viernes, 30 de octubre de 2015

¿Cuándo te avergonzará Dios?



30 de Octubre
¡Jamás serás avergonzado(a)!
Por Riqui Ricón*
Y daré por respuesta a mi avergonzador, Que en tu palabra he confiado. No quites de mi boca en ningún tiempo la palabra de verdad, Porque en tus juicios espero (Sal 119.42-43).
¿Sabías que, hasta este momento de la historia, no existe un solo ser humano que haya sido avergonzado por haber confiado, con todo su corazón, en la Palabra de Dios? Esto se debe a que la Palabra de Dios es LA VERDAD. Así que, los Hijos de Dios NACIDOS DE NUEVO, JAMÁS seremos avergonzados de haber confiado en la Biblia.
De hecho, podemos y debemos, ante todo problema y circunstancia adversa, responderle al avergonzador que confiamos plenamente en la Palabra de Dios.
Oré al SEÑOR, y él me respondió; me libró de todos mis temores.   Los que buscan su ayuda, estarán radiantes de alegría; ninguna sombra de vergüenza les oscurecerá el rostro.  En mi desesperación oré, y el SEÑOR me escuchó; me salvó de todas mis dificultades.  Pues el ángel del SEÑOR es un guardián; rodea y defiende a todos los que le temen.  Prueben y vean que el SEÑOR es bueno; ¡qué alegría para los que se refugian en él!  Teman al SEÑOR, ustedes los de su pueblo santo, pues los que le temen tendrán todo lo que necesitan.  Hasta los leones jóvenes y fuertes a veces pasan hambre, pero a los que confían en el SEÑOR no les faltará ningún bien (Sal 34.4-10 NTV).
La Biblia es la Palabra de Dios y sabemos que Él NO PUEDE mentir, entonces, por ejemplo, si la Biblia dice que eres sano(a) por las heridas de Cristo Jesús, esa es la Verdad y cualquier enfermedad que estés padeciendo, se encuentra en tu cuerpo en contra de la Verdad y en contra de la Voluntad de Dios.
Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma (3 Jn 2).
Esta breve porción de la Escritura expresa magistralmente la voluntad de Dios para tu vida: Prosperidad en todas las cosas, salud, paz y gozo; en suma, una vida plena y abundante.
El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn 10.10).
Sin embargo, en ocasiones las personas se preguntan por qué si la Biblia es la Verdad, ellos no alcanzan a ver ni a experimentar la calidad de vida que en ella se promete. Para dar respuesta a esto, primero habría que preguntarse, ¿podría ser, habría la más remota posibilidad, que el que está equivocado seas tú y no el Señor ni Su Palabra?
Entonces respondiendo Jesús, les dijo: ¿No erráis por esto, porque ignoráis las Escrituras, y el poder de Dios?  (Mar 12.24).
Fe es creerle al Señor, es creerle a Su Palabra y el mayor estorbo para recibir las promesas de Dios mediante la fe es la condenación que obra a través del espíritu de temor. Me refiero a esa sensación de no ser lo suficientemente limpio, santo, digno o capaz de merecer un milagro y mucho menos el cumplimiento de una promesa de parte de Dios.
Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado sanará. Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace.  Al oírlo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe (Mat 8.8-10).
Cuánta luz puede traer a tu corazón este centurión que aunque no se sentía digno, tenía conciencia de la justicia y de la Verdad: Jesús es Dios y Su Palabra tiene todo el poder y toda la autoridad para hacerse valer y cumplirse a sí misma.
Dios no es un simple mortal para mentir y cambiar de parecer. ¿Acaso no cumple lo que promete ni lleva a cabo lo que dice?(Núm 23.19 NVI).
Si Dios lo dijo, entonces Él lo va a cumplir; si Dios lo habló, entonces el lo va a ejecutar.
Así que, la clave de todo es tu FE.
En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan (He 11.6 NVI).
La clave de todo es si tú le puedes creer a Dios, creyendo Su Palabra.
Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible (Mar 9.23).
La Biblia es la Ley de Justicia, es la Ley de Verdad y en ella Dios declara que al aceptar el pago que Jesucristo hizo con Su Vida, tú recibes la justificación o perdón de todos tus pecados para que ahora puedas recibir, por la fe en Él, la plenitud de vida.
Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna. Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro (Ro 6.22-23).
No te engañes a ti mismo(a), no existe precio ni trabajo ni acción alguna que tú puedas realizar para pagar, por tus medios, lo que Él ya hizo por Amor a ti. Podrías estar intentándolo hasta el fin de los tiempos y no lo vas a lograr. La buena noticia (Evangelio), es que Dios es digno de confianza y puedes creerle para recibir en este día tu justificación y la Vida plena que legítimamente te pertenecen. ¡Dios tiene Palabra de Honor!
Y el efecto de la justicia será paz; y la labor de la justicia, reposo y seguridad para siempre (Isa 32.17).
Puedes estar tranquila/tranquilo, nunca serás avergonzada/avergonzado por haber CREIDO a la Palabra de Dios.
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, es hermoso saber en quién he confiado  y a quién le he entregado mi vida y corazón: a Ti, precioso Dios que me has amado tanto que preferiste entregar a Tu propio Hijo antes que perderme a mí. A Ti que has hablado Palabras de Verdad y de Amor sobre de mí y de mi familia. Gracias, Señor, porque sé que ninguna de esas Palabras dejará de cumplirse en mi: soy amado(a) del Padre; soy más que vencedor(a); nada ni nadie me pueden hacer frente pues Tú, Señor Jesús, estás conmigo. No hay forma en que pueda perder en esta vida. ¡Jamás seré avergonzado(a) de haber creído Tu Palabra! ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! ¡Soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo! ¡Gracias, Señor Jesús! Amén.
 Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2010



Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.


Octubre 30                           1 Tim 1  /  Isa 31-33/ Sal 119.33-64

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