martes, 18 de octubre de 2011

Está decretado por Dios que te ha de ir bien en esta vida‏

Martes 18 de Octubre de 2011.
¡Me ira bien!
Por Riqui Ricón*
Decid al justo que le irá bien, porque comerá de los frutos de sus manos (Isa 3. 10).
Leer y meditar la Palabra de Dios es la tarea más importante de cada día en la vida de una Hija o Hijo de Dios nacida(o) de nuevo pues la fe viene por el oír y lo que tenemos que oír es la Palabra de Dios ya que el justo vivirá por fe.
Dios dice en Su Palabra que al justo le irá bien, que la bendición y la bienaventuranza en esta vida será para aquel que es justo. Entonces vale la pena hacerse la pregunta ¿soy yo justo?
A este respecto, la Biblia, que es la Palabra de Dios quien no miente, declara enfáticamente que: Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él (2 Co 5. 21). Lo que significa que en Cristo Jesús tú y yo ya fuimos hechos justicia de Dios. Así que, sin lugar a dudas, puedes decir conmigo: ¡Soy justo y me irá bien en esta vida pues si Dios lo dice, entonces Él lo va a cumplir, si Dios lo habló, entonces Él lo va a ejecutar!
El problema con esto es que, a veces, la gente dice, por costumbre religiosa: “pues yo no me siento justo, tan sólo soy un pecador salvo por gracia”. Hacer esta afirmación es un absurdo disparate y un total desconocimiento de la Palabra de Dios, ya que por Su Gracia hemos sido hechos salvos y, por lo tanto, no podemos más seguir siendo pecadores.
Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo,  para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús (Ro 3. 21-26).
Medita en esto, no es por lo que hagas o hayas hecho y, por lo tanto, tampoco es por cómo te sientas o te veas a ti misma(o). Es por Su Amor y Gracia, los cuales ya recibiste al haber aceptado a Jesús como el Señor de tu vida.
Así que, de acuerdo a la Palabra de Dios, que no miente, cuando Cristo Jesús pagó con Su Sangre y Vida todos tus pecados, tú fuiste justificada(o). Ahora eres legalmente justa(o). El castigo de tu paz fue sobre Él. Tú ya no debes nada, Jesús lo pagó todo por Amor y a ti te corresponde creerlo y recibirlo viviendo esa Vida Plena y Abundante que Él adquirió para ti.
Si te preguntas por qué, ¡porque te ama! Si me preguntas cómo lo sé, ¡está escrito!
¡Prepárate, pues te va ir bien en esta vida! ¡Así lo dice el Señor!
Oremos:
Amado Padre celestial, muchas gracias. Te doy un millón de gracias por Tu gran Amor con que me has amado pues estando yo muerta(o) en delitos y pecados me diste Vida juntamente con Cristo, por Tu Gracia fui hecho justa(o), por Tu Gracia soy salva(o) y juntamente con Cristo me hiciste Nacer de Nuevo pero ahora como un(a) Hija(o) Tuya(o). ¡Soy Nacida(o) de Nuevo de la semilla incorruptible que es Tu Palabra que vive y permanece para siempre! Amado Jesús, por lo que hiciste por mí, no recibo ninguna condenación pues yo no vivo conforme con mi carne sino conforme a Tu Espíritu. ¡Soy justa(o)! ¡Soy justicia de Dios! Así que reclamo el derecho divino que tengo para vivir una vida dichosa. Resisto a la angustia, al temor, a la enfermedad, a la pobreza, a la amargura, a la soledad y a toda depresión. En el nombre Poderoso de Cristo Jesús, yo Riqui Ricón (dí tu nombre aquí) le llamo al gozo, a la paz, a la salud, a la prosperidad, a la libertad para vivir una vida plena y abundante. Gracias, Señor Jesús, Tú lo hiciste todo por mí. ¡Lo creo y lo recibo! ¡Es mío! ¡Es mi derecho en toda justicia! No voy a dejar que nada ni nadie me robe lo que Tú compraste para mí a tan gran precio. En Tu Nombre, Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2010


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Octubre 18                             Apo 18 /  Isa 3-4 / Sal 109. 1-19

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