8
de Diciembre
¡Algo
totalmente Nuevo y asombroso!
Por
Riqui Ricón*
No os acordéis de las cosas
pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis?
Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad… Yo, yo soy el que
borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados (Isa 43.18-19, 25).
Estamos
viviendo los tiempos más emocionantes en la historia de la humanidad. En Verdad
que es maravilloso vivir esta vida tomados de la mano y de la Palabra de Dios.
700
años antes de Cristo, hace aproximadamente 2700 años, Dios prometió que haría
algo Nuevo, algo totalmente diferente: Esas vidas secas y solitarias, llenas de
rebelión y de pecado, que no pueden, ni podrán nunca agradar a Dios, serían
transformadas por Su Amor; serían renovadas de tal forma que Dios ya no podrá
acordarse jamás de sus pecados. ¡Asombroso!
…
porque la vieja naturaleza pecaminosa que
está en nosotros, siempre se rebela contra Dios. Nunca ha obedecido la ley de
Dios y nunca podrá obedecerla (Ro 8.7 BAD).
¿Cómo
es posible que Él esté dispuesto a perdonar y olvidar todo lo que tú hiciste
con tu vida? Sólo por Amor.
Porque de tal manera amó Dios
al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree,
no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su
Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
A
punto de terminar un año más, te animo a que no dudes más y lo tengas por
cierto, que Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo, para
pagar todos tus pecados, antes que perderte a ti.
Y
no solamente Dios te amó para pagar y perdonarte tus pecados, sino que ahora Él
mismo te llama Hijo(a) Suyo(a).
MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre
celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso
es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a
Dios, no comprende por qué lo somos (1 Jn 3.1 BAD).
Y
eso no es todo, sino que, además, diseño un Plan perfecto para asegurarse que Él
disfrutaría de tu presencia y compañía por toda la eternidad.
¿Cómo
se aseguró Dios que tú ya no vuelvas atrás? Haciendo algo totalmente Nuevo,
llevando a cabo Su Plan de Redención con el cual te liberó total y
permanentemente del pecado y de la muerte.
Porque la ley del Espíritu de
vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte (Ro 8.2).
Esto
lo logró a través de la muerte y resurrección de Jesucristo con la cual te dio
una Nueva Vida y te dotó de una naturaleza totalmente Nueva y diferente.
¿Qué otra cosa podemos decir?
¿Seguiremos pecando, para que Dios pueda manifestar más ampliamente su gracia
salvadora? ¡De ninguna manera! No podemos seguir viviendo bajo el dominio del
pecado después de haber muerto en lo que al pecado respecta. Entended esto:
todos los que hemos sido bautizados en el nombre de Cristo Jesús, por el hecho
mismo del bautismo estamos unidos a él en su muerte. Simbólicamente, nuestra
vieja naturaleza amante del pecado quedó muerta y sepultada con Cristo en el
bautismo, para que podamos andar en una maravillosa vida nueva, de acuerdo con
la nueva vida que él recibió al ser resucitado de entre los muertos por el
glorioso poder de Dios Padre. De este modo pasamos a formar parte de él mismo.
Por así decirlo, cuando él murió, nosotros morimos con él, pero ahora
compartimos su nueva vida porque también resucitamos con él en su resurrección (Ro 6.1-5 CST).
Tú
no eres más la misma persona que antes eras. Tú no eres más ese(a) viejo(a)
pecador(a) sujeto(a) a la ley del pecado y de la muerte. ¡No! ¡Nunca más! Es
Satanás el único interesado en que sigas viviendo bajo el dominio del pecado
después de haber muerto en lo que al pecado respecta.
Tu
vieja naturaleza amante del pecado quedó muerta y sepultada con Cristo, para
que puedas andar en una maravillosa Vida Nueva, de acuerdo con la Nueva Vida
que Él recibió al ser resucitado de entre los muertos por el glorioso poder de
Dios Padre. De este modo pasaste a formar parte de Él mismo. Pues, cuando Jesús
murió, tú moriste con Él, y ahora compartes su Nueva Vida porque también
resucitaste con Él en Su resurrección.
