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miércoles, 25 de enero de 2012

¡Cómo hacer del 2012 el año más dulce de tu vida!


Jueves 19 de Enero de 2012.

¡Más dulce que la miel!

Por Riqui Ricón*

La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos. El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre; Los juicios de Jehová son verdad, todos justos. Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado; Y dulces más que miel, y que la que destila del panal (Sal 19.7-10).

Es asombroso ver como las personas vienen con alguna necesidad y al tratar de dirigirlos hacia la Palabra de Dios diciéndoles, “veamos lo que dice la Biblia”, esto parece no satisfacerles, ni ser la respuesta que esperan, y normalmente responden, “sí, sí, yo sé que la Biblia dice eso pero…”.

¿Sabes tú lo que la conjunción, “pero” significa? Literalmente significa, voy a contradecir lo que acabo de decir. Así que, si alguna vez llegas a pensar, “bueno, sí yo creo que la Biblia es la Verdad pero…”. Pon mucha atención porque estás a punto de negar lo que acabas de decir.

La Biblia es la Palabra de Dios y es perfecta y convierte el alma; La Biblia es fiel, que hace sabio al sencillo. La Palabra de Dios es recta, que alegra el corazón; la Biblia es pura, que alumbra los ojos. El amor al Señor es limpio, que permanece para siempre; La Palabra de Dios es verdad, toda ella justa. Deseable es más que el oro, y más que mucho oro afinado; y dulce más que la miel, y que la que destila del panal.

Sin peros, la respuesta a todas nuestras necesidades está en la Biblia, que es la Palabra de Dios y no puede mentir, pues si Dios lo dijo, entonces, Él lo va a cumplir, si Dios lo habló, entonces, Él lo va a ejecutar. ¡Dios tiene Palabra de Honor!

Por esta razón, es tan importante que TODOS los días pongas la Biblia en tu boca, mente y corazón. Que estés continua y constantemente escuchando, leyendo y meditando la Perfecta, Eterna e Infalible Palabra de Dios.

Es ésta, la Palabra de Honor del único Dios vivo y verdadero, quien te asegura que:

 Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento (Sal 23.1-4).

Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús (Fil 4.19).

Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó (Ro 8.37).

quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados (1 P 2.24).

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).

Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él (1 Jn 3.1).

Así que, no dudes más, ¡Dios te ama! Y esto, mi amiga(o), es más dulce que la miel.

Oremos en voz audible:

Precioso, Señor Jesús, no tengo palabras con las cuales agradecerte lo que hiciste al morir en la cruz por amor a mí. Gracias porque ahora he sido justificada(o) en Tu Sangre; todos mis pecados han sido perdonados y he sido santificada(o) para ser adoptado dentro de la familia del Padre. ¡Soy un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo! Hoy me puedo acercar  confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. Y, por si fuera poco, te tengo como garantía a Ti, Espíritu Santo, y Tu bendita Palabra. ¡Gracias! ¡Muchas gracias! Por este Amor, tengo Vida Eterna y todo el derecho para hacer de mi vida una vida plena y abundante. Amado Padre celestial, Tu Palabra es Palabra de Honor y ahora estoy convencida(o) que Tú suplirás todo lo que me falta conforme a Tus riquezas en gloria. ¡Nada me faltará! Y aunque ande en valle de sombra y de muerte, no voy a temer mal alguno, porque Tú, Señor, estás conmigo. ¡Muchas gracias! Por este Amor, puedo declarar confiadamente, con toda certeza, que, ¡soy sana(o)! ¡Soy libre! ¡Soy próspera(o)! Recibo el Amor, el gozo y la paz que mi Padre celestial compró para mí al precio de la Sangre de Su Hijo Jesús. Yo creo que la Biblia es Tu Palabra, Señor, por lo que, ¡No hay forma que pueda perder! En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2010




Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Enero 19                                Luc 14.25-35  /  Gen 26  /  Sal 19


martes, 24 de enero de 2012

¡El Poder que está en ti!

