viernes, 26 de octubre de 2012

¿Te sientes atrapado(a)?

 
 
Lunes 15 de Octubre de 2012.
¡Él rompió tus prisiones!
Por Riqui Ricón*
Alabad a Jehová, porque él es bueno; Porque para siempre es su misericordia. Díganlo los redimidos de Jehová, Los que ha redimido del poder del enemigo… Los sacó de las tinieblas y de la sombra de muerte, Y rompió sus prisiones… Envió su palabra, y los sanó, Y los libró de su ruina (Sal 107.1-2, 14, 20).
Ser un creyente significa más que sólo creer en Dios, significa creerle a Él, creer que lo que Él dice lo va a cumplir, que primero el cielo y la tierra dejarán de existir antes de que Su Palabra deje de cumplirse.
Escribid, pues, vosotros a los judíos como bien os pareciere, en nombre del rey, y selladlo con el anillo del rey; porque un edicto que se escribe en nombre del rey, y se sella con el anillo del rey, no puede ser revocado (Est 8,8).
Si esto es cierto para las leyes que dictan los seres humanos (pues las leyes se tienen que cumplir), cuánto más lo será para las Palabras que han salido de la boca de Dios.
Te animo a que hoy te detengas un poquito a meditar conmigo: ¿Qué quiero decir cuando declaro que la Biblia es la Palabra de Dios? ¿En verdad creo que la Biblia son las Palabras que han salido de la boca de Dios?
El profeta Isaías declaró,
¿Quién ha creído a nuestra palabra y sobre quién se ha manifestado el poder del Señor? Éste (el que cree) subirá cual renuevo delante de Dios (Isa 53.1).
De acuerdo a la Biblia, que es la Palabra de Dios, y no miente, ¡todos los que creemos que la Biblia efectivamente es la Palabra de Dios somos renovados, hechos de Nuevo, dotados de una Nueva Naturaleza, y subiremos delante de Él!
Así que, si Dios dice que envió Su Palabra para sanarte y librarte de la ruina, entonces, ¿qué vas hacer? ¿Vas a creer al conocimiento natural que por medio de tus sentidos te dice que estás enfermo(a) y que probablemente no llegarás a viejo(a)? ¿Vas a creer lo terrible de tu situación que te habla dejándote sin esperanzas para tu familia, vida o matrimonio? ¿Vas a creerle a la tristeza y a la depresión que te acusan constantemente de tus fracasos y pecados para convencerte que no vale la pena vivir?
Yo que tú, le creería a Dios, pues Él no puede mentir y toda Palabra que sale de la boca de Dios es Verdad.
El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán (Lc 21.33).
Así que determínate a ser sano y a ser libre.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo, Jesucristo, para pagar todos tus pecados, antes que perderte a ti.
Miren lo grande que es el amor que el Padre nos ha mostrado, ¡hasta llega a hacer posible que seamos llamados hijos de Dios! Y eso es lo que de verdad somos. Por eso la gente del mundo no nos conoce, pues el mundo no conoce a Dios (1 Jn 3.1 PDT).
Jesús no sólo pagó con Su Vida todos tus pecados para justificarte y que fueras perdonado(a), sino que resucitó venciendo a la muerte para darte la Vida Eterna que solamente pueden tener los Hijos de Dios Nacidos de Nuevo.
El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn 10.10).
La vida que Jesús y Dios, tú Padre, han preparado para ti no es cualquier tipo de vida. No es un “borrón y cuenta nueva”. Es una vida nueva totalmente diferente a lo que te puedas imaginar. ¡Es la Vida Eterna! La única vida, realmente, plena y abundante.
Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma (3 Jn 2).
En una ocasión, un padre de familia, que había acudido a Jesús por la sanidad de su hijo, le dijo: “si puedes hacer algo ten misericordia de nosotros y ayúdanos” a lo que Jesús le respondió, “si puedes creer, al que cree TODO le es posible” (Mar 9.22-23).
Determínate, el día de hoy, a dejar a un lado, de una vez y para siempre, todas las dudas que produce el  espíritu de temor. Resístele, pues la escritura dice,
Así que sométanse a Dios.  Resistan al diablo,  y él huirá de ustedes (Stg 4.7).
 ¡No temas, cree solamente! ¡Dios es bueno y para siempre es Su misericordia!
Pero ustedes son un pueblo escogido por Dios, sacerdotes al servicio del Rey, una nación santa, y un pueblo que pertenece a Dios, quien los escogió para que anuncien las poderosas obras que ha hecho y los llamó a salir de la oscuridad para entrar en su luz maravillosa. Antes, ustedes no eran ni siquiera un pueblo, pero ahora son el pueblo de Dios. Ustedes no habían recibido compasión, pero ahora han recibido la compasión de Dios (1 P 2.9-10).
Jesús ya te sacó de las tinieblas y de la sombra de muerte. ¡Él ya rompió tus prisiones! Ahora eres real sacerdocio, una nación santa, pueblo adquirido por Dios. ¡Eres un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo!
siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre (1 P 1.23).
Así que, vive este día con gozo y plena certeza de fe, pues la Biblia es, efectivamente, la Palabra de Honor de Dios y si Él lo dijo, entonces, Él lo va a cumplir, si Dios lo habló, entonces, Él lo va a ejecutar.
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, te doy muchas gracias porque lámpara es a mis pies Tu Palabra y la luz que ilumina mi camino. Señor, sé que no mientes y que no puedes mentir, también sé que tu Palabra es la Verdad y se va a cumplir TODA. Tú has dicho que me amas tanto que me librarás del lazo del cazador y de la peste destructora. Cúbreme con tus plumas, pues debajo de Tus alas yo estoy segura(o). Tu Palabra es mi escudo y mi espada, así que no voy a temer al terror nocturno, ni saeta que vuele de día, ni pestilencia que ande en obscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya, ya que caerán a mi lado mil y diez mil a mi diestra mas a mí no llegará, porque Tú, Jesús, estás conmigo. Hoy declaro, confiado en la Palabra de Dios, que de todo problema, angustia o enfermedad, yo, ____________ (tu nombre aquí), voy a salir más que vencedor(a) por medio de Aquel que me amó, Cristo Jesús, mi Rey, Señor y Salvador. Voy a vivir este día en plenitud de certeza de vida pues yo en Ti, Señor, confío. Jehová de los ejércitos, Dios y Padre Eterno, dichoso, dichosa, el hombre y la mujer que en ti confían. ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! En el nombre de Jesús. ¡Amén!
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2011
 

Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Octubre 15                   Apo 15 /  Est 7-8 / Sal 107.1-22
 


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