En cuanto a la pasada manera
de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos
engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y
vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la
verdad
(Efe 4.22-24).
Por
medio de tu fe en Jesús [por medio de creerle a Dios, creyendo Su Palabra],
Dios te ha hecho una nueva especie de ser que no existía antes: Un(a) Hijo(a)
de Dios Nacido(a) de Nuevo. Justificado(a), perdonado(a), santificado(a) y
perfeccionado(a) para recibir la Vida Eterna, la Vida Plena y Abundante que
sólo pueden vivir los legítimos Hijos de Dios.
Por
esto, por la Palabra de Dios, tú estás habilitado(a) y capacitado(a) para despojarte
del (la) viejo(a) hombre (mujer), que está viciado(a) conforme a los deseos
engañosos, y puedes renovarte en el espíritu de tu mente para vestirte del (la)
Nuevo(a) hombre (mujer), creado(a) según Dios en la justicia y santidad de la
Verdad.
El ladrón no viene sino para
hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la
tengan en abundancia (Jn 10.10).
Satanás siempre tratará de mentirte hasta que le creas y así matarte y
destruirte; pero Jesús te ha dado Su Palabra, la Biblia, para que creyéndole a
Dios, creyendo Su Palabra, tú tengas Vida y la tengas en abundancia.
De modo que si alguno está en
Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas
nuevas
(2 Co 5.17).
Estas
son las buenas noticias, el Evangelio de Jesucristo, que, por Su muerte y
resurrección, ahora ya eres un(a) Nuevo(a) hombre (mujer) creado(a) según Dios
en la justicia y santidad de la verdad.
Pero ahora, así dice el SEÑOR, el que
te creó, Jacob, el que te formó, Israel: «No temas, que yo te he redimido; te
he llamado por tu nombre; tú eres mío. Cuando cruces las aguas, yo estaré
contigo; cuando cruces los ríos, no te cubrirán sus aguas; cuando camines por
el fuego, no te quemarás ni te abrasarán las llamas. Yo soy el SEÑOR, tu Dios,
el Santo de Israel, tu salvador; yo he entregado a Egipto como precio por tu
rescate, a Cus y a Seba en tu lugar. A cambio de ti entregaré hombres; ¡a
cambio de tu vida entregaré pueblos! Porque te amo y eres ante mis ojos
precioso y digno de honra. No temas, porque yo estoy contigo; desde el oriente
traeré a tu descendencia, desde el occidente te reuniré. Al norte le diré:
“¡Entrégalos!” y al sur: “¡No los retengas! Trae a mis hijos desde lejos y a
mis hijas desde los confines de la tierra. Trae a todo el que sea llamado por
mi nombre, al que yo he creado para mi gloria, al que yo hice y formé.” » (Isa 43.1-7 NVI).
Ahora
bien, la pregunta que hay que responder es, ¿por qué no vives o te sientes así?
Simple, porque todo esto se recibe por medio de la fe, es decir, sabiendo que
si Dios lo dice en Su Palabra, entonces, esta es la Verdad, sin importar cómo
te sientas o te veas a ti mismo(a).
Lo
crees y lo recibes porque está en la Biblia y así Dios lo dice. Lo crees y lo
recibes despojándote (quitándote de encima) esa vieja naturaleza.
Lo
crees y lo recibes al renovarte en el espíritu de tu mente con la Palabra de
Dios, quien claramente establece que, por medio de Jesucristo, tú ya no eres
más esa vieja persona, pues la ley del Espíritu de Vida en Cristo Jesús, te ha
hecho libre de la ley del pecado y de la muerte.
Lo
crees y lo recibes al aceptar que ahora
tú eres ese(a) Nuevo(a) hombre (mujer) creado(a) según Dios en la justicia y
santidad de la verdad. Tú ahora eres ese(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo
y, por lo tanto, eres totalmente capaz de vivir la vida justa y santa que se
compró para ti a precio de la Sangre de Cristo Jesús.
