sábado, 9 de diciembre de 2023

¡Cómo resplandecer en esta Vida!

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 09Diciembre  

¡Cómo resplandecer en esta Vida!


¡Brilla con la Luz que YA ESTÁ en ti!

Por Riqui Ricón*

Por tanto, imiten a Dios, como hijos muy amados, y lleven una vida de amor, así como Cristo nos amó y se entregó por nosotros como ofrenda y sacrificio fragante para Dios… Porque ustedes antes eran oscuridad, pero ahora son luz en el Señor. Vivan como hijos de luz  (Efe 5.1-2, 8 NVI).

Todo(a) hijo(a) amado(a) de su padre (que se sabe amado(a)), será un imitador(a) de su padre: hará lo que mira a su padre hacer y hablará lo que escucha a su padre hablar.

Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar. 50Y sé que su mandamiento es vida eterna. Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho (Jn 12.49-50).

Lo hermoso del Evangelio, las Buenas Noticias de Jesucristo, es que, sin importar como sea o haya sido tu relación con tu padre natural, de acuerdo a la Biblia, que es la Palabra de Dios, y no miente, si has aceptado a Jesucristo como el Señor y Salvador de tu vida ahora tú eres un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo y tu Padre es el Todopoderoso quien te ama con todo Su Corazón.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).

Así es, Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo, para pagar todos tus pecados, antes que perderte a ti. Jesús no vino a este mundo para señalar tus fracasos y pecados y condenarte, sino a pagar por ellos, para que tú ya no tengas que pagar y puedas recibir la Vida plena y abundante que Él te ofrece.

MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos (1 Jn 3.1 BAD).

A este mundo le cuesta mucho trabajo aceptar un Dios así, lleno de Amor por ti. Un Dios que no mira tus pecados, ni fracasos, sino te mira a ti. Un Dios que ideo un Plan perfecto para que, cumpliendo toda justicia, tú fueras hecho(a) parte de Su familia como Hijo(a) y Heredero(a).

Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente (1 Co 2.14).

Para el mundo es impensable que ahora te llames del nombre de Dios; unos piden señales para creer; otros piensan que estamos locos.

Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. Porque yo Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador (Isa 43.1-3a).

Dios lo ha dicho y es la verdad; Él lo va a cumplir. Dios la ha hablado y Él lo va a ejecutar en tu Vida y para ti.

»Pero ahora, Jacob, mi siervo, Israel, a quien he escogido, ¡escucha! Así dice el SEÑOR, el que te hizo, el que te formó en el seno materno y te brinda su ayuda: “No temas, Jacob, mi siervo, Jesurún, a quien he escogido, que regaré con agua la tierra sedienta, y con arroyos el suelo seco; derramaré mi Espíritu sobre tu descendencia, y mi bendición sobre tus vástagos, y brotarán como hierba en un prado, como sauces junto a arroyos. Uno dirá: ‘Pertenezco al SEÑOR’ ; otro llevará el nombre de Jacob, y otro escribirá en su mano: ‘Yo soy del SEÑOR’, y tomará para sí el nombre de Israel.”  (Isa 44.1-5 NVI).

La única Verdad es la que sale de la boca de Dios y Él ha establecido en Su Palabra que tú eres Su Hijo(a) amado(a) por creer y recibir el precio que Jesús pagó por Amor a ti.

Entonces, efectivamente, puedes andar como Hijo(a) de luz y amar a tu próximo como a ti mismo(a), pues tú eres lo que Dios dice que eres, ni más, ni menos.

Les digo esto porque ustedes estaban antes en la oscuridad, pero ahora están en la luz del Señor. Por lo tanto, vivan como hijos que pertenecen a la luz (Efe 5.8 PDT).

