jueves, 29 de diciembre de 2011

¡Si en Verdad quieres ser dichosa(o), mil veces feliz, en esta vida, entonces, aquí está el cómo!

Viernes 23 de Diciembre de 2011.
¡Se cumplirá todo lo que te ha sido dicho departe del Señor!
Por Riqui Ricón*
Y bienaventurada la que creyó, porque se cumplirá lo que le fue dicho de parte del Señor (Luc 1.45).
¿Sabías que hay una cosa que nuestro Dios y Padre, el Todopoderoso, no puede hacer? Él no puede mentir. Su Palabra, las Palabras que salen de Su boca, es la Palabra de Dios y una vez que ha sido hablada, tiene todo el poder y la autoridad de Dios para hacerse cumplir a sí misma.
Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía (He 11.3).
Dice la escritura que, En el principio creó Dios los cielos y la tierra (Gen 1.1). Pero, ¿cómo los creó? Cuando Él dijo, sea la luz, eso exactamente fue lo que sucedió: la luz fue hecha de la Palabra de Dios.
Así que, todo lo que existe, todo lo que es, lo visible y lo invisible, ha sido constituido por la Palabra de Dios.
Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza (Efe 6.10).
Como te puedes dar cuenta, el poder de la fuerza de Dios no está en sus músculos, ni en sus relámpagos y truenos, ni en sus ángeles sino en Su Palabra. Lo único que Él necesita hacer para que sucedan las cosas es hablar Su Palabra. ¡Lo que Él dice, eso mismo sucede! Al fin y al cabo, Él es Dios.
Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado sanará. Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace. Al oírlo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe (Mat 8.8-10).
Es por esto que, bienaventurada(o), mil veces feliz, serás por creer, pues se cumplirá todo lo que el Señor te ha dicho en Su Palabra, la Biblia.
Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía (Sal 84.12).
Cuando a la virgen María, ante los asombrosos sucesos que se abrían delante de sus pies, se le explicó porque era ella muy favorecida y que, a pesar de su situación, nada hay imposible para Dios, Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra (Luc 1.38). Nota que no respondió, hágase conmigo conforme a Tu Voluntad sino conforme a Tu Palabra.
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo (Jn 16.33).
Cuando sabes que sabes, que la Biblia es la Verdad, pues es Palabra de Dios, y sabes que sabes, que TODO lo que Dios dijo, Él lo va hacer, lo que Él hablo, lo va a ejecutar, entonces, aunque estés en medio de la más grande aflicción, puedes confiar en Él, puedes confiar en Su Palabra, Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús (Fil 4.7).
En Verdad existe un camino para llegar a ser dichosa(o) y éste es: confiar en Dios.
Recuerda que Él te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti, y ahora, por lo que Jesús hizo por ti, eres un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo, nacida(o) del Amor de Dios.
Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él (1 Jn 3.1).
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, que hermoso es saberse tan amada(o) por Ti. Que sublime sensación es saber que has establecido en Tu Palabra, eterna, perfecta e infalible, que aunque yo ande en valle de sombra y de muerte no voy a temer, pues sé que Tú estás conmigo; que aunque las aflicciones vengan sobre mí, sé que de TODAS ellas voy a salir más que vencedor(a) por medio de Aquel que me amó, Cristo Jesús. ¡Escrito está! ¡Tú no mientes ni Te arrepiente! ¡Lo has dicho y lo vas hacer! ¡Lo has hablado y lo vas a ejecutar! ¡Gracias, precioso Dios! Y a Ti, amado Señor Jesús, quiero decirte que te amo con todo mi ser, con todas mis fuerzas y con todo mi corazón. Por lo que hiciste por mí en la cruz, al morir pagando todos mis pecados y al vencer a la muerte, resucitando de entre los muertos, para darme la Vida Eterna y hacerme nacer de Nuevo como un(a) Hija(o) de Dios, ahora tengo identidad, ahora sé perfectamente quién yo soy. Por lo tanto, no voy a temer más. Me determino a ser dichosa(o) haciendo de Tu Palabra, la Biblia, la norma máxima de mi existencia; la pondré en mi boca, mente y corazón; voy a leerla y meditarla de día y de noche para guardarla y hacer conforme a todo lo que Tú, precioso Dios, dices en ella; porque sé que entonces haré prosperar mi camino y todo me saldrá bien. En el nombre de Jesús. Muchas Gracias, Señor. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2010


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
                                                                                   
Diciembre 23                                     Luc 1.26-56   /  Ez 34 /  Isa 58

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