¡Cómo NO vivir en el error!
¡La Biblia, Palabra de Honor!
Por Riqui Ricón*
Por lo demás, hermanos, orad
por nosotros, para que la palabra del
Señor corra y sea glorificada, así como lo fue entre vosotros (2 Tes 3.1).
La Biblia ES
la Palabra de Dios y ésta es VIVA y EFICAZ para traer la salvación a tu Vida,
por medio de Jesucristo, y para darte también la revelación del Plan Maestro
que Dios tiene para ti.
En aquel tiempo los sordos oirán las palabras del libro, y los
ojos de los ciegos verán en medio de la oscuridad y de las tinieblas. Entonces los humildes crecerán
en alegría en Jehová, y aun los más pobres de los hombres se gozarán en el
Santo de Israel. (Isa 29.18-19).
Cuando La
Verdad es enseñada (La Biblia es La Verdad), los sordos escuchan La Palabra y
los que andan a tientas en medio de la oscuridad ven la luz, y una luz brillará
para quienes viven en una tierra donde la muerte arroja su sombra (Isa 9.2). Es
con el Evangelio, las Buenas noticias de Jesucristo, que los humildes crecen en
alegría, y aún los más pobres de los hombres se gozan en el Señor, su Salvador.
Entonces
no sería yo avergonzado, Cuando
atendiese a todos tus mandamientos...
Abatida hasta el polvo está mi alma; Vivifícame según tu palabra. (Sal 119.6,
25).
En una
ocasión, en una conferencia para Pastores, nos hablaban acerca de la obligación
que teníamos nosotros de leer la Biblia todos los días por el hecho de ser
Pastores, pero que no debíamos poner esa misma carga sobre los demás creyentes
de nuestras congregaciones pues ellos tienen trabajos y ocupaciones que les
demandan demasiado tiempo y esfuerzo.
Entonces,
vinieron a mi corazón algunas preguntas, las cuales encontraron cabal respuesta
en las Escrituras:
¿Es la Biblia
la Palabra de Dios? ¡Claro!
Toda la Escritura es inspirada por Dios y
es útil para enseñarnos lo que es verdad y para
hacernos ver lo que está mal en nuestra vida. Nos corrige cuando estamos
equivocados y nos enseña a hacer lo correcto. Dios la usa para preparar y
capacitar a su pueblo para que haga toda buena obra (2 Ti 3.16-17 NTV).
¿Es la
Palabra de Dios la Verdad y por lo tanto no puede mentir? ¡Ciertísimo!
Hazlos santos con tu verdad; enséñales
tu palabra, la cual es verdad (Jn 17.17 NTV).
Siendo tan
importante la Palabra de Dios, ¿sólo los pastores y ministros deben leerla
todos los días?
Cuando el
Señor dice Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de
noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él
está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien (Jos 1.8), ¿qué no se refiere a que el éxito en tu vida viene más bien
de leer, meditar y actuar sobre la Biblia todos los días de tu vida y no a la
profesión o actividad a que te dediques?
¿No dice Dios en Su Palabra que
sin fe es imposible agradarle y que la fe viene del oír Su Palabra?
En realidad, sin fe es imposible agradar a
Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él
existe y que recompensa a quienes lo buscan (He 11.6 NVI).
Ahora pues, la fe viene por escuchar
atentamente, por escuchar atentamente la palabra de Dios (SyE) (Ro 10.17 SyE).
Si en la Biblia está toda la
protección, sanidad y prosperidad que necesitas, ¿no debería ser La Palabra de
Dios la prioridad máxima en tu vida? ¿O es que sólo a los Pastores y Ministros
Jesús los redimió con Su Sangre y sólo a ellos los destino a ser hechos para
Dios reyes y sacerdotes y REINAR SOBRE LA TIERRA?
y cantaban un nuevo cántico,
diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste
inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y
pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y
sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra (Apo 5.9-10).
¿Te das cuenta? Tú has sido
llamado(a) por Dios para llevar una vida victoriosa ejerciendo dominio y
potestad; has sido escogido(a) por Dios para establecer Su reino sobre la
tierra. Y para cumplir este propósito tienes, ante todo y sobre todo, la
Biblia, la Palabra de Dios.
La Biblia es la Palabra de Honor de Dios, es la
Verdad y es viva y eficaz; es lámpara a tus pies y luz en tu camino. Es la
fuente de tu libertad y realización como un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo.
