martes, 2 de julio de 2019

¿Qué significa ser salvo?




11 de Abril
¡Muchísimo más!
Por Riqui Ricón*

Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo (Hch 2. 21).
Ser salvo significa muchísimo más que irse al cielo por el perdón de tus pecados.
El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn 10.10).
Ser salvo significa gozar de la Vida Eterna que Jesucristo compró para ti con Su muerte y resurrección. Ser salvo significa participar de la Vida exclusiva de un(a) Hijo de Dios que es una Vida Plena y Abundante.
Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía (Sal 84.12).
Ser salvo significa tener Paz, dicha y Plenitud.
¡Dios es bueno! ¡Dios es Amor! El fabuloso Plan de Dios para la redención de tu vida se originó a partir de estas dos cualidades de Dios: Su Amor y Su bondad para contigo. La Biblia, que es la Palabra de Dios y no miente, te enseña, desde Génesis hasta Apocalipsis, que Dios es incluyente, no excluyente. Siempre ha sido Su voluntad incluirte a ti en el gobierno y dirección del universo que Él ha creado.
Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios,  y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra (Gen 1. 26-28).
Tú fuiste creado(a) a imagen y semejanza de Dios PARA señorear; para ser fructífero(a) y multiplicarte; para llenar la tierra y sojuzgarla.
¡Fuiste creado(a) para tener Plenitud de Vida!
Pues yo sé los planes que tengo para ustedes —dice el SEÑOR—. Son planes para lo bueno y no para lo malo, para darles un futuro y una esperanza (Jer 29.11 NTV).
El problema de los seres humanos no es su libertad, ni su libre albedrío. El problema de los seres humanos es que con esa libertad que Dios les dio, han decidido no creerle a Dios, han decidido no creerle a Su Palabra. ¡Este es el Verdadero problema!
Dado que Dios NO puede mentir, pues toda Palabra que sale de Su boca tiene el Poder para cumplirse inmediatamente, entonces, la Palabra de Dios ES la Verdad. La Palabra de Dios es la Verdad Eterna, infalible e inmutable.
Así que, el problema no está en la Palabra de Dios sino en aquellos que deciden creer la mentira en lugar de la Verdad.
Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará? He aquí, he recibido orden de bendecir; El dio bendición, y no podré revocarla (Num 23.19-20).
Desde el principio fuiste creado(a) a Su imagen, conforme a Su semejanza y Él te bendijo con Su Palabra. La Palabra de Dios fue dicha para tu provecho y beneficio, sin embargo, el ser humano no la ha creído.
Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella (Gen 3.1-6).
No necesitas analizarlo mucho para darte cuenta que el primer pecado, el pecado original, no fue la desobediencia sino la incredulidad. Fue el no creer lo que Dios les dijo para, en su lugar, creer lo que Satanás decía; fue la incredulidad a la Palabra de Dios lo que dio origen a la desobediencia.
Imaginar el dilema de Adán y Eva allá en el paraíso es fácil: “este curioso animalito dice una cosa y mi Creador dice otra, ¿cuál de los dos dirá la Verdad? ¿A cuál de los dos le voy a CREER? Y, desde luego, la incredulidad a la Palabra de Dios siempre engendrará desobediencia. Desde entonces hasta el día de hoy el dilema sigue siendo el mismo, ¿tú, quién crees que diga la Verdad? ¿Tú, a quién le vas a CREER?
Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro (Ro 6. 23).
No obstante la incredulidad y desobediencia, Dios no ha desistido, ni lo hará, en Su amor por ti. Él jamás ha estado dispuesto a ejecutar sentencia de muerte sobre tu vida sino todo lo contrario.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3. 16-17).
¿Te das cuenta? Dios ama a TODO EL MUNDO y su Plan de Amor y Redención es para TODO AQUEL que CREA. Esto es para todo aquel que decida volver a creerle a Él; para todo aquel que decida creer que Dios tiene Palabra de Honor.
¡Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti!
Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo (Ro 10.13).
¡Sólo esto te pide!
El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento (2 P 3.7).
¡Dios no quiere que nadie se pierda!
Ahora bien, una vez que reconoces a Jesús como Señor y Salvador de tu vida, el Plan de Dios se ha puesto en marcha a tu favor. Estás justificado(a) por Su Sangre; todos tus pecados son perdonados y olvidados; eres creado(a) de nuevo, esto es, el espíritu que tú eres, a imagen y semejanza de Dios, Nace de Nuevo pero ahora coma un(a) Hijo(a) legítimo(a) de Él. Y, además, en ese preciso momento, adquiriste un propósito y destino muchísimo más grandes que los que tenías originalmente.
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia, que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia, dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra. En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad, a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo. En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria (Efe 1. 3-14).
Así que, ser salvo significa muchísimo más que irse al cielo con el perdón de tus pecados: redimido(a), perdonado(a), amado(a), bendecido(a) con toda bendición, escogido(a) antes de la fundación del mundo, adoptado(a) Hijo(a) Suyo(a), aceptado(a) en el Amado, heredero(a) y predestinado(a) con el propósito de que seas para la alabanza de Su gloria.
Eres un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo y has sido dejado(a) sobre esta tierra para reinar, ejerciendo el dominio y la autoridad que te han sido otorgados por Su Palabra.
TU ESTILO DE VIDA ES LO QUE TÚ CREES Y MANIFIESTAS AQUÍ EN LA TIERRA, Y ESO ES LO QUE LE DA GLORIA Y ALABANZA AL SEÑOR.

Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, te doy muchas gracias por Tu Palabra, que es la Verdad. Porque en ella encuentro cada vez más claro que soy Hijo(a) Tuyo(a) con propósito. En verdad puedo ser feliz creyendo Tu Palabra y aceptando, de una vez por todas, que Tu Voluntad y mi destino son reinar y ejercer dominio en esta tierra. Hoy me dispongo, con Tu ayuda, Espíritu Santo, a creer, a creerte a Ti y a vivir siempre en victoria. Todo lo puedo en Ti, Jesucristo y en todas las cosas soy más que vencedor(a) por medio de Tu Amor sobre de mí. Soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo y no hay forma que pueda perder pues si Dios, mi Padre, es conmigo, ¿quién contra mí? Por lo tanto, creo y declaro con toda mi fe puesta en Tu Palabra que yo, __________ (tu nombre aquí), ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero! ¡Soy dichoso(a)! ¡SOY SALVO! En el nombre de Jesús. Amén.
 Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2011
 

Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Julio   2                  Mr 11:15-33  /  1 R 2  /  Ose 5:4-15


Marcos 11:15-33
Purificación del templo
(Mt. 21.12-17; Lc. 19.45-48; Jn. 2.13-22)

15 Vinieron, pues, a Jerusalén; y entrando Jesús en el templo, comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban en el templo; y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas; 16 y no consentía que nadie atravesase el templo llevando utensilio alguno. 17 Y les enseñaba, diciendo: ¿No está escrito: Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones? Mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones. 18 Y lo oyeron los escribas y los principales sacerdotes, y buscaban cómo matarle; porque le tenían miedo, por cuanto todo el pueblo estaba admirado de su doctrina. 19 Pero al llegar la noche, Jesús salió de la ciudad.

La higuera maldecida se seca
(Mt. 21.19-22)

20 Y pasando por la mañana, vieron que la higuera se había secado desde las raíces. 21 Entonces Pedro, acordándose, le dijo: Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado. 22 Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios. 23 Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho. 24 Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá. 25 Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas. 26 Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas.

La autoridad de Jesús
(Mt. 21.23-27; Lc. 20.1-8)

27 Volvieron entonces a Jerusalén; y andando él por el templo, vinieron a él los principales sacerdotes, los escribas y los ancianos, 28 y le dijeron: ¿Con qué autoridad haces estas cosas, y quién te dio autoridad para hacer estas cosas? 29 Jesús, respondiendo, les dijo: Os haré yo también una pregunta; respondedme, y os diré con qué autoridad hago estas cosas. 30 El bautismo de Juan, ¿era del cielo, o de los hombres? Respondedme. 31 Entonces ellos discutían entre sí, diciendo: Si decimos, del cielo, dirá: ¿Por qué, pues, no le creísteis? 32 ¿Y si decimos, de los hombres...? Pero temían al pueblo, pues todos tenían a Juan como un verdadero profeta. 33 Así que, respondiendo, dijeron a Jesús: No sabemos. Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Tampoco yo os digo con qué autoridad hago estas cosas.

