viernes, 12 de noviembre de 2021

¡Cómo vivir una Vida plena!

                                                                                                                                                                                                                                                                                                         <ENGLISH>




 12 Noviembre  

 

¡Cómo vivir una Vida plena!


¡Todo el bien que hay en ti!

Por Riqui Ricón*

… para que la participación de tu fe sea eficaz en el conocimiento de todo el bien que está en vosotros por Cristo Jesús (Fi 6).

Este versículo encierra un secreto maravilloso, la fe activa, la fe eficaz, te muestra todo el bien que YA ESTÁ dentro de ti por Cristo Jesús. Pon mucha atención a lo maravilloso que esto es, pues, una vez más, la Biblia, la Palabra de Dios, te revela ese plan perfecto y lleno de Amor que sólo Dios pudo concebir para ti.

Me explico,

Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios (1 Jn 5.1a).

Efectivamente, como dice la Escritura, la Biblia, que no miente, cuando por fe reconociste a Jesucristo como tu Señor y Salvador naciste de Dios. ¡NACISTE DE NUEVO! Y aquí comienza todo el bien que hay en ti.

En la lectura bíblica del día de ayer, leíamos que por medio de Jesús fuimos regenerados y renovados, lo que significa ser hechos TOTALMENTE NUEVOS. No una simple retocada o manita de gato, como se dice por ahí, sino TOTALMENTE NUEVOS.

siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre (1 P 1.23).

Este maravilloso milagro fue posible gracias al Amor de Dios y a que la semilla que se utilizó para hacer de ti una persona totalmente nueva fue, nada más y nada menos, que la infalible, inalterable, Eterna y perfecta Palabra de Dios.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).

No puedo dejar de recordarte, una y otra vez, que Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo, para pagar todos tus pecados, antes que perderte a ti.

Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que te amó, aun estando tú muerto(a) en delitos y pecados, te dio vida juntamente con Cristo  -por gracia eres salvo(a)-, y juntamente con Él te resucitó, y asimismo te hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de Su gracia en su bondad para contigo en Cristo Jesús (Efe 2.4-7).

Piénsalo bien, el Señor no iba a entregar a Su propio Hijo para rescatarte de la esclavitud del pecado y luego dejarte con la misma naturaleza que te había atado como esclavo(a). De otra manera el sacrificio de Jesús hubiera sido ilógico e inútil. No mi amado(a), el Plan de Dios para tu vida es tan asombrosamente perfecto como lo es el mismísimo Señor Jesucristo.

Cuando le creíste a Dios, creyendo Su Palabra, y aceptaste a Jesucristo como Señor y Salvador de tu vida dejaste de ser un(a) pecador(a) destinado a la muerte eterna y ahora eres un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. ¡Exactamente igual a Jesús!

En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como él es, así somos nosotros en este mundo (1 Jn 4.17).

Ser un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo significa que ahora tú eres una nueva especie de ser que no existía anteriormente, diseñado(a) y equipado(a) por Dios para ser más que vencedor(a), para que tú establezcas el Reino de los Cielos sobre la tierra y manifiestes TODO EL BIEN que está en ti por Cristo Jesús.

De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre (Jn 14.12).

Por TODO el bien que ya está en ti gracias a Cristo Jesús, tú estás llamado(a) a hacer las mismas cosas que Él hizo y aún mayores, pues tú y Jesús ahora son Hijos del mismo Padre.

Ahora bien, sólo quiero recordarte que no importa si tú no te sientes o te ves de esa manera pues no andas por vista sino por fe [por creerle a Dios, creyendo Su Palabra]. Dicho de otra manera, en este día o en este momento de tu vida, no importa como tú te sientas o veas a ti mismo(a), sino que, lo verdaderamente importante es todo lo que Dios dice en Su Palabra acerca de ti. Pues es la Verdad, y además si Dios lo dijo, entonces, Él lo va a cumplir, si Dios lo hablo, entonces, Él lo va a ejecutar.