Jesús dijo: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis
discípulos; y
conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres (Jn 8.31).
Pon mucha atención, porque sin
importar profesión, nacionalidad, nivel socioeconómico, educación, etc., la
TAREA MÁS IMPORTANTE de todo(a) Hijo(a) de Dios NACIDO(A) DE NUEVO es, sin
lugar a dudas, leer, meditar y estudiar la Biblia TODOS LOS DIAS, porque SÓLO así
harás prosperar tu camino y TODO te saldrá bien.
Oremos en voz audible:
¡Gracias Señor por la Biblia, Tu Palabra de Honor!
Sé perfectamente que puedo confiar en Tu Palabra. Tú no mientes ni te
arrepientes acerca de Tu Amor por mí y de todo el bien que has declarado sobre
mi vida. Tú los has dicho y lo vas hacer, lo has hablado y lo vas a ejecutar en
mí. Decido creerte y recibir la Verdad en mi vida. Yo soy lo que Tú dices en la
Biblia que soy: Tu Hijo(a) amado(a); Tu especial tesoro; linaje escogido, real sacerdocio, nación santa; soy pueblo adquirido por Ti para anunciar las virtudes de
Aquel que me llamó de las tinieblas a Su luz admirable; soy sano(a);
soy libre; todo, absolutamente todo, lo puedo en Ti, Jesucristo; en todas las
cosas soy más que vencedor(a), por medio de Tu Amor, pues mayor eres Tú,
Espíritu Santo, que estás en mí y conmigo, que el que está en el mundo. Caerán
a mi lado mil y diez mil a mi diestra mas a mí no llegará, pues aunque ande en
valle de sombra y de muerte NO TEMERE mal alguno porque Tú estás conmigo. Y si
Tú, mi Dios y Padre, estás conmigo, ¿quién contra mí? ¡Esta es la Verdad! ¡Está
escrita! ¡Es Palabra de Dios! ¡Puedo ser feliz! ¡Gracias Señor Jesús! Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo
establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en
voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a
Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este
mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a)
pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu
sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última
gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero,
Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente
Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta
simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido
trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios,
ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)!
Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2010
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Octubre
29 2 Tes 3
/
Isa 29-30/ Sal 119.1-32
RV60
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Octubre
29 2 Tes 3
/
Isa 29-30/ Sal 119.1-32
2
de Tesalonicenses
Que la
palabra de Dios sea glorificada
3
1Por lo demás,
hermanos, orad por nosotros, para que la palabra del Señor corra y sea glorificada,
así como lo fue entre vosotros, 2y para que seamos librados de
hombres perversos y malos; porque no es de todos la fe. 3Pero fiel
es el Señor, que os afirmará y guardará del mal. 4Y tenemos
confianza respecto a vosotros en el Señor, en que hacéis y haréis lo que os
hemos mandado. 5Y el Señor encamine vuestros corazones al amor de
Dios, y a la paciencia de Cristo.
El deber de trabajar
6Pero os
ordenamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis
de todo hermano que ande desordenadamente, y no según la enseñanza que
recibisteis de nosotros. 7Porque vosotros mismos sabéis de qué
manera debéis imitarnos; pues nosotros no anduvimos desordenadamente entre
vosotros, 8ni comimos de balde el pan de nadie, sino que
trabajamos con afán y fatiga día y noche, para no ser gravosos a ninguno de
vosotros; 9no porque no tuviésemos derecho, sino por daros
nosotros mismos un ejemplo para que nos imitaseis. 10Porque
también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere
trabajar, tampoco coma. 11Porque oímos que algunos de entre
vosotros andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino entremetiéndose en
lo ajeno. 12A los tales mandamos y exhortamos por nuestro Señor
Jesucristo, que trabajando sosegadamente, coman su propio pan. 13Y
vosotros, hermanos, no os canséis de hacer bien.
14Si alguno no
obedece a lo que decimos por medio de esta carta, a ése señaladlo, y no os
juntéis con él, para que se avergüence. 15Mas no lo tengáis por
enemigo, sino amonestadle como a hermano.
Bendición final
16Y el mismo
Señor de paz os dé siempre paz en toda manera. El Señor sea con todos vosotros.
17La salutación
es de mi propia mano, de Pablo, que es el signo en toda carta mía; así escribo.
