14 de JUNIO
¿Cuál es la Voluntad de Dios para tu Vida?
¡Buena, Agradable y Perfecta!
Por Riqui Ricón*
Vino a él un leproso,
rogándole; e hincada la rodilla, le dijo: Si quieres, puedes limpiarme. Y
Jesús, teniendo misericordia de él, extendió la mano y le tocó, y le dijo:
Quiero, sé limpio. Y así que él hubo hablado, al instante la lepra
se fue de aquél, y quedó limpio (Mar 1.40-42).
No existe nada más hermoso, que experimentar
el asombroso y maravilloso Amor que Dios siente por ti. Mira al ejemplo de este
leproso, quien es el tipo perfecto del hombre y de la mujer que han sido pecadores.
Él se encuentra afectado por la enfermedad más terrible de aquella época. Es un
apestado, un marginado y repudiado por la sociedad. Él es la perfecta imagen de
alguien quien al parecer, su vida ya estaba terminada. Había sido sentenciado y
condenado.
A un hombre así (o a una mujer),
sólo un milagro, sólo una intervención del Todopoderoso, podría devolver el
sentido y propósito a su existencia, pero, ¿acaso querría Dios atender a un
desventurado(a) como este(a)?
Sabemos que Dios todo lo puede y
que no hay nada imposible para Él, pero, la pregunta que verdaderamente tienes
que resolver este día es, ¿querrá Él ayudarte hoy? ¿Será la voluntad de Dios
sanarte o rescatarte de ese hoyo donde te encuentras?
Insisto en que no hay nada más
hermoso que el asombroso y maravilloso Amor que Dios siente por ti, pues así
como Jesús no dudo un instante para tocar a aquel desventurado y asegurarle su
Amor y Voluntad, sanándole al instante; de la misma forma, hoy, en este día, el
mismo Jesús, Rey y Señor Soberano, te afirma a ti en Su Palabra, la Biblia, cuál
es Su Amor y Voluntad para contigo.
Amado,
yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así
como prospera tu alma. Pues mucho me regocijé cuando vinieron los
hermanos y dieron testimonio de tu verdad, de cómo andas en la verdad. No
tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad (3 Jn 2-4).
Así que, sea cual sea la
situación o problema que estés enfrentando el día de hoy, necesitas saber y
sobre todo creer que la Voluntad de tu Dios y Padre es ayudarte a que salgas
más que vencedor(a) en todas las cosas.
¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse
del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti
(Isa
49.15).
Él no te ha dejado ni te dejará
pues ahora, por medio de Jesús, tú eres Su Hijo(a) amado(a) y además tienes Su
Santo Espíritu como amigo y consejero.
¿Qué hombre hay de vosotros,
que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un
pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos,
sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está
en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan? (Mat
7.9-11).
¿Te das cuenta? Tu identidad, la
Plenitud de quien ahora tú eres, fluye del gran Amor que Dios tiene por ti.
Porque
de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo
aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque
no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo
sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Dios te ama tanto que prefirió
entregar a su propio Hijo para pagar por tus pecados, antes que perderte a ti.
Jesús como tu Rey, Señor y
Salvador; y Dios como tu Padre amoroso, quieren entrar a tu vida no para
condenarte o castigarte sino para ofrecerte un camino de salvación y una Vida
de Plenitud sobre de esta tierra.
Estas
cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción;
pero confiad, yo he vencido al mundo (Jn 16.33).
La Vida Eterna, la Vida Plena, no
significa que no vayas a tener problemas o aflicciones, pero sí quiere decir
que, gracias a Cristo Jesús, ahora tienes al Espíritu Santo como la garantía de
tu herencia en Dios y por lo tanto es seguro que saldrás más que vencedor(a)
sobre todos los problemas, enfermedades o aflicciones que enfrentes.
¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o
persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito: Por
causa de ti somos muertos todo el tiempo;
Somos contados como ovejas de matadero.
Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel
que nos amó (Ro 8.35-37).