No
se trata que intentes ser algo o alguien que difícilmente podrías ser, sino que
creas que, por el Poder y el Amor de Dios para contigo, ahora eres esa persona
que Dios dice en Su Palabra que tú ya eres.
Porque yo, el SEÑOR, hablaré, y lo que
diga se cumplirá sin retraso. Pueblo rebelde, mientras ustedes aún tengan vida,
yo cumpliré mi palabra. Lo afirma el SEÑOR omnipotente.” » El SEÑOR me dirigió
la palabra: «Hijo de hombre, el pueblo de Israel anda diciendo que tus visiones
son para un futuro distante, y que tus profecías son a largo plazo. Por lo
tanto, adviérteles que así dice el SEÑOR omnipotente: “Mis palabras se
cumplirán sin retraso: yo cumpliré con lo que digo. Lo afirma el SEÑOR
omnipotente.” » (Ez 12.25, 28
NVI).
¡Dios
no puede mentir!
Así
que, ¡Jamás serás avergonzado(a) por haber creído la Palabra de Dios!
Esto,
mi amado(a) amigo(a), es algo totalmente Nuevo y diferente. Esto es lo que
significa ser Nacido(a) de Nuevo. No es algo que tu tengas o debas conseguir,
sino que es algo que tú ya eres; es lo que Jesús hizo por Amor a ti al morir en esa cruz y luego resucitar de entre los
muertos venciendo a la muerte por ti.
Le dijo Jesús: Yo soy la
resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y
todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto? Le
dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has
venido al mundo
(Jn 11.25-27).
Si puedes creer, ¡al que cree todo le es posible!
Oremos
en voz audible:
Amado
Padre celestial, yo he decidido creerte a Ti, creer Tu Palabra, por lo tanto,
creo y recibo esa Nueva Naturaleza que adquiriste para mí al precio de la
muerte y resurrección de Tu Hijo, Jesús. Me despojo del engaño y la mentira que
me quieren convencer que sigo siendo la misma persona fracasada y pecadora y
que nada o poco ha cambiado en mi vida. No recibo esa vieja naturaleza. ¡Mi
Vida ha cambiado por completo! ¡Yo, _____________ (tu nombre aquí), he sido
justificado(a) en la Sangre Preciosa de Cristo Jesús! ¡Yo, _____________ (tu
nombre aquí), he sido perdonado(a) por el infinito Amor de mi Padre celestial!
Gracias, Señor Jesús. Hoy renuevo mi mente y mi entendimiento con Tu Palabra.
Soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, no de simiente corruptible sino
de incorruptible, por la Palabra de Dios que vive y permanece para siempre. He
sido regenerado(a) conforme a Dios en la justicia y santidad de la Verdad. Creo
y recibo este Tu gran Amor, mi Dios. Por tanto declaro que soy sano(a), soy
libre, soy próspero(a). Espíritu Santo, recibo Tu Amor, gozo y paz para vivir
esa Vida Plena y abundante, siempre en victoria, que Tú planeaste para mí. En
el nombre de Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo
C. Peredo Jaime © 2012
Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un
año habrás leído toda la Biblia.
Diciembre 8 Efesios 4.17-32 / Ez 12-13 / Isa
43
Efesios
4.17-32
La nueva vida en Cristo
17Esto, pues,
digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que
andan en la vanidad de su mente, 18teniendo el entendimiento
entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay,
por la dureza de su corazón; 19los cuales, después que perdieron
toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda
clase de impureza. 20Mas vosotros no habéis aprendido así a
Cristo, 21si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él
enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús. 22En cuanto a
la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está
viciado conforme a los deseos engañosos, 23y renovaos en el
espíritu de vuestra mente, 24y vestíos del nuevo hombre,
creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.
25Por lo cual,
desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo;
porque somos miembros los unos de los otros. 26Airaos, pero no
pequéis;
no se ponga el sol sobre vuestro enojo, 27ni deis lugar al
diablo. 28El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con
sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece
necesidad. 29Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca,
sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los
oyentes. 30Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual
fuisteis sellados para el día de la redención. 31Quítense de
vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.
32Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos
a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
Ezequiel
12-13
Salida de Ezequiel en señal de la cautividad
12
1Vino a mí
palabra de Jehová, diciendo: 2Hijo de hombre, tú habitas en medio
de casa rebelde, los cuales tienen ojos para ver y no ven, tienen oídos para
oír y no oyen, porque son casa rebelde. 3Por
tanto tú, hijo de hombre, prepárate enseres de marcha, y parte de día delante
de sus ojos; y te pasarás de tu lugar a otro lugar a vista de ellos, por si tal
vez atienden, porque son casa rebelde. 4Y sacarás tus enseres de
día delante de sus ojos, como enseres de cautiverio; mas tú saldrás por la
tarde a vista de ellos, como quien sale en cautiverio. 5Delante de
sus ojos te abrirás paso por entre la pared, y saldrás por ella. 6Delante
de sus ojos los llevarás sobre tus hombros, de noche los sacarás; cubrirás tu
rostro, y no mirarás la tierra; porque por señal te he dado a la casa de
Israel.
7Y yo hice así
como me fue mandado; saqué mis enseres de día, como enseres de cautiverio, y a
la tarde me abrí paso por entre la pared con mi propia mano; salí de noche, y los
llevé sobre los hombros a vista de ellos.
8Y vino a mí
palabra de Jehová por la mañana, diciendo: 9Hijo de hombre, ¿no te
ha dicho la casa de Israel, aquella casa rebelde: ¿Qué haces? 10Diles:
Así ha dicho Jehová el Señor: Esta profecía se refiere al príncipe en
Jerusalén, y a toda la casa de Israel que está en medio de ella. 11Diles:
Yo soy vuestra señal; como yo hice, así se hará con vosotros; partiréis al
destierro, en cautividad. 12Y al príncipe que está en medio de
ellos llevarán a cuestas de noche, y saldrán; por la pared abrirán paso para
sacarlo por ella; cubrirá su rostro para no ver con sus ojos la tierra.
13Mas yo extenderé mi red sobre él, y caerá preso en mi trampa, y haré
llevarlo a Babilonia, a tierra de caldeos, pero no la verá,
y allá morirá. 14Y a todos los que estuvieren alrededor de él para
ayudarle, y a todas sus tropas, esparciré a todos los vientos, y desenvainaré
espada en pos de ellos. 15Y sabrán que yo soy Jehová, cuando los
esparciere entre las naciones, y los dispersare por la tierra. 16Y
haré que unos pocos de ellos escapen de la espada, del hambre y de la peste,
para que cuenten todas sus abominaciones entre las naciones adonde llegaren; y
sabrán que yo soy Jehová.
17Vino a mí
palabra de Jehová, diciendo: 18Hijo de hombre, come tu pan con
temblor, y bebe tu agua con estremecimiento y con ansiedad. 19Y di
al pueblo de la tierra: Así ha dicho Jehová el Señor sobre los moradores de
Jerusalén y sobre la tierra de Israel: Su pan comerán con temor, y con espanto
beberán su agua; porque su tierra será despojada de su plenitud, por la maldad
de todos los que en ella moran. 20Y las ciudades habitadas
quedarán desiertas, y la tierra será asolada; y sabréis que yo soy Jehová.
21Vino a mí
palabra de Jehová, diciendo: 22Hijo de hombre, ¿qué refrán es este
que tenéis vosotros en la tierra de Israel, que dice: Se van prolongando los
días, y desaparecerá toda visión? 23Diles, por tanto: Así ha dicho
Jehová el Señor: Haré cesar este refrán, y no repetirán más este refrán en
Israel. Diles, pues: Se han acercado aquellos días, y el cumplimiento de toda
visión. 24Porque no habrá más visión vana, ni habrá adivinación de
lisonjeros en medio de la casa de Israel. 25Porque yo Jehová
hablaré, y se cumplirá la palabra que yo hable; no se tardará más, sino que en
vuestros días, oh casa rebelde, hablaré palabra y la cumpliré, dice Jehová el
Señor.
