viernes, 25 de octubre de 2024

¡Cómo confiar en Dios!

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 25 Octubre 

¡Cómo confiar en Dios!

 

¡Mil veces feliz será el hombre y la mujer que pueden confiar en el Señor!

Por Riqui Ricón*

Oh Israel, confía en Jehová; El es tu ayuda y tu escudo. Casa de Aarón, confiad en Jehová; El es vuestra ayuda y vuestro escudo. Los que teméis a Jehová, confiad en Jehová; El es vuestra ayuda y vuestro escudo. Jehová se acordó de nosotros; nos bendecirá; Bendecirá a la casa de Israel; Bendecirá a la casa de Aarón. Bendecirá a los que temen a Jehová, A pequeños y a grandes. Aumentará Jehová bendición sobre vosotros; Sobre vosotros y sobre vuestros hijos. Benditos vosotros de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra (Sal 115.9-15).

Sobre la base de la fe, que es creerle a Dios, creyendo Su Palabra, analicemos hoy dos afirmaciones que nos permitirán sustentar nuestra confianza y dicha plena en Dios:

1.     Honor significa ser digno de confianza.

2.     La base de la confianza es el Amor.

La Biblia, que es la Palabra de Dios y no miente, te anima continuamente a poner TODA tu confianza en Dios y esto, sólo es posible porque Él no miente ni se arrepiente, pues TODO lo que Él ha dicho lo va a cumplir y TODO lo que Dios ha hablado lo va a ejecutar.

Dios no es como los mortales: no miente ni cambia de opinión. Cuando él dice una cosa, la realiza. Cuando hace una promesa, la cumple (Núm 23:19  DHH).

Es muy interesante notar que Dios SÍ se arrepintió DEL MAL que había dicho a Moisés haría venir sobre el pueblo de Israel. Efectivamente, en varias ocasiones Dios se arrepiente acerca de las consecuencias de maldición que Él había establecido y que vendrían por la mala conducta de su pueblo. Lo hermoso de esto es que la Biblia nos enseña que esa nunca ha sido Su Palabra original ya que SIEMPRE Sus pensamientos para contigo son de bien y no de mal y su voluntad hacia ti es buena, agradable y perfecta.

Pues yo sé los planes que tengo para ustedes —dice el SEÑOR—. Son planes para lo bueno y no para lo malo, para darles un futuro y una esperanza (Jer 29:11 NTV ).

Por ejemplo, el profeta Jonás fue enviado a la ciudad de Nínive con palabras de muerte y destrucción y  él se resistía a cumplir ese llamado pues sabía muy bien que Dios es bueno y que para siempre es Su misericordia.

Mas no quitaré de él mi misericordia, Ni falsearé mi verdad. No olvidaré mi pacto, Ni mudaré lo que ha salido de mis labios (Sal 89.33-34).

La Palabra de Dios, la Biblia, es digna de toda confianza pues en ella está cifrado el Honor de Dios. La Biblia es la Verdad y la base de nuestra confianza es Su gran Amor con que nos ha amado.

Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros (Ro 5.8).

Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).

Por ese Gran Amor con que Dios te ha amado, Jesús pagó todos tus pecados y has sido justificado(a), santificado(a) y perfeccionado(a) a tal grado, por la muerte y resurrección de Jesucristo, que ahora Dios mismo te llama Su propio(a) Hijo(a),

¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre,  que se nos llame hijos de Dios!  ¡Y lo somos!  El mundo no nos conoce,  precisamente porque no lo conoció a él (1 Jn 3.1 NVI).

Así es, amado(a), Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti y así poder adoptarte como Su Hijo(a) según el puro afecto de Su Voluntad.

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo,   según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él,   en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad (Efe 1:3-5).

Por lo tanto, puedes dejar de temer y comenzar a confiar plenamente en Dios, tu Padre.

Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: !!Abba, Padre! (Rom 8:15).

Sea cual sea la situación que estés enfrentando el día de hoy, esta es la Palabra de Vida para ti y la respuesta a todos tus problemas: ¡Dios te ama! ¡Jesús no te ha dejado, ni te dejará! ¡Él está contigo! Y si Dios es contigo, ¿quién contra ti? Puedes confiar en Él. Puedes creerle a Su Palabra. Es Palabra de Dios. Es Palabra de Honor.

Confía en tu Padre celestial, pues Él es tu ayuda y tu escudo.

Jehová de los ejércitos,  Dichoso el hombre que en ti confía (Sal 84:12).

¡Dichoso(a), mil veces feliz, será el hombre y la mujer que pueden confiar en el Señor!