Miércoles 18 de Enero de 2012.
¡Hijos del Rey! ¡Ceñidos de poder!
Por Riqui Ricón*
Dios es el que me ciñe de poder, Y quien hace perfecto mi camino; Quien hace mis pies como de ciervas, Y me hace estar firme sobre mis alturas; Quien adiestra mis manos para la batalla, Para entesar con mis brazos el arco de bronce (Sal 18.32-34).
Cada vez que leo el Salmo 18 no puedo más que recordar la promesa que Dios hizo de hacer con nosotros un Nuevo Pacto. Un Pacto que no pudiese ser invalidado por nuestros errores, ni pecados y que, por lo tanto, permitiera a Dios derramar Su Amor y bendiciones sobre nuestras vidas. Piénsalo bien, el Nuevo Pacto no depende de ti o de mí, ni de nuestras acciones, sino de la Palabra de Aquel que entrego Su Vida por amor a ti.
Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas. Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo. Porque reprendiéndolos dice: He aquí vienen días, dice el Señor, En que estableceré con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo pacto; No como el pacto que hice con sus padres El día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto; Porque ellos no permanecieron en mi pacto, Y yo me desentendí de ellos, dice el Señor. Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel Después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en la mente de ellos, Y sobre su corazón las escribiré; Y seré a ellos por Dios, Y ellos me serán a mí por pueblo; Y ninguno enseñará a su prójimo, Ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor; Porque todos me conocerán, Desde el menor hasta el mayor de ellos. Porque seré propicio a sus injusticias, Y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades. Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer (He 8.6-13).
Es por este Nuevo Pacto en la Sangre de Jesucristo que tú fuiste renovada(o) por el Espíritu Santo, a través del Nuevo Nacimiento, de tal forma que, sin lugar a dudas, Él te ciñe de poder y HACE PERFECTO TU CAMINO.
Así que, no es que tú, con tus esfuerzos o “pagando el precio” en ayuno, oración o con algún tipo de sacrificio puedas estar firmes en las alturas, pues, No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos (Zac 4.6).
Todo esto es realmente asombroso y maravilloso. Dios te manifiesta un Amor de verdadero Padre al diseñar un plan donde no haya forma en la que puedas perder. Es Su Gracia, eterna e infinita, manifestada en la persona de Jesucristo, lo único que te permite ser más que vencedor(a) por medio de ese Amor.
Así que, ¡ten ánimo y no temas! ¡Cree solamente! Eres un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo; siendo renacida no de una simiente corruptible sino de una incorruptible que es la Palabra de Dios que vive y PERMANECE PARA SIEMPRE. Sea cual sea la situación o necesidad que hoy estés enfrentando, estás ceñida(o) del Poder de Dios para salir más que vencedor(a) en cualquier cosa.
Dios no puede mentir, si Él lo dijo, entonces, lo va a cumplir; si Él lo habló, entonces, lo va a ejecutar. Por lo tanto, deja de escuchar esas voces malignas que te destinan al fracaso, la vergüenza y la condenación. Escucha a tu Padre que te dice: Yo, yo soy el que te ciñe de poder y hago perfecto tu camino; te hago de pies ligeros para que estés firme en tus alturas. Adiestro tus manos para la batalla porque vas a ganar; ensancho tus pasos delante de ti y tus pies no resbalarán.
¡Eres un(a) Hija(o) del Rey! ¡Ceñida(o) de Poder!
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, te doy gracias en este día, pues yo sé que, de acuerdo a Tu Palabra, la Biblia, que no miente, por la Sangre de Tu Hijo Jesús, me has hecho Tu Hija(o) para reinar sobre la tierra. Gracias, Señor Jesús, pues ahora Tú eres el mediador de un mejor Pacto, establecido sobre mejores promesas. ¡Alabo y bendigo Tu Nombre! Porque ahora me encuentro ceñida(o) de Poder para vencer sobre todo problema, enfermedad o circunstancia que pretenda evitar que yo reciba el cumplimiento de todas y cada una de Tus promesas que has hecho en la Biblia. Mi camino es perfecto y estoy sobre las alturas. Por lo tanto, me determino a no pensar, hablar o sentir acerca de mí, como un(a) fracasada(o), ni frustrada(o), ni vencida(o), ni hipócrita, ni ningún otro pensamiento, palabra o actitud de engaño y mentira hacia mi persona. Por Tu Gracia y Amor yo soy quién Tú dices que soy: justificada(o) y perdonada(o); un(a) Hija(o) Tuya(o) Nacida(o) de Nuevo. Así que, tengo toda la autoridad y libertad para actuar y vivir manifestando lo que ya soy: justa(o), santa(o) y perfecta(o). No porque tenga que hacerlo como si careciera de ello, sino porque, gracias a Ti, Jesucristo, eso es lo que soy. En consecuencia, en este día, me declaro sana(o), libre, prospera(o) y en paz para vivir esa vida plena y abundante que mi Señor y Salvador Jesucristo compro para mí. En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2010


