24 de Febrero
¡Cómo obtener sanidad, salud y una Vida buena y abundante!
¡Confiando en Dios! ¡Creyéndole a Él y NO a mis
circunstancias!
Por Riqui Ricón*
“El corazón tranquilo da vida al cuerpo, pero la
envidia corroe los huesos” (Pro 14:30 NVI).
“La paz en el corazón da salud al cuerpo; los celos
son como cáncer en los huesos” (Pro 14:30
NTV).
Dios, en Su Palabra, me instruye muy claramente que, aunque la enfermedad
es resultado o consecuencia de mis pecados (como el de la envidia o los celos), “Porque la paga
del pecado es muerte” (Rom
6:23a RV60), las enfermedades y las dolencias nunca han sido, ni serán, Su
voluntad para mi vida: “mas la dádiva [el regalo] de
Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” (Rom 6:23b RV60).
Así que, es un tremendo error, y la raíz de todo fracaso por establecer la
salud, el pensar o creer que, por algún designio oculto, la enfermedad y las
dolencias que padezco son voluntad de Dios. Pensar así, sólo demuestra mi
ignorancia de La Palabra de Dios y la poca seguridad que tengo respecto de Su
Amor para conmigo.
“El ladrón no viene sino para hurtar y matar
y destruir; yo he venido para que tengan
vida, y para que la tengan en abundancia” (Jua 10:10 RV60).
La Verdad (La Palabra de Dios ES La Verdad), es que las enfermedades y
padecimientos están más relacionados con Satanás y sus propósitos para
desestabilizarme y alejarme de la comunión con mi Padre celestial.
“Vosotros sabéis lo que se divulgó por toda
Judea, comenzando desde Galilea, después del bautismo que predicó Juan: cómo
Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste
anduvo haciendo bienes y sanando a todos
los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él” (Hch 10:37-38
RV60).
Dado que Jesús fue ungido por Dios con el Espíritu Santo y con poder PARA
hacer el bien, sanando a todos los oprimidos por el diablo, es claro que esto
significa que es Satanás, y no Dios, el que está atrás de las enfermedades y
que las usa para mantenerme en un estado de opresión: “Pero una mujer que desde hacía doce
años padecía de flujo de sangre, y había
sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había
aprovechado, antes le iba peor…” (Mar 5:25-26 RV60).
Entonces, lo primero que tengo que hacer para recuperar mi salud es
establecer en mi Vida los siguientes principios de La Palabra de Dios:
1. Soy amado(a) de Dios: “Porque de tal manera amó Dios al
mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda,
mas tenga vida eterna” (Jua
3:16 RV60).¡Dios me ama tanto, tanto, que prefirió entregar a Su único Hijo
antes que perderme a mí!
2. No solamente Dios me ama sino que, ahora, por la muerte y
resurrección de Jesucristo, yo soy un(a) legítimo(a) y auténtico(a) Hijo(a) de
Dios Nacido(a) de Nuevo: “MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que
permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de
veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no
comprende por qué lo somos” (1Jn
3:1 NT BAD).
3. Al pagar TODOS mis pecados (pasados, presentes y
futuros), con Su muerte y Su resurrección, Jesucristo venció al pecado y me
redimió de todas sus consecuencias como lo son la enfermedad y la muerte: “Ahora, pues,
ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan
conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de
vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte” (Rom 8:1-2 RV60).
4. He sido redimido(a), esto es, comprado(a) a precio de
sangre y liberado(a), de la maldición de la enfermedad y de la muerte: “Cristo nos redimió
de la maldición de la ley, hecho por
nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero),
para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la
promesa del Espíritu” (Gál
3:13-14 RV60). Ahora, en Cristo Jesús, ¡yo tengo pleno derecho a vivir bajo La
Bendición de Dios, mi Padre!
5. Toda enfermedad o dolencia que se pretenda manifestar en
mi cuerpo físico, lo intenta haciendo valer derechos legales que ya NO TIENE; y
yo tengo todo el derecho de pedirle al Espíritu Santo, Su intervención poderosa
a mi favor: “Pero si Cristo vive en ustedes, el espíritu vive porque Dios los ha
hecho justos, aun cuando el cuerpo esté destinado a la muerte por causa del
pecado. y si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús vive en ustedes, el
mismo que resucitó a Cristo dará nueva vida a sus cuerpos mortales por medio
del Espíritu de Dios que vive en ustedes” (Rom 8:10-11 DHH).
6. La salud y la sanidad son resultado de confiar en Dios,
de creerle a Él, creyendo Su Palabra:
“El temor [confiar en] de
Jehová es manantial de vida Para
apartarse de los lazos de la muerte” (Pro 14:27 RV1960).
“El temor [confiar en] del
SEÑOR es fuente que da vida, ofrece un escape de las trampas de la muerte” (Pro 14:27 NTV).
“El temor [confiar en] del
Señor es una fuente de vida, y un medio seguro para evitar la ruina que causa
la muerte” (Pro 14:27 BdV).
7. La salud y la sanidad son resultado de confiar en Dios,
de creerle a Él, creyendo Su Palabra que dice claramente que el precio de mi
salud ya fue pagado: “Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores;
y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido
fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra
paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados” (Isa 53:4-5 RV60). Dios lo dice: ¡CIERTAMENTE! Esto
significa que en esto tengo más certeza que la que tengo acerca de que los
dedos de mis manos son míos.
8.
