viernes, 23 de octubre de 2015

¡Cómo alcanzar la Redención!


24 de Octubre
¿Quién lo va hacer?

Por Riqui Ricón*
Y el Señor os haga crecer y abundar en amor unos para con otros y para con todos, como también lo hacemos nosotros para con vosotros, para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos (1 Tes 3.12-13).
En esta porción de la Escritura, la lectura del día de hoy te muestra cómo Dios lleva a cabo Su Plan Perfecto para tu redención. Tú HAS NACIDO DE NUEVO mediante la fe en Jesucristo, y es Él, el Señor tu Dios, quien te hace crecer y abundar en amor unos para con otros. No eres tú, no son tus actos  ni tu esfuerzo por agradarle lo que desarrolla el Amor en tu vida. ¡Es Él! ¡Solamente Él! ¡Es Su Plan!
O, ¿acaso puede mentir la Escritura cuando dice, de ti que eres renacido(a) (nacido(a) de nuevo) no de simiente corruptible, sino de simiente incorruptible por la Palabra de Dios que vive y permanece para siempre (1 P 1.23)?
Y es la Biblia, la Palabra de Dios que no miente, quien te dice claramente,  y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado (Ro 5.5).
Es el Amor de Dios, que ya ha sido derramado en tu corazón, y NO TUS ACCIONES, lo que te permite ser afirmado(a) e irreprensible en santidad delante de Dios TU Padre. ¿Te das cuenta? ¡Es Él! ¡Es el Espíritu Santo en ti!
No hay Amor tan grande, bueno, sublime y perfecto como el Amor que Dios siente por ti. Éste es el Amor Ágape, el Amor que todo lo espera, el que todo lo soporta, el que todo lo cree y nunca deja de ser. Es el Amor del Pacto Eterno mediante el cual Dios ha decidido amarte aunque tú no lo ames a Él.
Si dejamos de ser fieles, él seguirá siendo fiel, pues no puede negarse a sí mismo (2Ti 2.13 PDT).
Durante milenios la humanidad había estado desafiando a Dios invalidando Su Pacto y Él, ¿qué hizo? No nos destruyó ni aniquiló como bien hubiera podido hacer. ¡No! Sino que se propuso hacer un Nuevo Pacto, un mejor pacto establecido sobre mejores promesas. Un Nuevo Pacto que no será invalidado.
Y haré un pacto eterno con ellos: nunca dejaré de hacerles bien. Pondré en el corazón de ellos el deseo de adorarme, y nunca me dejarán (Jer 32:40 NTV).
Este Nuevo Pacto es establecido entre Dios y Su propio Hijo Jesús, quien pagando TODOS los pecados de la humanidad mediante el derramamiento de Su Sangre y de Su Vida, te da completo acceso a la Redención.
Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
¡Él lo prometió en la Biblia y Él lo cumplió!
Ahora bien, lo realmente hermoso del Evangelio, de las Buenas Noticias de Jesucristo, es que sucede exactamente lo mismo con la santidad que con la redención, pues la santidad no es algo que puedas alcanzar por esfuerzos propios sino que es un estado espiritual, una posición delante de Dios, que ya se te ha entregado cuando NACISTE DE NUEVO como un(a) Hijo(a) de Dios.
Algunos de ustedes antes eran así. Pero fueron limpiados; fueron hechos santos; fueron hechos justos ante Dios al invocar el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios (1Co 6:11 NTV).
Recuerda que DE NINGUNA MANERA eres un(a) pecador(a) salvo(a) por gracia. O eres pecador(a) o eres salvo(a), no puedes ser las dos cosas al mismo tiempo. ¡Eras pecador(a) y ahora eres salvo(a) por Su Gracia! De la misma forma, Su Gracia incluye tu santificación y santidad. ¡Esto es el Nuevo Pacto!
He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto  con la casa de Israel y con la casa de Judá.  No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová.  Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón;  y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo (Jer 31.31-33).
Yo te pregunto ¿Quién lo va hacer, tú o Él?
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, es muy hermoso y confortante saber que Tú eres Dios y que, por lo tanto, vas a cumplir en mi vida todas y cada una de Tus Palabras que has hablado respecto de mí. ¡Gracias! Puedo asegurar, conforme a Tu Palabra, que dichoso(a) es la mujer o el hombre que en Ti confía. Hoy hablo sanidad y vida a todo mi ser, espíritu, alma y cuerpo. Declaro que mi familia, todos mis seres queridos, vendrán a Ti, Señor Jesús. Creo y recibo la victoria, la vida nueva, la Vida Eterna plena y abundante que ganaste para mí, al morir pagando todos mis pecados y resucitar para darme la Vida Eterna. Soy un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo y nada ni nadie en este mundo me podrá hacer frente pues Tú, Jesús, estás conmigo. Todo problema, enfermedad o circunstancia que esté enfrentando en estos momentos la voy a vencer pues mayor eres Tú, Espíritu Santo, que vives en mí y conmigo, que el que está en el mundo. Me niego a temer pues yo estoy lleno(a) del Amor de Dios y el perfecto Amor echa fuera el temor. Padre, de acuerdo a Tu Palabra y mediante la muerte y resurrección de Tu Hijo Jesucristo (mi Señor y Salvador), Tú me has hecho justo(a), santo(a) y perfecto(a). Por eso, creo y declaro que lo mejor de mi Vida está por venir. ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero! ¡Soy dichoso(a)! ¡Soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo! En el nombre de Jesús. Amén.
 Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012



Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Octubre 24                          1 Tes 2.17-3.13  /  Isa 17-19 / Sal 114
1 de Tesalonicenses
17Pero nosotros, hermanos, separados de vosotros por un poco de tiempo, de vista pero no de corazón, tanto más procuramos con mucho deseo ver vuestro rostro; 18por lo cual quisimos ir a vosotros, yo Pablo ciertamente una y otra vez; pero Satanás nos estorbó. 19Porque ¿cuál es nuestra esperanza, o gozo, o corona de que me gloríe? ¿No lo sois vosotros, delante de nuestro Señor Jesucristo, en su venida? 20Vosotros sois nuestra gloria y gozo.
3
1Por lo cual, no pudiendo soportarlo más, acordamos quedarnos solos en Atenas,a 2y enviamos a Timoteo nuestro hermano, servidor de Dios y colaborador nuestro en el evangelio de Cristo, para confirmaros y exhortaros respecto a vuestra fe, 3a fin de que nadie se inquiete por estas tribulaciones; porque vosotros mismos sabéis que para esto estamos puestos. 4Porque también estando con vosotros, os predecíamos que íbamos a pasar tribulaciones, como ha acontecido y sabéis. 5Por lo cual también yo, no pudiendo soportar más, envié para informarme de vuestra fe, no sea que os hubiese tentado el tentador, y que nuestro trabajo resultase en vano.
6Pero cuando Timoteo volvió de vosotros a nosotros,b y nos dio buenas noticias de vuestra fe y amor, y que siempre nos recordáis con cariño, deseando vernos, como también nosotros a vosotros, 7por ello, hermanos, en medio de toda nuestra necesidad y aflicción fuimos consolados de vosotros por medio de vuestra fe; 8porque ahora vivimos, si vosotros estáis firmes en el Señor. 9Por lo cual, ¿qué acción de gracias podremos dar a Dios por vosotros, por todo el gozo con que nos gozamos a causa de vosotros delante de nuestro Dios, 10orando de noche y de día con gran insistencia, para que veamos vuestro rostro, y completemos lo que falte a vuestra fe?
11Mas el mismo Dios y Padre nuestro, y nuestro Señor Jesucristo, dirija nuestro camino a vosotros. 12Y el Señor os haga crecer y abundar en amor unos para con otros y para con todos, como también lo hacemos nosotros para con vosotros, 13para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos.[1]