18La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.[1]
Isaías
Ariel y sus enemigos
29
1¡Ay de Ariel, de
Ariel, ciudad donde habitó David! Añadid un año a otro, las fiestas sigan su
curso. 2Mas yo pondré a Ariel en apretura, y será desconsolada y
triste; y será a mí como Ariel. 3Porque acamparé contra ti
alrededor, y te sitiaré con campamentos, y levantaré contra ti baluartes.
4Entonces serás humillada, hablarás desde la tierra, y tu habla saldrá
del polvo; y será tu voz de la tierra como la de un fantasma, y tu habla
susurrará desde el polvo. 5Y la muchedumbre de tus enemigos será
como polvo menudo, y la multitud de los fuertes como tamo que pasa; y será
repentinamente, en un momento. 6Por Jehová de los ejércitos serás
visitada con truenos, con terremotos y con gran ruido, con torbellino y
tempestad, y llama de fuego consumidor. 7Y será como sueño de
visión nocturna la multitud de todas las naciones que pelean contra Ariel, y
todos los que pelean contra ella y su fortaleza, y los que la ponen en
apretura. 8Y les sucederá como el que tiene hambre y sueña, y le
parece que come, pero cuando despierta, su estómago está vacío; o como el que
tiene sed y sueña, y le parece que bebe, pero cuando despierta, se halla
cansado y sediento; así será la multitud de todas las naciones que pelearán
contra el monte de Sion.
Ceguera e hipocresía de Israel
9Deteneos y
maravillaos; ofuscaos y cegaos; embriagaos, y no de vino; tambalead, y no de
sidra. 10Porque Jehová derramó sobre vosotros espíritu de sueño, y
cerró los ojosa de vuestros profetas, y puso velo sobre las
cabezas de vuestros videntes. 11Y os será toda visión como
palabras de libro sellado, el cual si dieren al que sabe leer, y le dijeren:
Lee ahora esto; él dirá: No puedo, porque está sellado. 12Y si se
diere el libro al que no sabe leer, diciéndole: Lee ahora esto; él dirá: No sé
leer.
13Dice, pues, el
Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me
honra, pero su corazón está lejos de mí,b y su temor de
mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado; 14por
tanto, he aquí que nuevamente excitaré yo la admiración de este pueblo con un
prodigio grande y espantoso; porque perecerá la sabiduría de sus sabios, y se
desvanecerá la inteligencia de sus entendidos.c
15¡Ay de los que
se esconden de Jehová, encubriendo el consejo, y sus obras están en tinieblas,
y dicen: ¿Quién nos ve, y quién nos conoce?! 16Vuestra perversidad
ciertamente será reputada como el barro del alfarero. ¿Acaso la obra dirá de su
hacedor: No me hizo? ¿Dirá la vasija de aquel que la ha formado: No entendió?
Redención de Israel
17¿No se
convertirá de aquí a muy poco tiempo el Líbano en campo fructífero, y el campo
fértil será estimado por bosque? 18En aquel tiempo los sordos
oirán las palabras del libro, y los ojos de los ciegos verán en medio de la
oscuridad y de las tinieblas. 19Entonces los humildes crecerán en
alegría en Jehová, y aun los más pobres de los hombres se gozarán en el Santo
de Israel. 20Porque el violento será acabado, y el escarnecedor
será consumido; serán destruidos todos los que se desvelan para hacer
iniquidad, 21los que hacen pecar al hombre en palabra; los que
arman lazo al que reprendía en la puerta, y pervierten la causa del justo con
vanidad.
22Por tanto,
Jehová, que redimió a Abraham, dice así a la casa de Jacob: No será ahora
avergonzado Jacob, ni su rostro se pondrá pálido; 23porque verá a
sus hijos, obra de mis manos en medio de ellos, que santificarán mi nombre; y
santificarán al Santo de Jacob, y temerán al Dios de Israel. 24Y
los extraviados de espíritu aprenderán inteligencia, y los murmuradores
aprenderán doctrina.