Así
que, es la confianza plena en Dios y Su Palabra, la que me da pleno acceso a la
sanidad y a la salud divina. Proveyéndome, además, de una vida apacible, esto
es, llena de paz: “Un corazón apacible infunde vida al cuerpo, pero la envidia corroe hasta
los huesos” (Pro 14:30 RVC). “La mente tranquila es salud para el cuerpo,
pero la envidia causa enfermedades” (Pro 14:30 PDT).
Sin importar las aflicciones, problemas o enfermedades que hoy yo esté
enfrentando, lo puedo hacer en paz, pues tengo la certeza en Dios y en Su
Palabra, que de todas ellas, yo, Riqui Ricón (________ pon tu nombre aquí), saldré
más que vencedor por medio de Aquel que me ama tanto, Cristo Jesús.
Pero quizá aún te preguntes: ¿Cómo se obtiene un corazón apacible?
Creyéndole a Dios, creyendo Su Palabra.
“Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo
pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado” (Isa 26:3 RV1960).
Como has podido constatar en La Palabra de Dios, si en verdad le creo a
Dios, entonces voy a confiar en Él y eso, necesariamente, me da la paz y la salud
que Él compró para mí. Se recibe al activar la FE verdadera.
“Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre
que en ti confía” (Sal_84:12 RV60).
Confiar en Dios me permite vivir una vida dichosa, una vida feliz.
Confiar en Dios me permite vivir una vida dichosa, una vida feliz y
apacible, a pesar de los problemas, las aflicciones y las enfermedades.
“Estas cosas os he hablado para que en mí
tengáis paz. En el mundo tendréis
aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” (Jua 16:33 RV60).
¡La salud es parte de mi herencia y puedo dormir en paz!
“En paz me acostaré, y asimismo dormiré;
Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado” (Sal_4:8 RV60).
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, hoy estoy
aquí para creer y declarar el Gran Amor que Tú tienes por mí. Es Tu Amor el que
le da paz a mi corazón y salud a mi cuerpo. Pues aunque yo haya pecado, y por
eso Satanás quiera hacer valer la enfermedad y la muerte en mi cuerpo, La
Verdad es que Tú, Jesucristo, mi Señor y Salvador, me has dado el regalo de la
Vida plena y abundante, que es La Vida Eterna. Por esto, te estoy eternamente
agradecido y no deshonraré Tu Palabra ni Tu sacrificio, permitiéndole al diablo
engañarme para hacerme creer que alguna de las aflicciones, problemas o
enfermedades que estoy enfrentando en este mundo, son Tu Voluntad. ¡No Señor!
¡Nada de eso! Yo sí conozco Tu Voluntad para mi Vida, que es buena, agradable y
perfecta. Te doy muchas gracias porque Tu Palabra me enseña que las
enfermedades, aflicciones y problemas vienen a atacarme por causa de la guerra
que me dejaste a pelear para establecer Tu Reino en este mundo. No vienen
porque yo las merezca porque Tú, Jesucristo recibiste en Ti mismo todo el
castigo que, por mis pecados, yo merecía. Así que, el precio fue pagado y yo ya
no tengo porque pagar más. Así que yo le hablo a mis enfermedades y dolencias,
a mis órganos y sistemas para decirles: ¡Escuchen bien! Cristo Jesús, Rey de
reyes y Señor de señores, CIERTAMENTE llevó él mis
enfermedades, y sufrió mis dolores; y yo le tuve por azotado, por herido de
Dios y abatido. Mas él herido fue por mis rebeliones, molido por mis pecados;
el castigo de mi paz, el precio de mi salud, ya fue sobre él, y por su llaga yo,
Riqui Ricón (________ pon tu nombre aquí), ya fui curado; pues es totalmente
verdadero que el Espíritu de Aquel que resucitó a Cristo Jesús vive en mí, y
por lo tanto, el mismo Espíritu Santo que resucitó a Cristo dará nueva vida a
mi cuerpo mortal por medio del Espíritu de Dios que vive en mi. Así que, todo lo puedo en Cristo que me
fortalece, pues mayor es el que está en mí que el que está en el mundo y ese
eres Tú, Precioso Espíritu de Dios. No le daré lugar al diablo y a sus mentiras
en mi vida. ¡No voy a temer más! Echo fuera de mi vida toda ansiedad e
inquietud. ¡En todas las cosas soy más
que vencedor(a) por medio de Aquel que me amó, Cristo Jesús! ¡Ya he sido
sanado(a) por las heridas de Jesús! ¡He sido establecido(a) para reinar en esta
vida por la sangre de Jesús! Tú, mi Dios y Padre, me has dado propósito en este
mundo. ¡Soy la luz del mundo y he de brillar con la luz del Evangelio de la
Salvación! Estoy dispuesto(a) a permitir que Tu Amor fluya en mí y ser Tu
instrumento de bendición. En esta misión, no hay forma que pueda perder, pues
Tú, mi Dios y Padre, estás en mí y conmigo, y si Dios es conmigo, ¿quién contra
mí? ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspera(a)! ¡Soy feliz! Soy un(a) Hijo(a)
de Dios Nacido(a) de Nuevo. En el nombre de Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo
establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en
voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a
Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el
Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis
pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí
acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa
derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a
entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi
único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2011
Lectura y
Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas
lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Febrero 24 Mat 5.21-48 / Ex 30-32 / Pro 14
Puedes escuchar o descargar la lectura de la Biblia en audio del día de hoy, la tenemos para ti en dos versiones:
RV60
NVI
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