Isaías
Profecía sobre Damasco
17
1Profecía sobre Damasco.a He aquí que Damasco dejará de ser ciudad, y será montón de ruinas. 2Las ciudades de Aroer están desamparadas, en majadas se convertirán; dormirán allí, y no habrá quien los espante. 3Y cesará el socorro de Efraín, y el reino de Damasco; y lo que quede de Siria será como la gloria de los hijos de Israel, dice Jehová de los ejércitos.
Juicio sobre Israel
4En aquel tiempo la gloria de Jacob se atenuará, y se enflaquecerá la grosura de su carne. 5Y será como cuando el segador recoge la mies, y con su brazo siega las espigas; será también como el que recoge espigas en el valle de Refaim. 6Y quedarán en él rebuscos, como cuando sacuden el olivo; dos o tres frutos en la punta de la rama, cuatro o cinco en sus ramas más fructíferas, dice Jehová Dios de Israel.
7En aquel día mirará el hombre a su Hacedor, y sus ojos contemplarán al Santo de Israel. 8Y no mirará a los altares que hicieron sus manos, ni mirará a lo que hicieron sus dedos, ni a los símbolos de Asera, ni a las imágenes del sol. 9En aquel día sus ciudades fortificadas serán como los frutos que quedan en los renuevos y en las ramas, los cuales fueron dejados a causa de los hijos de Israel; y habrá desolación. 10Porque te olvidaste del Dios de tu salvación, y no te acordaste de la roca de tu refugio; por tanto, sembrarás plantas hermosas, y plantarás sarmiento extraño. 11El día que las plantes, las harás crecer, y harás que su simiente brote de mañana; pero la cosecha será arrebatada en el día de la angustia, y del dolor desesperado.
12¡Ay! multitud de muchos pueblos que harán ruido como estruendo del mar, y murmullo de naciones que harán alboroto como bramido de muchas aguas. 13Los pueblos harán estrépito como de ruido de muchas aguas; pero Dios los reprenderá, y huirán lejos; serán ahuyentados como el tamo de los montes delante del viento, y como el polvo delante del torbellino. 14Al tiempo de la tarde, he aquí la turbación, pero antes de la mañana el enemigo ya no existe. Esta es la parte de los que nos aplastan, y la suerte de los que nos saquean.
Profecía sobre Etiopía
18
1¡Ay de la tierra que hace sombra con las alas, que está tras los ríos de Etiopía;a 2que envía mensajeros por el mar, y en naves de junco sobre las aguas! Andad, mensajeros veloces, a la nación de elevada estatura y tez brillante, al pueblo temible desde su principio y después, gente fuerte y conquistadora, cuya tierra es surcada por ríos. 3Vosotros, todos los moradores del mundo y habitantes de la tierra, cuando se levante bandera en los montes, mirad; y cuando se toque trompeta, escuchad.
4Porque Jehová me dijo así: Me estaré quieto, y los miraré desde mi morada, como sol claro después de la lluvia, como nube de rocío en el calor de la siega. 5Porque antes de la siega, cuando el fruto sea perfecto, y pasada la flor se maduren los frutos, entonces podará con podaderas las ramitas, y cortará y quitará las ramas. 6Y serán dejados todos para las aves de los montes y para las bestias de la tierra; sobre ellos tendrán el verano las aves, e invernarán todas las bestias de la tierra.
7En aquel tiempo será traída ofrenda a Jehová de los ejércitos, del pueblo de elevada estatura y tez brillante, del pueblo temible desde su principio y después, gente fuerte y conquistadora, cuya tierra es surcada por ríos, al lugar del nombre de Jehová de los ejércitos, al monte de Sion.
Profecía sobre Egipto
19
1Profecía sobre Egipto.a He aquí que Jehová monta sobre una ligera nube, y entrará en Egipto; y los ídolos de Egipto temblarán delante de él, y desfallecerá el corazón de los egipcios dentro de ellos. 2Levantaré egipcios contra egipcios, y cada uno peleará contra su hermano, cada uno contra su prójimo; ciudad contra ciudad, y reino contra reino. 3Y el espíritu de Egipto se desvanecerá en medio de él, y destruiré su consejo; y preguntarán a sus imágenes, a sus hechiceros, a sus evocadores y a sus adivinos. 4Y entregaré a Egipto en manos de señor duro, y rey violento se enseñoreará de ellos, dice el Señor, Jehová de los ejércitos.
5Y las aguas del mar faltarán, y el río se agotará y secará. 6Y se alejarán los ríos, se agotarán y secarán las corrientes de los fosos; la caña y el carrizo serán cortados. 7La pradera de junto al río, de junto a la ribera del río, y toda sementera del río, se secarán, se perderán, y no serán más. 8Los pescadores también se entristecerán; harán duelo todos los que echan anzuelo en el río, y desfallecerán los que extienden red sobre las aguas. 9Los que labran lino fino y los que tejen redes serán confundidos, 10porque todas sus redes serán rotas; y se entristecerán todos los que hacen viveros para peces.
11Ciertamente son necios los príncipes de Zoán; el consejo de los prudentes consejeros de Faraón se ha desvanecido. ¿Cómo diréis a Faraón: Yo soy hijo de los sabios, e hijo de los reyes antiguos? 12¿Dónde están ahora aquellos tus sabios? Que te digan ahora, o te hagan saber qué es lo que Jehová de los ejércitos ha determinado sobre Egipto. 13Se han desvanecido los príncipes de Zoán, se han engañado los príncipes de Menfis; engañaron a Egipto los que son la piedra angular de sus familias. 14Jehová mezcló espíritu de vértigo en medio de él; e hicieron errar a Egipto en toda su obra, como tambalea el ebrio en su vómito. 15Y no aprovechará a Egipto cosa que haga la cabeza o la cola, la rama o el junco.
16En aquel día los egipcios serán como mujeres; porque se asombrarán y temerán en la presencia de la mano alta de Jehová de los ejércitos, que él levantará contra ellos. 17Y la tierra de Judá será de espanto a Egipto; todo hombre que de ella se acordare temerá por causa del consejo que Jehová de los ejércitos acordó sobre aquél.
18En aquel tiempo habrá cinco ciudades en la tierra de Egipto que hablen la lengua de Canaán, y que juren por Jehová de los ejércitos; una será llamada la ciudad de Herez.
19En aquel tiempo habrá altar para Jehová en medio de la tierra de Egipto, y monumento a Jehová junto a su frontera. 20Y será por señal y por testimonio a Jehová de los ejércitos en la tierra de Egipto; porque clamarán a Jehová a causa de sus opresores, y él les enviará salvador y príncipe que los libre. 21Y Jehová será conocido de Egipto, y los de Egipto conocerán a Jehová en aquel día, y harán sacrificio y oblación; y harán votos a Jehová, y los cumplirán. 22Y herirá Jehová a Egipto; herirá y sanará, y se convertirán a Jehová, y les será clemente y los sanará.
23En aquel tiempo habrá una calzada de Egipto a Asiria, y asirios entrarán en Egipto, y egipcios en Asiria; y los egipcios servirán con los asirios a Jehová.
24En aquel tiempo Israel será tercero con Egipto y con Asiria para bendición en medio de la tierra; 25porque Jehová de los ejércitos los bendecirá diciendo: Bendito el pueblo mío Egipto, y el asirio obra de mis manos, e Israel mi heredad.[2]