La luz no se esfuerza por alumbrar, simplemente ES luz y alumbra. El Amor no intenta amar, ES Amor y, por lo tanto, ama. Tú eres como tu Padre es: lleno(a) de Amor y de luz. Recuerda que no se trata de algo que tienes que hacer o alcanzar, sino de alguien que tú ya eres gracias a Cristo Jesús y, por lo tanto, puedes y debes manifestarte como lo que ahora eres.

La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de Dios, porque fue sometida a la frustración. Esto no sucedió por su propia voluntad, sino por la del que así lo dispuso. Pero queda la firme esperanza de que la creación misma ha de ser liberada de la corrupción que la esclaviza, para así alcanzar la gloriosa libertad de los hijos de Dios (Ro 8.19-21 NVI).

¡Créele a Dios, creyendo Su Palabra!

Así que, sábete amado(a) por Dios, pues esa luz y ese Amor ya están en ti, en tu Nueva Naturaleza. Y si estás enfrentando algún tipo de enfermedad, problema o aflicción, puedes confiar que el mismo Dios y Padre que te ha dado la identidad de Hijo(a) ha prometido guardarte y darte la victoria dondequiera que vayas.

Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas (Jos 1.9).

y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén (Mat 28.20b).

¡Tú has nacido de Dios, ya no practicas más el pecado, pues Cristo Jesús te guarda y el demonio no te toca!

Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca (1 Jn 5.18).

Este es tu día y este es tu tiempo. ¡Vive como un(a) Hijo(a) de Luz!

Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo (2 Co 10.3-5).

Oremos en voz audible:

Amado padre celestial, muchas gracias porque, en Cristo Jesús, me has constituido Tu Hijo(a) y puedo vivir mi vida con Tu Luz y con Tu Amor. Me determino, con Tu ayuda, Espíritu Santo, a andar en luz y amor. Me despojo de todo engaño y mentira, así como del pecado que me asedia, y corro con constancia y persistencia la carrera que tengo delante poniendo mis ojos en Ti, Señor Jesús, el autor y consumador de mi fe. No temeré a nada, ni a nadie, porque Tú estás conmigo; Tú me redimiste; me pusiste nombre, Tuyo yo soy. Cuando pase por las aguas, Tú estarás conmigo; y si por los ríos, no me anegarán. Cuando pase por el fuego, no me quemará, ni la llama arderá en mí, porque Tú, Señor Jesús, eres mi Salvador. Creo y recibo éste Tu Gran Amor por mí que me hace libre, sano(a), prospero(a) y feliz, pues en todos mis problemas soy más que vencedor(a). En el nombre de Jesús. Amén.

 Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012

 

Tres Recomendaciones:

Lo que acabas de suceder al reconocer a Jesucristo como el Señor y Salvador de tu vida, de acuerdo con La Palabra de Dios, es que has Nacido de Nuevo, ya no más como un ser humano común y corriente, sujeto a la ley del pecado y de la muerte, sino que ahora eres un(a) legítimo(a) y auténtico(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, exactamente igual a Jesucristo, quien ahora es tu Hermano Mayor. Por lo tanto, te hago estas tres importantísimas recomendaciones:

1.     Orar. Orar es platicar con Dios. Así que, búscate un lugar tranquilo donde puedas comenzar a platicar todas tus cosas con Él. Hazlo de forma audible y notarás como Dios siempre responderá a tu corazón.

2.     Leer y meditar la Palabra de Dios. La Biblia es La Palabra de Dios, así que, consigue una Biblia y comienza a leerla y meditarla. ¿Cómo empezar? Es muy sencillo. Dependiendo del día que sea hoy, busca en el programa de lectura “La Biblia en un año” y realiza las lecturas correspondientes. Este programa lo puedes obtener en: A Través de La Biblia En Un Ano (palabradehonor.org) Notarás que el programa está arreglado para imprimirlo como un cuadernillo.