26Y vino a mí
palabra de Jehová, diciendo: 27Hijo de hombre, he aquí que los de
la casa de Israel dicen: La visión que éste ve es para de aquí a muchos días,
para lejanos tiempos profetiza éste. 28Diles, por tanto: Así ha
dicho Jehová el Señor: No se tardará más ninguna de mis palabras, sino que la
palabra que yo hable se cumplirá, dice Jehová el Señor.
Condenación de los falsos profetas
13
1Vino a mí
palabra de Jehová, diciendo: 2Hijo de hombre, profetiza contra los
profetas de Israel que profetizan, y di a los que profetizan de su propio
corazón: Oíd palabra de Jehová. 3Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay
de los profetas insensatos, que andan en pos de su propio espíritu, y nada han
visto! 4Como zorras en los desiertos fueron tus profetas, oh
Israel. 5No habéis subido a las brechas, ni habéis edificado un
muro alrededor de la casa de Israel, para que resista firme en la batalla en el
día de Jehová. 6Vieron vanidad y adivinación mentirosa. Dicen: Ha
dicho Jehová, y Jehová no los envió; con todo, esperan que él confirme la
palabra de ellos. 7¿No habéis visto visión vana, y no habéis dicho
adivinación mentirosa, pues que decís: Dijo Jehová, no habiendo yo hablado?
8Por tanto, así
ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto vosotros habéis hablado vanidad, y habéis
visto mentira, por tanto, he aquí yo estoy contra vosotros, dice Jehová el
Señor. 9Estará mi mano contra los profetas que ven vanidad y
adivinan mentira; no estarán en la congregación de mi pueblo, ni serán
inscritos en el libro de la casa de Israel, ni a la tierra de Israel volverán;
y sabréis que yo soy Jehová el Señor. 10Sí, por cuanto engañaron a
mi pueblo, diciendo: Paz, no habiendo paz; y uno
edificaba la pared, y he aquí que los otros la recubrían con lodo suelto,
11di a los recubridores con lodo suelto, que caerá; vendrá lluvia
torrencial, y enviaré piedras de granizo que la hagan caer, y viento
tempestuoso la romperá. 12Y he aquí cuando la pared haya caído,
¿no os dirán: ¿Dónde está la embarradura con que la recubristeis? 13Por
tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Haré que la rompa viento tempestuoso con
mi ira, y lluvia torrencial vendrá con mi furor, y piedras de granizo con enojo
para consumir. 14Así desbarataré la pared que vosotros
recubristeis con lodo suelto, y la echaré a tierra, y será descubierto su
cimiento, y caerá, y seréis consumidos en medio de ella; y sabréis que yo soy
Jehová. 15Cumpliré así mi furor en la pared y en los que la
recubrieron con lodo suelto; y os diré: No existe la pared, ni los que la
recubrieron, 16los profetas de Israel que profetizan acerca de
Jerusalén, y ven para ella visión de paz, no habiendo paz, dice Jehová el
Señor.
17Y tú, hijo de
hombre, pon tu rostro contra las hijas de tu pueblo que profetizan de su propio
corazón, y profetiza contra ellas, 18y di: Así ha dicho Jehová el
Señor: ¡Ay de aquellas que cosen vendas mágicas para todas las manos, y hacen
velos mágicos para la cabeza de toda edad, para cazar las almas! ¿Habéis de
cazar las almas de mi pueblo, para mantener así vuestra propia vida? 19¿Y
habéis de profanarme entre mi pueblo por puñados de cebada y por pedazos de
pan, matando a las personas que no deben morir, y dando vida a las personas que
no deben vivir, mintiendo a mi pueblo que escucha la mentira?