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Enero 18                                Luc 14.1-24  /  Gen 25  /  Sal 18

lunes, 23 de enero de 2012

¡Esta es UNA de las razones por las cuales puedes afirmar que no hay forma en la que puedas perder en esta vida!

Martes 17 de Enero de 2012.
¡Esto significa ser un(a) Hija(o) del reino de Dios!
Por Riqui Ricón*
Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán. Después que el padre de familia se haya levantado y cerrado la puerta, y estando fuera empecéis a llamar a la puerta, diciendo: Señor, Señor, ábrenos, él respondiendo os dirá: No sé de dónde sois. Entonces comenzaréis a decir: Delante de ti hemos comido y bebido, y en nuestras plazas enseñaste. Pero os dirá: Os digo que no sé de dónde sois; apartaos de mí todos vosotros, hacedores de maldad. Allí será el llanto y el crujir de dientes, cuando veáis a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y vosotros estéis excluidos. Porque vendrán del oriente y del occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios (Luc 13.24-29).
El reino de Dios es, en contraste con el reino carnal de este mundo, el reino del Espíritu Santo. Es la dimensión donde nosotros, los Hijos de Dios nacidos de Nuevo a imagen y semejanza de nuestro Padre, podemos y debemos realizar la vida eterna, vida plena y abundante, que por Jesús nos ha sido concedida.
Muchos creyentes fallan al confundir el reino de Dios con el cielo y al creer que serán merecedores de entrar al reino si realizan suficientes obras de justicia, olvidando que la Biblia, la Palabra de Dios, que no miente, nos enseña claramente que, por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas (Efe 2.8-10).
Y, sobre todo, el reino de Dios es el tiempo presente, es este momento que estás viviendo, aquí y ahora, como escribiera ese erudito cristiano C. S. Lewis, autor de Las Crónicas de Narnia, "Los humanos viven en el tiempo, pero Dios les destina a la Eternidad. Él quiere, por tanto, creo yo, que atiendan principalmente a dos cosas: a la eternidad misma y a ese punto del tiempo que llaman el presente. Porque el presente es el punto en el que el tiempo coincide con la eternidad. Del momento presente, y sólo de él, los humanos tienen una experiencia análoga a la que Dios tiene de la realidad como un todo; sólo en el presente la libertad y la realidad les son ofrecidas”  (C. S. Lewis, Cartas a un diablo novato, 1941).
Preguntado por los fariseos, cuándo había de venir el reino de Dios, les respondió y dijo: El reino de Dios no vendrá con advertencia, ni dirán: Helo aquí, o helo allí;  porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros (Luc 17.20-21).
Jesús les advertía a los judíos que podrían quedar excluidos del reino mientras que muchos otros que no son judíos serán aceptados y tendrán un lugar dentro del reino de Dios. La buena noticia, y la única noticia, porque de esto se trata el Evangelio, es que tú y yo, las Hijas e Hijos de Dios Nacidos de Nuevo somos los hijos y ciudadanos de dicho reino.
Así que, si tú y yo somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas, entonces lo único que tenemos que hacer es creer, creerle a Dios, creerle a la Biblia y comenzar a caminar en esas buenas obras manifestando nuestra nueva naturaleza como Hijos semejantes al Padre.
En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia; Estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza (Sal 17.15).
Así es mi amada(o), tú estarás satisfecha(o) cuando te des cuenta que, de acuerdo a la voluntad de Dios, por Su Amor y el sacrificio de Jesús en la cruz, tú eres un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo y puedes, y debes, vivir una vida plena y abundante, pues ahora tú eres conforme a Su semejanza.
De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre (Jn 14.12).
En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como él es, así somos nosotros en este mundo (1 Jn 4.17).
No es lo difícil, ni lo concluyente de tu situación, enfermedad o problema lo que determina cómo vas a concluir y salir de todo eso, sino lo que Dios dice en Su Palabra acerca de ti y de las capacidades que ahora tienes como Hija(o) del Reino. ¡No hay forma que puedas perder en esta vida!
Oremos en voz audible:
Amado padre celestial, quiero agradecerte por Tu gran Amor con que me has amado, pues no solo me justificaste y perdonaste al pagar todos mis pecados con la Vida y la Sangre de Tu Hijo Jesús, sino que, además, me has adoptado como Hija(o) Tuya(o), según el puro afecto de Tu Voluntad, para darme Vida Eterna haciéndome un(a) Hija(o) del Reino. Muchas gracias, Señor Jesús, pues ahora sé que, en todas las cosas, soy más que vencedor(a) por medio de Tu Amor. ¡Soy heredera(o) de Dios y coheredera(o) juntamente con Cristo Jesús! He decidido, con Tu ayuda, Espíritu Santo, tomar mi identidad como Hija(o) del Rey, así como asumir mi posición dentro del Reino. Por lo tanto, resisto al espíritu de temor y de duda. Me declaro sana(o) de cualquier enfermedad o dolencia y confío plenamente que Tú, mi Dios, suplirás todo lo que me falta conforme a Tus riquezas en gloria. Ahora sé que, en verdad, las cosas que mi Rey y Salvador hizo, las mismas yo puedo hacer y aún mayores, porque Tú, Jesús estás con Tu Padre, quién es también mi Padre. En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2010


