jueves, 1 de diciembre de 2011

¡No temas, tu Padre responderá!

Martes 29 de Noviembre de 2011.
¡Eres Hija(o) y heredera(o) del Todopoderoso Dios!
Por Riqui Ricón*
Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa (Gal 3.29).
Vimos en la meditación del día de ayer que, por el Espíritu Santo prometido a los creyentes, en el Nuevo Pacto gozamos de toda la libertad a la que solamente tienen acceso las Hijas y los Hijos de Dios NACIDOS DE NUEVO.
El problema de la maldición y el pecado ya fue resuelto en esa cruz, para que tú, por medio de la fe en Jesucristo, recibieras la promesa del Espíritu y ahora formes parte de la familia de Dios.
Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne; porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos;  herederos de Dios y coherederos con Cristo (Ro 8.12-17a).
Al instante mismo de creer que Jesús es el Señor y Salvador de tu vida, acorde a la promesa, vino el Espíritu Santo y te dio vida, haciendo que tu espíritu, muerto en pecados, Naciese de Nuevo. Ya no eres más esclavo del temor sino que, al contrario, puedes decirle a Dios con toda confianza y familiaridad, ¡Abba, Padre! ¡Papá! ¡Papito!
Tu realidad y circunstancias han cambiado totalmente, pues ahora eres de Cristo Jesús, pues Él te compró con Su Sangre. Eres linaje de Abraham porque la Biblia, que es la Palabra de Dios, y no miente, lo dice así. Eres Hija(o) y heredera(o) del único Dios vivo y verdadero.
Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo (Gal 4.4-7).
Recuerda siempre que no son las obras de la ley las que te dan tan honorable posición, sino el creerle a Dios, creerle a Su Palabra.
Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios;  por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él.  Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es (1 Jn 3.1-2).
Dios es bueno y como Padre es lo mejor de lo mejor. Él no te ha dejado, ni te dejará. Todo lo que ha prometido acerca de ti lo va a cumplir. ¡Dios te ama!
Ahora, piensa en esto, la Biblia dice que si Dios está contigo ¿quién contra ti? Cuánto más ahora que entiendes que, no sólo está contigo, sino que Él es tu propio Padre. Te aseguro amiga(o), no hay problema, enfermedad, pobreza, necesidad, temor, ansiedad, soledad y, en fin, ninguna adversidad que te puedan derrotar. Pues eres, en Verdad, un(a) Hija(o) y heredera(o) del Dios Vivo y Verdadero.
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, que maravilloso es saber que no tengo que esperar a ir al cielo para vivir como un(a) Hija(o) del Rey. Gracias. Señor Jesús, por lo que hiciste por mí al morir en la cruz y resucitar, venciendo a la muerte, para darme Vida Nueva; no puedo dejar de recordarlo cada día, pues por tu Gran Amor con que me has amado tengo derecho a la Vida Eterna, Vida Nueva, plena y abundante. Gracias porque, de acuerdo a Tu Palabra, la Biblia, ya la puedo comenzar a experimentar y vivir, hoy, aquí y ahora. Así que, con Tu ayuda, Espíritu Santo, no voy a permitir que pensamientos de fracaso, derrota, desanimo, temor, amargura y ninguna otra mentira me vengan a robar, a despojar de lo que legítimamente es mío: mi herencia y mi identidad de Hija(o) Tuya(o), oh Dios. Tu Palabra es la verdad: ¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece! ¡En todas las cosas soy más que vencedor(a) por medio de Tu Amor, Señor Jesús! ¡Tú suplirás todo lo que me falta conforme a Tus riquezas en gloria! En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2010


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Noviembre 29                                    Gal 3.19-4.20   /  Lam 1-2  /  Sal 145

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