lunes, 8 de julio de 2019

¡Cómo se vive una Vida Nueva!




5 de Agosto

¡Olvidando lo que quedó atrás!
Por Riqui Ricón*


De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas  (2 Co 5.17).

Esta es una Escritura hermosa y poderosa. Hermosa porque expresa todo el Amor que Dios siente por ti al haber desarrollado Su Plan de Salvación para tu vida, y poderosa porque contiene el resultado asombroso de dicho Plan: hacer de ti una persona Nueva, totalmente diferente a la que antes eras.

Es una Escritura cargada de Amor puesto que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados (2 Co 5.19a). Y esto es así porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna (Jn 3.16).

Jamás debes olvidar que Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti.

Miren con cuánto amor nos ama nuestro Padre que nos llama sus hijos, ¡y eso es lo que somos! Pero la gente de este mundo no reconoce que somos hijos de Dios, porque no lo conocen a él (1 Jn 3.1 NTV).

Es tanto el Amor que Dios siente por ti que, una vez que tú fuiste justificado(a) con la muerte y resurrección de Jesucristo, Él te ha llamado Su propio(a) Hijo(a).

Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él (2 Co 5.21).

Quizá te estés preguntando, -¿Cómo una persona como yo, como yo viví mi vida, puede formar parte de la familia de Dios? ¿Será posible que en Verdad yo pueda ser un(a) hermano(a) de Jesucristo? Las respuestas a estas y otras preguntas parecidas, las encontrarás en la Biblia que es la infalible Palabra de Dios.

Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios (1 Jn 5.1a).

Esto significa que, si tú has creído y reconocido a Jesús como tu Señor y Salvador ahora eres, literalmente, un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo.

Y, ¿cómo le puede suceder esto a una persona como tú?

siendo renacidos [Nacidos de Nuevo], no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre (1 P 1.23).

Es el Amor y la Gracia de Dios sobre tu persona lo que hizo posible que mediante tu Fe en la Palabra de Dios recibieses la adopción legítima de un(a) Hijo(a) y heredero(a) de Dios.

Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe (Efe 2.4-9).

Así que, definitivamente tú ya no eres un(a) miserable pecador(a) destinado al infierno por lo que resta de la eternidad; sino que ahora eres ese(a) heredero(a) de la Vida Eterna que Dios siempre ha amado.

Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios,  éstos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor,  sino que habéis recibido el espíritu de adopción,  por el cual clamamos:  ¡Abba,  Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu,  de que somos hijos de Dios.  Y si hijos,  también herederos;  herederos de Dios y coherederos con Cristo (Ro 8.14-17a).

Ahora, en Cristo Jesús, el Todopoderoso Dios es tu verdadero Padre y Jesucristo ha dejado de ser el único Hijo de Dios para ser el primero entre muchos hermanos.

Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos (Ro 8.29).

Si lo notas, tú has sido predestinado(a) por Dios para ser hecho(a) conforme a la imagen de Su Hijo Jesús. Esto es, para que tú seas exactamente igual a Jesucristo.

De esta manera se hace realidad el amor en nosotros, para que en el día del juicio tengamos confianza; porque nosotros somos en este mundo tal como es Jesucristo (1 Jn 4.17 DHH).

Dado que Jesús era el Único Hijo de Dios (Eterno, engendrado por Dios pero no creado y de la misma naturaleza que el Padre), y ahora todos Sus Hijos somos exactamente iguales a Él, entonces te darás cuenta que Dios no puede tener Hijos pecadores, mediocre o fracasados. Todos somos justos, santos y perfectos por medio de Cristo Jesús.

Y en virtud de esa voluntad somos santificados mediante el sacrificio del cuerpo de Jesucristo, ofrecido una vez y para siempre. Todo sacerdote celebra el culto día tras día ofreciendo repetidas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados. Pero este sacerdote, después de ofrecer por los pecados un solo sacrificio para siempre, se sentó a la derecha de Dios, en espera de que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies. Porque con un solo sacrificio ha hecho perfectos para siempre a los que está santificando (He 10.10-14 NVI).