Tú ya no eres más un hombre malo o una mala mujer, ni un(a) pecador(a) empedernido(a). Eso es lo que el diablo QUIERE QUE SIGAS CREYENDO. ¡No! ¡Nada de eso! Pues en honor a la Verdad, tú eres lo que Dios DICE que eres:

MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos  (1 Jn 3.1 BAD).

Tú eres un(a) Hijo(a) amado(a) de Dios. ¡Él mismo te llama Su propio(a) Hijo(a)!

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas (2 Co 5.17).

Tú eres Nueva criatura. Todo tu pasado ya fue enterrado y ahora tienes por delante no solo una vida nueva sino que además es una vida totalmente nueva. ¡Tú has sido creado(a) de Nuevo!

Date cuenta que todo esto no quiere decir que de alguna forma tú tienes que hacerte nuevo(a) a ti mismo(a) sino que Dios ya lo hizo por Amor a ti. ¡Lo hizo en la cruz! ¡Lo hizo al declararlo con Su Boca y ponerlo por escrito en Su Palabra, la Biblia! ¡Lo hizo al resucitar de entre los muertos venciendo a la muerte sólo por Amor a ti!

Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre (He 2.14-15).

Ahora eres Eterno(a). La muerte está derrotada y puedes vivir una Vida Plena totalmente libre del temor a la muerte.

¡Asombroso! ¿Verdad?

Así que, sin importar la enfermedad, problema o situación que puedas estar enfrentando el día hoy, debes saber y creer que, por la Palabra de Dios, saldrás adelante con la Victoria en tus manos. El cielo y la tierra pasarán mas Su Palabra no pasará.

Hoy es el día, ya es tiempo de que manifiestes todo el bien que hay en ti.

¡Si puedes creer, al que cree todo le es posible!

Oremos en voz audible:

Amado Padre celestial, cada día que pasa comprendo más y más de Tu gran e infinito Amor que me tienes. Señor Jesús, en verdad me asombro de Ti al ir comprendiendo el alcance de lo que hiciste por mí en la cruz. ¿Qué, pues, diré a esto? Si Tú eres por mí, ¿quién contra mí? Padre, Tú no escatimaste ni a Tu propio Hijo, sino que lo entregaste por Amor a mí, ¿cómo no me darás también con él todas las cosas? ¿Quién me acusará si soy escogido(a) de Dios? Dios es el que me justifica. ¿Quién me condenará? Cristo, Tú moriste y pagaste el precio de TODOS mis pecados por Amor a mí; más aún, también resucitaste para darme esta vida nueva, vida eterna, plena y abundante; además, Tú, Jesús, estás a la diestra del Padre e intercedes por mí. ¿Quién me separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito: Por causa de ti soy muerto(a) todo el tiempo; Soy contado(a) como oveja de matadero. Antes, en todas estas cosas yo, ___________ (tu nombre aquí), soy más que vencedor(a) por medio de aquel que me amó. Por lo cual estoy seguro(a) que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada me podrá separar de Tu Amor, oh Dios, que es en Cristo Jesús mi Señor y Salvador. Estoy dispuesto(a) a creer, recibir y vivir esta Verdad eterna, plena y absoluta que Tú, Jesucristo, compraste para mí. Así que, creo y declaro que la ley del Espíritu de Vida en Cristo Jesús me ha hecho libre de la ley del pecado y de la muerte. Yo no he recibido espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que he recibido el Espíritu de adopción y hoy puedo clamar, ¡Abba, Padre! ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! ¡Soy Hijo de Dios! En el nombre de Jesús. Amén

 Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012

 

 

Tres Recomendaciones:

Lo que acabas de suceder al reconocer a Jesucristo como el Señor y Salvador de tu vida, de acuerdo con La Palabra de Dios, es que has Nacido de Nuevo, ya no más como un ser humano común y corriente, sujeto a la ley del pecado y de la muerte, sino que ahora eres un(a) legítimo(a) y auténtico(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, exactamente igual a Jesucristo, quien ahora es tu Hermano Mayor. Por lo tanto, te hago estas tres importantísimas recomendaciones:

1.     Orar. Orar es platicar con Dios. Así que, búscate un lugar tranquilo donde puedas comenzar a platicar todas tus cosas con Él. Hazlo de forma audible y notarás como Dios siempre responderá a tu corazón.