SALMO 114

Las maravillas del Exodo
     1     Cuando salió Israel de Egipto,a
La casa de Jacob del pueblo extranjero,
     2     Judá vino a ser su santuario,
E Israel su señorío.
     3     El mar lo vio, y huyó;b
El Jordán se volvió atrás.c
     4     Los montes saltaron como carneros,
Los collados como corderitos.
     5     ¿Qué tuviste, oh mar, que huiste?
¿Y tú, oh Jordán, que te volviste atrás?
     6     Oh montes, ¿por qué saltasteis como carneros,
Y vosotros, collados, como corderitos?
     7     A la presencia de Jehová tiembla la tierra,
A la presencia del Dios de Jacob,
     8     El cual cambió la peña en estanque de aguas,d
Y en fuente de aguas la roca.[3]




a a 3.1: Hch. 17.15.
b b 3.6: Hch. 18.5.
[1] Reina Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. 1 Tes 2.17-3.13
a a 17.1–3: Jer. 49.23–27; Am. 1.3–5; Zac. 9.1.
a a 18.1–7: Sof. 2.12.
a a 19.1–25: Jer. 46.2–26; Ez. 29.1—32.32.
[2] Reina Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Is 16.14-19.25
a a 114.1: Ex. 12.51.
b b 114.3: Ex. 14.21.
c c 114.3: Jos. 3.16.
d d 114.8: Ex. 17.1–7; Nm. 20.2–13.
[3] Reina Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Sal 113.9-114.8

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Qué piensas al respecto?