06 de MAYO
¡Cómo cumplir tu propósito en la Vida!
¡Trastornando al mundo!
Por Riqui Ricón*
Pero
no hallándolos, trajeron a Jasón y a algunos hermanos ante las autoridades de
la ciudad, gritando: Estos que trastornan el mundo entero también han venido
acá (Hch 17. 6).
En este mundo hay muy pocas cosas que sean más
interesantes que la vida cristiana. ¡Somos los que trastornamos al mundo
entero! Así es, lo trastornamos con el Amor de Dios, el cual, ya ha sido
derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado (Ro 5.5)
y a muchos les cuesta trabajo creerlo, pues somos testigos del Amor de Dios,
quien prefirió entregar a Su propio Hijo, para pagar los pecados de toda la
humanidad, antes que perder a un solo ser humano.
Porque
de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo
aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque
no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo
sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Los primeros creyentes trastornaron al mundo entero
de la misma forma que debe ser trastornado hoy en día por nosotros, los Hijos
de Dios Nacidos de Nuevo. El mensaje del Evangelio, las Buenas Noticias de
Jesucristo, no ha cambiado:
No predicamos juicio, ni castigo, ni condenación,
los cuales, ciertamente, podríamos esperar de un Dios Justo y Soberano, sino
que hablamos la mismísima Palabra de este Dios Justo y Soberano, que se revela
dispuesto a amarnos de tal forma que nos redime en justicia por medio de la
Sangre de Su Hijo Jesús.
¡Fíjense
qué gran amor nos ha dado el Padre, que
se nos llame hijos de Dios! ¡Y lo
somos! El mundo no nos conoce, precisamente porque no lo conoció a él (1 Jn
3.1).
Dios, no solo te ha justificado y perdonado todas
tus faltas, sino que te justificó y perdonó con el propósito expreso de
adoptarte como Hijo(a) Suyo(a) según el puro afecto de Su Voluntad (Efe 1.5). ¡Todo
por Amor a ti!
¡Es este mensaje de Amor lo que trastorna al mundo!
¡Es este mensaje de Amor lo que el mundo no puede comprender! Por esto el mundo
no te conoce, porque no han conocido esa clase de Amor.
Porque
la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan,
esto es, a nosotros, es poder de Dios… pero nosotros predicamos a
Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los
gentiles locura; mas para los llamados, así judíos como griegos,
Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios. Porque lo insensato de
Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los
hombres (1 Co 1. 18, 23-25).
Tú, que has recibido a Jesús como Rey, Señor y
Salvador de tu vida, has Nacido de Nuevo como un(a) Hijo(a) de Dios y ahora
tienes la misión de ser un(a) testigo de esta Verdad. Es por este Amor que eres
transformado(a) y habilitado(a) para establecer el Reino de Dios sobre la
tierra.
para
que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda
buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios; fortalecidos con todo poder,
conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad; con
gozo dando gracias al Padre que nos
hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz; el
cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de
su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón
de pecados (Col 1. 10-14).
Así que, si quitas tus ojos y atención de cualquier
problema o adversidad que estés encarando el día de hoy y pones tu atención y
confianza en la Palabra de Dios (la Biblia), entonces podrás reconocer que has
sido fortalecido(a) con todo poder y hecho(a) apto(a) por tu Dios y Padre, pues,
de acuerdo a la Biblia, la Palabra de Dios, que no miente, tú eres linaje escogido, real
sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para
anunciar las virtudes de Aquel que te llamó de las tinieblas a Su Luz Admirable (1 P
2.9).
Cuando tienes tus sentidos y emociones enfocados en
tus problemas y adversidades entonces dejas de mirar a Jesús y dejas de poner
atención a Su Palabra; así comienzas a sucumbir ante lo que ves y percibes, exactamente
igual a Pedro cuando ya estaba caminando sobre el agua. Recuerda que él pudo
caminar sobre el agua porque había creído la Palabra de Jesús cuando éste le
dijo: ven.
Entonces
le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las
aguas. Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba
sobre las aguas para ir a Jesús. Pero al ver el fuerte viento,
tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame!
Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de
poca fe! ¿Por qué dudaste? (Mat 14.28-31).
Como puedes ver, todo iba
maravillosamente bien hasta que Pedro dudó. Pero, ¿por qué dudó si ya había
creído? Porque puso su vista en el fuerte viento y comenzó a sentir miedo. Esta
es precisamente la estrategia que Satanás utiliza, una y otra vez, para tratar
de derrotarte; él desea que tú mires lo difícil y terrible de tus problemas,
enfermedades o circunstancias para que comiences a dudar de la Palabra de Dios:
“bueno, es cierto que aquella vez me sanó
PERO era tan solo un resfriado, o un
dolor de cabeza, ahora esto es más serio, el doctor y los análisis claramente
DICEN que… Bueno, es cierto que hasta hoy nada me ha faltado y muchas veces
Dios me ha ayudado, PERO ahora es
diferente, es muchísimo dinero y los abogados ya me HABLARON y la demanda… Ciertamente
Dios siempre nos había cuidado, PERO
ahora no sé que pasa, mi hijo(a) se ha descarriado y mi esposo(a)…”.
