martes, 26 de marzo de 2019

¿Cuándo es que saldrás de ese hoyo?


7 de Octubre


¡No hay forma que puedas perder!

Por Riqui Ricón *


…porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos (Apo 7.17).


Mas tú, Jehová, permanecerás para siempre, Y tu memoria de generación en generación. Te levantarás y tendrás misericordia de Sion, Porque es tiempo de tener misericordia de ella, porque el plazo ha llegado (Sal 102.12-13).


Todo plazo tiene su término y el tuyo se cumplió cuando Jesucristo pronunció sus últimas palabras sobre la cruz: consumado es. ¡Está hecho!


Cada una de las promesas expresadas en la Biblia, que es la Palabra de Dios y no miente, encontraron su cumplimiento para ti a través de la muerte y resurrección de Cristo Jesús.


¿Y qué significa esto? Qué el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo, ahora es tu pastor y en este día, en este preciso momento, Él te está guiando a fuentes de aguas que son una fuente dentro de ti, que saltan para que puedas vivir una Vida Plena y abundante: ¡Una Vida Eterna!


Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).


¡Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti!


Lo hizo para que creas en Él, para que creas en Su nombre y para que le creas a Él. Dios entregó a Su propio Hijo por Amor a ti y para que creas que si Él dice en Su Palabra que tú, aunque andes en el valle de sombra y de muerte no temerás porque Él está contigo, entonces, esa es la verdad: ¡Él está contigo!


Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo (Sal 23.4).


¡Dios no te ha dejado, ni te dejará jamás!


Por lo tanto, puedes afirmarte ante cualquier circunstancia o adversidad y declarar con plena confianza: Si Dios es conmigo, ¿quién contra mí?


¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? (Ro 8.31-32).


El tiempo de la misericordia de Dios no será cuando VEAS la respuesta a las oraciones que levantas delante de Su presencia, sino que, el tiempo de la misericordia de Dios ES cuando CREES plenamente a Su Palabra. Cuando estás totalmente seguro(a), plenamente convencido(a), que si Dios lo dijo, entonces, Él lo va a cumplir, que si Él lo habló, entonces, Dios lo va a ejecutar.


Dios no es un simple *mortal  para mentir y cambiar de parecer.   ¿Acaso no cumple lo que promete  ni lleva a cabo lo que dice? (Num 23.19 NVI).


Dios está enjugando, limpiando, toda lagrima de tus ojos para que puedas ver con claridad que la noche ha quedado atrás y que lo mejor de tu vida ya está delante de ti.


Yo Jehová la guardo, cada momento la regaré; la guardaré de noche y de día, para que nadie la dañe (Isa 27.3).


Así que, no le des lugar al temor y a la duda sino fortalécete en el Señor y en el Poder de Su fuerza que es Su Palabra, pues, tu Dios y Padre sí tiene Palabra de Honor.


Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados (Ro 8.28).


¿Amas tú a Dios? Entonces debes saber y creer que eres un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(o) de Nuevo, llamado(a) por Él, conforme a Su propósito, y todas, absolutamente todas, las cosas que suceden en tu vida te ayudarán a bien.


Dios se ha comprometido con Su Palabra de Honor a que esos problemas, aflicciones y enfermedades Él los cambiará para bien tuyo.


Hijitos, vosotros sois de Dios y habéis vencido a los enemigos de Cristo, porque el Espíritu que está en vosotros es mayor que el espíritu que está en el mundo (1 Jn 4.4 CST).


Sea cual sea la aflicción que el día de hoy estés enfrentando, ¡No temas! ¡Cree solamente! Dios no te ha dejado ni te dejará jamás. El plazo ya se ha cumplido. Ahora Dios es tu propio Padre y está contigo. ¡No hay forma que puedas perder!