Y este es el milagro más hermoso y poderoso del Plan de Dios para tu vida, que todo aquel que está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas  (2 Co 5.17).
Por lo tanto, en Cristo Jesús, tú ya no eres más un extraño(a) ni extranjero(a) para Dios, sino que ahora eres miembro de Su Familia; eres un(a) ciudadano(a) del Reino de Dios y conciudadano(a) de los cristianos de todo el mundo (Efe 2.19).

¡Esta es Palabra de Dios! ¡Esta es Palabra de Honor!


Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, te amo con todo mi corazón y en este día quiero agradecerte una vez más tu Gran Amor por mí. Pues Tú eres rico en misericordia y por Tu gran amor con que me has amado, aun estando yo muerto(a) en pecados, me diste vida juntamente con Cristo, por gracia soy salvo(a), y juntamente con Él me resucitaste, y asimismo me hiciste sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en estos días las abundantes riquezas de Tu gracia en Tu bondad para conmigo en Cristo Jesús, al darme esta Nueva Vida como un(a) legítimo(a) Hijo(a) Tuyo(a). Gracias porque, a pesar de lo que ahora digan y griten las circunstancias de mi vida, la Verdad es que yo soy la persona que Tú, Padre, dices en Tu Palabra que soy: ¡Tu Hijo(a) Amado(a)! Señor Jesús, gracias porque con Tu muerte y resurrección me justificaste, me hiciste Nueva criatura y me diste esta Vida totalmente Nueva. Gracias porque no es una Vida común y corriente. Por ti, Señor Jesús, ahora puedo gozar la Vida Eterna de un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. ¡Tengo Vida de Reino! ¡Tengo Vida de Poder! Por Ti, mi amado Jesús, he Nacido de Nuevo y ahora Dios, el Todopoderoso, es Abba, Padre, mi Papá. En cuanto a mis circunstancias, yo busco tu ayuda SEÑOR. Espero confiadamente que Tú me salves, y con toda certeza sé que Tú, mi Dios, me oyes. Por lo tanto, ¡Enemigos míos (enfermedad, pobreza, tristeza o temor), no se regodeen de mí! Pues aunque caiga, me levantaré otra vez. Aunque esté en oscuridad, el SEÑOR será mi luz. Seré paciente cuando el SEÑOR me castigue, porque he pecado contra él. Pero después, él tomará mi caso y me hará justicia por todo lo que he sufrido a manos de mis enemigos. El SEÑOR me llevará a la luz y veré su justicia. Entonces mis enemigos verán que el SEÑOR está de mi lado. Serán avergonzados los que se mofaban de mí diciendo: «Entonces, ¿dónde está el SEÑOR, ese Dios tuyo?». Con mis propios ojos veré su ruina; como lodo en las calles serán pisoteados (Miq 7.7-10). Amado Padre celestial, ¿Dónde hay otro Dios como tú, que perdona mi culpa y pasas por alto los pecados de Tu preciado Hijo(a)? No seguirás enojado conmigo para siempre, porque tú te deleitas en mostrar tu amor inagotable. Volverás a tener compasión de mí. ¡Aplastarás mis pecados bajo tus pies y los arrojarás a las profundidades del océano! Me mostrarás Tu fidelidad y Tu amor inagotable, como lo prometiste hace mucho tiempo en Tu Palabra, la Biblia (Miq 7.18-20). Así que, Gracias por ser la Luz que ilumina mi Vida.  Gracias por todas y cada una de Tus Promesas que me has hecho. Leer de ellas en Tu Palabra, la Biblia, me hace conocer la Verdad y la Verdad me hace libre. Lámpara es a mis pies Tu Palabra y Luz en mi Camino. ¡Tengo entendimiento y resplandezco como el resplandor del firmamento! Soy libre para recibir, por medio de la fe en Ti, Jesucristo, esta Nueva Vida. Soy libre para recibir, por medio de la fe en Tu Palabra, esta identidad de Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, siendo renacido(a), no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. Soy libre para recibir, por medio de la fe en Tu Palabra, el cumplimiento en mi Vida de todas y cada una de Tus Promesas. Por lo tanto, amado Padre celestial, todas y cada una de las Promesas que están en Tu Palabra son mías y para mí. Hoy puedo orar a Ti con la certeza de que me escuchas y me respondes. Tengo gozo y paz en mi corazón pues puedo pedir y recibir. Por lo tanto, en el nombre poderoso de Cristo Jesús, declaró que soy sano(a) y libre de toda enfermedad o dolencia; creo y recibo la voluntad expresa de mi Padre, Dios Todopoderoso, para ser y vivir prosperado(a) en todas las cosas. Echo fuera de mi vida todo pensamiento de temor y duda resistiendo todo engaño y mentira acerca de mí. Yo soy lo que la Biblia dice que soy. Un(a) Hijo(a) amado(a) de Dios; especial tesoro de mi Padre; todo lo puedo en Cristo que me fortalece y en todas las cosas, absolutamente todas las cosas, soy más que vencedor(a) por medio del Amor de Cristo Jesús, mi Rey, Señor y Salvador. Señor Jesús, hoy me alegro en el gozo y la paz que brindan el ser la persona que Tú dices que soy. Amén.

Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime © 2011

Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Julio   7                Mar 14:1-31  /  1 R 8  /  Ose 9.17-10.15


Marcos 14:1-31
El complot para prender a Jesús
(Mt. 26.1-5; Lc. 22.1-2; Jn. 11.45-53)

14  
Dos días después era la pascua, y la fiesta de los panes sin levadura; y buscaban los principales sacerdotes y los escribas cómo prenderle por engaño y matarle. Y decían: No durante la fiesta para que no se haga alboroto del pueblo.

Jesús es ungido en Betania
(Mt. 26.6-13; Jn. 12.1-8)

3 Pero estando él en Betania, en casa de Simón el leproso, y sentado a la mesa, vino una mujer con un vaso de alabastro de perfume de nardo puro de mucho precio; y quebrando el vaso de alabastro, se lo derramó sobre su cabeza. Y hubo algunos que se enojaron dentro de sí, y dijeron: ¿Para qué se ha hecho este desperdicio de perfume? 5 Porque podía haberse vendido por más de trescientos denarios, y haberse dado a los pobres. Y murmuraban contra ella. 6 Pero Jesús dijo: Dejadla, ¿por qué la molestáis? Buena obra me ha hecho. 7 Siempre tendréis a los pobres con vosotros, y cuando queráis les podréis hacer bien; pero a mí no siempre me tendréis. 8 Esta ha hecho lo que podía; porque se ha anticipado a ungir mi cuerpo para la sepultura. 9 De cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que ésta ha hecho, para memoria de ella.

Judas ofrece entregar a Jesús
(Mt. 26.14-16; Lc. 22.3-6)

10 Entonces Judas Iscariote, uno de los doce, fue a los principales sacerdotes para entregárselo. 11 Ellos, al oírlo, se alegraron, y prometieron darle dinero. Y Judas buscaba oportunidad para entregarle.

Institución de la Cena del Señor
(Mt. 26.17-29; Lc. 22.7-23; Jn. 13.21-30; 1 Co. 11.23-26)