Oremos en voz audible:

Amado Padre celestial, hoy puedo con toda confianza declarar que caerán a mi lado mil y diez mil a mi diestra mas a mí no llegará, pues aunque ande en valle de sombra y de muerte no voy a dar lugar al temor, ni a la duda, ni al desánimo, pues Tú, mi Dios y Padre, estás conmigo. Mi Vida Nueva en Cristo no es una casualidad, ni está a la deriva al capricho del azar y el despropósito. ¡No! Mi vida está escondida con Cristo en Dios. ¡Soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo! Tengo propósito y destino marcado por el Amor de mi Padre. Yo sé, de acuerdo a Tu Palabra, oh Dios, que TODAS las cosas me ayudan a bien. Tarde que temprano, sin lugar a dudas, voy a salir más que vencedor(a) por medio de Tu Amor que es Cristo Jesús, mi Señor. Por todo esto te doy gracias, te doy mi vida y corazón a Ti, Señor Jesús. ¡Declaro mi victoria! ¡Soy libre! ¡Soy sano(a)! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! ¡Soy un(a) Hijo(a) del Rey! En el nombre de Jesús. Amén.

 Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012

 

Tres Recomendaciones:

Lo que acabas de suceder al reconocer a Jesucristo como el Señor y Salvador de tu vida, de acuerdo con La Palabra de Dios, es que has Nacido de Nuevo, ya no más como un ser humano común y corriente, sujeto a la ley del pecado y de la muerte, sino que ahora eres un(a) legítimo(a) y auténtico(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, exactamente igual a Jesucristo, quien ahora es tu Hermano Mayor. Por lo tanto, te hago estas tres importantísimas recomendaciones:

1.     Orar. Orar es platicar con Dios. Así que, búscate un lugar tranquilo donde puedas comenzar a platicar todas tus cosas con Él. Hazlo de forma audible y notarás como Dios siempre responderá a tu corazón.

2.     Leer y meditar la Palabra de Dios. La Biblia es La Palabra de Dios, así que, consigue una Biblia y comienza a leerla y meditarla. ¿Cómo empezar? Es muy sencillo. Dependiendo del día que sea hoy, busca en el programa de lectura “La Biblia en un año” y realiza las lecturas correspondientes. Este programa lo puedes obtener en: A Través de La Biblia En Un Ano (palabradehonor.org) Notarás que el programa está arreglado para imprimirlo como un cuadernillo.

3.     En oración con Dios, tu Padre, busca y únete a una iglesia o congregación cristiana donde enseñen la Palabra de Dios en base a las Buenas Noticias que son el Evangelio de Jesucristo.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2020

 

 


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

 

Octubre 25                             1 Tes 4  /  Isa 20-22 / Sal 115

 


Cápsula del día.




Puedes escuchar o descargar la lectura de la  Biblia en audio del día de hoy, la tenemos para ti en dos versiones: 


RV60 




NVI 



Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

 

Octubre 25                             1 Tes 4  /  Isa 20-22 / Sal 115

1 de Tesalonicenses 4

La vida que agrada a Dios

4

1Por lo demás, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús, que de la manera que aprendisteis de nosotros cómo os conviene conduciros y agradar a Dios, así abundéis más y más. 2Porque ya sabéis qué instrucciones os dimos por el Señor Jesús; 3pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación; 4que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor; 5no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios; 6que ninguno agravie ni engañe en nada a su hermano; porque el Señor es vengador de todo esto, como ya os hemos dicho y testificado. 7Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación. 8Así que, el que desecha esto, no desecha a hombre, sino a Dios, que también nos dio su Espíritu Santo.

9Pero acerca del amor fraternal no tenéis necesidad de que os escriba, porque vosotros mismos habéis aprendido de Dios que os améis unos a otros; 10y también lo hacéis así con todos los hermanos que están por toda Macedonia. Pero os rogamos, hermanos, que abundéis en ello más y más; 11y que procuréis tener tranquilidad, y ocuparos en vuestros negocios, y trabajar con vuestras manos de la manera que os hemos mandado, 12a fin de que os conduzcáis honradamente para con los de afuera, y no tengáis necesidad de nada.

