28 de JUNIO
¡Cómo vencer el día de hoy!
¡Amor sublime!
Por Riqui Ricón*
Jesús preguntó al padre:
¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? Y él dijo: Desde niño. Y
muchas veces le echa en el fuego y en el agua, para matarle; pero si puedes
hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos. Jesús le dijo: Si puedes creer, al que
cree todo le es posible. E inmediatamente el padre del
muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad (Mar
9.21-24).
Cuando este padre de familia
cuestionó a Jesús si podría hacer algo para ayudarlos, la respuesta es clara y contundente
por parte de nuestro Señor: la raíz del problema no es si yo, Jesús, puedo
hacer algo por ti, sino, más bien, si tú puedes creer, pues el que cree en mí,
al que cree en mi Palabra, TODO le es posible.
—Lo que es imposible para los hombres es posible para Dios —aclaró Jesús (Luc 18.27 NVI).
Dios es Todopoderoso y no hay
algo que sea difícil para Él. Además, te ama con tan grande Amor que, a pesar
de que estabas muerto(a) en delitos y pecados, entregó a Su propio Hijo para
pagar todos tus pecados en tu lugar, y así darte Vida Eterna juntamente con
Cristo.
Efe 2:4-5 NTV Pero Dios es tan rico en misericordia y nos amó
tanto (5) que, a pesar de que estábamos muertos por
causa de nuestros pecados, nos dio vida cuando levantó a Cristo de los muertos.
(¡Es sólo por la gracia de Dios que ustedes han sido salvados!)
¡Asombroso! ¡Dios te ama tanto
que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti!
»Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el
que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su
Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él (Jn 3.16-17 NTV).
De esta forma, entregando a Su
único Hijo, por amor a ti, el Padre celestial logró su cometido, esto es, hacer
de ti un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo.
Pero he aquí que yo la atraeré
y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón. Y le daré sus
viñas desde allí, y el valle de Acor por puerta de esperanza; y allí cantará
como en los tiempos de su juventud, y como en el día de su subida de la tierra
de Egipto (Os 2.14-15).
En verdad, el Amor de Dios para
contigo es tan maravilloso, profundo y exquisito que no puedes hacer otra cosa
que asombrarte de Su Persona. Por ejemplo, en el libro de Oseas puedes ver
representada la vida que tú anteriormente llevabas, en pecado y lejos de Dios:
Se compara a una esposa adúltera que terminó de prostituta, esto es para que notes
que, con todo, Dios está dispuesto a perdonar y olvidar, y atraerte a Él para
hablar a tu corazón. ¡Sublime Amor!
Envió
desde lo alto y me tomó; Me sacó de las muchas aguas. Me libró de poderoso
enemigo, Y de los que me aborrecían, aunque eran más fuertes que yo… Me diste asimismo el escudo
de tu salvación, Y tu benignidad me ha engrandecido. Tú ensanchaste mis pasos
debajo de mí, Y mis pies no han resbalado. Perseguiré a mis enemigos, y los
destruiré, Y no volveré hasta acabarlos. Los consumiré y los heriré, de modo
que no se levanten; Caerán debajo de mis pies. Pues me ceñiste de fuerzas para
la pelea; Has humillado a mis enemigos debajo de mí, Y has hecho que mis
enemigos me vuelvan las espaldas, Para que yo destruyese a los que me aborrecen (2 S 22.17-18, 36-41).
Hoy es un buen día para que te
des cuenta que, gracias a Jesús y lo que hizo por ti en la cruz, en Verdad eres
un(a) legítimo(a) Hija(o) de Dios Nacido(a) de Nuevo, y de acuerdo a la Biblia,
que es la Palabra de Dios, y no miente, tú has sido puesto(a) por encima de todos
tus problemas; has sido puesto(a) por encima de las enfermedades o
circunstancias, para que compruebes que la buena voluntad de Dios para contigo
es agradable y perfecta.
Entonces, como puedes ver, la
vida en el reino no se trata de lo que tú puedas hacer o tener, sino de lo que
ahora tú eres, de quien tú eres por lo que Cristo Jesús hizo por ti.
¡Si puedes creer, al que cree
todo le es posible!
Está
alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante
alabanzas. ¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los
ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del
Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo
levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados (Stgo 5.13-15).
Así de simple, hermoso y sencillo
es el Amor de Dios. Él no te ha dejado y nunca te dejará pues, si en verdad te
has dado cuenta, ahora Él es tu Padre.
Pues no habéis recibido el
espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido
el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! (Ro 8.15).
En lugar de
dar lugar al miedo y a la preocupación por causa de tus problemas o
aflicciones, mejor acude a tu Padre celestial con completa confianza y certeza
de fe que, como lo afirma Dios en la Biblia, de todo problema, angustia o
enfermedad saldrás más que vencedor(a) por medio de Su Amor.
¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre, que se nos llame hijos de Dios! ¡Y lo somos!
El mundo no nos conoce,
precisamente porque no lo conoció a él (1 Jn 3.1 NVI).
Ya sea que
te encuentres en la situación de ese padre con su hijo enfermo, o como David
rodeado de enemigos, o traicionado como Oseas, sin importar la circunstancia,
problema o enfermedad, la Verdad es que Dios te ama; que ahora eres Su Hijo(a)
y Él es tu Padre, y además Él es Dios. Así que, sea lo que sea que estés
enfrentando hoy, eso sólo son hechos, y la Verdad, que es la Palabra de Dios,
siempre prevalecerá.
¡Si puedes
creer, al que cree todo le es posible!
Dijo entonces Jesús a los
judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra,
seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la
verdad os hará libres (Jn 8.31-32).
¡Permanece
en la Palabra de Dios! ¡Permanece en la Verdad! Y sin duda, alcanzaras la
libertad.
¡No dudes
más! ¡Tú eres el (la) amado(a) de Dios!
Oremos en
voz audible:
Amado Padre celestial, Tu
Palabra, la Biblia, que no miente, dice que nosotros hemos conocido y creído Tu
Amor. En este momento, una vez más, yo recibo Tu Amor de Padre. Yo soy Tu Hijo(a)
amado(a) y aunque por las circunstancias del momento yo no me vea o no me
sienta así Tu Palabra es la Verdad y yo he decidido creerte a Ti. Precioso
Señor Jesús, Tú dices en Tu Palabra que al que cree, todo le es posibles. Así
que, declaro hoy que soy sano(a), libre, prospero(a) y feliz. Le llamo a la
vida plena y abundante que como Hijo(a) de Dios tengo derecho a vivir. Sé que
tendré más problemas y aflicciones pero de todas ellas saldré más que
vencedor(a) por medio de Aquel que me amó, Cristo Jesús. ¡Todo lo puedo en
Cristo! ¡Soy Nueva Creatura! ¡Soy un(a) Hijo(a) del Rey! ¡Mayor eres Tú,
Espíritu Santo, que estás en mí y conmigo, que cualquiera que está en el mundo!
¡No voy a temer, sólo creeré! En el nombre de Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo
establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en
voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a
Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el
Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis
pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí
acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa
derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a
entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi
único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Junio 28 Mar
9.2-50 /
2 Sam 22 / Ose 2
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