20Por tanto, así
ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo estoy contra vuestras vendas mágicas, con
que cazáis las almas al vuelo; yo las libraré de vuestras manos, y soltaré para
que vuelen como aves las almas que vosotras cazáis volando. 21Romperé
asimismo vuestros velos mágicos, y libraré a mi pueblo de vuestra mano, y no
estarán más como presa en vuestra mano; y sabréis que yo soy Jehová. 22Por
cuanto entristecisteis con mentiras el corazón del justo, al cual yo no
entristecí, y fortalecisteis las manos del impío, para que no se apartase de su
mal camino, infundiéndole ánimo, 23por tanto, no veréis más visión
vana, ni practicaréis más adivinación; y libraré mi pueblo de vuestra mano, y
sabréis que yo soy Jehová.
Isaías 43
Jehová es el único Redentor
43
1Ahora, así dice
Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo
te redimí; te puse nombre, mío eres tú. 2Cuando pases por las
aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por
el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. 3Porque yo
Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador; a Egipto he dado por tu
rescate, a Etiopía y a Seba por ti. 4Porque a mis ojos fuiste de
gran estima, fuiste honorable, y yo te amé; daré, pues, hombres por ti, y
naciones por tu vida. 5No temas, porque yo estoy contigo; del
oriente traeré tu generación, y del occidente te recogeré. 6Diré
al norte: Da acá; y al sur: No detengas; trae de lejos mis hijos, y mis hijas
de los confines de la tierra, 7todos los llamados de mi nombre;
para gloria mía los he creado, los formé y los hice.
8Sacad al pueblo
ciego que tiene ojos, y a los sordos que tienen oídos. 9Congréguense
a una todas las naciones, y júntense todos los pueblos. ¿Quién de ellos hay que
nos dé nuevas de esto, y que nos haga oír las cosas primeras? Presenten sus
testigos, y justifíquense; oigan, y digan: Verdad es. 10Vosotros
sois mis testigos, dice Jehová, y mi siervo que yo escogí, para que me
conozcáis y creáis, y entendáis que yo mismo soy; antes de mí no fue formado
dios, ni lo será después de mí. 11Yo, yo Jehová, y fuera de mí no
hay quien salve. 12Yo anuncié, y salvé, e hice oír, y no hubo
entre vosotros dios ajeno. Vosotros, pues, sois mis testigos, dice Jehová, que
yo soy Dios. 13Aun antes que hubiera día, yo era; y no hay quien
de mi mano libre. Lo que hago yo, ¿quién lo estorbará?
14Así dice
Jehová, Redentor vuestro, el Santo de Israel: Por vosotros envié a Babilonia, e
hice descender como fugitivos a todos ellos, aun a los caldeos en las naves de
que se gloriaban. 15Yo Jehová, Santo vuestro, Creador de Israel,
vuestro Rey. 16Así dice Jehová, el que abre camino en el mar, y
senda en las aguas impetuosas; 17el que saca carro y caballo,
ejército y fuerza; caen juntamente para no levantarse; fenecen, como pábilo
quedan apagados. 18No os acordéis de las cosas pasadas, ni
traigáis a memoria las cosas antiguas. 19He aquí que yo hago cosa
nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el
desierto, y ríos en la soledad. 20Las fieras del campo me
honrarán, los chacales y los pollos del avestruz; porque daré aguas en el
desierto, ríos en la soledad, para que beba mi pueblo, mi escogido. 21Este
pueblo he creado para mí; mis alabanzas publicará.
22Y no me
invocaste a mí, oh Jacob, sino que de mí te cansaste, oh Israel. 23No
me trajiste a mí los animales de tus holocaustos, ni a mí me honraste con tus
sacrificios; no te hice servir con ofrenda, ni te hice fatigar con incienso.
24No compraste para mí caña aromática por dinero, ni me saciaste con la
grosura de tus sacrificios, sino pusiste sobre mí la carga de tus pecados, me
fatigaste con tus maldades.
25Yo, yo soy el
que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus
pecados. 26Hazme recordar, entremos en juicio juntamente; habla tú
para justificarte. 27Tu primer padre pecó, y tus enseñadores
prevaricaron contra mí. 28Por tanto, yo profané los príncipes del
santuario, y puse por anatema a Jacob y por oprobio a Israel.
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