jueves, 21 de abril de 2016

¡Cómo evitar el Juicio Final, el Juicio de Dios!

 
19 de Abril

¡Eres justicia de Dios!

Por Riqui Ricón*

Mía es la venganza  y la retribución; A su tiempo su pie resbalará, Porque el día de su aflicción está cercano, Y lo que les está preparado se apresura (Deu 32. 35).

En este episodio de la Escritura, encontramos que toda una generación incrédula a la Palabra de Dios ya había perecido en el desierto, y ahora, estando a punto de entrar a la tierra prometida, una nueva generación se encuentra escuchando a Moisés recordarles que, a pesar del gran amor y misericordia que Dios tiene por Su pueblo, deben estar conscientes que Él ha establecido un tiempo para manifestar Su ira sobre todos aquellos que insisten en ignorarlo. Y que, aunque todos ellos parezcan estar firmes, a su tiempo su pie resbalará.

Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora (Ecl 3. 1).

Esta establecido por Dios, en Su Palabra, que hay un tiempo para todo.

Yo sé que mi Redentor vive, Y al fin se levantará sobre el polvo; Y después de deshecha esta mi piel, En mi carne he de ver a Dios; Al cual veré por mí mismo, Y mis ojos lo verán, y no otro, Aunque mi corazón desfallece dentro de mí (Job 19. 25-27).

Este día, el que estás viviendo hoy, es tiempo de CREER. Es tiempo de CREER que la Biblia es la Palabra de Dios y por lo tanto, se va a cumplir toda, pues primero el cielo y la tierra pasarán antes que alguna de Sus Palabras deje de cumplirse.

El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras jamás pasarán (Mar 13.31 NVI).

Es tiempo de creerle a Dios, quien te dice que tu Redentor vive y no está muerto. Es Dios quien te asegura que, aunque ciertamente la paga del pecado es muerte, Él te ofrece el regalo de la Vida Eterna por medio de Cristo Jesús.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3. 16-17).

Es tiempo de CREER que, ¡Dios te ama!

Es tal su amor por ti que prefirió entregar a Su propio Hijo para pagar por tus pecados, antes que perderte a ti.

Así es, amado(a), Dios nunca ha deseado ejecutar la ira de su juicio sobre de ti. Fue sobre Cristo Jesús, la propiciación por tus pecados, que la venganza y la retribución ya fueron satisfechas.

¡Jesús fue afligido en tu lugar!

Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero;  y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca (Isa 53. 7).

Ahora, por el Nuevo Pacto en la Sangre de Jesús, tú has sido justificado(a), perdonado(a) y hecho(a) Nueva criatura. ¡Nacido(a) de Nuevo! Dios no iba a entregar a Su Hijo Jesús, su más precioso tesoro, para solamente justificarte y perdonarte y luego dejarte con la misma personalidad que tenías antes, pues de haber sido así, nada habría valido Su sacrificio de amor ya que, sin lugar a dudas, tú volverías hacer lo mismo que antes hacías, haciéndote así, nuevamente esclavo(a) del pecado.

Por eso, la Biblia, la Palabra de Dios que no miente, afirma que tú,

Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! (Ro 8.15).

¿Cómo podrías ser más que vencedor(a) en todas las cosas? ¿Cómo podrías ser santo(a) como Él es santo? ¿Cómo podrías dejar de temer en medio del valle de sombra y de muerte? ¿Cómo podría Dios suplirte todo lo que te falta conforme a Sus riquezas en gloria? ¿Cómo podrías tener un futuro y destino mejor, SI SIGUES SIENDO LA MISMA PERSONA QUE ANTES ERAS?

¡No! ¡Nada de eso! En el Nuevo Pacto en la Sangre de Jesús, Dios intervino majestuosa y soberanamente al hacer de ti una Nueva criatura y dotarte de una Naturaleza totalmente Nueva.

porque ahora tienen una nueva vida, vida que no recibieron de sus padres y que jamás se desvanecerá. Esta nueva vida de ustedes es eterna, porque se la dio Cristo, el vivo y eterno Mensaje de Dios (1 P 1.23 BAD).

