11 de ABRIL
¿Qué significa ser salvo?
¡Muchísimo más!
Por Riqui Ricón*
Y todo aquel que invocare el
nombre del Señor, será salvo (Hch 2. 21).
Ser salvo
significa muchísimo más que irse al cielo por el perdón de tus pecados.
El ladrón no viene sino para
hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la
tengan en abundancia (Jn 10.10).
Ser salvo
significa gozar de la Vida Eterna que Jesucristo compró para ti con Su muerte y
resurrección. Ser salvo significa participar de la Vida exclusiva de un(a) Hijo
de Dios que es una Vida Plena y Abundante.
Jehová de los ejércitos, Dichoso
el hombre que en ti confía (Sal 84.12).
Ser salvo
significa tener Paz, dicha y Plenitud.
¡Dios es
bueno! ¡Dios es Amor! El fabuloso Plan de Dios para la redención de tu vida se
originó a partir de estas dos cualidades de Dios: Su Amor y Su bondad para
contigo. La Biblia, que es la Palabra de Dios y no miente, te enseña, desde
Génesis hasta Apocalipsis, que Dios es incluyente, no excluyente. Siempre ha
sido Su voluntad incluirte a ti en el gobierno y dirección del universo que Él
ha creado.
Entonces
dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y
señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en
toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y
creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los
creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad
la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los
cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra (Gen 1. 26-28).
Tú fuiste creado(a) a imagen y
semejanza de Dios PARA señorear; para ser fructífero(a) y multiplicarte; para
llenar la tierra y sojuzgarla.
¡Fuiste creado(a) para tener
Plenitud de Vida!
Pues yo sé los planes que tengo
para ustedes —dice el SEÑOR—. Son planes para lo bueno y no para lo malo, para
darles un futuro y una esperanza (Jer 29.11 NTV).
El problema de los seres humanos
no es su libertad, ni su libre albedrío. El problema de los seres humanos es
que con esa libertad que Dios les dio, han decidido no creerle a Dios, han
decidido no creerle a Su Palabra. ¡Este es el Verdadero problema!
Dado que Dios NO puede mentir,
pues toda Palabra que sale de Su boca tiene el Poder para cumplirse
inmediatamente, entonces, la Palabra de Dios ES la Verdad. La Palabra de Dios
es la Verdad Eterna, infalible e inmutable.
Así que, el problema no está en
la Palabra de Dios sino en aquellos que deciden creer la mentira en lugar de la
Verdad.
Dios no es hombre, para que
mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló,
¿y no lo ejecutará? He aquí, he recibido orden de bendecir; El dio bendición,
y no podré revocarla (Num 23.19-20).
Desde el principio fuiste creado(a)
a Su imagen, conforme a Su semejanza y Él te bendijo con Su Palabra. La Palabra
de Dios fue dicha para tu provecho y beneficio, sin embargo, el ser humano no la
ha creído.
Pero la serpiente era astuta,
más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo
a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?
Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto
podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del
huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. Entonces
la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que
el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios,
sabiendo el bien y el mal. Y vio la mujer que el árbol era bueno
para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la
sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual
comió así como ella (Gen 3.1-6).
No necesitas analizarlo mucho
para darte cuenta que el primer pecado, el pecado original, no fue la
desobediencia sino la incredulidad. Fue el no creer lo que Dios les dijo para,
en su lugar, creer lo que Satanás decía; fue la incredulidad a la Palabra de
Dios lo que dio origen a la desobediencia.
Imaginar el dilema de Adán y Eva
allá en el paraíso es fácil: “este curioso animalito dice una cosa y mi Creador
dice otra, ¿cuál de los dos dirá la Verdad? ¿A cuál de los dos le voy a CREER?
Y, desde luego, la incredulidad a la Palabra de Dios siempre engendrará
desobediencia. Desde entonces hasta el día de hoy el dilema sigue siendo el
mismo, ¿tú, quién crees que diga la Verdad? ¿Tú, a quién le vas a CREER?
Porque
la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo
Jesús Señor nuestro (Ro 6. 23).