1 Reyes 2
Mandato de David a Salomón

2  
Llegaron los días en que David había de morir, y ordenó a Salomón su hijo, diciendo: 2 Yo sigo el camino de todos en la tierra; esfuérzate, y sé hombre. 3 Guarda los preceptos de Jehová tu Dios, andando en sus caminos, y observando sus estatutos y mandamientos, sus decretos y sus testimonios, de la manera que está escrito en la ley de Moisés, para que prosperes en todo lo que hagas y en todo aquello que emprendas; 4 para que confirme Jehová la palabra que me habló, diciendo: Si tus hijos guardaren mi camino, andando delante de mí con verdad, de todo su corazón y de toda su alma, jamás, dice, faltará a ti varón en el trono de Israel. 5 Ya sabes tú lo que me ha hecho Joab hijo de Sarvia, lo que hizo a dos generales del ejército de Israel, a Abner hijo de Ner y a Amasa hijo de Jeter, a los cuales él mató, derramando en tiempo de paz la sangre de guerra, y poniendo sangre de guerra en el talabarte que tenía sobre sus lomos, y en los zapatos que tenía en sus pies. 6 Tú, pues, harás conforme a tu sabiduría; no dejarás descender sus canas al Seol en paz. 7 Mas a los hijos de Barzilai galaadita harás misericordia, que sean de los convidados a tu mesa; porque ellos vinieron de esta manera a mí, cuando iba huyendo de Absalón tu hermano. 8 También tienes contigo a Simei hijo de Gera, hijo de Benjamín, de Bahurim, el cual me maldijo con una maldición fuerte el día que yo iba a Mahanaim. Mas él mismo descendió a recibirme al Jordán, y yo le juré por Jehová diciendo: Yo no te mataré a espada. 9 Pero ahora no lo absolverás; pues hombre sabio eres, y sabes cómo debes hacer con él; y harás descender sus canas con sangre al Seol.

Muerte de David
(1 Cr. 29. 26-30)

10 Y durmió David con sus padres, y fue sepultado en su ciudad. 11 Los días que reinó David sobre Israel fueron cuarenta años; siete años reinó en Hebrón, y treinta y tres años reinó en Jerusalén. 12 Y se sentó Salomón en el trono de David su padre, y su reino fue firme en gran manera.

Salomón afirma su reino

13 Entonces Adonías hijo de Haguit vino a Betsabé madre de Salomón; y ella le dijo: ¿Es tu venida de paz? El respondió: Sí, de paz. 14 En seguida dijo: Una palabra tengo que decirte. Y ella dijo: Di. 15 El dijo: Tú sabes que el reino era mío, y que todo Israel había puesto en mí su rostro para que yo reinara; mas el reino fue traspasado, y vino a ser de mi hermano, porque por Jehová era suyo. 16 Ahora yo te hago una petición; no me la niegues. Y ella le dijo: Habla. 17 El entonces dijo: Yo te ruego que hables al rey Salomón (porque él no te lo negará), para que me dé Abisag sunamita por mujer. 18 Y Betsabé dijo: Bien; yo hablaré por ti al rey. 19 Vino Betsabé al rey Salomón para hablarle por Adonías. Y el rey se levantó a recibirla, y se inclinó ante ella, y volvió a sentarse en su trono, e hizo traer una silla para su madre, la cual se sentó a su diestra. 20 Y ella dijo: Una pequeña petición pretendo de ti; no me la niegues. Y el rey le dijo: Pide, madre mía, que yo no te la negaré. 21 Y ella dijo: Dése Abisag sunamita por mujer a tu hermano Adonías. 22 El rey Salomón respondió y dijo a su madre: ¿Por qué pides a Abisag sunamita para Adonías? Demanda también para él el reino; porque él es mi hermano mayor, y ya tiene también al sacerdote Abiatar, y a Joab hijo de Sarvia. 23 Y el rey Salomón juró por Jehová, diciendo: Así me haga Dios y aun me añada, que contra su vida ha hablado Adonías estas palabras. 24 Ahora, pues, vive Jehová, quien me ha confirmado y me ha puesto sobre el trono de David mi padre, y quien me ha hecho casa, como me había dicho, que Adonías morirá hoy. 25 Entonces el rey Salomón envió por mano de Benaía hijo de Joiada, el cual arremetió contra él, y murió. 26 Y el rey dijo al sacerdote Abiatar: Vete a Anatot, a tus heredades, pues eres digno de muerte; pero no te mataré hoy, por cuanto has llevado el arca de Jehová el Señor delante de David mi padre, y además has sido afligido en todas las cosas en que fue afligido mi padre. 27 Así echó Salomón a Abiatar del sacerdocio de Jehová, para que se cumpliese la palabra de Jehová que había dicho sobre la casa de Elí en Silo. 28 Y vino la noticia a Joab; porque también Joab se había adherido a Adonías, si bien no se había adherido a Absalón. Y huyó Joab al tabernáculo de Jehová, y se asió de los cuernos del altar. 29 Y se le hizo saber a Salomón que Joab había huido al tabernáculo de Jehová, y que estaba junto al altar. Entonces envió Salomón a Benaía hijo de Joiada, diciendo: Ve, y arremete contra él. 30 Y entró Benaía al tabernáculo de Jehová, y le dijo: El rey ha dicho que salgas. Y él dijo: No, sino que aquí moriré. Y Benaía volvió con esta respuesta al rey, diciendo: Así dijo Joab, y así me respondió. 31 Y el rey le dijo: Haz como él ha dicho; mátale y entiérrale, y quita de mí y de la casa de mi padre la sangre que Joab ha derramado injustamente. 32 Y Jehová hará volver su sangre sobre su cabeza; porque él ha dado muerte a dos varones más justos y mejores que él, a los cuales mató a espada sin que mi padre David supiese nada: a Abner hijo de Ner, general del ejército de Israel, y a Amasa hijo de Jeter, general del ejército de Judá. 33 La sangre, pues, de ellos recaerá sobre la cabeza de Joab, y sobre la cabeza de su descendencia para siempre; mas sobre David y sobre su descendencia, y sobre su casa y sobre su trono, habrá perpetuamente paz de parte de Jehová. 34 Entonces Benaía hijo de Joiada subió y arremetió contra él, y lo mató; y fue sepultado en su casa en el desierto. 35 Y el rey puso en su lugar a Benaía hijo de Joiada sobre el ejército, y a Sadoc puso el rey por sacerdote en lugar de Abiatar. 36 Después envió el rey e hizo venir a Simei, y le dijo: Edifícate una casa en Jerusalén y mora ahí, y no salgas de allí a una parte ni a otra; 37 porque sabe de cierto que el día que salieres y pasares el torrente de Cedrón, sin duda morirás, y tu sangre será sobre tu cabeza. 38 Y Simei dijo al rey: La palabra es buena; como el rey mi señor ha dicho, así lo hará tu siervo. Y habitó Simei en Jerusalén muchos días. 39 Pero pasados tres años, aconteció que dos siervos de Simei huyeron a Aquis hijo de Maaca, rey de Gat. Y dieron aviso a Simei, diciendo: He aquí que tus siervos están en Gat. 40 Entonces Simei se levantó y ensilló su asno y fue a Aquis en Gat, para buscar a sus siervos. Fue, pues, Simei, y trajo sus siervos de Gat. 41 Luego fue dicho a Salomón que Simei había ido de Jerusalén hasta Gat, y que había vuelto. 42 Entonces el rey envió e hizo venir a Simei, y le dijo: ¿No te hice jurar yo por Jehová, y te protesté diciendo: El día que salieres y fueres acá o allá, sabe de cierto que morirás? Y tú me dijiste: La palabra es buena, yo la obedezco. 43 ¿Por qué, pues, no guardaste el juramento de Jehová, y el mandamiento que yo te impuse? 44 Dijo además el rey a Simei: Tú sabes todo el mal, el cual tu corazón bien sabe, que cometiste contra mi padre David; Jehová, pues, ha hecho volver el mal sobre tu cabeza. 45 Y el rey Salomón será bendito, y el trono de David será firme perpetuamente delante de Jehová. 46 Entonces el rey mandó a Benaía hijo de Joiada, el cual salió y lo hirió, y murió. Y el reino fue confirmado en la mano de Salomón.