La venida del Señor

13Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. 14Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. 15Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. 16Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. 17Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.a 18Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.[1]

 

Isaías

Predicción de la conquista de Egipto y de Etiopía por Asiria

20

1En el año que vino el Tartán a Asdod, cuando lo envió Sargón rey de Asiria, y peleó contra Asdod y la tomó; 2en aquel tiempo habló Jehová por medio de Isaías hijo de Amoz, diciendo: Ve y quita el cilicio de tus lomos, y descalza las sandalias de tus pies. Y lo hizo así, andando desnudo y descalzo. 3Y dijo Jehová: De la manera que anduvo mi siervo Isaías desnudo y descalzo tres años, por señal y pronóstico sobre Egipto y sobre Etiopía, 4así llevará el rey de Asiria a los cautivos de Egipto y los deportados de Etiopía, a jóvenes y a ancianos, desnudos y descalzos, y descubiertas las nalgas para vergüenza de Egipto. 5Y se turbarán y avergonzarán de Etiopía su esperanza, y de Egipto su gloria. 6Y dirá en aquel día el morador de esta costa: Mirad qué tal fue nuestra esperanza, a donde nos acogimos por socorro para ser libres de la presencia del rey de Asiria; ¿y cómo escaparemos nosotros?

Profecía sobre el desierto del mar

21

1Profecía sobre el desierto del mar. Como torbellino del Neguev, así viene del desierto, de la tierra horrenda. 2Visión dura me ha sido mostrada. El prevaricador prevarica, y el destructor destruye. Sube, oh Elam; sitia, oh Media. Todo su gemido hice cesar. 3Por tanto, mis lomos se han llenado de dolor; angustias se apoderaron de mí, como angustias de mujer de parto; me agobié oyendo, y al ver me he espantado. 4Se pasmó mi corazón, el horror me ha intimidado; la noche de mi deseo se me volvió en espanto. 5Ponen la mesa, extienden tapices; comen, beben. ¡Levantaos, oh príncipes, ungid el escudo! 6Porque el Señor me dijo así: Ve, pon centinela que haga saber lo que vea. 7Y vio hombres montados, jinetes de dos en dos, montados sobre asnos, montados sobre camellos; y miró más atentamente, 8y gritó como un león: Señor, sobre la atalaya estoy yo continuamente de día, y las noches enteras sobre mi guarda; 9y he aquí vienen hombres montados, jinetes de dos en dos. Después habló y dijo: Cayó, cayó Babilonia;a y todos los ídolos de sus dioses quebrantó en tierra. 10Oh pueblo mío, trillado y aventado, os he dicho lo que oí de Jehová de los ejércitos, Dios de Israel.

Profecía sobre Duma

11Profecía sobre Duma. Me dan voces de Seir: Guarda, ¿qué de la noche? Guarda, ¿qué de la noche? 12El guarda respondió: La mañana viene, y después la noche; preguntad si queréis, preguntad; volved, venid.

Profecía sobre Arabia

13Profecía sobre Arabia. En el bosque pasaréis la noche en Arabia, oh caminantes de Dedán. 14Salid a encontrar al sediento; llevadle agua, moradores de tierra de Tema, socorred con pan al que huye. 15Porque ante la espada huye, ante la espada desnuda, ante el arco entesado, ante el peso de la batalla.

16Porque así me ha dicho Jehová: De aquí a un año, semejante a años de jornalero, toda la gloria de Cedar será deshecha; 17y los sobrevivientes del número de los valientes flecheros, hijos de Cedar, serán reducidos; porque Jehová Dios de Israel lo ha dicho.

Profecía sobre el valle de la visión

22

1Profecía sobre el valle de la visión. ¿Qué tienes ahora, que con todos los tuyos has subido sobre los terrados? 2Tú, llena de alborotos, ciudad turbulenta, ciudad alegre; tus muertos no son muertos a espada, ni muertos en guerra. 3Todos tus príncipes juntos huyeron del arco, fueron atados; todos los que en ti se hallaron, fueron atados juntamente, aunque habían huido lejos. 4Por esto dije: Dejadme, lloraré amargamente; no os afanéis por consolarme de la destrucción de la hija de mi pueblo.

5Porque día es de alboroto, de angustia y de confusión, de parte del Señor, Jehová de los ejércitos, en el valle de la visión, para derribar el muro, y clamar al monte. 6Y Elam tomó aljaba, con carros y con jinetes, y Kir sacó el escudo. 7Tus hermosos valles fueron llenos de carros, y los de a caballo acamparon a la puerta. 8Y desnudó la cubierta de Judá; y miraste en aquel día hacia la casa de armas del bosque. 9Visteis las brechas de la ciudad de David, que se multiplicaron; y recogisteis las aguas del estanque de abajo. 10Y contasteis las casas de Jerusalén, y derribasteis casas para fortificar el muro. 11Hicisteis foso entre los dos muros para las aguas del estanque viejo; y no tuvisteis respeto al que lo hizo, ni mirasteis de lejos al que lo labró.

