jueves, 28 de abril de 2016

¡Cómo hacer cosas supernaturales!

 
 
 
 
25 de Abril

¡Teniendo certeza en lugar de duda!

Por Riqui Ricón*

Entonces Josué habló a Jehová el día en que Jehová entregó al amorreo delante de los hijos de Israel, y dijo en presencia de los israelitas: Sol, detente en Gabaón; Y tú, luna, en el valle de Ajalón. Y el sol se detuvo y la luna se paró, Hasta que la gente se hubo vengado de sus enemigos. ¿No está escrito esto en el libro de Jaser?  Y el sol se paró en medio del cielo, y no se apresuró a ponerse casi un día entero. Y no hubo día como aquel, ni antes ni después de él, habiendo atendido Jehová a la voz de un hombre; porque Jehová peleaba por Israel (Jos 10. 12-14).

Es sorprendente cuántas personas están desconcertadas acerca de la FE. Quizás te puedan decir alguna definición aceptable sobre la FE pero no pueden explicar lo que realmente es, ya que se hayan, en verdad, confundidas al respecto.

La FE es una fuerza espiritual que fluye de la Verdad, pues cuando conoces la Verdad estás totalmente seguro, plenamente convencido acerca de eso, ya que sabes que sabes que es la Verdad.

Santifícalos en la verdad de tu palabra, pues tu palabra es la verdad (Jn 17.17 CST).

El problema de los creyentes comienza cuando la Verdad es confrontada por una realidad diferente y comienzan a dudar y a temer. Por ejemplo, la Verdad es que todo lo puedes en Cristo, pero algo o alguien llegan a decirte que no, que en esta ocasión no vas a poder salir adelante en eso, sea trabajo, familia, salud o ministerio.

La Verdad es que Dios, tu Padre, suple todo lo que te falta conforme a Sus riquezas en gloria, pero las circunstancias económicas del país o de tu empresa te infunden temor y duda.

Es interesante hacer notar aquí, que la palabra pero es una conjunción que significa literalmente: voy a desdecir lo que acabo de decir, voy a negar lo que acabo de afirmar.

- Sí, Riqui Ricón, yo sé que la Biblia dice que todo lo puedo, pero

- Sí, Riqui Ricón, yo sé que la Biblia dice que mi Dios suplirá todo lo que me falta, pero

- Sí, Riqui Ricón, yo sé que la Biblia dice que soy sano(a) por las heridas de Jesús, pero

Al parecer no es suficiente con saber lo que la Biblia dice, es necesario CREER, estar convencido(a) de que la Biblia es Palabra de Dios y por lo tanto ES la Verdad.

Así que, ante las circunstancias que este mundo te plantea, al final te encuentras preguntándote a ti mismo ¿podré o no podré? ¿Tendré lo suficiente o no lo tendré? O lo que es aún peor, te lamentas amargamente, ¿por qué me pasa esto a mí? Cuando no conoces la Verdad terminas por ser esclavo(a) del espíritu de temor y de duda.

Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres (Jn 8. 31-32).

Sin embargo, cuando permaneces firme en La Palabra de Dios, esto es en La Biblia, entonces estás manifestando ser un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, conoces la Verdad y la Verdad te hace libre.

Me pregunto, ¿cómo pudo Josué detener las fuerzas inconmensurables que hacen girar al sol, la luna y la tierra durante casi todo un día? La respuesta a esto en verdad que es sencilla, Josué tenía la Palabra de Dios cuando le dijo: No tengas temor de ellos; porque yo los he entregado en tu mano, y ninguno de ellos prevalecerá delante de ti (Jos 10. 8).

Josué tenía la promesa, la Palabra de Honor de Dios de que ese día él saldría victorioso y lo creyó. ¿Por qué no habría de creerlo si al fin y al cabo, fue Dios quien lo habló?

Uno no duda de lo que CREE cuando sabe que es la Verdad, excepto que, en realidad, no hayas creído que es la Verdad sino que sólo tienes la esperanza de que así sea.

Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve (He 11. 1).

Hace poco, el Espíritu Santo me reveló lo que es tener una certeza. Me dijo,

-mírate los dedos de tus manos. Y así lo hice,

-muévelos enfrente de tu cara. Me ordenó y yo le obedecí. Entonces me preguntó,

-¿alguna vez te has preguntado o puesto a pensar si esos dedos son tuyos?

-¿Cómo? Respondí yo,

-es absurda la pregunta, cuanto más la reflexión sobre el asunto si mis dedos son míos o no.

-¿Por qué? Me volvió a cuestionar, el Señor.

-Porque estoy tan seguro de que son míos que es ridículo siquiera pensar en preguntármelo. Respondí casi en silencio, pues comprendí que una certeza es algo tan firme y seguro que resulta ridículo siquiera el dudarlo.

Sólo hay una manera de tener esa certeza y convicción: Sabiendo, sin lugar a dudas, que lo que te sostiene es Palabra de Dios. Pues, Dios no miente, ni se arrepiente, lo que Él dijo lo va hacer, lo que Él habló lo va a ejecutar. Por eso, cuando lees la Biblia la FE viene a tu vida y entre más la lees y hagas de ella la norma de tu existencia, más seguro(a) estarás, pues tan cierto como que el sol volvió a salir este día, que con la lectura y meditación de la Biblia tú harás prosperar tu camino y todo te saldrá bien.

Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien (Jos 1.8).

¡Es Palabra de Dios! ¡Es Palabra de Honor!

Amado(a), haz lo que Josué hizo, determínate, el día de hoy, hacer de la Biblia, la Palabra de Dios que no miente, la norma y patrón de tu vida. Ponla en tu mente, boca y corazón leyéndola y meditándola todos los días. Además puedes escuchar o mirar conferencias donde la Palabra de Dios sea abundante y edificante para tu vida. No declares que no tienes tiempo para esto pues es la actividad más importante de tu vida, ya que, haciéndolo, FE vendrá y tendrás éxito en todo lo que emprendas.

Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! (Ro 8. 15).

Si te das cuenta, ahora en Cristo Jesús, tú eres mayor y más importante que Josué; eres un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. Y si Josué obedeció las instrucciones de Dios en cuanto a leer y meditar Su Palabra para poder hacer las grandes obras que hizo, ¿cuánto más importancia debe ser para ti la lectura y meditación diaria de La Palabra de Dios, pues se te pide que hagas las mismas obras que Jesús hizo y aún mayores?

Jua 14:12 RV60  De cierto,  de cierto os digo:  El que en mí cree,  las obras que yo hago,  él las hará también;  y aun mayores hará,  porque yo voy al Padre.

Oremos en voz audible:

Amado Padre celestial, Abba, Papá, Papito, gracias por amarme tanto. Gracias por Jesús y el Espíritu Santo. Gracias por hacer de mí un(a) Hijo(a) Tuyo(a) y haberme dado Tu Palabra, la Biblia, como una lámpara a mis pies y como luz en mi camino. He decidido creerte, Señor, y estoy determinado(a) a hacer de mi vida la vida que Tú dices que puedo y debo tener: Una Vida próspera, sano(a) y siempre en victoria. Espíritu Santo, ayúdame hacer de Tu Palabra la prioridad máxima en mí vida. Creo y declaro que estoy lleno con Tu FE y TODO me saldrá bien pues mayor eres Tú, Señor Jesús, que estás en mí y conmigo, que el que está en el mundo.  En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012

 Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012

 


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Abril 25                 Hch 10. 34-48 /  Jos 9-10 /  Job 25

 

 
 
 
 



 

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