2.     Leer y meditar la Palabra de Dios. La Biblia es La Palabra de Dios, así que, consigue una Biblia y comienza a leerla y meditarla. ¿Cómo empezar? Es muy sencillo. Dependiendo del día que sea hoy, busca en el programa de lectura “La Biblia en un año” y realiza las lecturas correspondientes. Este programa lo puedes obtener en: A Través de La Biblia En Un Ano (palabradehonor.org) Notarás que el programa está arreglado para imprimirlo como un cuadernillo.

3.     En oración con Dios, tu Padre, busca y únete a una iglesia o congregación cristiana donde enseñen la Palabra de Dios en base a las Buenas Noticias que son el Evangelio de Jesucristo.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2020

 

 


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Noviembre 12                                  Fil   /  Jer 19-20  /  Sal 128

 


Cápsula del día.





Puedes escuchar o descargar la lectura de la  Biblia en audio del día de hoy, la tenemos para ti en dos versiones: 


RV60 




NVI 



Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Noviembre 12                                  Fil   /  Jer 19-20  /  Sal 128

 

Filemón

Salutación

1

1Pablo, prisionero de Jesucristo, y el hermano Timoteo, al amado Filemón, colaborador nuestro, 2y a la amada hermana Apia, y a Arquipoa nuestro compañero de milicia, y a la iglesia que está en tu casa: 3Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

El amor y la fe de Filemón

4Doy gracias a mi Dios, haciendo siempre memoria de ti en mis oraciones, 5porque oigo del amor y de la fe que tienes hacia el Señor Jesús, y para con todos los santos; 6para que la participación de tu fe sea eficaz en el conocimiento de todo el bien que está en vosotros por Cristo Jesús. 7Pues tenemos gran gozo y consolación en tu amor, porque por ti, oh hermano, han sido confortados los corazones de los santos.

Pablo intercede por Onésimo

8Por lo cual, aunque tengo mucha libertad en Cristo para mandarte lo que conviene, 9más bien te ruego por amor, siendo como soy, Pablo ya anciano, y ahora, además, prisionero de Jesucristo; 10te ruego por mi hijo Onésimo,1 b a quien engendré en mis prisiones, 11el cual en otro tiempo te fue inútil, pero ahora a ti y a mí nos es útil, 12el cual vuelvo a enviarte; tú, pues, recíbele como a mí mismo. 13Yo quisiera retenerle conmigo, para que en lugar tuyo me sirviese en mis prisiones por el evangelio; 14pero nada quise hacer sin tu consentimiento, para que tu favor no fuese como de necesidad, sino voluntario.

15Porque quizá para esto se apartó de ti por algún tiempo, para que le recibieses para siempre; 16no ya como esclavo, sino como más que esclavo, como hermano amado, mayormente para mí, pero cuánto más para ti, tanto en la carne como en el Señor. 17Así que, si me tienes por compañero, recíbele como a mí mismo. 18Y si en algo te dañó, o te debe, ponlo a mi cuenta. 19Yo Pablo lo escribo de mi mano, yo lo pagaré; por no decirte que aun tú mismo te me debes también. 20Sí, hermano, tenga yo algún provecho de ti en el Señor; conforta mi corazón en el Señor.

21Te he escrito confiando en tu obediencia, sabiendo que harás aun más de lo que te digo. 22Prepárame también alojamiento; porque espero que por vuestras oraciones os seré concedido.