¡Tú has Nacido de Nuevo para
triunfar!
No
os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de
vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios,
agradable y perfecta (Ro 12.2).
¡Camba tu forma de pensar acerca
de Dios y acerca de tu posición delante de Él para que compruebes que Su buena
voluntad para contigo es agradable y perfecta!
MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados
hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente,
como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos (1 Jn 3.1 BAD).
Ahora, por la Sangre de Jesús y por
la Palabra del Señor, eres un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo y el
Glorioso Espíritu de Dios ha hecho Su morada en ti y contigo. Tú no eres como
ese leproso que sabía del Poder de Dios pero no estaba seguro si sería Su
Voluntad sanarle o no. Tú conoces la Voluntad de tu Padre para contigo que es
buena, agradable y perfecta.
¡No dudes más! ¡Jesús te ama!
Oremos audiblemente:
Amado Padre celestial, este día
te doy gracias por tanto y tan grande amor con que me has amado. Señor Jesús, por
Tu Sangre preciosa derramada en esa cruz pagaste todos mis pecados. ¡He sido
justificado(a)! Con tu resurrección venciste al pecado y a la muere, y ahora
yo, como un Hijo de Dios, he recibido la Vida Eterna, que es una Vida Nueva, Plena
y Abundante. Gracias porque puedo ver, entender y creer cuánto me amas. No
dudaré, pues yo sé, que sé, que Tu Voluntad para conmigo es buena, agradable y
perfecta. Mi Dios, puedo, con la Verdad, que es Tu Palabra, hacer de mi vida
una Vida que valga la pena vivirse. Espíritu Santo, que hermoso es saber que
estás conmigo, que me acompañas de día y de noche. Tú eres mi garantía. Tú eres
mi ayudador, mi amigo, mi consejero, mi maestro y mi todo. Ayúdame a despojarme
del viejo(a) hombre (mujer), a renovarme en el espíritu de mi mente y a
vestirme de este(a) Nuevo(a) yo que ha sido creado(a) según Dios en justicia y
santidad de la verdad. Contigo, todo lo puedo. Contigo, soy más que vencedor(a)
en todas las cosas. Lléname más y más de Ti, Señor. Sabiendo y creyendo esto, hoy
puedo declarar, delante de Tu presencia, que yo, ______________ (tu nombre
aquí), antes que nada, he sido lavado y comprado al precio de la Sangre de
Jesús para ser hecho un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. ¡Soy Eterno(a)!
Por lo tanto, voy a vivir mi Vida Plena y Abundantemente porque es mi derecho.
Todo problema, enfermedad o circunstancia adversa lo encararé con fe, con la
certeza de quién ahora yo soy en Cristo Jesús. Yo confío en Dios, mi Padre, y
creo toda Su Palabra. Así que, Todo lo puedo en Cristo que me fortalece, pues
mayor es el que está en mí que el que está en el mundo y ese eres Tú, Precioso
Espíritu de Dios. No le daré lugar al diablo y a sus mentiras en mi vida. ¡No
voy a temer más! Echo fuera de mi vida toda ansiedad e inquietud. ¡En todas las cosas soy más que vencedor(a)
por medio de Aquel que me amó, Cristo Jesús! ¡Ya he sido sanado(a) por las
heridas de Jesús! ¡He sido establecido(a) para reinar en esta vida por la
sangre de Jesús! No hay forma que pueda perder, pues Tú, mi Dios y Padre, estás
en mí y conmigo, y si Dios es conmigo, ¿quién contra mí? ¡Soy sano(a)! ¡Soy
libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy feliz! Jehová de los ejércitos,
Dichoso el hombre que en ti confía. ¡Yo soy ese(a) hombre (mujer)! En el nombre de
Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo
establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en
voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a
Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo
de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis
pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí
acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa
derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a
entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi
único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Junio
14 Mar
1.21-45 / 2 Sam 3.2-39 / Dan
2.1-23
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