La futilidad de confiar en Egipto
30
1¡Ay de los hijos
que se apartan, dice Jehová, para tomar consejo, y no de mí; para cobijarse con
cubierta, y no de mi espíritu, añadiendo pecado a pecado! 2Que se
apartan para descender a Egipto, y no han preguntado de mi boca; para
fortalecerse con la fuerza de Faraón, y poner su esperanza en la sombra de
Egipto. 3Pero la fuerza de Faraón se os cambiará en vergüenza, y
el amparo en la sombra de Egipto en confusión. 4Cuando estén sus
príncipes en Zoán, y sus embajadores lleguen a Hanes, 5todos se
avergonzarán del pueblo que no les aprovecha, ni los socorre, ni les trae
provecho; antes les será para vergüenza y aun para oprobio.
6Profecía sobre
las bestias del Neguev: Por tierra de tribulación y de angustia, de donde salen
la leona y el león, la víbora y la serpiente que vuela, llevan sobre lomos de
asnos sus riquezas, y sus tesoros sobre jorobas de camellos, a un pueblo que no
les será de provecho. 7Ciertamente Egipto en vano e inútilmente
dará ayuda; por tanto yo le di voces, que su fortaleza sería estarse quietos.
8Ve, pues, ahora,
y escribe esta visión en una tabla delante de ellos, y regístrala en un libro,
para que quede hasta el día postrero, eternamente y para siempre. 9Porque
este pueblo es rebelde, hijos mentirosos, hijos que no quisieron oír la ley de
Jehová; 10que dicen a los videntes: No veáis; y a los profetas: No
nos profeticéis lo recto, decidnos cosas halagüeñas, profetizad mentiras;
11dejad el camino, apartaos de la senda, quitad de nuestra presencia al
Santo de Israel. 12Por tanto, el Santo de Israel dice así: Porque
desechasteis esta palabra, y confiasteis en violencia y en iniquidad, y en ello
os habéis apoyado; 13por tanto, os será este pecado como grieta
que amenaza ruina, extendiéndose en una pared elevada, cuya caída viene súbita
y repentinamente. 14Y se quebrará como se quiebra un vaso de
alfarero, que sin misericordia lo hacen pedazos; tanto, que entre los pedazos
no se halla tiesto para traer fuego del hogar, o para sacar agua del pozo.
15Porque así dijo
Jehová el Señor, el Santo de Israel: En descanso y en reposo seréis salvos; en
quietud y en confianza será vuestra fortaleza. Y no quisisteis, 16sino
que dijisteis: No, antes huiremos en caballos; por tanto, vosotros huiréis.
Sobre corceles veloces cabalgaremos; por tanto, serán veloces vuestros
perseguidores. 17Un millar huirá a la amenaza de uno; a la amenaza
de cinco huiréis vosotros todos, hasta que quedéis como mástil en la cumbre de
un monte, y como bandera sobre una colina.
Promesa de la gracia de Dios a Israel
18Por tanto,
Jehová esperará para tener piedad de vosotros, y por tanto, será exaltado
teniendo de vosotros misericordia; porque Jehová es Dios justo; bienaventurados
todos los que confían en él. 19Ciertamente el pueblo morará en
Sion, en Jerusalén; nunca más llorarás; el que tiene misericordia se apiadará
de ti; al oír la voz de tu clamor te responderá.
20Bien que os
dará el Señor pan de congoja y agua de angustia, con todo, tus maestros nunca
más te serán quitados, sino que tus ojos verán a tus maestros. 21Entonces
tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este es el camino, andad por
él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda.
22Entonces profanarás la cubierta de tus esculturas de plata, y la
vestidura de tus imágenes fundidas de oro; las apartarás como trapo asqueroso;
¡Sal fuera! les dirás.
23Entonces dará
el Señor lluvia a tu sementera, cuando siembres la tierra, y dará pan del fruto
de la tierra, y será abundante y pingüe; tus ganados en aquel tiempo serán
apacentados en espaciosas dehesas. 24Tus bueyes y tus asnos que
labran la tierra comerán grano limpio, aventado con pala y criba. 25Y
sobre todo monte alto, y sobre todo collado elevado, habrá ríos y corrientes de
aguas el día de la gran matanza, cuando caerán las torres. 26Y la
luz de la luna será como la luz del sol, y la luz del sol siete veces mayor,
como la luz de siete días, el día que vendare Jehová la herida de su pueblo, y
curare la llaga que él causó.
El juicio de Jehová sobre Asiria
27He aquí que el
nombre de Jehová viene de lejos; su rostro encendido, y con llamas de fuego
devorador; sus labios llenos de ira, y su lengua como fuego que consume.