Salutaciones y bendición final

23Te saludan Epafras,c mi compañero de prisiones por Cristo Jesús, 24Marcos,d Aristarco,e Demasf y Lucas,g mis colaboradores.

25La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén.[1]

 

   

Jeremías 19-20

La señal de la vasija rota

19

1Así dijo Jehová: Ve y compra una vasija de barro del alfarero, y lleva contigo de los ancianos del pueblo, y de los ancianos de los sacerdotes; 2y saldrás al valle del hijo de Hinom,a que está a la entrada de la puerta oriental, y proclamarás allí las palabras que yo te hablaré. 3Dirás, pues: Oíd palabra de Jehová, oh reyes de Judá, y moradores de Jerusalén. Así dice Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí que yo traigo mal sobre este lugar, tal que a todo el que lo oyere, le retiñan los oídos. 4Porque me dejaron, y enajenaron este lugar, y ofrecieron en él incienso a dioses ajenos, los cuales no habían conocido ellos, ni sus padres, ni los reyes de Judá; y llenaron este lugar de sangre de inocentes. 5Y edificaron lugares altos a Baal, para quemar con fuego a sus hijos en holocaustos al mismo Baal;b cosa que no les mandé, ni hablé, ni me vino al pensamiento. 6Por tanto, he aquí vienen días, dice Jehová, que este lugar no se llamará más Tofet, ni valle del hijo de Hinom, sino Valle de la Matanza. 7Y desvaneceré el consejo de Judá y de Jerusalén en este lugar, y les haré caer a espada delante de sus enemigos, y en las manos de los que buscan sus vidas; y daré sus cuerpos para comida a las aves del cielo y a las bestias de la tierra. 8Pondré a esta ciudad por espanto y burla; todo aquel que pasare por ella se asombrará, y se burlará sobre toda su destrucción. 9Y les haré comer la carne de sus hijos y la carne de sus hijas, y cada uno comerá la carne de su amigo, en el asedio y en el apuro con que los estrecharán sus enemigos y los que buscan sus vidas.

10Entonces quebrarás la vasija ante los ojos de los varones que van contigo, 11y les dirás: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Así quebrantaré a este pueblo y a esta ciudad, como quien quiebra una vasija de barro, que no se puede restaurar más; y en Tofet se enterrarán, porque no habrá otro lugar para enterrar. 12Así haré a este lugar, dice Jehová, y a sus moradores, poniendo esta ciudad como Tofet. 13Las casas de Jerusalén, y las casas de los reyes de Judá, serán como el lugar de Tofet, inmundas, por todas las casas sobre cuyos tejados ofrecieron incienso a todo el ejército del cielo, y vertieron libaciones a dioses ajenos.

14Y volvió Jeremías de Tofet, adonde le envió Jehová a profetizar, y se paró en el atrio de la casa de Jehová y dijo a todo el pueblo: 15Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí, yo traigo sobre esta ciudad y sobre todas sus villas todo el mal que hablé contra ella; porque han endurecido su cerviz para no oír mis palabras.

Profecía contra Pasur

20

1El sacerdote Pasur hijo de Imer, que presidía como príncipe en la casa de Jehová, oyó a Jeremías que profetizaba estas palabras. 2Y azotó Pasur al profeta Jeremías, y lo puso en el cepo que estaba en la puerta superior de Benjamín, la cual conducía a la casa de Jehová. 3Y el día siguiente Pasur sacó a Jeremías del cepo. Le dijo entonces Jeremías: Jehová no ha llamado tu nombre Pasur, sino Magor-misabib.3 4Porque así ha dicho Jehová: He aquí, haré que seas un terror a ti mismo y a todos los que bien te quieren, y caerán por la espada de sus enemigos, y tus ojos lo verán; y a todo Judá entregaré en manos del rey de Babilonia, y los llevará cautivos a Babilonia, y los matará a espada. 5Entregaré asimismo toda la riqueza de esta ciudad, todo su trabajo y todas sus cosas preciosas; y daré todos los tesoros de los reyes de Judá en manos de sus enemigos, y los saquearán, y los tomarán y los llevarán a Babilonia. 6Y tú, Pasur, y todos los moradores de tu casa iréis cautivos; entrarás en Babilonia, y allí morirás, y allí serás enterrado tú, y todos los que bien te quieren, a los cuales has profetizado con mentira.