No obstante la incredulidad y
desobediencia, Dios no ha desistido, ni lo hará, en Su amor por ti. Él jamás ha
estado dispuesto a ejecutar sentencia de muerte sobre tu vida sino todo lo
contrario.
Porque
de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo
aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque
no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo
sea salvo por él (Jn 3. 16-17).
¿Te das cuenta? Dios ama a TODO
EL MUNDO y su Plan de Amor y Redención es para TODO AQUEL que CREA. Esto es
para todo aquel que decida volver a creerle a Él; para todo aquel que decida
creer que Dios tiene Palabra de Honor.
¡Dios te ama tanto que prefirió entregar
a Su propio Hijo antes que perderte a ti!
Y todo aquel que invocare el
nombre del Señor, será salvo (Ro 10.13).
¡Sólo esto
te pide!
El
Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es
paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos
procedan al arrepentimiento (2 P 3.7).
¡Dios no quiere que nadie se
pierda!
Ahora bien, una vez que reconoces
a Jesús como Señor y Salvador de tu vida, el Plan de Dios se ha puesto en
marcha a tu favor. Estás justificado(a) por Su Sangre; todos tus pecados son
perdonados y olvidados; eres creado(a) de nuevo, esto es, el espíritu que tú
eres, a imagen y semejanza de Dios, Nace de Nuevo pero ahora coma un(a) Hijo(a)
legítimo(a) de Él. Y, además, en ese preciso momento, adquiriste un propósito y
destino muchísimo más grandes que los que tenías originalmente.
Bendito
sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares
celestiales en Cristo, según nos
escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en
amor habiéndonos predestinado para
ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto
de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado,
en quien tenemos redención por
su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia, que
hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia, dándonos a conocer el misterio de su
voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí
mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del
cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que
están en la tierra. En él asimismo tuvimos
herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que
hace todas las cosas según el designio de su voluntad, a fin de que seamos para alabanza de su
gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo. En
él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de
vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,
que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión
adquirida, para alabanza de su gloria (Efe 1. 3-14).
Así que, ser salvo
significa muchísimo más que irse al cielo con el perdón de tus pecados: redimido(a),
perdonado(a), amado(a), bendecido(a) con toda bendición, escogido(a) antes de
la fundación del mundo, adoptado(a) Hijo(a) Suyo(a), aceptado(a) en el Amado,
heredero(a) y predestinado(a) con el propósito de que seas para la alabanza de
Su gloria.
Eres un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a)
de Nuevo y has sido dejado(a) sobre esta tierra para reinar, ejerciendo el
dominio y la autoridad que te han sido otorgados por Su Palabra.
TU ESTILO DE
VIDA ES LO QUE TÚ CREES Y MANIFIESTAS AQUÍ EN LA TIERRA, Y ESO ES LO QUE LE DA
GLORIA Y ALABANZA AL SEÑOR.
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, te doy muchas
gracias por Tu Palabra, que es la Verdad. Porque en ella encuentro cada vez más
claro que soy Hijo(a) Tuyo(a) con propósito. En verdad puedo ser feliz creyendo
Tu Palabra y aceptando, de una vez por todas, que Tu Voluntad y mi destino son
reinar y ejercer dominio en esta tierra. Hoy me dispongo, con Tu ayuda,
Espíritu Santo, a creer, a creerte a Ti y a vivir siempre en victoria. Todo lo
puedo en Ti, Jesucristo y en todas las cosas soy más que vencedor(a) por medio
de Tu Amor sobre de mí. Soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo y no hay
forma que pueda perder pues si Dios, mi Padre, es conmigo, ¿quién contra mí?
Por lo tanto, creo y declaro con toda mi fe puesta en Tu Palabra que yo,
__________ (tu nombre aquí), ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero! ¡Soy
dichoso(a)! ¡SOY SALVO! En el nombre de Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo
establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en
voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a
Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el
Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis
pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí
acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa
derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a
entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi
único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Abril 11 Hch 2.
14-47 / Deu 15-16 / Job 11
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