Oremos en voz audible:


Amado Padre Celestial, te agradezco infinitamente que me ames tanto y des sentido a mi vida a través de la Sangre de Tu Hijo Jesucristo y de Su resurrección. Creo que la Biblia es Tu Palabra y, por lo tanto, puedo confiar totalmente en ella. Yo daré por respuesta a mi avergonzador que en Tu Palabra he confiado y jamás seré avergonzado por haberte creído. Gracias Jesús, porque es el tiempo de levantarme y comenzar a vivir esa vida plena y abundante que pagaste para mí. ¡Sí Señor, ya estoy bebiendo de esa fuente de vida que es Tu Palabra donde estableces que todas las cosas me ayudan a bien! Tú, Jesús, eres mi Pastor y NADA me faltará. En lugares de delicados pastos me haces descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreas. Confortas mi alma; Me guías por sendas de justicia por amor de Tu nombre. Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo; Tu vara y tu cayado me infunden aliento. En medio de este problema, necesidad o enfermedad estoy tranquilo(a), confiado(a) en Tu Palabra, pues Tu me preparas un banquete delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en Tu casa, Señor, en Tu Presencia, viviré toda mi vida. Gracias Jesús. ¡No hay forma que pueda perder! Por lo tanto, creo y declaro que soy ese(a) Hijo(a) que Tú, mi Dios y Padre, siempre has deseado, justo(a), santo(a) y perfecto(a). Lo sé porque así está escrito en Tu Palabra y esa es la Verdad. Estoy dispuesto(a) a dejar atrás todas esas emociones y pensamientos negativos de fracaso y de derrota. Esa vieja naturaleza nada tiene en mí, pues yo he sido regenerada(o) en Cristo Jesús para vivir una vida plena y victoriosa. Lo sé porque lo dice la Biblia, lo creo porque es Tu Palabra de Honor y me dispongo, con Tu ayuda, Espíritu Santo, a vivirlo. Viviré esa vida prospera, en salud, amor, paz y gozo que Tú, oh Dios, deseas para mí. Yo, _____________ (tu nombre aquí), soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece, pues mayor es el que está en mí que el que está en el mundo y ese, eres Tú, Precioso Espíritu de Dios. No le daré lugar al diablo y a sus mentiras en mi vida. ¡No voy a temer más! Echo fuera de mi vida toda ansiedad e inquietud. ¡En todas las cosas soy más que vencedor(a) por medio de Aquel que me amó, Cristo Jesús! ¡Ya he sido sanado(a) por las heridas de Jesús! ¡He sido establecido(a) para reinar en esta vida por la sangre de Jesús! No hay forma que pueda perder, pues Tú, mi Dios y Padre, estás en mí y conmigo, y si Dios es conmigo, ¿quién contra mí? ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspera(a)! ¡Soy feliz! En el nombre de Jesús. Amén.


 Nota Importante:


¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso? Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:


Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.


*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2011
 

Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
                                                                                   
Marzo 26                                           Mat 22.1-22 /  Núm 21 /  Can 1.1-2.7


San Mateo 22.1-22
Parábola de la fiesta de bodas
22
1Respondiendo Jesús, les volvió a hablar en parábolas, diciendo: 2El reino de los cielos es semejante a un rey que hizo fiesta de bodas a su hijo; 3y envió a sus siervos a llamar a los convidados a las bodas; mas éstos no quisieron venir. 4Volvió a enviar otros siervos, diciendo: Decid a los convidados: He aquí, he preparado mi comida; mis toros y animales engordados han sido muertos, y todo está dispuesto; venid a las bodas. 5Mas ellos, sin hacer caso, se fueron, uno a su labranza, y otro a sus negocios; 6y otros, tomando a los siervos, los afrentaron y los mataron. 7Al oírlo el rey, se enojó; y enviando sus ejércitos, destruyó a aquellos homicidas, y quemó su ciudad. 8Entonces dijo a sus siervos: Las bodas a la verdad están preparadas; mas los que fueron convidados no eran dignos. 9Id, pues, a las salidas de los caminos, y llamad a las bodas a cuantos halléis. 10Y saliendo los siervos por los caminos, juntaron a todos los que hallaron, juntamente malos y buenos; y las bodas fueron llenas de convidados.
11Y entró el rey para ver a los convidados, y vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda. 12Y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste aquí, sin estar vestido de boda? Mas él enmudeció. 13Entonces el rey dijo a los que servían: Atadle de pies y manos, y echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes. 14Porque muchos son llamados, y pocos escogidos.

La cuestión del tributo
(Mr. 12.13–17; Lc. 20.20–26)
15Entonces se fueron los fariseos y consultaron cómo sorprenderle en alguna palabra. 16Y le enviaron los discípulos de ellos con los herodianos, diciendo: Maestro, sabemos que eres amante de la verdad, y que enseñas con verdad el camino de Dios, y que no te cuidas de nadie, porque no miras la apariencia de los hombres. 17Dinos, pues, qué te parece: ¿Es lícito dar tributo a César, o no? 18Pero Jesús, conociendo la malicia de ellos, les dijo: ¿Por qué me tentáis, hipócritas? 19Mostradme la moneda del tributo. Y ellos le presentaron un denario. 20Entonces les dijo: ¿De quién es esta imagen, y la inscripción? 21Le dijeron: De César. Y les dijo: Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios. 22Oyendo esto, se maravillaron, y dejándole, se fueron.