12 El primer día de la fiesta de los panes sin levadura, cuando sacrificaban el cordero de la pascua, sus discípulos le dijeron: ¿Dónde quieres que vayamos a preparar para que comas la pascua? 13 Y envió dos de sus discípulos, y les dijo: Id a la ciudad, y os saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidle, 14 y donde entrare, decid al señor de la casa: El Maestro dice: ¿Dónde está el aposento donde he de comer la pascua con mis discípulos? 15 Y él os mostrará un gran aposento alto ya dispuesto; preparad para nosotros allí. 16 Fueron sus discípulos y entraron en la ciudad, y hallaron como les había dicho; y prepararon la pascua. 17 Y cuando llegó la noche, vino él con los doce. 18 Y cuando se sentaron a la mesa, mientras comían, dijo Jesús: De cierto os digo que uno de vosotros, que come conmigo, me va a entregar. 19 Entonces ellos comenzaron a entristecerse, y a decirle uno por uno: ¿Seré yo? Y el otro: ¿Seré yo? 20 El, respondiendo, les dijo: Es uno de los doce, el que moja conmigo en el plato. 21 A la verdad el Hijo del Hombre va, según está escrito de él, mas !!ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a ese hombre no haber nacido. 22 Y mientras comían, Jesús tomó pan y bendijo, y lo partió y les dio, diciendo: Tomad, esto es mi cuerpo. 23 Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio; y bebieron de ella todos. 24 Y les dijo: Esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada. 25 De cierto os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo en el reino de Dios.

Jesús anuncia la negación de Pedro
(Mt. 26.30-35; Lc. 22.31-34; Jn. 13.36-38)

26 Cuando hubieron cantado el himno, salieron al monte de los Olivos. 27 Entonces Jesús les dijo: Todos os escandalizaréis de mí esta noche; porque escrito está: Heriré al pastor, y las ovejas serán dispersadas. 28 Pero después que haya resucitado, iré delante de vosotros a Galilea. 29 Entonces Pedro le dijo: Aunque todos se escandalicen, yo no. 30 Y le dijo Jesús: De cierto te digo que tú, hoy, en esta noche, antes que el gallo haya cantado dos veces, me negarás tres veces. 31 Mas él con mayor insistencia decía: Si me fuere necesario morir contigo, no te negaré. También todos decían lo mismo.


1 Reyes 8
Salomón traslada el arca al templo
(2 Cr. 5.2-14)

8  
Entonces Salomón reunió ante sí en Jerusalén a los ancianos de Israel, a todos los jefes de las tribus, y a los principales de las familias de los hijos de Israel, para traer el arca del pacto de Jehová de la ciudad de David, la cual es Sion. 2 Y se reunieron con el rey Salomón todos los varones de Israel en el mes de Etanim, que es el mes séptimo, en el día de la fiesta solemne. 3 Y vinieron todos los ancianos de Israel, y los sacerdotes tomaron el arca. 4 Y llevaron el arca de Jehová, y el tabernáculo de reunión, y todos los utensilios sagrados que estaban en el tabernáculo, los cuales llevaban los sacerdotes y levitas. 5 Y el rey Salomón, y toda la congregación de Israel que se había reunido con él, estaban con él delante del arca, sacrificando ovejas y bueyes, que por la multitud no se podían contar ni numerar. 6 Y los sacerdotes metieron el arca del pacto de Jehová en su lugar, en el santuario de la casa, en el lugar santísimo, debajo de las alas de los querubines. 7 Porque los querubines tenían extendidas las alas sobre el lugar del arca, y así cubrían los querubines el arca y sus varas por encima. 8 Y sacaron las varas, de manera que sus extremos se dejaban ver desde el lugar santo, que está delante del lugar santísimo, pero no se dejaban ver desde más afuera; y así quedaron hasta hoy. 9 En el arca ninguna cosa había sino las dos tablas de piedra que allí había puesto Moisés en Horeb, donde Jehová hizo pacto con los hijos de Israel, cuando salieron de la tierra de Egipto. 10 Y cuando los sacerdotes salieron del santuario, la nube llenó la casa de Jehová. 11 Y los sacerdotes no pudieron permanecer para ministrar por causa de la nube; porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Jehová.