Por la Palabra de Dios y por el Poder del Espíritu Santo, tu Nueva Naturaleza es la de un(a) auténtico(a) y legítimo(a) Hijo(a) de Dios, Nacido(a) de Nuevo.

¡Dios ha cumplido Su Palabra! ¡El Nuevo Pacto ha sido establecido en la Sangre de Jesús! ¡El Espíritu Santo de la Promesa ha entrado a tu vida y ha realizado Su obra regeneradora! Tú, mi amado(a), has Nacido de Nuevo, por el Espíritu Santo, no de una semilla que se pueda volver a corromper sino de la incorruptible semilla que es la Palabra de Dios que vive y permanece para siempre.

Porque Dios tomó a Cristo, que de sí mismo no conocía el pecado, y le hizo cargar con el nuestro como si fuera suyo; de esta forma, a nosotros, libres ya de toda culpa, Dios nos declara justos (2 Co 5.21 CST).

Dios no puede condenarte pues Él es justo y tú ya has sido justificado(a), es más, eres justicia de Dios en Cristo Jesús. Tampoco puede desatar su ira sobre de ti, pues Él decidió perdonarte y olvidar todos tus pecados.

MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo más maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos. (1 Jn 3.1 BAD).

Dios NO te puede ignorar, pues estableció en Su Palabra que te amaría como a un(a) Hijo(a); de hecho, Él te ama tanto como ama a Jesús mismo.

yo en ellos y tú en mí. Permite que alcancen la perfección en la unidad, y así el mundo reconozca que tú me enviaste y que los has amado a ellos tal como me has amado a mí (Jn 17. 23 BAD).

Sin importar como te sientas, veas o juzgues a ti mismo(a), Dios nunca faltará a Su Palabra.

Esto dice y enseña la Biblia, que es la Palabra de Dios y no miente.

¡Si puedes creerle a Dios, al que le cree a Dios TODO le es posible!

Oremos en voz audible:

Amado Padre celestial, gracias porque en verdad entiendo que yo era por naturaleza hijo(a) de ira, lo mismo que los demás. Pero Tú, que eres rico en misericordia, por Tu gran amor con que me has amado, aun estando yo muerto(a) en pecados, me diste vida juntamente con Cristo  (por gracia soy salvo(a)), y juntamente con Cristo Jesús me resucitaste y asimismo me hiciste sentar en los lugares celestiales con Él, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de Tu gracia en Tu bondad para conmigo en Cristo Jesús. Señor, creo y reconozco que por gracia soy salvo(a) por medio de la fe; y esto no es algo mío o algo que yo merezca, pues es un regalo Tuyo; no por mis obras u acciones, pues no puedo ni quiero gloriarme de nada delante de Ti. Porque yo soy hechura Tuya, creado(a) en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales has preparado de antemano para que ande en ellas. Gracias por haberme creado de Nuevo. Ahora soy Tu Hijo(a) y nada ni nadie me puede separar de Tu Amor que es en Cristo Jesús mi Señor. Gracias, Señor Jesús, por haber pagado por mí el precio de todos mis pecados y haberme dado la Vida Eterna. Hoy puedo levantarme con la cabeza erguida y el corazón agradecido, pues, por lo que hiciste por mí en la cruz, ahora soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. ¡Soy nueva creación! Las cosas viejas pasaron, he aquí que todas son hechas nuevas en mi vida. En el nombre de Jesús, yo le llamo a la sanidad y a la salud de mi cuerpo; llamo a la estabilidad emocional en mi vida, pues ahora sé quién yo soy: le llamo a mi libertad financiera. Creo y declaro que soy la persona que Tú, mi Dios y Padre, dices en Tu Palabra que yo soy. Soy libre y dichoso(a), pues el Todopoderoso está conmigo. Voy a volver a soñar para realizar todo aquello a lo que he sido llamado(a) a ser. En el nombre de Jesús. Amén.

 Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2011

 


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Abril 19                 Hch 7. 23-60 /  Deu 31-32 /  Job 19

 
 
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Qué piensas al respecto?