martes, 13 de diciembre de 2016

¿Qué significa SER Hijo(a) de Dios?

 

30 de Noviembre

¡Vaya Papá que tienes!

Por Riqui Ricón*

Bienaventurado aquel cuyo ayudador es el Dios de Jacob, Cuya esperanza está en Jehová su Dios, El cual hizo los cielos y la tierra, El mar, y todo lo que en ellos hay; Que guarda verdad para siempre, Que hace justicia a los agraviados, Que da pan a los hambrientos. Jehová liberta a los cautivos; Jehová abre los ojos a los ciegos; Jehová levanta a los caídos; Jehová ama a los justos (Sal 146.5-8).

Ser un(a) Hijo(a) de Dios NACIDO(A) DE NUEVO es realmente un privilegio. Pues significa saber, y sobre todo CREER, que ahora Dios es tu Padre, tu ayudador y esperanza; Dios es quien te da la paz y libertad en las cuales Él siempre ha querido que tú vivas.

Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma (3 Jn 2).

Dios es el creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y de lo invisible. Él es fiel, justo y verdadero. Él es bueno. Él es amor. Y sobre todo, Él es tu papá.

Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: !!Abba, Padre! (Ro 8.15).

Así que, si Dios hace justicia a los agraviados; da pan a los hambrientos; liberta a los cautivos; abre los ojos de los ciegos y levanta a los caídos, pregúntate ¿qué no hará el único y verdadero Dios omnipotente por ti, que eres su Hijo(a) amado(a)?

De hecho, Él ya lo ha hizo todo por Amor a ti:

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).

Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo, para que pagara todos tus pecados, antes que perderte a ti. Así es, Jesús murió y resucitó para que, pagando todos tus pecados, pudiera justificarte y santificarte para darte la Vida Eterna y así, ponerte en condición de ser hecho(a) Hijo(a) de Dios.

Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley,  para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo (Gal 4.4-7).

Esta posición, esta identidad como Hijo(a) de Dios, no es algo que tú hayas comprado, adquirido o pagado de alguna forma. Ninguna de las obras de justicia que hayas realizado en el pasado o estés realizando en el presente, te pueden otorgar la identidad de Hijo(a) del Rey.

Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas (Efe 2.8-10).

Todo fue preparado de antemano por el Amor que Dios te tiene para que, mientras camines en esta tierra, vivas una vida plena, libre y abundante.

El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn 10.10).

Para que vivas una Vida de completa Libertad

Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres (Jn 8.31-32).

Y aunque en este mundo tendrás aflicciones, ten por seguro que de todas ellas saldrás más que vencedor(a) por medio de Aquel que te ha amado.

Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo (Jn 16.33).

Así que, sea cual sea la situación, enfermedad, problema o aflicción que estés enfrentando el día de hoy, puedes dejar de preocuparte; no temas, cree solamente; ¡Dios no puede mentir! ¡Jamás serás avergonzado(a) de haber confiado en la Palabra de Dios! Puedes acudir a Él con toda confianza. Ten la certeza que Dios no te ha dejado, ni te dejará. ¡Él es tu propio Padre!

Venga a mí tu misericordia, oh Jehová; Tu salvación, conforme a tu dicho. Y daré por respuesta a mi avergonzador, Que en tu palabra he confiado (Sal 119.41-42).

¡Oh, que Padre más hermoso, fiel, amoroso y poderoso tienes tú!

Oremos en voz audible:

Amado Padre celestial, ¡así es, Tú eres el mejor padre del universo! Te amo con todo mi corazón, con todo mi entendimiento y con todas mis fuerzas. Hoy puedo vivir tranquilo(a) pues dichoso(a) es la mujer, o el hombre, que en Ti confía. ¡Yo confío en Ti! Abba, Padre, Tú eres mi Papá. Señor Jesús, cómo agradecerte lo que hiciste por mí al morir en esa cruz y resucitar de entre los muertos. Porque Tú vives, yo vivo. Estando yo muerto(a) en delitos y pecados me has dado Vida, la Vida Eterna, una Vida plena y abundante para que ahora, por Tu gran Amor con que me has amado, yo sea como Tú: un(a) Hijo(a) de Dios. Gracias, Espíritu Santo por ser el sello de esta maravillosa promesa. Me dispongo con Tu ayuda, a levantarme con Tu Poder de toda enfermedad, pobreza, fracaso, derrota o desánimo que Satanás quiera hacer valer en mi vida. Ya no puede hacerlo más y no se lo permito. ¡Tengo identidad! ¡Por fin sé quién soy! ¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece! ¡Mayor es el que está en mí, que el que está en el mundo! ¡En todas las cosas soy más que vencedor(a) por medio de Aquel que me amó, Cristo Jesús, mi Señor y Salvador! ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy feliz! ¡Soy un(a) Hijo(a) del Rey de reyes y Señor de señores! En el nombre de Jesús. Amén.

Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2011

 


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Noviembre 30                   Gal 4.21-31   /  Lam 3-4  /  Sal 146

 



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