Dedicación del templo
(2 Cr. 6.1--7.10)

12 Entonces dijo Salomón: Jehová ha dicho que él habitaría en la oscuridad. 13 Yo he edificado casa por morada para ti, sitio en que tú habites para siempre. 14 Y volviendo el rey su rostro, bendijo a toda la congregación de Israel; y toda la congregación de Israel estaba de pie. 15 Y dijo: Bendito sea Jehová, Dios de Israel, que habló a David mi padre lo que con su mano ha cumplido, diciendo: 16 Desde el día que saqué de Egipto a mi pueblo Israel, no he escogido ciudad de todas las tribus de Israel para edificar casa en la cual estuviese mi nombre, aunque escogí a David para que presidiese en mi pueblo Israel. 17 Y David mi padre tuvo en su corazón edificar casa al nombre de Jehová Dios de Israel. 18 Pero Jehová dijo a David mi padre: Cuanto a haber tenido en tu corazón edificar casa a mi nombre, bien has hecho en tener tal deseo. 19 Pero tú no edificarás la casa, sino tu hijo que saldrá de tus lomos, él edificará casa a mi nombre. 20 Y Jehová ha cumplido su palabra que había dicho; porque yo me he levantado en lugar de David mi padre, y me he sentado en el trono de Israel, como Jehová había dicho, y he edificado la casa al nombre de Jehová Dios de Israel. 21 Y he puesto en ella lugar para el arca, en la cual está el pacto de Jehová que él hizo con nuestros padres cuando los sacó de la tierra de Egipto. 22 Luego se puso Salomón delante del altar de Jehová, en presencia de toda la congregación de Israel, y extendiendo sus manos al cielo, 23 dijo: Jehová Dios de Israel, no hay Dios como tú, ni arriba en los cielos ni abajo en la tierra, que guardas el pacto y la misericordia a tus siervos, los que andan delante de ti con todo su corazón; 24 que has cumplido a tu siervo David mi padre lo que le prometiste; lo dijiste con tu boca, y con tu mano lo has cumplido, como sucede en este día. 25 Ahora, pues, Jehová Dios de Israel, cumple a tu siervo David mi padre lo que le prometiste, diciendo: No te faltará varón delante de mí, que se siente en el trono de Israel, con tal que tus hijos guarden mi camino y anden delante de mí como tú has andado delante de mí. 26 Ahora, pues, oh Jehová Dios de Israel, cúmplase la palabra que dijiste a tu siervo David mi padre. 27 Pero ¿es verdad que Dios morará sobre la tierra? He aquí que los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener; ¿cuánto menos esta casa que yo he edificado? 28 Con todo, tú atenderás a la oración de tu siervo, y a su plegaria, oh Jehová Dios mío, oyendo el clamor y la oración que tu siervo hace hoy delante de ti; 29 que estén tus ojos abiertos de noche y de día sobre esta casa, sobre este lugar del cual has dicho: Mi nombre estará allí; y que oigas la oración que tu siervo haga en este lugar. 30 Oye, pues, la oración de tu siervo, y de tu pueblo Israel; cuando oren en este lugar, también tú lo oirás en el lugar de tu morada, en los cielos; escucha y perdona. 31 Si alguno pecare contra su prójimo, y le tomaren juramento haciéndole jurar, y viniere el juramento delante de tu altar en esta casa; 32 tú oirás desde el cielo y actuarás, y juzgarás a tus siervos, condenando al impío y haciendo recaer su proceder sobre su cabeza, y justificando al justo para darle conforme a su justicia. 33 Si tu pueblo Israel fuere derrotado delante de sus enemigos por haber pecado contra ti, y se volvieren a ti y confesaren tu nombre, y oraren y te rogaren y suplicaren en esta casa, 34 tú oirás en los cielos, y perdonarás el pecado de tu pueblo Israel, y los volverás a la tierra que diste a sus padres. 35 Si el cielo se cerrare y no lloviere, por haber ellos pecado contra ti, y te rogaren en este lugar y confesaren tu nombre, y se volvieren del pecado, cuando los afligieres, 36 tú oirás en los cielos, y perdonarás el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel, enseñándoles el buen camino en que anden; y darás lluvias sobre tu tierra, la cual diste a tu pueblo por heredad. 37 Si en la tierra hubiere hambre, pestilencia, tizoncillo, añublo, langosta o pulgón; si sus enemigos los sitiaren en la tierra en donde habiten; cualquier plaga o enfermedad que sea; 38 toda oración y toda súplica que hiciere cualquier hombre, o todo tu pueblo Israel, cuando cualquiera sintiere la plaga en su corazón, y extendiere sus manos a esta casa, 39 tú oirás en los cielos, en el lugar de tu morada, y perdonarás, y actuarás, y darás a cada uno conforme a sus caminos, cuyo corazón tú conoces (porque sólo tú conoces el corazón de todos los hijos de los hombres); 40 para que te teman todos los días que vivan sobre la faz de la tierra que tú diste a nuestros padres. 