miércoles, 28 de octubre de 2015

¡Tú eres alguien especial!




28 de Octubre
¡Escogido(a) por Dios!
Por Riqui Ricón*
Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad, a lo cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo (2 Tes 2.13-14).
La palabra evangelio significa buenas noticias y éstas son, efectivamente, las buenas noticias que la Biblia, la Palabra de Dios que nunca miente, establece en nuestras vidas, pues tú fuiste escogido(a) desde el principio para salvación, esto es, para recibir la Vida abundante y plena que Jesucristo ganó para ti, y que es, ni más ni menos que la Vida Eterna.
El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn 10.10).
Ahora bien, no fuiste escogido(a) por Dios gracias a tus dones o talentos, ni por tu buen comportamiento, sino que fuiste escogido(a) por el Amor que Dios siente por ti. Fuiste escogido(a), al ser apartado(a) por el Espíritu Santo, cuando creíste a la Palabra de Dios, que es la Verdad, y la cual dice:
De esta manera, pues, será perdonada la iniquidad de Jacob, y este será todo el fruto, la remoción de su pecado (Isa 27.9a).
Desde Génesis hasta Apocalipsis el mensaje de Amor de la Palabra de Dios es constante y consistente: La redención de tu Vida. Lo cual significa que tú fuiste comprado(a) mediante la muerte y resurrección de Jesucristo para que, al pagar Él TODOS tus pecados, se te concediera el derecho a la libertad y a la vida plena que solamente un(a) HIJO(A) DE DIOS NACIDO(A) DE NUEVO puede experimentar  y que ahora es tu Herencia: La Vida Eterna, la Vida de Dios.
Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro (Ro 6.23).
Ahora bien, demasiados creyentes piensan que la santidad se consigue mediante el arrepentimiento y las obras que deben realizar para agradar a Dios y así poder mantener su relación con Él. El problema con esta posición es que olvidan que YA fueron escogidos para salvación mediante la santificación por el Espíritu y por la fe, que es creerle a Dios, creyendo Su Palabra.
Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan (Heb 11.6).
Así que, a Dios no se le agrada con obras de justicia sino creyendo lo que Él YA te proveyó por medio de la muerte y resurrección de Su Hijo, Jesús.
Entonces respondió y me habló diciendo: Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos (Zac 4.6).
Amado(a), Dios no está tan interesado en tus fracasos y derrotas, como en las acciones llenas de fe [creyéndole a Él, creyendo Su Palabra], que realizas para cumplir el propósito por el cual sigues aún aquí en la tierra. Para eso te CREÓ DE NUEVO por medio de la fe en Jesucristo.
Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados,  en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia,  entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.  Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó,  aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas (Efe 2.1-10).
Este es Su plan, y es tan perfecto que hasta la fe está incluida como un regalo de Dios para ti. Y todo con el propósito de que no exista la más remota posibilidad de que falles, pues Él es el que te santifica.
Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia. ¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte. Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna. Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro (Ro 6.20-23).
Así que, no temas cree solamente y comienza a pensar, hablar y vivir como lo que realmente eres: ¡Un(a) Hijo(a) Amado(a) y Escogido(a) de Dios!
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, te alabo y te bendigo por lo que has hecho conmigo al adoptarme como Hija(o) Tuya(o) pagando con la Vida de Jesús el precio de mi adopción, el perdón de todos mis pecados. Gracias porque cuando he estado en angustia te he invocado y siempre me respondes, poniéndome en lugar espacioso. Tú estás conmigo; no temeré lo que me pueda hacer el hombre. Tú estás conmigo entre los que me ayudan; Por tanto, yo veré mi deseo en los que me aborrecen. Mejor es confiar en Ti que confiar en el hombre. Mejor es confiar en Ti que confiar en príncipes. Sé que toda enfermedad, problema o circunstancia yo la destruiré en Tu nombre, Jesús. Aunque el día de hoy me sienta rodeado como por abejas; o las circunstancias se enardezcan contra mí  como fuego de espinos; Sé que, en Tu nombre Jesús, yo les venceré. Tú eres mi ayudador. Tú eres mi cántico y mi fortaleza. Tú eres Jesús, mi Señor y Salvador. Por lo tanto, creo y declaro que yo, ________ (tu nombre aquí), ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! ¡Soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo! En el nombre de Jesús. Amén.
 Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012



Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Octubre 28                           2 Tes 2  /  Isa 27-28/ Sal 118

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