sábado, 18 de abril de 2020

¡Una buena Vida!













18  de ABRIL






¡Una buena Vida!


Por Riqui Ricón*
Su memoria perecerá de la tierra, Y no tendrá nombre por las calles. De la luz será lanzado a las tinieblas, Y echado fuera del mundo. No tendrá hijo ni nieto en su pueblo, Ni quien le suceda en sus moradas. Sobre su día se espantarán los de occidente, Y pavor caerá sobre los de oriente. Ciertamente tales son las moradas del impío, Y este será el lugar del que no conoció a Dios (Job 18. 17-18, 21).
Ciertamente, toda la Biblia es Verdad y el destino de los malos y malvados está señalado por la Palabra de Dios. No es nada bueno lo que les ha sido reservado a aquellos que se empeñan en creer que pueden vivir sus vidas sin Dios y sin enfrentar las consecuencias de sus acciones.
La buena noticia es que tú no tienes nada que temer,
Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro (Ro 6.23).
Por tu forma de vivir tu vida eras un(a) justo(a) merecedor(a) de la muerte eterna, pero Dios es tan rico en misericordia y te ha amado tanto que, a pesar de estar tú ya muerto(a) a causa de los pecados, te dio nueva vida juntamente con Cristo. ¡Sólo por la gracia de Dios eres salvo(a)! Y juntamente con Jesús, te resucitó, y también con Cristo Jesús te hizo sentar en los lugares celestiales.
Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús (Efe 2.4-6).
También es verdad que Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo, como justo precio por tus pecados, antes que permitir que te pierdas por toda la eternidad en ese horrible lugar.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3. 16-17).
No lo dudes, Dios te ama y Su intención para contigo nunca ha sido condenarte sino salvarte.
A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia; amando a Jehová tu Dios, atendiendo a su voz, y siguiéndole a él; porque él es vida para ti, y prolongación de tus días; a fin de que habites sobre la tierra que juró Jehová a tus padres, Abraham,  Isaac y Jacob,  que les había de dar (Deu 30. 19-20).
Mira con atención el Amor y carácter de tu Padre celestial, que cuando dio la Ley al pueblo de Israel y estableció la bendición y la maldición, la vida y la muerte, no le dijo llanamente escoge, sino que le dice (casi en ton de súplica), “¡escoge, pues, la vida! Ya que te quiero hacer bien, bendecirte y estar contigo.” ¡Asombroso!
por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios (Ro 3.23).
Sabiendo Dios que inevitablemente caerías en el pecado y en la maldición, y que entonces serías destinado(a) a la muerte eterna y ser separado(a) de Su Presencia, Él te da la dádiva, el regalo, de la Vida Eterna, esto es, vivir para siempre, por medio de Jesús. Este regalo es para toda la humanidad y lo recibe aquél (aquella) que CREE y acepta a Jesucristo como su Señor y Salvador; siendo así, la mayor muestra de que Él nos ama a todos por igual.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna  (Jn 3. 16).
Es un regalo de amor. Es el Plan Perfecto que conocemos como Nuevo Pacto en la Sangre de Jesús, donde ahora Él, con tu permiso expreso, hará que andes en sus mandamientos por medio de la FE en el sacrificio completo y acabado de Jesucristo en la cruz.
Y circuncidará Jehová tu Dios tu corazón, y el corazón de tu descendencia, para que ames a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que vivas. (Deu 30. 6).
Y así, con la ofrenda de Su propio Hijo, Jesús, Dios te hizo perfecto(a), esto es, un(a) auténtico(a) y legítimo(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. ¡De una vez y para siempre!
porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados (He 10. 14).
De acuerdo a la Biblia, que es la Palabra de Dios y no miente, ahora, en Cristo Jesús, tú has sido hecho(a) un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo.
Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra (Eze 36.26-27).
Dios te ha dado un nuevo corazón, te ha hecho espíritu creado de nuevo y Él mismo, el Espíritu Santo, está en ti y contigo para ayudarte y acompañarte todos los días de tu vida; la cual, como puedes ver, ¡es Vida Eterna!
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas (2 Co 5.17).
En verdad, no importa cómo te sientas o cómo te estás mirando a ti mismo(a) el día de hoy, la Biblia, la Palabra de Dios, es la Verdad, y ésta declara que tú eres Nueva creación, que has Nacido de Nuevo y no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre (1 P 1. 23).
¡Tú ya no eres más esa persona impía y pecadora destinada a sufrir la muerte eterna!
Eso dice la Biblia, que es la Palabra de Dios. Entonces, hoy puedes optar por CREERLE y comenzar a vivir como la persona que Él dice que ya, ahora, tú eres.
MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo más maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos. (1 Jn 3.1 BAD).
Así que, ahora eres un(a) Hijo(a) legítimo(a) del Todopoderoso Dios y tienes derecho a vivir una buena Vida, una Vida Plena y Abundante, ¡una Vida Eterna!
El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn 10.10).
¡Si puedes creerle a Dios, al que le cree a Dios TODO le es posible!
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, que hermoso es saberse amado(a) por Ti. Entre más leo y medito en Tu Palabra más me asombro y maravillo de Tu plan perfecto para mi redención y salvación. Soy Tu Hijo(a) legítimo(a) y puedo, y debo, vivir una vida Plena y Abundante. Me decido, con Tu ayuda, Espíritu Santo, a creerte y tomar de Tu Plenitud para hacer de mi vida una vida que vale la pena vivirse. Creo que soy quién Tú dices que soy: todo, absolutamente todo, lo puedo y en todo problema, angustia o enfermedad soy más que vencedor(a) por medio de Tu amor. No voy a temer a nada ni a nadie pues Tú suples todo lo que me falta conforme a Tus riquezas en gloria. ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! ¡Soy un(a) Hijo(a) del Rey! ¡Gracias precioso Jesús! Amén.
 Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2011


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Abril 18                                 Hch 7. 1-22 /  Deu 29-30 /  Job 18














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