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Enero 17                                Luc 13.18-35  /  Gen 24  /  Sal 17

sábado, 21 de enero de 2012

¡Aquí las razones por las cuales Satanás JAMÁS podrá vencerte!


Lunes 16 de Enero de 2012.

¡Mucho más que un(a) Hija(o) de Abraham!

Por Riqui Ricón*

Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, eres libre de tu enfermedad… Y a esta hija de Abraham, que Satanás había atado dieciocho años, ¿no se le debía desatar de esta ligadura en el día de reposo? (Luc 13.12, 16).

Muy interesante e ilustrativa es la forma en que Jesús se dirigió a esta mujer enferma pues no le dijo se libre o te desato de tu enfermedad sino que le aclaró, le enseñó, algo que aparentemente no sabía: ¡ella ya era libre de su enfermedad!

De hecho, una de las versiones más antiguas de la biblia, la Septuaginta, lo expresa así: Y viéndola Jesús, voceóle y díjole: «Mujer, libre estás de tu enfermedad».

Lo que Jesús estaba enseñando es que, una hija de Abraham está bajo el pacto de bendición que Dios estableció con Abraham y su simiente y, por lo tanto, tiene todo el derecho legal y espiritual de ser y estar sana, pues Dios jamás ha faltado, ni faltará, a Su Palabra.

Si el antiguo pacto era un pacto de bendición y funcionaba, ¿cuánto más el Nuevo Pacto que es un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas?

Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero), para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu… Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa  (Ga 3.13-14, 29).

Necesitas comprender que tú, además de ser hija(o), linaje, de Abraham y heredera(o) de las promesas del Nuevo Pacto, has sido comprada(o) y redimida(o) al precio de la Sangre de Jesucristo con el propósito expreso de ser hecha(o) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo y no vivir, nunca más, bajo maldición sino en la bendición de Dios.

Es por eso que puedes presentarte con toda confianza y seguridad delante de tu Padre y recibir de Él TODO lo que te ha prometido.

Guárdame, oh Dios, porque en ti he confiado. Oh alma mía, dijiste a Jehová: Tú eres mi Señor; No hay para mí bien fuera de ti (Sal 16.1-2).

Tu confianza, garantía y plena seguridad fluye de la Biblia, la Palabra de Dios, pues Él no miente ni se arrepiente y TODAS Sus promesas se cumplirán, sin faltar una de ellas.