28Su aliento, cual torrente que inunda; llegará hasta el cuello, para
zarandear a las naciones con criba de destrucción; y el freno estará en las
quijadas de los pueblos, haciéndoles errar.
29Vosotros
tendréis cántico como de noche en que se celebra pascua, y alegría de corazón,
como el que va con flauta para venir al monte de Jehová, al Fuerte de Israel.
30Y Jehová hará oír su potente voz, y hará ver el descenso de su brazo,
con furor de rostro y llama de fuego consumidor, con torbellino, tempestad y
piedra de granizo. 31Porque Asiria que hirió con vara, con la voz
de Jehová será quebrantada. 32Y cada golpe de la vara justiciera
que asiente Jehová sobre él, será con panderos y con arpas; y en batalla
tumultuosa peleará contra ellos. 33Porque Tofet ya de tiempo está
dispuesto y preparado para el rey, profundo y ancho, cuya pira es de fuego, y
mucha leña; el soplo de Jehová, como torrente de azufre, lo enciende.[2]
SALMO 119.1-32
Excelencias de la ley de Dios
Alef
1 Bienaventurados
los perfectos de camino,
Los que
andan en la ley de Jehová.
2 Bienaventurados
los que guardan sus testimonios,
Y con todo
el corazón le buscan;
3 Pues no
hacen iniquidad
Los que
andan en sus caminos.
4 Tú
encargaste
Que sean muy
guardados tus mandamientos.
5 ¡Ojalá
fuesen ordenados mis caminos
Para guardar
tus estatutos!
6 Entonces no
sería yo avergonzado,
Cuando
atendiese a todos tus mandamientos.
7 Te alabaré
con rectitud de corazón
Cuando
aprendiere tus justos juicios.
8 Tus
estatutos guardaré;
No me dejes
enteramente.
Bet
9 ¿Con qué
limpiará el joven su camino?
Con guardar
tu palabra.
10 Con todo mi
corazón te he buscado;
No me dejes
desviarme de tus mandamientos.
11 En mi
corazón he guardado tus dichos,
Para no
pecar contra ti.
12 Bendito tú,
oh Jehová;
Enséñame tus
estatutos.
13 Con mis
labios he contado
Todos los
juicios de tu boca.
14 Me he
gozado en el camino de tus testimonios
Más que de
toda riqueza.
15 En tus
mandamientos meditaré;
Consideraré
tus caminos.
16 Me
regocijaré en tus estatutos;
No me
olvidaré de tus palabras.
Guímel
17 Haz bien a
tu siervo; que viva,
Y guarde tu
palabra.
18 Abre mis
ojos, y miraré
Las
maravillas de tu ley.
19 Forastero
soy yo en la tierra;
No encubras
de mí tus mandamientos.
20 Quebrantada
está mi alma de desear
Tus juicios
en todo tiempo.
21 Reprendiste
a los soberbios, los malditos,
Que se desvían
de tus mandamientos.
22 Aparta de
mí el oprobio y el menosprecio,
Porque tus
testimonios he guardado.
23 Príncipes
también se sentaron y hablaron contra mí;
Mas tu
siervo meditaba en tus estatutos,
24 Pues tus
testimonios son mis delicias
Y mis
consejeros.
Dálet
25 Abatida
hasta el polvo está mi alma;
Vivifícame
según tu palabra.
26 Te he
manifestado mis caminos, y me has respondido;
Enséñame tus
estatutos.
27 Hazme
entender el camino de tus mandamientos,
Para que
medite en tus maravillas.
28 Se deshace
mi alma de ansiedad;
Susténtame
según tu palabra.
29 Aparta de
mí el camino de la mentira,
Y en tu
misericordia concédeme tu ley.
30 Escogí el
camino de la verdad;
He puesto
tus juicios delante de mí.
31 Me he
apegado a tus testimonios;
Oh Jehová,
no me avergüences.
32 Por el
camino de tus mandamientos correré,
Cuando
ensanches mi corazón.[3]
[1] Reina
Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. 2 Tes
2.17-3.18
a a 29.10: Ro. 11.8.
b b 29.13: Mt. 15.8–9; Mr. 7.6–7.
c c 29.14: 1 Co. 1.19.
[2] Reina
Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Is
28.29-30.33
[3] Reina
Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Sal
118.29-119.32
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