viernes, 14 de octubre de 2011

Por más que tus enemigos o las circunstancias traten de vencerte, no lo lograrán. ¡Caerán delante de ti!


Viernes 14 de Octubre de 2011.

¡Vencidos y debajo de mis pies!

Por Riqui Ricón*

Entonces le dijeron sus sabios, y Zeres su mujer: Si de la descendencia de los judíos es ese Mardoqueo delante de quien has comenzado a caer, no lo vencerás, sino que caerás por cierto delante de él (Est 6.13).

¡Qué asombroso es esto! La Palabra de Bendición sobre nuestras vidas YA FUE DICHA por Dios y aún nuestros enemigos reconocen que no podrán vencernos sino que caerán delante de nosotros. Los sabios de Amán y Zeres su mujer sabían bien de la cobertura de protección que estaba sobre el pueblo judío. Sabían, al igual que Balam, que Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará? He aquí, he recibido orden de bendecir; El dio bendición, y no podré revocarla (Num 23. 19-20).

El pueblo de Israel, bajo la normatividad del Antiguo Pacto, podía estar seguro de la protección, provisión y salud que representaba la Bendición de Dios sobre sus vidas, pues Él lo había hablado. ¿Cuánto más tú y yo, que hemos sido levantados a la posición de Hijos de Dios Nacidos de Nuevo gracias al Nuevo Pacto, el cual ha sido establecido sobre mejores promesas?

Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo (1 Jn 4. 4).

Cualquiera que sea la situación o problema que en estos momentos estés enfrentando, puedes estar segura(o) de que vas a salir adelante, con la victoria que sólo Él te puede proporcionar pues tú eres de Dios y ya has vencido. ¡Mayor es el que está en ti que el que está en el mundo!

Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré EN ellos, Y seré su Dios, Y ellos serán mi pueblo… Y yo os recibiré, Y seré para vosotros por Padre, Y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso (2 Co 6.16, 18).

De acuerdo a esta Palabra Dios habita en ti y el Todopoderoso, Aquel que todo lo puede, se ha declarado tu Padre y te llama Hija(o).

Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios;  por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él (1 Jn 3.1).

Jesús enseñó que si nosotros, que somos malos, sabemos dar buenas cosas a nuestros hijos, cuánto más tu Padre celestial te dará buenas cosas si se las pides. Ahora bien, la Biblia dice que el que pida, pida con fe, no dudando nada. Así que, no dudes que Dios te ama, te ama tanto que prefirió pagar tus pecados con la vida de Su Hijo, Jesús, antes que perderte a ti. No dudes que ahora, en Cristo Jesús, eres un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo; creada(o) totalmente nueva(o) por Dios, las cosas viejas pasaron he aquí TODAS son hechas nuevas. No dudes que Él ya ha hablado Palabras de Amor y Bendición sobre tu vida por lo tanto, todo lo puedes en Cristo que te fortalece y en todas las cosas eres más que vencedor(a) por medio de Aquel que te amó, Cristo Jesús.

Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa,  pueblo adquirido por Dios,  para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia (1 P 2.9-10)

No dudes que eres linaje de Dios y que, como Mardoqueo, todo enemigo, enfermedad, problema o circunstancia que venga contra ti, no te vencerá sino que caerá por cierto delante de ti.

Oremos:

Amado Padre celestial, la Biblia que es Tu  Palabra y no miente, me enseña claramente que soy Tu Hija(o), que Tú me amas y que ya he vencido, porque el mayor que está en mi eres Tú, mi Padre, el Todopoderoso. Por esto, declaro que toda enfermedad, problema económico, familiar o emocional ya están vencidos y debajo de mis pies. No me vencerán sino que ciertamente caen delante de mí. Yo, Riqui Ricón (di tu nombre aquí), soy linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios y anuncio las virtudes de Aquel que me llamó de las tinieblas a Su luz admirable, Jesucristo, mi Señor y Salvador. Gracias, Señor, porque en toda circunstancia yo soy más que vencedor(a) por medio de Aquel que me amó, Cristo Jesús. ¡Amén!

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2010




Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.



Octubre 14                             Apo 14 /  Est 5.1-6.14 / Sal 106.24-48

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