41 Asimismo el extranjero, que no es de tu pueblo Israel, que viniere de lejanas tierras a causa de tu nombre 42 (pues oirán de tu gran nombre, de tu mano fuerte y de tu brazo extendido), y viniere a orar a esta casa, 43 tú oirás en los cielos, en el lugar de tu morada, y harás conforme a todo aquello por lo cual el extranjero hubiere clamado a ti, para que todos los pueblos de la tierra conozcan tu nombre y te teman, como tu pueblo Israel, y entiendan que tu nombre es invocado sobre esta casa que yo edifiqué. 44 Si tu pueblo saliere en batalla contra sus enemigos por el camino que tú les mandes, y oraren a Jehová con el rostro hacia la ciudad que tú elegiste, y hacia la casa que yo edifiqué a tu nombre, 45 tú oirás en los cielos su oración y su súplica, y les harás justicia. 46 Si pecaren contra ti (porque no hay hombre que no peque), y estuvieres airado contra ellos, y los entregares delante del enemigo, para que los cautive y lleve a tierra enemiga, sea lejos o cerca, 47 y ellos volvieren en sí en la tierra donde fueren cautivos; si se convirtieren, y oraren a ti en la tierra de los que los cautivaron, y dijeren: Pecamos, hemos hecho lo malo, hemos cometido impiedad; 48 y si se convirtieren a ti de todo su corazón y de toda su alma, en la tierra de sus enemigos que los hubieren llevado cautivos, y oraren a ti con el rostro hacia su tierra que tú diste a sus padres, y hacia la ciudad que tú elegiste y la casa que yo he edificado a tu nombre, 49 tú oirás en los cielos, en el lugar de tu morada, su oración y su súplica, y les harás justicia. 50 Y perdonarás a tu pueblo que había pecado contra ti, y todas sus infracciones con que se hayan rebelado contra ti, y harás que tengan de ellos misericordia los que los hubieren llevado cautivos; 51 porque ellos son tu pueblo y tu heredad, el cual tú sacaste de Egipto, de en medio del horno de hierro. 52 Estén, pues, atentos tus ojos a la oración de tu siervo y a la plegaria de tu pueblo Israel, para oírlos en todo aquello por lo cual te invocaren; 53 porque tú los apartaste para ti como heredad tuya de entre todos los pueblos de la tierra, como lo dijiste por medio de Moisés tu siervo, cuando sacaste a nuestros padres de Egipto, oh Señor Jehová. 54 Cuando acabó Salomón de hacer a Jehová toda esta oración y súplica, se levantó de estar de rodillas delante del altar de Jehová con sus manos extendidas al cielo; 55 y puesto en pie, bendijo a toda la congregación de Israel, diciendo en voz alta: 56 Bendito sea Jehová, que ha dado paz a su pueblo Israel, conforme a todo lo que él había dicho; ninguna palabra de todas sus promesas que expresó por Moisés su siervo, ha faltado. 57 Esté con nosotros Jehová nuestro Dios, como estuvo con nuestros padres, y no nos desampare ni nos deje. 58 Incline nuestro corazón hacia él, para que andemos en todos sus caminos, y guardemos sus mandamientos y sus estatutos y sus decretos, los cuales mandó a nuestros padres. 59 Y estas mis palabras con que he orado delante de Jehová, estén cerca de Jehová nuestro Dios de día y de noche, para que él proteja la causa de su siervo y de su pueblo Israel, cada cosa en su tiempo; 60 a fin de que todos los pueblos de la tierra sepan que Jehová es Dios, y que no hay otro. 61 Sea, pues, perfecto vuestro corazón para con Jehová nuestro Dios, andando en sus estatutos y guardando sus mandamientos, como en el día de hoy. 62 Entonces el rey, y todo Israel con él, sacrificaron víctimas delante de Jehová. 63 Y ofreció Salomón sacrificios de paz, los cuales ofreció a Jehová: veintidós mil bueyes y ciento veinte mil ovejas. Así dedicaron el rey y todos los hijos de Israel la casa de Jehová. 64 Aquel mismo día santificó el rey el medio del atrio, el cual estaba delante de la casa de Jehová; porque ofreció allí los holocaustos, las ofrendas y la grosura de los sacrificios de paz, por cuanto el altar de bronce que estaba delante de Jehová era pequeño, y no cabían en él los holocaustos, las ofrendas y la grosura de los sacrificios de paz. 65 En aquel tiempo Salomón hizo fiesta, y con él todo Israel, una gran congregación, desde donde entran en Hamat hasta el río de Egipto, delante de Jehová nuestro Dios, por siete días y aun por otros siete días, esto es, por catorce días. 66 Y al octavo día despidió al pueblo; y ellos, bendiciendo al rey, se fueron a sus moradas alegres y gozosos de corazón, por todos los beneficios que Jehová había hecho a David su siervo y a su pueblo Israel.