Números 21
El rey de Arad ataca a Israel
21
1Cuando el cananeo, el rey de Arad, que habitaba en el Neguev, oyó que venía Israel por el camino de Atarim, peleó contra Israel, y tomó de él prisioneros. 2Entonces Israel hizo voto a Jehová, y dijo: Si en efecto entregares este pueblo en mi mano, yo destruiré sus ciudades. 3Y Jehová escuchó la voz de Israel, y entregó al cananeo, y los destruyó a ellos y a sus ciudades; y llamó el nombre de aquel lugar Horma.

La serpiente de bronce
4Después partieron del monte de Hor, camino del Mar Rojo, para rodear la tierra de Edom; y se desanimó el pueblo por el camino. 5Y habló el pueblo contra Dios y contra Moisés: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para que muramos en este desierto? Pues no hay pan ni agua, y nuestra alma tiene fastidio de este pan tan liviano. 6Y Jehová envió entre el pueblo serpientes ardientes, que mordían al pueblo; y murió mucho pueblo de Israel. 7Entonces el pueblo vino a Moisés y dijo: Hemos pecado por haber hablado contra Jehová, y contra ti; ruega a Jehová que quite de nosotros estas serpientes. Y Moisés oró por el pueblo. 8Y Jehová dijo a Moisés: Hazte una serpiente ardiente, y ponla sobre una asta; y cualquiera que fuere mordido y mirare a ella, vivirá. 9Y Moisés hizo una serpiente de bronce, y la puso sobre una asta; y cuando alguna serpiente mordía a alguno, miraba a la serpiente de bronce, y vivía.

Los israelitas rodean la tierra de Moab
10Después partieron los hijos de Israel y acamparon en Obot. 11Y partiendo de Obot, acamparon en Ije-abarim, en el desierto que está enfrente de Moab, al nacimiento del sol. 12Partieron de allí, y acamparon en el valle de Zered. 13De allí partieron, y acamparon al otro lado de Arnón, que está en el desierto, y que sale del territorio del amorreo; porque Arnón es límite de Moab, entre Moab y el amorreo. 14Por tanto se dice en el libro de las batallas de Jehová:
Lo que hizo en el Mar Rojo,
Y en los arroyos de Arnón;
     15     Y a la corriente de los arroyos
Que va a parar en Ar,
Y descansa en el límite de Moab.
16De allí vinieron a Beer: este es el pozo del cual Jehová dijo a Moisés: Reúne al pueblo, y les daré agua. 17Entonces, cantó Israel este cántico:
Sube, oh pozo; a él cantad;
     18     Pozo, el cual cavaron los señores.
Lo cavaron los príncipes del pueblo,
Y el legislador, con sus báculos.
Del desierto vinieron a Matana, 19y de Matana a Nahaliel, y de Nahaliel a Bamot; 20y de Bamot al valle que está en los campos de Moab, y a la cumbre de Pisga, que mira hacia el desierto.

Israel derrota a Sehón
(Dt. 2.26–37)
21Entonces envió Israel embajadores a Sehón rey de los amorreos, diciendo: 22Pasaré por tu tierra; no nos iremos por los sembrados, ni por las viñas; no beberemos las aguas de los pozos; por el camino real iremos, hasta que pasemos tu territorio. 23Mas Sehón no dejó pasar a Israel por su territorio, sino que juntó Sehón todo su pueblo y salió contra Israel en el desierto, y vino a Jahaza y peleó contra Israel. 24Y lo hirió Israel a filo de espada, y tomó su tierra desde Arnón hasta Jaboc, hasta los hijos de Amón; porque la frontera de los hijos de Amón era fuerte. 25Y tomó Israel todas estas ciudades, y habitó Israel en todas las ciudades del amorreo, en Hesbón y en todas sus aldeas. 26Porque Hesbón era la ciudad de Sehón rey de los amorreos, el cual había tenido guerra antes con el rey de Moab, y tomado de su poder toda su tierra hasta Arnón. 27Por tanto dicen los proverbistas:
Venid a Hesbón,
Edifíquese y repárese la ciudad de Sehón.
     28     Porque fuego salió de Hesbón,
Y llama de la ciudad de Sehón,
Y consumió a Ar de Moab,
A los señores de las alturas de Arnón.
     29     ¡Ay de ti, Moab!
Pereciste, pueblo de Quemos.
Fueron puestos sus hijos en huida,
Y sus hijas en cautividad,
Por Sehón rey de los amorreos.
     30     Mas devastamos el reino de ellos;
Pereció Hesbón hasta Dibón,
Y destruimos hasta Nofa y Medeba.