Lamento de Jeremías

7Me sedujiste, oh Jehová, y fui seducido; más fuerte fuiste que yo, y me venciste; cada día he sido escarnecido, cada cual se burla de mí. 8Porque cuantas veces hablo, doy voces, grito: Violencia y destrucción; porque la palabra de Jehová me ha sido para afrenta y escarnio cada día. 9Y dije: No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre; no obstante, había en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos; traté de sufrirlo, y no pude. 10Porque oí la murmuración de muchos, temor de todas partes: Denunciad, denunciémosle. Todos mis amigos miraban si claudicaría. Quizá se engañará, decían, y prevaleceremos contra él, y tomaremos de él nuestra venganza. 11Mas Jehová está conmigo como poderoso gigante; por tanto, los que me persiguen tropezarán, y no prevalecerán; serán avergonzados en gran manera, porque no prosperarán; tendrán perpetua confusión que jamás será olvidada. 12Oh Jehová de los ejércitos, que pruebas a los justos, que ves los pensamientos y el corazón, vea yo tu venganza de ellos; porque a ti he encomendado mi causa.

13Cantad a Jehová, load a Jehová; porque ha librado el alma del pobre de mano de los malignos.

14Maldito el día en que nací;a el día en que mi madre me dio a luz no sea bendito. 15Maldito el hombre que dio nuevas a mi padre, diciendo: Hijo varón te ha nacido, haciéndole alegrarse así mucho. 16Y sea el tal hombre como las ciudades que asoló Jehová, y no se arrepintió; oiga gritos de mañana, y voces a mediodía, 17porque no me mató en el vientre, y mi madre me hubiera sido mi sepulcro, y su vientre embarazado para siempre. 18¿Para qué salí del vientre? ¿Para ver trabajo y dolor, y que mis días se gastasen en afrenta?[2]

       

SALMO 128

 

La bienaventuranza del que teme a Jehová

Cántico gradual.

     1     Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová,

Que anda en sus caminos.

     2     Cuando comieres el trabajo de tus manos,

Bienaventurado serás, y te irá bien.

     3     Tu mujer será como vid que lleva fruto a los lados de tu casa;

Tus hijos como plantas de olivo alrededor de tu mesa.

     4     He aquí que así será bendecido el hombre

Que teme a Jehová.

     5     Bendígate Jehová desde Sion,

Y veas el bien de Jerusalén todos los días de tu vida,

     6     Y veas a los hijos de tus hijos.

Paz sea sobre Israel.[3]

 



a a 2: Col. 4.17.

1 Esto es, útil (v. 11) o provechoso (v. 20).

b b 10: Col. 4.9.

c c 23: Col. 1.7; 4.12.

d d 24: Hch. 12.12, 25; 13.13; 15.37–39; Col. 4.10.

e e 24: Hch. 19.29; 27.2; Col. 4.10.

f f 24: Col. 4.14; 2 Ti. 4.10.

g g 24: Col. 4.14; 2 Ti. 4.11.

[1] Reina Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Tit 3.15-Flm 25

a a 19.2: 2 R. 23.10; Jer. 7.30–32; 32.34–35.

b b 19.5: Lv. 18.21.

3 Esto es, Terror por todas partes.

a a 20.14–18: Job 3.1–19.

[2] Reina Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Jr 18.23-20.18

[3] Reina Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Sal 127.5-128.6


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