Si dejas de mirar a Jesús, si
dejas de prestar atención a Su Palabra, automáticamente entrará el miedo a tu
vida para intentar anular tu fe.
Si
vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;
y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres (Jn 8.31b-32).
Es esta Verdad la que te da la victoria sobre todo
problema, circunstancia o enfermedad. Sólo creyéndole a Dios, creyendo la
Palabra de Verdad, puedes levantarte de la condición de esclavo(a) temeroso(a) hacia
la libertad gloriosa de un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo.
Pues no habéis recibido
el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis
recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! (Ro 8.15).
La estrategia de tu adversario el diablo es mantenerte
constantemente ocupado(a) escuchando su chillona voz de fracaso y derrota para
hacerte creer, ¡sí! Leíste bien, hacerte creer que no sirves, que no vales, que
no eres digno(a) y mereces todo lo malo que te sucede. Que Dios no está seguro
de tu conversión y por lo tanto te está probando con el fuego de la aflicción,
y que bla, bla, bla. ¡Puras patrañas! ¡Puras mentiras!
El
ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque
no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso,
y padre de mentira (Jn 8.44b).
Satanás pretende, con todos
los recursos disponibles a su mano, que no creas que tú eres la persona que
Dios dice en Su Palabra que ahora tú eres. Pretende, con sus mentiras, mantenerte
revolcándote en el lodo de la depresión, autocompasión, tristeza, soledad,
enfermedad, pobreza, rencor, temor e incredulidad. ¡Esto es lo que el mundo
conoce! ¡Esto es lo que el mundo reconoce!
El
ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que
tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn 10.10).
Amado,
yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así
como prospera tu alma (3 Jn 2).
¡Qué diferente es lo que tu
Padre desea para ti!
La Escritura es muy clara
acerca de la Voluntad y del Amor de Dios para contigo. ¡Esto es lo que
trastorna al mundo! Que a pesar de tu pasado y de cualquier circunstancia, Dios
te ama tanto que te ha fortalecido con todo poder y te ha hecho apto(a) para vivir
una vida plena y abundante.
¡Tu Padre anhela que tú seas
dichosa(o)!
Ahora bien, ya sabes lo que Dios quiere para ti,
pero ¿cómo se consigue esto?
Jehová
de los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía (Sal 84.12).
¡Sencillo! Créele a Dios. Cree en verdad que la
Biblia es lo que siempre has dicho que es: la Eterna e Infalible Palabra de
Dios. ¡Dios no miente! Todo lo que Él ha hablado lo va hacer, todo lo que Él ha
dicho lo va a ejecutar. ¡Esta es la Verdad! Y…
¡La Verdad te hace libre!
Por esto, estás destinado(a) a trastornar al mundo.
Porque sin la aprobación del mundo, sólo confiando y creyendo en Su Palabra
de Amor, estás habilitado(a) por Dios
para levantarte del lodo cenagoso, como el (la) Hijo(a) de Dios que ahora eres,
y ejercer poder, autoridad y dominio a favor de tus hermanas y hermanos y de aquellos
que aún no le conocen.
Es tu fe, creerle a Dios creyendo Su Palabra, el
Poder trastornador que el sistema del mundo y Satanás no pueden soportar.
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, este día quiero decirte que
te amo con todo mi corazón. Quiero que sepas cuanto me asombras con tu Gran
Amor, pues estando yo destinado(a) a la perdición eterna, no sólo me rescataste
pagando todos mis pecados con la Vida de Tu propio Hijo Jesús, sino que,
además, me has hecho Tu Hijo(a), me has fortalecido con todo poder y me has
hecho apto(a) para anunciar éste, Tu Gran Amor. Gracias, Señor Jesús, mi
hermano mayor. Por todo lo que hiciste al morir y resucitar por amor a mí, yo
tengo Vida. Por Ti, Jesucristo, puedo hacer de mi vida una vida plena y
abundante. Llena de propósito y sentido. Gracias, glorioso y hermoso Espíritu
Santo que estás en mí y conmigo para ayudarme a lograrlo. Por todo esto, he
decidido ya no temer, ni dudar más. Tú estás conmigo y si Dios es conmigo,
¿quién contra mí? No recibo palabras, ni pensamientos, de condenación, fracaso,
ni derrota. En todas, absolutamente todas las cosas soy más que vencedor(a),
pues todo lo puedo en Ti y contigo. Me declaro sano(a), libre, próspero(a) y
feliz para anunciar las virtudes de Aquel que me llamó de las tinieblas a Su
Luz admirable. ¡Voy a trastornar al mundo! En el nombre de Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo
establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en
voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a
Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el
Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis
pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí
acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa
derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a
entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi
único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime © 2012
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Mayo
6 Hch 17.
1-15 /
Jue 6 / Job 36
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