martes, 29 de mayo de 2012

¡Cómo vencer siempre!



Martes 29 de Mayo de 2012.

¡Fortalecida(o) en la fe!

Por Riqui Ricón*

Y él esperó siete días, conforme al plazo que Samuel había dicho; pero Samuel no venía a Gilgal, y el pueblo se le desertaba. Entonces dijo Saúl: Traedme holocausto y ofrendas de paz. Y ofreció el holocausto. Y cuando él acababa de ofrecer el holocausto, he aquí Samuel que venía; y Saúl salió a recibirle, para saludarle. Entonces Samuel dijo: ¿Qué has hecho? Y Saúl respondió: Porque vi que el pueblo se me desertaba, y que tú no venías dentro del plazo señalado, y que los filisteos estaban reunidos en Micmas, me dije: Ahora descenderán los filisteos contra mí a Gilgal, y yo no he implorado el favor de Jehová. Me esforcé, pues, y ofrecí holocausto (1 S 13.8-12).

Vemos aquí a Saúl, un hombre llamado y ungido por Dios para ser rey de Israel, quién, ante una circunstancia al parecer muy difícil y peligrosa, desconfiando de la Palabra de Dios, dio lugar al temor haciendo lo que él no debía hacer: ofrecer el holocausto. Por causa de lo difícil de su situación tuvo miedo y se olvidó de Dios para actuar, según él, sabiamente.

Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios que él te había ordenado; pues ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre. Mas ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te mandó (1 S 13.13-14).

Un hombre (mujer) conforme al corazón de Dios es aquel (aquella) que, sin dudar de la Palabra de Dios, confía plenamente en Él. Aprende la lección de Saúl y no pongas tus ojos y atención a lo difícil o peligroso de tus circunstancias, pues eso te producirá temor y duda. Pon tu mente, alma y corazón en la Palabra de Dios y esto te dará fe para alcanzar la victoria sobre cualquier problema, angustia o enfermedad.

Porque no por la ley fue dada a Abraham o a su descendencia la promesa de que sería heredero del mundo, sino por la justicia de la fe (Ro 4.13).

Fe es creerle a Dios, es creerle a Su Palabra. Es, además, la única forma de alcanzar la victoria delante de Él pues sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan (He 11.6).

Así se cumplió la Escritura que dice:  "Creyó Abraham a Dios,  y ello se le tomó en cuenta como justicia",* y fue llamado amigo de Dios (Sgo 2.23 NVI).

Abraham creyó lo que Dios le había dicho. Abraham creyó la Palabra de Dios. Sólo esto fue necesario para que fuera considerado justo por parte de Dios y, ¡ser llamado Su amigo!

Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no solamente para la que es de la ley, sino también para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros (Ro 4.16).

La fe activa la gracia y desata las promesas, pues si es un don (regalo) de la gracia, necesariamente lo recibes por fe. Esto quiere decir, que todas las promesas que Dios te ha hecho en la Biblia se reciben manteniéndote firme, sin fluctuar, la profesión (declaración) de tu esperanza, porque fiel es el que prometió (He 10.23).

El creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia. Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años), o la esterilidad de la matriz de Sara. Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido; por lo cual también su fe le fue contada por justicia (Ro 4.18-22).

Puedo imaginar a Abraham fortaleciéndose en la fe, fortaleciéndose en lo que ya había creído. Cada vez que una duda lo asaltaba al mirar su cuerpo o el de su esposa o alguna otra circunstancia, él clamaba en voz alta: ¡Soy padre de multitudes! ¡Tengo un hijo de Sara mi mujer! ¡Dios lo dijo y Él lo va hacer! ¡Dios lo habló y Él lo va a ejecutar! ¡Dios no miente!

De la misma forma, cualquiera que sea tu situación el día de hoy, puedes saber y creer que, ¡Tú eres un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo! ¡El glorioso y poderoso Espíritu de Dios vive en ti y contigo! ¡No te debilites en la fe al considerar tus circunstancias! ¡No dudes, por incredulidad, de las promesas de Dios! ¡Fortalécete en la fe dando gloria a Dios! ¡Llama las cosas que aún no son, como si ya fueran! ¡Convéncete que Dios es poderoso y fiel para hacer todo lo que te ha prometido!

Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe (1 Jn 5.4).

Y esa(e), mi amada(o), no es otra persona si no tú.

Oremos en voz audible:

Amado Padre celestial, este día quiero agradecerte el haberme amado tanto que hayas entregado a tu propio Hijo para no perderme a mí. ¡Gracias, Señor Jesús! ¡Muchas gracias! Hoy recibo por la fe que es en Ti todo lo que adquiriste para mí al morir en esa cruz y vencer a la muerte al resucitar por mí. ¡Soy sana(o)! ¡Soy libre! ¡Soy próspera(o)! ¡Soy feliz! ¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece! ¡En todas las cosas soy más que vencedor(a) por medio de Tu Amor, mi Señor Jesús! Cualquiera que sea mi situación el día de hoy, sé y creo que, ¡Yo soy un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo! ¡El glorioso y poderoso Espíritu de Dios vive en mí y conmigo! ¡No me debilites en la fe al considerar mis circunstancias! ¡No dudo, por incredulidad, de las promesas de Dios! ¡Me fortalezco en la fe dando gloria a Dios! ¡Llamo las cosas que aún no son, como si ya fueran! ¡Estoy convencida(o) que Tú, oh Dios, eres poderoso y fiel para hacer todo lo que me has prometido! ¡Lo recibo! En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2011




Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Mayo         29                        Ro 4  /  1 Sam 13  /  Sal 58




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