12Por tanto, el Señor, Jehová de los ejércitos, llamó en este día a llanto y a endechas, a raparse el cabello y a vestir cilicio; 13y he aquí gozo y alegría, matando vacas y degollando ovejas, comiendo carne y bebiendo vino, diciendo: Comamos y bebamos, porque mañana moriremos.a 14Esto fue revelado a mis oídos de parte de Jehová de los ejércitos: Que este pecado no os será perdonado hasta que muráis, dice el Señor, Jehová de los ejércitos.

Sebna será sustituido por Eliaquim

15Jehová de los ejércitos dice así: Ve, entra a este tesorero, a Sebna el mayordomo, y dile: 16¿Qué tienes tú aquí, o a quién tienes aquí, que labraste aquí sepulcro para ti, como el que en lugar alto labra su sepultura, o el que esculpe para sí morada en una peña? 17He aquí que Jehová te transportará en duro cautiverio, y de cierto te cubrirá el rostro. 18Te echará a rodar con ímpetu, como a bola por tierra extensa; allá morirás, y allá estarán los carros de tu gloria, oh vergüenza de la casa de tu señor. 19Y te arrojaré de tu lugar, y de tu puesto te empujaré. 20En aquel día llamaré a mi siervo Eliaquim hijo de Hilcías, 21y lo vestiré de tus vestiduras, y lo ceñiré de tu talabarte, y entregaré en sus manos tu potestad; y será padre al morador de Jerusalén, y a la casa de Judá. 22Y pondré la llave de la casa de David sobre su hombro; y abrirá, y nadie cerrará; cerrará, y nadie abrirá.b 23Y lo hincaré como clavo en lugar firme; y será por asiento de honra a la casa de su padre. 24Colgarán de él toda la honra de la casa de su padre, los hijos y los nietos, todos los vasos menores, desde las tazas hasta toda clase de jarros. 25En aquel día, dice Jehová de los ejércitos, el clavo hincado en lugar firme será quitado; será quebrado y caerá, y la carga que sobre él se puso se echará a perder; porque Jehová habló.[2]

 

 

SALMO 115

 

Dios y los ídolos

     1     No a nosotros, oh Jehová, no a nosotros,

Sino a tu nombre da gloria,

Por tu misericordia, por tu verdad.

     2     ¿Por qué han de decir las gentes:

¿Dónde está ahora su Dios?

     3     Nuestro Dios está en los cielos;

Todo lo que quiso ha hecho.

     4     Los ídolos de ellos son plata y oro,

Obra de manos de hombres.

     5     Tienen boca, mas no hablan;

Tienen ojos, mas no ven;

     6     Orejas tienen, mas no oyen;

Tienen narices, mas no huelen;

     7     Manos tienen, mas no palpan;

Tienen pies, mas no andan;

No hablan con su garganta.

     8     Semejantes a ellos son los que los hacen,

Y cualquiera que confía en ellos.a

     9     Oh Israel, confía en Jehová;

El es tu ayuda y tu escudo.

     10     Casa de Aarón, confiad en Jehová;

El es vuestra ayuda y vuestro escudo.

     11     Los que teméis a Jehová, confiad en Jehová;

El es vuestra ayuda y vuestro escudo.

     12     Jehová se acordó de nosotros; nos bendecirá;

Bendecirá a la casa de Israel;

Bendecirá a la casa de Aarón.

     13     Bendecirá a los que temen a Jehová,

A pequeños y a grandes.b

     14     Aumentará Jehová bendición sobre vosotros;

Sobre vosotros y sobre vuestros hijos.

     15     Benditos vosotros de Jehová,

Que hizo los cielos y la tierra.

     16     Los cielos son los cielos de Jehová;

Y ha dado la tierra a los hijos de los hombres.

     17     No alabarán los muertos a JAH,

Ni cuantos descienden al silencio;

     18     Pero nosotros bendeciremos a JAH

Desde ahora y para siempre.

Aleluya.[3]

 



a 4.15–17: 1 Co. 15.51–52.

[1] Reina Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. 1 Tes 3.13-4.18

a 21.9: Ap. 14.8; 18.2.

a 22.13: 1 Co. 15.32.

b 22.22: Ap. 3.7.

[2] Reina Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Is 19.25-22.25

a 115.4–8: Sal. 135.15–18; Ap. 9.20.

b 115.13: Ap. 11.18; 19.5.

[3] Reina Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Sal 114.8-115.18

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