Dios, vivió en rebeldía, fue desechado y no pudo
cumplir el propósito de su vida.
¿Cómo puedes tú evitar caer en
semejante error? Pues, sencillamente, creyéndole a Dios; creyendo que la Biblia
es, efectivamente, lo que dices que es: la Palabra de Dios y no miente; te ha
sido dada por Dios para tu bien y beneficio. Sólo por medio de la Palabra de
Dios podrás alcanzar la vida plena que el Padre te desea y entonces cumplirás tu
propósito en este mundo.
Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a
toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra
ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas. Nunca se apartará de tu boca
este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que
guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces
harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. Mira que te mando que te
esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará
contigo en dondequiera que vayas (Jos 1.7-9).
La fe viene por oír la Palabra de
Dios, por ponerla en tu boca, mente y corazón, sabiendo a ciencia cierta que
TODO lo que Él ha dicho lo va a cumplir, que TODO lo que Él ha hablado lo va a
ejecutar. Así que, si Dios dice que esforzándote con valentía por poner Su
Palabra en tu boca, meditando en ella de día y de noche, vas a poder guardar y
hacer conforme a todo lo que en ella está escrito; ¡eso es, exactamente, lo que
va a suceder! Y, entonces, solamente entonces, harás prosperar tu camino y todo
te saldrá bien.
Si tú
tienes la certeza que la Biblia, la Palabra de Dios, es la verdad infalible,
puedes comprender porque jamás estarás en la misma situación que Saúl, pues, en
Cristo Jesús, tu Padre celestial ya te proveyó la victoria sobre el pecado.
¿Qué, pues, diremos?
¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna
manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido
bautizados en su muerte? Porque somos sepultados
juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo
resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos
en vida nueva (Ro 6.1-4).
Las palabras a fin de que, ponen
por implícito que el propósito de la muerte y resurrección de Jesucristo es
darte una vida totalmente nueva por medio de la regeneración o nuevo
nacimiento. No es un borrón y cuenta
nueva con el riesgo de que vuelvas hacer los mismos pecados sino que ahora
eres, en Cristo Jesús, una nueva creación, un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de
Nuevo; esto quiere decir, que ahora tú eres una nueva especie de ser que no
existía antes. Ni ser humano, ni pecador, ni creatura, ni imperfecto, ni
pecador salvo por gracia, sino un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo, renacida(o), no de simiente
corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece
para siempre (1 P 1.23).
Porque nosotros también éramos
en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y
deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y
aborreciéndonos unos a otros. Pero cuando se manifestó la
bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de
justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y
por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro
Salvador, para que justificados por su
gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna (Ti 3.3-7).
Entonces, de acuerdo a la Palabra
de Dios, tú ya no eres la(el) misma(o) pecador(a) que antes eras, sino que has
sido creada(o) de
nuevo según Dios en justicia y santidad de la verdad (Efe 4.24). ¿Por qué entonces
sigues luchando con tu vieja naturaleza? Porque, aunque tú eres espíritu justo
y santo creado de nuevo por Dios, Satanás trata, con todos los medios posibles,
de convencerte y engañar a tu alma que eres la(el) misma(o) pecador(a). De esta
forma, podrá mantenerte condenada(o), luchando en tus fuerzas, tratando de ser
justa(o) y santa(o). En cambio, el Plan de Amor de Dios, tu Padre, es
espectacularmente poderoso y sencillo: que llegues a saber y a creer que, por
Cristo Jesús, ya eres santa(o), justa(o) y perfecta(o) y lo único que tienes
que hacer es manifestarlo en tu vida, ¡viviéndolo!
Porque no me avergüenzo del
evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al
judío primeramente, y también al griego. Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe,
como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá (Ro
1.16-17).
Si has
reconocido a Jesucristo como tu Señor y Salvador, entonces, tú, mi estimada(o)
amiga(o), eres ese(a) justo(a) que vive por fe. Ese(a) justo(a) que vive
creyendo que la Biblia es la Palabra de Dios y, por lo tanto, es la verdad y se
cumplirá todo lo que en ella escrito está.
Oremos en
voz audible:
Amado Padre celestial, cómo no
estar agradecido por tanto Amor para conmigo; por Tu gracia me has justificado,
santificado, perdonado y regenerado. ¡Soy hecha(o) de nuevo! Por la fe en Tu
Palabra y en Tu Hijo Jesús, tengo la victoria sobre el pecado pues, ya no soy
más la(el) misma(o) pecador(a), ahora soy Tu Hija(o). Un(a) Hija(o) de Dios
Nacida(o) de Nuevo y no de una simiente corruptible sino de la incorruptible
semilla que es Tu Palabra, Señor. Gracias Jesús, por tu gran Amor. Amado
Espíritu Santo, con tu ayuda me propongo a nunca olvidar lo que me dices en Tu
Palabra. Ahora sé que, por lo que Tú hiciste por mí en la cruz, Señor Jesús, no
sólo fui perdonada(o) de todos mis pecados, sino que, y sobre todo, Dios, el
Todopoderoso, me ha adoptado como Hija(o) Suya(o), según el puro afecto de Su Voluntad. Yo estoy en Cristo y
las cosas viejas ya pasaron he aquí que TODA mi vida es hecha Nueva. Gracias
amado Padre celestial, muchas gracias. Hoy puedo levantarme y hacer frente a
cualquier circunstancia adversa en mi vida, porque sé que sé, que Tú, mi Dios
estás conmigo. Y qué pues diremos a esto, si Dios es conmigo, ¿quién contra mí?
El que no escatimo ni a Su propio Hijo sino que lo entregó por amor a mí, ¿cómo
no me dará, juntamente con Él, todas las cosas? ¡Gracias Abba, Padre! Hoy oro a
Ti para declarar en plena certeza de fe, que en todas las cosas soy más que
vencedor(a) por medio de Aquel que me ha amado, Cristo Jesús. Así que, TODO lo
puedo en Cristo que me fortalece. Yo soy Tu Hija(o) y ya he vencido, porque
mayor eres Tú, que estás en mí, que el que está en el mundo. ¡Soy sana(o)! ¡Soy
libre! ¡Soy próspera(o)! En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo
C. Peredo Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al
final de un año habrás leído toda la Biblia.
Mayo
31 Ro
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1 Sam 15 / Sal 60
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