Oseas 9:17-10:15

17 Mi Dios los desechará, porque ellos no le oyeron; y andarán errantes entre las naciones.

10
Israel es una frondosa viña, que da abundante fruto para sí mismo; conforme a la abundancia de su fruto multiplicó también los altares, conforme a la bondad de su tierra aumentaron sus ídolos. 2 Está dividido su corazón. Ahora serán hallados culpables; Jehová demolerá sus altares, destruirá sus ídolos. 3 Seguramente dirán ahora: No tenemos rey, porque no temimos a Jehová; ¿y qué haría el rey por nosotros? 4 Han hablado palabras jurando en vano al hacer pacto; por tanto, el juicio florecerá como ajenjo en los surcos del campo. 5 Por las becerras de Bet-avén serán atemorizados los moradores de Samaria; porque su pueblo lamentará a causa del becerro, y sus sacerdotes que en él se regocijaban por su gloria, la cual será disipada. 6 Aun será él llevado a Asiria como presente al rey Jareb; Efraín será avergonzado, e Israel se avergonzará de su consejo. 7 De Samaria fue cortado su rey como espuma sobre la superficie de las aguas. 8 Y los lugares altos de Avén serán destruidos, el pecado de Israel; crecerá sobre sus altares espino y cardo. Y dirán a los montes: Cubridnos; y a los collados: Caed sobre nosotros. 9 Desde los días de Gabaa has pecado, oh Israel; allí estuvieron; no los tomó la batalla en Gabaa contra los inicuos. 10 Y los castigaré cuando lo desee; y pueblos se juntarán sobre ellos cuando sean atados por su doble crimen. 11 Efraín es novilla domada, que le gusta trillar, mas yo pasaré sobre su lozana cerviz; haré llevar yugo a Efraín; arará Judá, quebrará sus terrones Jacob. 12 Sembrad para vosotros en justicia, segad para vosotros en misericordia; haced para vosotros barbecho; porque es el tiempo de buscar a Jehová, hasta que venga y os enseñe justicia. 13 Habéis arado impiedad, y segasteis iniquidad; comeréis fruto de mentira, porque confiaste en tu camino y en la multitud de tus valientes. 14 Por tanto, en tus pueblos se levantará alboroto, y todas tus fortalezas serán destruidas, como destruyó Salmán a Bet-arbel en el día de la batalla, cuando la madre fue destrozada con los hijos. 15 Así hará a vosotros Bet-el, por causa de vuestra gran maldad; a la mañana será del todo cortado el rey de Israel.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Qué piensas al respecto?