3.     En oración con Dios, tu Padre, busca y únete a una iglesia o congregación cristiana donde enseñen la Palabra de Dios en base a las Buenas Noticias que son el Evangelio de Jesucristo.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2020

 

 


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Diciembre 9                                  Efesios 5.1-20   /  Ez 14-15  /  Isa 44


Cápsula del día.




Puedes escuchar o descargar la lectura de la  Biblia en audio del día de hoy, la tenemos para ti en dos versiones: 


RV60 




NVI 



Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Diciembre 9                                  Efesios 5.1-20   /  Ez 14-15  /  Isa 44

 

Efesios 5.1-20

Andad como hijos de luz

5

1Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. 2Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.a

3Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos; 4ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias. 5Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios. 6Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia. 7No seáis, pues, partícipes con ellos. 8Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz 9(porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad), 10comprobando lo que es agradable al Señor. 11Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas; 12porque vergonzoso es aun hablar de lo que ellos hacen en secreto. 13Mas todas las cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz, son hechas manifiestas; porque la luz es lo que manifiesta todo. 14Por lo cual dice:

Despiértate, tú que duermes,

Y levántate de los muertos,

Y te alumbrará Cristo.

15Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, 16aprovechando bien el tiempo,b porque los días son malos. 17Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor. 18No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu, 19hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; 20dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.c[1]

 

   

Ezequiel 14-15

Juicio contra los idólatras que consultan al profeta

14

1Vinieron a mí algunos de los ancianos de Israel, y se sentaron delante de mí. 2Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 3Hijo de hombre, estos hombres han puesto sus ídolos en su corazón, y han establecido el tropiezo de su maldad delante de su rostro. ¿Acaso he de ser yo en modo alguno consultado por ellos? 4Háblales, por tanto, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: Cualquier hombre de la casa de Israel que hubiere puesto sus ídolos en su corazón, y establecido el tropiezo de su maldad delante de su rostro, y viniere al profeta, yo Jehová responderé al que viniere conforme a la multitud de sus ídolos, 5para tomar a la casa de Israel por el corazón, ya que se han apartado de mí todos ellos por sus ídolos.

6Por tanto, di a la casa de Israel: Así dice Jehová el Señor: Convertíos, y volveos de vuestros ídolos, y apartad vuestro rostro de todas vuestras abominaciones. 7Porque cualquier hombre de la casa de Israel, y de los extranjeros que moran en Israel, que se hubiere apartado de andar en pos de mí, y hubiere puesto sus ídolos en su corazón, y establecido delante de su rostro el tropiezo de su maldad, y viniere al profeta para preguntarle por mí, yo Jehová le responderé por mí mismo; 8y pondré mi rostro contra aquel hombre, y le pondré por señal y por escarmiento, y lo cortaré de en medio de mi pueblo; y sabréis que yo soy Jehová. 9Y cuando el profeta fuere engañado y hablare palabra, yo Jehová engañé al tal profeta; y extenderé mi mano contra él, y lo destruiré de en medio de mi pueblo Israel. 10Y llevarán ambos el castigo de su maldad; como la maldad del que consultare, así será la maldad del profeta, 11para que la casa de Israel no se desvíe más de en pos de mí, ni se contamine más en todas sus rebeliones; y me sean por pueblo, y yo les sea por Dios, dice Jehová el Señor.