Oseas 5:4-15

No piensan en convertirse a su Dios, porque espíritu de fornicación está en medio de ellos, y no conocen a Jehová. 5 La soberbia de Israel le desmentirá en su cara; Israel y Efraín tropezarán en su pecado, y Judá tropezará también con ellos. 6 Con sus ovejas y con sus vacas andarán buscando a Jehová, y no le hallarán; se apartó de ellos. 7 Contra Jehová prevaricaron, porque han engendrado hijos extraños; ahora en un solo mes serán consumidos ellos y sus heredades. 8 Tocad bocina en Gabaa, trompeta en Ramá: sonad alarma en Bet-avén; tiembla, oh Benjamín. 9 Efraín será asolado en el día del castigo; en las tribus de Israel hice conocer la verdad. 10 Los príncipes de Judá fueron como los que traspasan los linderos; derramaré sobre ellos como agua mi ira. 11 Efraín es vejado, quebrantado en juicio, porque quiso andar en pos de vanidades. 12 Yo, pues, seré como polilla a Efraín, y como carcoma a la casa de Judá. 13 Y verá Efraín su enfermedad, y Judá su llaga; irá entonces Efraín a Asiria, y enviará al rey Jareb; mas él no os podrá sanar, ni os curará la llaga. 14 Porque yo seré como león a Efraín, y como cachorro de león a la casa de Judá; yo, yo arrebataré, y me iré; tomaré, y no habrá quien liberte.

Insinceridad del arrepentimiento de Israel

15 Andaré y volveré a mi lugar, hasta que reconozcan su pecado y busquen mi rostro. En su angustia me buscarán.



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