Y daré por respuesta a mi avergonzador, Que en tu palabra he confiado (Sal 119.42).

Así que, sea cual sea la situación o problema que estás enfrentando hoy, te puedo decir con toda seguridad, no temas, cree solamente pues Aquel que no escatimó a Su propio Hijo sino que lo entregó por amor a ti, Él mismo te responderá y te dará junto con Jesús TODAS LAS COSAS. Dios no te ha dejado ni te dejará jamás.

El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? (Ro 8.32).

Aunque mi padre y mi madre me dejaran, Con todo, Jehová me recogerá (Sal 27.10).

¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti (Isa 49.15).

La Verdad es que Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su Propio Hijo antes que perderte a ti. Ningún problema, enfermedad o necesidad que estés enfrentando el día de hoy es voluntad de tu Padre celestial. Lo que sí es Su Voluntad es que te levantes y enfrentes esas situaciones sabiendo que de todas ellas saldrás más que vencedor(a).

Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma. Pues mucho me regocijé cuando vinieron los hermanos y dieron testimonio de tu verdad, de cómo andas en la verdad (3 Jn 2-3).

La Palabra de Dios, la Biblia, es la Verdad y el que tú camines en la Verdad siempre le produce gozo a Dios. Se comienza sabiendo que la Voluntad de Dios para tu vida es buena, agradable y perfecta. Después, decides creerlo puesto que sabes que Dios no miente y que lo que Él dice en Su Palabra lo va a cumplir ya que Dios si tiene Palabra de Honor. Por último actúas conforme a lo que crees y sabes. Si la Biblia dice que todo lo puedes en Cristo, entonces, sábete, siéntete y actúa como una(o) que todo lo puede en Cristo; si la Biblia dice que en todas las cosas eres más que vencedor(a), entonces, sábete, siéntete y actúa como una(o) que es más que vencedor(a) en todas las cosas. Si la Biblia dice que Dios te ama tanto que pagó todos tus pecados con la Sangre de Su Hijo Jesús para perdonarte y llamarte Hija(o), entonces, sábete, siéntete y actúa como un(a) Hija(o) Amada(o) de Dios.

El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn 10.10).

Resiste al miedo, a la ansiedad, a la soledad, a la tristeza, a la depresión, a la pobreza, a la enfermedad y todo lo que te quiera robar tu identidad como un(a) Hija(o) de Dios nacida(o) de Nuevo y amada(o) de Él. Ahora, en Cristo Jesús tienes todo el derecho a una vida plena y abundante.

Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo (Jn 16.33).

¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? (Ro 8.31).

Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía (Sal 84.12).

La vida como un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo no quiere decir que no tendrás problemas o aflicciones, sino que puedes confiar en Jesús, Él ya venció por ti y para ti; ¡Dios está contigo! Y si Dios está contigo, en verdad, ¿quién contra ti? En medio de lo que estés enfrentando el día de hoy ten paz y dicha, y pon toda tu confianza en tu Señor.

Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro (He 4.16).

Así que, acércate, hoy, confiadamente al trono de la gracia y recibe el oportuno socorro. Recibe tu sanidad, restauración y liberación en el nombre de Jesús. Pon tu confianza en Dios, Él es el que te guarda. Tú eres más que un(a) Hija(o) de Abraham, eres un(a) Hija(o) del único Dios y no hay para ti bien fuera de Él.

Oremos en voz audible:

Amado Padre celestial, te doy gracias porque hoy sé que puedo enfrentar con confianza cualquier problema, enfermedad o necesidad que venga a mi vida. Gracias por tanto y tan grande amor, que estando yo muerta(o) en delitos y pecados me diste vida juntamente con Cristo. Gracias porque la vida que me has dado es la Vida Eterna, la Vida Plena y Abundante que sólo tus hijos podemos gozar. Gracias, Señor Jesús, muchas gracias. Por esto me determino, con toda la ayuda que Tú, Espíritu Santo, me puedas dar, a vivir esta vida en plenitud, en certeza de fe, con gozo, sabiendo que saldré más que vencedor(a) en todas las cosas. ¡Resisto a Satanás! ¡Resisto a sus engaños y mentiras! ¡Yo soy la persona que Tú, mi Dios y Padre, dices en Tu Palabra que yo soy! ¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece! ¡En todas las cosas soy más que vencedor(a) por medio de Aquel que me amó, Cristo Jesús! ¡Mi Dios, pues, suplirá todo lo que me falta conforme a Sus riquezas en gloria! ¡Caerán a mi lado mil y diez mil a mi diestra mas a mí no llegará, porque aunque ande en valle de sombra y de muerte no temeré mal alguno, porque Tú, Señor, mi Dios, estás conmigo! ¡Soy sana(o)! ¡Soy libre! ¡Soy prospera(o)! ¡Soy feliz! En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2010




Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Enero 16                                Luc 13.1-17  /  Gen 23  /  Sal 16

miércoles, 18 de enero de 2012

¡Hay un lugar donde siempre podrás vencer!

Domingo 15 de Enero de 2012.
¡Permanentemente en Su Presencia!
Por Riqui Ricón*
Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién morará en tu monte santo? El que anda en integridad y hace justicia, Y habla verdad en su corazón (Sal 15.1-2).
¿Quién no querría vivir en la Presencia de Dios? Pienso que solamente aquellos que no lo conocen, pero nosotros, sus Hijas e Hijos amados, anhelamos estar con Él.
En la lectura de hoy, el Salmo 15 nos da una lista de conductas que manifiestan aquellos que habitan en Su Presencia y, además, nos ofrece una garantía pues termina declarando: El que hace estas cosas, no resbalará jamás.
Durante muchos años yo cometí el error de intentar desarrollar, una y otra vez, esas conductas en mi vida y, aunque he sido un hombre de oración, muy pocos resultados obtuve al respecto, hasta que me di cuenta cabal de lo que el versículo dos dice: para andar en integridad y hacer justicia tiene que habitar la Verdad en mi corazón.
Jesús nos enseña que, El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca (Luc 6.45).
Nota que lo único que tienes que hacer es creer, creerle a Dios, creer que la Biblia es realmente la Palabra de Dios, y comienza a llenar tu corazón de Su Palabra; nota que para despojarme del hombre viejo que está viciado conforme a los deseos engañosos y renovarme en el espíritu de mi mente vistiéndome del hombre nuevo creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad (Efe 4.22-24), lo único que necesitas hacer es creerle a Dios y a llenar tu corazón con Su Palabra, la Biblia, y de esta forma comenzarás hablar la Verdad.
Y llamó el ángel de Jehová a Abraham por segunda vez desde el cielo, y dijo: Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único hijo; de cierto te bendeciré, y multiplicaré  tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar;  y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos. En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra,  por cuanto obedeciste a mi voz (Gen 22.15-18).
Se piensa por ahí, que cuando Abraham iba en camino a sacrificar a su hijo Isaac, realizó una gran lucha por obedecer a Dios y llevar a cabo, con mucho sacrificio y dolor, lo que se le pedía. Si en verdad Abraham hubiese ido en sus fuerzas, en su carne, jamás se le habría contado como justicia, pues no dice la Escritura, “pagó el precio Abraham y se le conto por justicia” sino que dice Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia (Gen 15.6).
 Fue por creer y no por pagar que Abraham obtuvo semejante promesa por parte de Dios, quien, sin ninguna reserva, le juro por Sí mismo.
Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía su unigénito, habiéndosele dicho: En Isaac te será llamada descendencia; pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir (He 11.17-19).
Así es familia, Abraham no pagó ningún precio, ni sufrimiento, ni dolor por lo que se le pedía. Abraham sabía perfectamente bien en Quién había creído, en el Todopoderoso Dios, quien no miente ni se arrepiente y Dios le había dado Su Palabra que de Isaac vendría su descendencia y el cumplimiento de TODO lo que Él, le había prometido.
¡Abraham le creyó a Dios!
Es tu fe en la Biblia, y no tus esfuerzos, lo que realmente te va a permitir manifestar la conducta de un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo. Es tu fe en la Biblia y no tus esfuerzos para habitar permanentemente en Su Presencia.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2010


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Enero 15                                Luc 12.32-59  /  Gen 22  /  Sal 15