Justicia del castigo de Jerusalén

12Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 13Hijo de hombre, cuando la tierra pecare contra mí rebelándose pérfidamente, y extendiere yo mi mano sobre ella, y le quebrantare el sustento del pan, y enviare en ella hambre, y cortare de ella hombres y bestias, 14si estuviesen en medio de ella estos tres varones, Noé, Daniel y Job, ellos por su justicia librarían únicamente sus propias vidas, dice Jehová el Señor. 15Y si hiciere pasar bestias feroces por la tierra y la asolaren, y quedare desolada de modo que no haya quien pase a causa de las fieras, 16y estos tres varones estuviesen en medio de ella, vivo yo, dice Jehová el Señor, ni a sus hijos ni a sus hijas librarían; ellos solos serían librados, y la tierra quedaría desolada. 17O si yo trajere espada sobre la tierra, y dijere: Espada, pasa por la tierra; e hiciere cortar de ella hombres y bestias, 18y estos tres varones estuviesen en medio de ella, vivo yo, dice Jehová el Señor, no librarían a sus hijos ni a sus hijas; ellos solos serían librados. 19O si enviare pestilencia sobre esa tierra y derramare mi ira sobre ella en sangre, para cortar de ella hombres y bestias, 20y estuviesen en medio de ella Noé, Daniel y Job, vivo yo, dice Jehová el Señor, no librarían a hijo ni a hija; ellos por su justicia librarían solamente sus propias vidas.

21Por lo cual así ha dicho Jehová el Señor: ¿Cuánto más cuando yo enviare contra Jerusalén mis cuatro juicios terribles, espada, hambre, fieras y pestilencia,a para cortar de ella hombres y bestias? 22Sin embargo, he aquí quedará en ella un remanente, hijos e hijas, que serán llevados fuera; he aquí que ellos vendrán a vosotros, y veréis su camino y sus hechos, y seréis consolados del mal que hice venir sobre Jerusalén, de todas las cosas que traje sobre ella. 23Y os consolarán cuando viereis su camino y sus hechos, y conoceréis que no sin causa hice todo lo que he hecho en ella, dice Jehová el Señor.

Jerusalén es como una vid inútil

15

1Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 2Hijo de hombre, ¿qué es la madera de la vid más que cualquier otra madera? ¿Qué es el sarmiento entre los árboles del bosque? 3¿Tomarán de ella madera para hacer alguna obra? ¿Tomarán de ella una estaca para colgar en ella alguna cosa? 4He aquí, es puesta en el fuego para ser consumida; sus dos extremos consumió el fuego, y la parte de en medio se quemó; ¿servirá para obra alguna? 5He aquí que cuando estaba entera no servía para obra alguna; ¿cuánto menos después que el fuego la hubiere consumido, y fuere quemada? ¿Servirá más para obra alguna? 6Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Como la madera de la vid entre los árboles del bosque, la cual di al fuego para que la consumiese, así haré a los moradores de Jerusalén. 7Y pondré mi rostro contra ellos; aunque del fuego se escaparon, fuego los consumirá; y sabréis que yo soy Jehová, cuando pusiere mi rostro contra ellos. 8Y convertiré la tierra en asolamiento, por cuanto cometieron prevaricación, dice Jehová el Señor.[2]

 

       

Isaías 44

 

Jehová es el único Dios

44

1Ahora pues, oye, Jacob, siervo mío, y tú, Israel, a quien yo escogí. 2Así dice Jehová, Hacedor tuyo, y el que te formó desde el vientre, el cual te ayudará: No temas, siervo mío Jacob, y tú, Jesurún, a quien yo escogí. 3Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi Espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos; 4y brotarán entre hierba, como sauces junto a las riberas de las aguas. 5Este dirá: Yo soy de Jehová; el otro se llamará del nombre de Jacob, y otro escribirá con su mano: A Jehová, y se apellidará con el nombre de Israel.

6Así dice Jehová Rey de Israel, y su Redentor, Jehová de los ejércitos: Yo soy el primero, y yo soy el postrero,a y fuera de mí no hay Dios. 7¿Y quién proclamará lo venidero, lo declarará, y lo pondrá en orden delante de mí, como hago yo desde que establecí el pueblo antiguo? Anúncienles lo que viene, y lo que está por venir. 8No temáis, ni os amedrentéis; ¿no te lo hice oír desde la antigüedad, y te lo dije? Luego vosotros sois mis testigos. No hay Dios sino yo. No hay Fuerte; no conozco ninguno.

