miércoles, 21 de diciembre de 2011

¡Claro que puedes vencer la enfermedad, tristeza, depresión y toda frustración!


Sábado 17 de Diciembre de 2011.

¡Sé tú misma(o)!

Por Riqui Ricón*

Todo lo puedo en Cristo que me fortalece (Fil 4.13).

Estamos viviendo los tiempos más emocionantes en la historia de la humanidad. Nunca antes ha habido tanta necesidad de respuestas y acciones que permitan encontrar el verdadero sentido a la existencia del ser humano. El mundo clama por héroes. ¡Necesitamos héroes! Gritan con desesperación. Tratan de poner buena cara al mal tiempo, pero sus palabras se desbaratan contra las crisis económicas, inseguridad, desempleo, narcotráfico, desintegración familiar, enfermedades y hasta el clima que está cambiando.

¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? (Ro 8.31).

Y mientras el mundo tiembla, los creyentes, las y los Hijas e Hijos de Dios Nacidos de Nuevo, tú y yo, tenemos paz, tenemos seguridad, pues sabemos en Quién hemos creído y que jamás seremos avergonzados de haber confiado en la Palabra del Señor.

Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios (Ro 8.19).

Este es el tiempo en que los Hijos de Dios hemos de manifestarnos como aquellos que TODO lo podemos en y con la Unción de Jesucristo que nos fortalece. ¡Este es el tiempo de creer!

Creer que Dios no miente, ni se arrepiente, que lo que Él dijo lo va a hacer, que lo que Él habló lo va a ejecutar pues Su Palabra es Su mismísimo Honor y Poder.

Así que, cuando creas, con todo tu corazón, lo que la Biblia dice acerca de ti, entonces sabrás quien eres tú y de TODO lo que eres capaz con Él y en Él.

Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús (Fil 4.19).

Si Dios te suple TODO lo que te hace falta y TODO lo puedes en Cristo; si mayor es el que está en ti que el que está en el mundo, entonces ¿a qué le vas a temer? Eres un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo, y tienes muchos derechos divinos y preciosas y grandísimas promesas que Dios, tu Padre, ha establecido en Su Palabra.

Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará?Habló, ¿y no lo ejecutará? He aquí, he recibido orden de bendecir; El dio bendición, y no podré revocarla (Num 23.19-20).



Un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo tiene que saber perfectamente quien ahora es en Cristo Jesús y, por esto, al recibir y aceptar ésta tu nueva identidad, no existirá la más mínima posibilidad de que puedas perder en esta vida.

Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien (Jos 1.8).

Haz de la Biblia la norma máxima de tu existencia; ponla en tu mente, boca y corazón para que así te llenes de la certeza de quién ahora tú eres y aceptes y recibas tu Nuevo Nacimiento.

Todo esto ya está en ti. Dios lo habló. Jesús lo pagó. No le temas a nada, cree solamente. ¡Sé tú misma(o)!

Oremos en voz audible:

Amado Padre celestial, muchas gracias por haberme rescatado de la vida que llevaba. Se que me amas tanto que preferiste entregar a Tu propio Hijo, Jesús, para que pagara todos mis pecados, antes que perderme a mí. ¡Eres maravilloso, Señor Jesús! Por éste, Tu gran Amor pos mí, ahora soy apta(o) para participar de la herencia de los santos en luz. ¡Me has librado de la potestad de las tinieblas! ¡Me has trasladado al reino  de Tu amado Hijo! ¡Soy una nueva especie de ser que no existía antes! ¡Soy un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo, no de simiente corruptible de incorruptible, por la Palabra de Dios que vive y permanece para siempre! ¡Tengo Vida Eterna! ¡Soy eterna(o)! ¡Puedo dejar de temerle a la muerte! ¡Lo mejor de mi vida ya comenzó! Por lo tanto, me resisto a temer, sólo voy a creer. Voy a creer Tu Palabra, la Biblia, Señor Jesús. Voy a creerte a ti, amado Dios. ¡Tú suples TODO lo que me falta, conforme a Tus riquezas en gloria! ¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece! ¡Jamás seré derrotada(o)! ¡Con Tu ayuda, Espíritu Santo, voy a vivir esa vida plena y abundante que Jesús compró para mí al precio de Su Sangre y de Su resurrección! ¡Es mi derecho! ¡Es Tu Promesa! En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2010




Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

                                                                                   

Diciembre 17                                     Fil 4   /  Ez 24  /  Isa 52

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