Israel derrota a Og de Basán
(Dt. 3.1–11)
31Así habitó Israel en la tierra del amorreo. 32También envió Moisés a reconocer a Jazer; y tomaron sus aldeas, y echaron al amorreo que estaba allí. 33Y volvieron, y subieron camino de Basán; y salió contra ellos Og rey de Basán, él y todo su pueblo, para pelear en Edrei. 34Entonces Jehová dijo a Moisés: No le tengas miedo, porque en tu mano lo he entregado, a él y a todo su pueblo, y a su tierra; y harás de él como hiciste de Sehón rey de los amorreos, que habitaba en Hesbón. 35E hirieron a él y a sus hijos, y a toda su gente, sin que le quedara uno, y se apoderaron de su tierra.
       
Cantares 1.1-2.7

La esposa y las hijas de Jerusalén
1
1Cantar de los cantares, el cual es de Salomón.
     2     ¡Oh, si él me besara con besos de su boca!
Porque mejores son tus amores que el vino.
     3     A más del olor de tus suaves ungüentos,
Tu nombre es como ungüento derramado;
Por eso las doncellas te aman.
     4     Atráeme; en pos de ti correremos.
El rey me ha metido en sus cámaras;
Nos gozaremos y alegraremos en ti;
Nos acordaremos de tus amores más que del vino;
Con razón te aman.
     5     Morena soy, oh hijas de Jerusalén, pero codiciable
Como las tiendas de Cedar,
Como las cortinas de Salomón.
     6     No reparéis en que soy morena,
Porque el sol me miró.
Los hijos de mi madre se airaron contra mí;
Me pusieron a guardar las viñas;
Y mi viña, que era mía, no guardé.
     7     Hazme saber, oh tú a quien ama mi alma,
Dónde apacientas, dónde sesteas al mediodía;
Pues ¿por qué había de estar yo como errante
Junto a los rebaños de tus compañeros?
     8     Si tú no lo sabes, oh hermosa entre las mujeres,
Ve, sigue las huellas del rebaño,
Y apacienta tus cabritas junto a las cabañas de los pastores.

La esposa y el esposo
     9     A yegua de los carros de Faraón
Te he comparado, amiga mía.
     10     Hermosas son tus mejillas entre los pendientes,
Tu cuello entre los collares.
     11     Zarcillos de oro te haremos,
Tachonados de plata.
     12     Mientras el rey estaba en su reclinatorio,
Mi nardo dio su olor.
     13     Mi amado es para mí un manojito de mirra,
Que reposa entre mis pechos.
     14     Racimo de flores de alheña en las viñas de En-gadi
Es para mí mi amado.
     15     He aquí que tú eres hermosa, amiga mía;
He aquí eres bella; tus ojos son como palomas.
     16     He aquí que tú eres hermoso, amado mío, y dulce;
Nuestro lecho es de flores.
     17     Las vigas de nuestra casa son de cedro,
Y de ciprés los artesonados.
2
     1     Yo soy la rosa de Sarón,
Y el lirio de los valles.
     2     Como el lirio entre los espinos,
Así es mi amiga entre las doncellas.
     3     Como el manzano entre los árboles silvestres,
Así es mi amado entre los jóvenes;
Bajo la sombra del deseado me senté,
Y su fruto fue dulce a mi paladar.
     4     Me llevó a la casa del banquete,
Y su bandera sobre mí fue amor.
     5     Sustentadme con pasas, confortadme con manzanas;
Porque estoy enferma de amor.
     6     Su izquierda esté debajo de mi cabeza,
Y su derecha me abrace.
     7     Yo os conjuro, oh doncellas de Jerusalén,
Por los corzos y por las ciervas del campo,
Que no despertéis ni hagáis velar al amor,
Hasta que quiera.

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