La insensatez de la idolatría

9Los formadores de imágenes de talla, todos ellos son vanidad, y lo más precioso de ellos para nada es útil; y ellos mismos son testigos para su confusión, de que los ídolos no ven ni entienden. 10¿Quién formó un dios, o quién fundió una imagen que para nada es de provecho? 11He aquí que todos los suyos serán avergonzados, porque los artífices mismos son hombres. Todos ellos se juntarán, se presentarán, se asombrarán, y serán avergonzados a una.

12El herrero toma la tenaza, trabaja en las ascuas, le da forma con los martillos, y trabaja en ello con la fuerza de su brazo; luego tiene hambre, y le faltan las fuerzas; no bebe agua, y se desmaya. 13El carpintero tiende la regla, lo señala con almagre, lo labra con los cepillos, le da figura con el compás, lo hace en forma de varón, a semejanza de hombre hermoso, para tenerlo en casa. 14Corta cedros, y toma ciprés y encina, que crecen entre los árboles del bosque; planta pino, que se críe con la lluvia. 15De él se sirve luego el hombre para quemar, y toma de ellos para calentarse; enciende también el horno, y cuece panes; hace además un dios, y lo adora; fabrica un ídolo, y se arrodilla delante de él. 16Parte del leño quema en el fuego; con parte de él come carne, prepara un asado, y se sacia; después se calienta, y dice: ¡Oh! me he calentado, he visto el fuego; 17y hace del sobrante un dios, un ídolo suyo; se postra delante de él, lo adora, y le ruega diciendo: Líbrame, porque mi dios eres tú.

18No saben ni entienden; porque cerrados están sus ojos para no ver, y su corazón para no entender. 19No discurre para consigo, no tiene sentido ni entendimiento para decir: Parte de esto quemé en el fuego, y sobre sus brasas cocí pan, asé carne, y la comí. ¿Haré del resto de él una abominación? ¿Me postraré delante de un tronco de árbol? 20De ceniza se alimenta; su corazón engañado le desvía, para que no libre su alma, ni diga: ¿No es pura mentira lo que tengo en mi mano derecha?

Jehová es el Redentor de Israel

21Acuérdate de estas cosas, oh Jacob, e Israel, porque mi siervo eres. Yo te formé, siervo mío eres tú; Israel, no me olvides. 22Yo deshice como una nube tus rebeliones, y como niebla tus pecados; vuélvete a mí, porque yo te redimí. 23Cantad loores, oh cielos, porque Jehová lo hizo; gritad con júbilo, profundidades de la tierra; prorrumpid, montes, en alabanza; bosque, y todo árbol que en él está; porque Jehová redimió a Jacob, y en Israel será glorificado.

24Así dice Jehová, tu Redentor, que te formó desde el vientre: Yo Jehová, que lo hago todo, que extiendo solo los cielos, que extiendo la tierra por mí mismo; 25que deshago las señales de los adivinos, y enloquezco a los agoreros; que hago volver atrás a los sabios, y desvanezco su sabiduría.b 26Yo, el que despierta la palabra de su siervo, y cumple el consejo de sus mensajeros; que dice a Jerusalén: Serás habitada; y a las ciudades de Judá: Reconstruidas serán, y sus ruinas reedificaré; 27que dice a las profundidades: Secaos, y tus ríos haré secar; 28que dice de Ciro: Es mi pastor, y cumplirá todo lo que yo quiero,c al decir a Jerusalén: Serás edificada; y al templo: Serás fundado.[3]

 



a 5.2: Ex. 29.18.

b 5.16: Col. 4.5.

c 5.19–20: Col. 3.16–17.

[1] Reina Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Ef 4.32-5.20

a 14.21: Ap. 6.8.

[2] Reina Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Ez 13.23-15.8

a 44.6: Is. 48.12; Ap. 1.17; 22.13.

b 44.25: 1 Co. 1.20.

c 44.28: 2 Cr. 36.23; Esd. 1.2.

[3] Reina Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Is 43.28-44.28


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