30 de MAYO
¡Justificada(o) por la fe!
Por Riqui Ricón*
Dijo, pues, Jonatán a su paje de armas: Ven,
pasemos a la guarnición de estos incircuncisos; quizá haga algo Jehová por
nosotros, pues no es difícil para Jehová salvar con muchos o con pocos (1 S 14.6).
En primera
de Samuel, capítulo catorce, la Escritura relata que ese día Dios, por medio de
Jonatán, dio una gran victoria a Israel sobre sus enemigos. Eso fue posible
gracias a que Jonatán puso toda su confianza sobre Dios. Semejante confianza
provenía de tener la certeza de, al menos, dos cosas: primero, Dios estaba con
él, y segundo, no hay nada difícil para Dios.
¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por
nosotros, ¿quién contra nosotros? (Ro 8.31)
Aunque
Israel y su rey, Saúl, estaban amedrentados por el temor y superados en número,
Jonatán, acompañado solamente por su escudero, acudió seguro y confiado hacer
frente a sus enemigos, sabiendo con certeza que Dios estaba con él.
La Biblia,
que es la Palabra de Dios, y no miente, enseña claramente que tu lucha, sea
cual sea lo que estás enfrentando el día de hoy, no es contra
sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los
gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de
maldad en las regiones celestes (Efe 6.12).
Dios, en Su misericordia y poder
(recuerda que no hay nada difícil para Él), decidió entregarte la victoria
sobre todos tus enemigos, por medio de la fe. Lo cual quiere decir que lo único
que requiere de ti es que creas, que le creas a Él, creyendo Su Palabra.
Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para
con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien
también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y
nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios (Ro 5.1-2).
Así que, lo
tremendamente hermoso del Evangelio, las buenas nuevas, es que Dios te ama
tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo, Jesús, antes que perderte a ti;
que ahora has sido justificada(o) y perdonada(o) para, así, ser llamada(o) por
Dios Hija(o) Suya(o) y eso, precisamente, es lo que ahora tú eres: un(a)
Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha
dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas
tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino
para que el mundo sea salvo por él (Jn
3.16-17).
¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre, que se nos llame hijos de Dios! ¡Y lo somos!
El mundo no nos conoce,
precisamente porque no lo conoció a él (1 Jn 3.1).
Sea lo que sea que estés
enfrentando el día de hoy, ten paz para con Dios. ¡Él está contigo! No te ha
dejado ni te dejará. Por medio de Jesucristo ya tienes entrada (usando tu fe) a
la gracia de Dios.
para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la
justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro (Ro 5.21).
Se trata, pues, de reinar
sobre toda circunstancia por medio de la gracia de Dios que te ha justificado,
esto es, por la Gracia de Dios, has sido hecha(o) justa(o) cuando Cristo Jesús
pagó todos tus pecados al morir en esa cruz y por esa misma Gracia se te ha
concedido la Vida Eterna de un(a) Hija(o) de Dios por la resurrección de
Jesucristo de entre los muertos.
Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados
con Dios por la muerte de su Hijo, mucho
más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida (Ro 5.10).
¡Mucho más!
Cómo me gusta esta expresión cuando viene de la boca de nuestro Dios y Padre.
¡Tú eres salva(o), plena(o), por la vida de Jesús! Jesús fue el primer Hijo de
Dios Nacido de Nuevo y esa Vida que le impartió el Espíritu Santo ahora fluye
con todo su Poder y vitalidad, dentro de ti.
El ladrón no viene sino para hurtar y matar y
destruir; yo he venido para que
tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn 10.10).
¡Esta es la Palabra de
Dios! ¡Él no miente! Todo, absolutamente todo, Su Amor, Sus promesas, Su Poder,
Su identidad, se recibe por medio de la fe. Fe es creerle a Él. Fe es creer que
Su Palabra, la Biblia, sin lugar a dudas, se va a cumplir toda.
Así que, ya has sido justificada(o) por tu fe y tienes paz para con Dios por medio de nuestro
Señor Jesucristo. Entonces, si Dios dice en Su Palabra que tú todo lo puedes en
Cristo; si Dios dice en Su Palabra que en todas las cosas eres más que
vencedor(a); si Dios dice en Su Palabra que por las llagas de Jesús tú ya has
sido sanada(o); si Dios dice en Su Palabra que Él desea que tú seas
prosperada(o) en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu
alma; entonces, ¡Recíbelo por fe!
Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la
victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe (1 Jn 5.4).
¡Tú eres
esa(e) Hija(o) de Dios que YA ha vencido al mundo!
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial,
hoy quiero agradecerte por tu Gracia y por la fe que me has dado. Gracias por
tanto y tan grande Amor. Yo, como Jonatán, sé que no estoy sola(o), sino que
Tú, Poderoso Dios, estás conmigo. Sé que nada hay imposible para Ti, y sé
cuánto me amas. Así que, Señor, Tú eres
mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Tú eres la fortaleza de mi vida; ¿de
quién he de atemorizarme? Cuando se juntan contra mí los malignos, mis
angustiadores y mis enemigos, para comer mis carnes, ellos tropiezan y caen. Aunque
un ejército acampe contra mí, NO temerá mi corazón; Aunque contra mí se levante
guerra, Yo estoy confiada(o). Señor Jesús, por lo que hiciste por mí en la cruz,
ahora yo habito al abrigo del Altísimo y moro bajo la sombra del Omnipotente.
Te digo hoy, mi Dios: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, yo en Ti confío.
En esta hora, Tú me librarás del lazo del cazador, De la peste destructora. Con
Tus plumas me cubrirás, Y debajo de sus alas yo estoy segura(o); Escudo y
adarga es Tu verdad. No temeré el terror nocturno, Ni saeta que vuele de día, Ni
pestilencia que ande en oscuridad, Ni mortandad que en medio del día destruya. Caerán
a mi lado mil, Y diez mil a mi diestra; Mas a mi no llegará. Porque Te he
puesto a Ti, mi Dios, que eres mi esperanza, A Ti Altísimo, por mi habitación, No
me sobrevendrá mal, Ni plaga tocará mi morada. Pues a Tus ángeles mandarás
acerca de mi, Que me guarden en todos mis caminos. En sus manos me llevarán, Para
que mi pie no tropiece en piedra. Sobre el león y el áspid pisaré; Hollaré al
cachorro del león y al dragón. Por cuanto en Ti yo he puesto mi amor, Tú
también me librarás; me pondrás en alto, por cuanto he conocido Tu nombre.
Señor, yo te invocaré, y Tú me responderás; Conmigo estarás Tú en la angustia;
me librarás y le glorificarás. Me saciarás de larga vida, Y me mostrarás Tu
salvación. Por lo tanto, Padre celestial, este día declaro que yo,
_______________ (tu nombre aquí), ¡Soy sana(o)! ¡Soy libre!
¡Soy próspera(o)! ¡Soy feliz! ¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece! ¡En
todas las cosas soy más que vencedor(a) por medio de Tu Amor, mi Señor Jesús! Cualquiera que sea mi situación el día de hoy, sé y creo
que, ¡Yo
soy un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo! Y ya he vencido. En el nombre de
Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al
final de un año habrás leído toda la Biblia.
Mayo
30 Ro
5 /
1 Sam 14 / Sal 59
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Qué piensas al respecto?