viernes, 16 de noviembre de 2018

¿Qué tienes tú realmente en Cristo Jesús?


17 de Noviembre

¡Algo mucho mejor: un Plan de Vida!

Por Riqui Ricón*

… yo os visitaré, y despertaré sobre vosotros mi buena palabra, para haceros volver a este lugar. Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.  Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré;  y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón (Jer 29.10-12).

La Biblia, la Palabra de Dios, que no miente, es buena y fue hablada por Dios para tu beneficio. Todo lo que Dios dice en ella fue establecido para tu propio bien. Él no miente ni se arrepiente y ha definido perfectamente, en Su Palabra, que Él tiene un Plan para tu vida, que es una Vida Eterna, plena y abundante.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).

Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo para pagar el precio de todos tus pecados antes que perderte a ti. Él lo sabe muy bien y está muy consciente que Su voluntad y pensamientos para contigo son de bien, buenos, agradables y perfectos.

No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta (Rom 12.2).

Es por esto que Dios te anima hacer de Su Palabra, la Biblia, la prioridad máxima de tu vida, pues en Ella, está contenido el Plan de Amor, paz, éxito y victoria que siempre ha deseado para ti.

Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas (Jos 1.8-9).

En las lecturas del día de hoy podrás encontrar y meditar cómo este plan de amor es tan perfecto e infalible que, al contemplar un cambio total y radical en tu propia naturaleza a través del NUEVO NACIMIENTO, ahora como Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, tienes garantizado el éxito mediante la Palabra de Dios. No por nada, Dios llamó a este Plan, El Nuevo Pacto.

»Se acerca el día —dice el SEÑOR—, en que haré un nuevo pacto con el pueblo de Israel y de Judá. Este pacto no será como el que hice con sus antepasados cuando los tomé de la mano y los saqué de la tierra de Egipto. Ellos rompieron ese pacto, a pesar de que los amé como un hombre ama a su esposa», dice el SEÑOR. «Pero este es el nuevo pacto que haré con el pueblo de Israel en ese día —dice el SEÑOR—. Pondré mis instrucciones en lo más profundo de ellos y las escribiré en su corazón. Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Y no habrá necesidad de enseñar a sus vecinos ni habrá necesidad de enseñar a sus parientes diciendo: “Deberías conocer al SEÑOR”. Pues todos ya me conocerán, desde el más pequeño hasta el más grande —dice el SEÑOR—. Perdonaré sus maldades y nunca más me acordaré de sus pecados» (Jer 31.31-34 NTV).

En esta nueva relación con Dios, tanto el Nuevo Pacto como el Nuevo Nacimiento son tan categóricamente definitivos que está determinado que orarás a Él y Él te escuchará, le buscarás y le hallarás porque le buscarás de todo tu corazón.

Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho (1 Jn 5.14-15).

A diferencia de lo que aún muchos piensan, Dios no te pide esfuerzo, ni sacrificio de tu parte para orar o buscar Su Presencia. Él sólo quiere que CREAS que por medio de Su Hijo Jesucristo tienes el camino despejado y YA PUEDES orar y buscarle con toda confianza y seguridad pues ahora Él te escucha y está contigo.

En aquel día no me preguntaréis nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará.  Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido (Mat 16.23-24).

Recuerda siempre que esto te pertenece, no por algo que tú hayas hecho o puedas hacer, sino por lo que Jesús hizo al morir en esa cruz y porque Él te ama tanto que, de acuerdo a Su Palabra,  se te ofrecerte un Nuevo Pacto, establecido sobre mejores promesas, donde Jesucristo, en persona, es el mediador de tan hermoso Pacto.

Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por  (Jn 14-6).

Con Jesús hay algo mejor que el simplemente tener un lugar en el cielo, con Él tienes pleno acceso a los pensamientos que Dios, tu Padre, tiene acerca de ti; pensamientos de paz y de bien para hacer de ti el (la) Hijo(a) que Él siempre soñó: tú.

¡Con Cristo Jesús SIEMPRE tendrás algo mucho mejor!

Oremos en voz audible:

Amado Padre celestial, te doy gracias por amarme tanto. Hoy puedo orar a Ti con la certeza de que me escuchas y me respondes. Tengo gozo y paz en mi corazón pues puedo pedir y recibir. Por lo tanto, en el nombre poderoso de Cristo Jesús, declaró que soy sano(a) y libre de toda enfermedad o dolencia; creo y recibo la voluntad expresa de mi Padre, Dios Todopoderoso, para ser y vivir prosperado(a) en todas las cosas. Echo fuera de mi vida todo pensamiento de temor y duda resistiendo todo engaño y mentira acerca de mí. Yo soy lo que la Biblia dice que soy. Un(a) Hija(o) amada(o) de Dios; especial tesoro de mi Padre; todo lo puedo en Cristo que me fortalece y en todas las cosas, absolutamente todas las cosas, soy más que vencedor(a) por medio del Amor de Cristo Jesús mi Rey, Señor y Salvador. Señor Jesús, creo y recibo el gozo y la paz que brindan el ser la persona que Tú dices que soy. ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! Y estoy determinado a vivir la vida plena y abundante que Tú, Jesucristo, compraste para mí al precio de Tu propia Sangre. Amén.

 Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Noviembre 17                         Sgo 5   /  Jer 29-30   Sal 133




No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Qué piensas al respecto?