miércoles, 27 de mayo de 2020

¡Cómo ser perfecto(a) delante de Dios!












27  de MAYO




¡Cómo ser perfecto(a) delante de Dios!



¡Primero creer para después ser!
Por Riqui Ricón*
porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados (Ro 2.13).
Hoy comencemos notando que en cuanto a la justicia Eterna, está determinado que no se justificará delante de Dios hombre alguno.
Y no entres en juicio con tu siervo; Porque no se justificará delante de ti ningún ser humano (Sal 143.2).
Esto es y será así porque la naturaleza humana está corrompida por el pecado, que es la incredulidad a la Palabra de Dios, y esta es la razón por la cual, por más que te esfuerces en cumplir la ley, siempre caerás. Pero,…
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Lo realmente hermoso y asombroso del mensaje del Evangelio es que Dios rompe este círculo de fracasos y derrotas al justificarte Él, pagando el justo precio de todos tus pecados con la Vida de Su propio Hijo, Cristo Jesús. ¡Y todo por Amor a ti!
Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo,  para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús (Ro 3.21-26).
Ser justificado(a) significa que Cristo Jesús YA PAGÓ el precio, las consecuencias, de TODOS tus pecados al morir en esa cruz derramando hasta la última gota de Su Sangre, solo por Amor a ti. 
Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu (1 P 3.18).
Así que, ahora tú vives como un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, sabiendo y creyendo que eres justificado(a) no por tus obras sino por tu fe en Jesús. Sin embargo, como la fe sin obras es muerta en sí misma, tú, sabiendo y creyendo que Naciste de Nuevo no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre (1 P 1.23), AHORA piensas, hablas y actúas como Hijo(a) del Rey, cumpliendo así la ley de Cristo.
En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre,  que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre,  creado según Dios  en la justicia y santidad de la verdad  (Efe 4.22-24).
¡Este Nuevo hombre (mujer), que Él YA te hizo, ha sido creado(a), por Dios mismo, en la justicia y santidad de la verdad! Así que, tú NO tienes que tratar y luchar por ser ese(a) hombre (mujer). ¡Por la muerte y resurrección de Cristo Jesús que ya lo eres! Sólo tienes que creerlo. Pero tienes que creerlo de tal manera que comiences a serlo, que comiences a manifestarte como un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. Entonces tu fe producirá frutos de justicia. ¡Primero creer para después ser!
porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados (He 10.14).
¡Jesucristo, como ofrenda viva, por amor a ti, YA te hizo justo(a), santo(a) y perfecto(a) para siempre!
Si lo meditas bien, te darás cuenta que el Plan de Redención, que Dios ideo para tu vida, es de una simpleza y belleza absolutas:
Ser un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo básicamente significa dos cosas; primero, creer, tener la certeza, la convicción, que eres quien Dios dice en Su Palabra que AHORA tú eres: incorruptible, justo(a), santo(a) y perfecto(a). Luego, actuar, obrar, vivir de acuerdo a lo que ya sabes y crees que AHORA eres: un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo.
Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo (1 P 5.8-9).
Satanás es homicida desde el principio, mentiroso y padre de mentira (Jn 8.44). Él aparenta ser un león, pero no lo es. ¡Él está vencido! Su única estrategia posible es engañarte para convencerte que no eres esa persona justa, santa, perfecta y capaz que Dios dice en Su Palabra, la Biblia, que ahora eres. Recuerda que la mentira solo es poderosa cuando comienzas a creerla.
Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él (2 Co 5.21).
El diablo quiere tenerte luchando e intentando con todas tus fuerzas por alcanzar algo que ya te hizo creer que no tú tienes y que nunca lo tendrás: justicia, santidad y perfección.
Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres (Jn 8.31-32).
Puesto que la Biblia, la Palabra de Dios, es la Verdad, sólo creyéndole a Dios, creyendo Su Palabra, puedes vencer las mentiras del diablo y así, con tu fe, comenzar a manifestar la libertad gloriosa de los Hijos de Dios (Ro 8.21).
En el día que temo, Yo en ti confío. En Dios alabaré su palabra; En Dios he confiado; no temeré; ¿Qué puede hacerme el hombre?... Serán luego vueltos atrás mis enemigos, el día en que yo clamare; Esto sé, que Dios está por mí. En Dios alabaré su palabra; En Jehová su palabra alabaré. En Dios he confiado; no temeré; ¿Qué puede hacerme el hombre? (Sal 56.3-4, 9-11).
Es la Eterna e Infalible Palabra de Dios la que te garantiza que todo esto es así. AHORA, puedes vivir confiado(a) pues sabes quién eres: un(a) Hijo(a) del Rey; una princesa o un príncipe del Dios vivo y verdadero; un(a) escogido(a) y amado(a) del Todopoderoso.
Y si esto es así, ¡y lo es! Entonces, ¿Qué puede hacerte el hombre o demonio o pobreza o enfermedad?
¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? (Ro 8.31).
Así que, no lo olvides, ¡tú eres justicia de Dios en Cristo Jesús!
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, muchas gracias, porque en verdad ahora sé, y creo, que he sido justificado(a) en Tu Amor, que es para mí, Cristo Jesús. Yo soy ese(a) Hijo(a) Tuyo(a) incorruptible, santo(a), justo(a) y perfecto(a), pues así lo has establecido mediante Tu Palabra, la Biblia. ¿Qué, puedo decir a todo esto? Si Tú estás por mí y conmigo, ¿quién contra de mí? ¿Quién me podrá hacer daño? ¿Quién podrá atemorizarme? Si Tú no escatimaste ni a Tu propio Hijo, sino que lo entregaste por Amor a mí, ¿cómo no me darás también con él todas las cosas? ¿Quién me acusará si soy escogido(a) de Dios? Tú eres el que me justifica. ¿Quién es el que me condenará? Cristo Jesús, Tú eres el que murió; más aún, Tú eres el que también resucitó, el que además estás a la diestra de Dios. ¡Jesús, Tú eres el que intercede por mí! ¿Quién me separará de Tu Amor? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito en Tu Palabra, la Biblia: Por causa de ti soy muerto(a) todo el tiempo; Soy contado(a) como oveja que va al matadero. Gracias Padre, porque, ¡antes, en todas estas cosas soy más que vencedor(a) por medio de aquel que me amó, Cristo Jesús! Por lo cual estoy seguro(a) de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada me puede separar de Tu Amor, oh Dios, que es en Cristo Jesús, mi Rey, Señor y Salvador. Por lo tanto, ante todo problema, enfermedad, aflicción, tristeza o depresión, me declaro en victoria. ¡Soy Sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy feliz! En el nombre de Jesús. Amén. (Ro 8.31-39).
 Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012



Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Mayo         27                        Ro 2.1-3.8  /  1 Sam 10.17-11.15  /  Sal 56











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