04 de MAYO
¿Querrá Dios bendecirte hoy?
¡La Bendición es tu derecho!
Por Riqui Ricón*
Por
dondequiera que salían, la mano de Jehová estaba contra ellos para mal, como Jehová había dicho, y como
Jehová se lo había jurado; y tuvieron gran aflicción (Jue 2.
15).
Es muy importante no perder de vista que tanto la
bendición como la maldición, ambas, son Palabra de Dios y, por lo tanto,
inevitablemente se han de cumplir, según sea el caso.
Mira,
yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal; porque
yo te mando hoy que ames a Jehová tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes
sus mandamientos, sus estatutos y sus decretos, para que vivas y seas
multiplicado, y Jehová tu Dios te bendiga en la tierra a la cual entras para
tomar posesión de ella. Mas si tu corazón se apartare y no oyeres,
y te dejares extraviar, y te inclinares a dioses ajenos y les sirvieres, yo
os protesto hoy que de cierto pereceréis; no prolongaréis vuestros días sobre
la tierra adonde vais, pasando el Jordán, para entrar en posesión de ella.
A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que
os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú
y tu descendencia; amando a Jehová tu Dios, atendiendo a
su voz, y siguiéndole a él; porque él es vida para ti, y prolongación de tus
días; a fin de que habites sobre la tierra que juró Jehová a tus padres,
Abraham, Isaac y Jacob, que les había de dar (Deu 15.
20-30).
Ahora bien, si bien es cierto que las personas se
colocan bajo maldición como consecuencia de sus pecados, tienes que notar que
la Voluntad de Dios para tu vida siempre ha sido que vivas bajo Su Bendición.
Él no es ningún juez sádico que está pendiente de tus delitos y transgresiones
para aplicarte Su justicia inflexible. ¡No! ¡Nada de eso! Él es tu Padre
amoroso que te guía y corrige indicándote el camino correcto.
¿Quiero
yo la muerte del impío? dice Jehová el Señor. ¿No vivirá, si se apartare de sus
caminos? (Ez 18. 23).
La Verdad
es que Dios desea que nadie perezca sino que todos se salven.
El Señor no retarda su
promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con
nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al
arrepentimiento (2 P 3. 9).
La Biblia, que es la Palabra de Dios, y no miente, te
enseña claramente, una y otra vez, la buena voluntad de Dios para con los
hombres.
Porque
de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo
aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque
no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo
sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Es por Amor que Dios prefirió entregar a Su propio
Hijo, Jesús, para pagar todos tus pecados, antes que perderte a ti. Es por Amor
que ahora Él te ha hecho Su Hijo(a) amado(a) y no te condena, ni te maldice.
¡Fíjense
qué gran amor nos ha dado el Padre, que
se nos llame hijos de Dios! ¡Y lo
somos! El mundo no nos conoce, precisamente porque no lo conoció a él (1 Jn
3.1 NVI).
Por el Gran Amor que Dios siente por ti, has sido
predestinado(a) a buenas obras y a tener una vida plena y abundante.
Pero
Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun
estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por
gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo
nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para
mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su
bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque por gracia sois
salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no
por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya,
creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano
para que anduviésemos en ellas (Efe 2.4-10).
Toda Maldición sobre tu vida ha sido anulada a
través de la redención que Jesucristo efectuó en la cruz del calvario, por Amor
a ti.
Cristo
nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque
está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero), para
que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de
que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu (Gal 3.13-14).
Así que, si te encuentras afligido(a) o angustiado(a)
por alguna situación y piensas que eso te lo envió Dios por alguna razón,
detente, deja de pensar de esa forma. Si hay pecado en tu vida arrepiéntete,
corre hacia tu Padre, en vez de huir de Él; pídele perdón confesando tu pecado
pues fiel y justo es Él para perdonarte y limpiarte de toda maldad.
Si
confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados,
y limpiarnos de toda maldad (1 Jn 1.9).
Si no hay pecado, entonces, sométete a la Palabra
de Dios, cree lo que en ella está escrito acerca de ti; resiste al diablo y
éste tendrá que huir de ti.
Someteos,
pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. Acercaos a
Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los
de doble ánimo, purificad vuestros corazones (Stgo 4.7-8).
¡No te dejes engañar! No escuches la voz de tu
adversario, él ha sido homicida desde
el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él.
Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira (Jn 8.44).
En cambio, tú eres un(a) Hijo(a)
de Dios Nacido(a) de Nuevo, siendo
renacido(a), no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra
de Dios que vive y permanece para siempre (1 P 1.23).
Tú eres Hijo(a) de la Verdad y estás destinado(a) a
vivir bajo la Bendición de Dios, ¡nunca bajo maldición! ¡La Bendición es tu
derecho! ¡Cristo Jesús pagó por el!
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, yo sé que soy Tuyo(a), sé
que soy un(a) Hijo(a) Nacido(a) de Nuevo y no de una simiente corruptible sino
de la incorruptible semilla que es Tu Palabra. Por lo tanto, el maligno no me
toca pues yo no practico el pecado. Te pido perdón por todos mis pecados que he
cometido en este último día, te pido que mires la sinceridad de mi corazón y
apliques, una vez más, la Sangre preciosa y poderosa de Tu Hijo Jesús sobre mi
vida y corazón. Gracias Señor porque me has hecho Nueva Creación, justo(a) y
santo(a). Espíritu Santo, Tú estás conmigo como mi amigo y ayudador; así que,
te pido me ayudes a creer que soy quien Tú dices que soy para dejar atrás esas
actitudes, pensamientos, palabras y acciones pecaminosas. Yo soy quien dice la
Biblia que soy: un(a) Hijo(a) de Dios, Nacido(a) de la Verdad. Soy totalmente
libre de la ley del pecado y de la muerte. Así que, recibo mi perdón y mi
herencia: Que son salud, prosperidad, paz y gozo. Declaro que, sin importar
cuál sea mi problema, angustia o enfermedad, yo, _______________ (tu nombre
aquí), soy más que vencedor por medio de Aquel que me ha amado, Cristo Jesús.
¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece! ¡Mayor eres Tú, Espíritu Santo, que
estás en mí, que el que está en el mundo! Yo, _______________ (tu nombre aquí),
ya he sido justificado(a) en el nombre del Señor Jesús y por el Espíritu Santo.
¡Así lo dice la Palabra de Dios! ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni
los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los
que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los
borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de
Dios. Y esto erais
algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis
sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro
Dios (1 Co 6. 9-11). ¡Soy sano(a)!
¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! ¡Soy bendecido(a)! En el
nombre de Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo
establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en
voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a
Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el
Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis
pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí
acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa
derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a
entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi
único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime © 2012
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Mayo
4 Hch 16.
1-15 /
Jue 2-3 / Job 34
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Qué piensas al respecto?