Translate

viernes, 4 de noviembre de 2011

¡Ten ánimo, siempre, en cualquier circunstancia, lo tienes a tu lado!

Viernes 4 de Noviembre de 2011.
¡El mejor Padre del mundo es el que siempre te responde!
Por Riqui Ricón*
A Jehová clamé estando en angustia, Y él me respondió (Sal.120.1).
No existe nada mejor que saber que en cualquier momento y bajo cualquier circunstancia, siempre puedes contar con el apoyo y la ayuda de tu Padre celestial. ¡No estás sola(o)! ¡Él no te ha dejado ni te dejará jamás! Te lo ha prometido y lo ha puesto por escrito al darte Su Palabra:
Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces (Jer 33.3).
Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá (Mat 7.7-8).
El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? (Ro 8.32).
¿Te das cuenta? La Voluntad de Dios es ayudarte. Su deseo es que le pidas para Él responderte y darte. Él te ama tanto que entregó a Su propio Hijo para pagar todos tus pecados y, así, no perderte a ti. Por lo que Jesús hizo en la cruz, puedes acercarte confiadamente al trono de la gracia para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Nunca olvides que, ahora, en Cristo Jesús has sido constituida(o) Hija(o) del Dios Altísimo y Él siempre estará disponible para ti.
Yo preguntaba: ¿Cómo os pondré por hijos, y os daré la tierra deseable, la rica heredad de las naciones? Y dije: Me llamaréis: Padre mío, y no os apartaréis de en pos de mí (Jer 3.19).
Dios siempre lo planeó así y ni Satanás, ni sus demonios, ni la muerte, ni el pecado pudieron evitar que Él te llamara Hija(o) Suya(o) desde antes de la fundación del mundo. Quizás no lo sabías, pero cuando aceptaste a Jesús como tu Señor y Salvador, todos tus pecados fueron pagados, por lo que fuiste declarada(o) justa(o) delante de Dios; entonces, fuiste apartada(o), santificada(o), para recibir la Vida Eterna, y al recibir esa nueva naturaleza que sólo la Palabra de Dios puede otorgar, naciste de nuevo como una Hija(o) de Dios.
Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios;  por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él (1 Jn 3.1).
Ser un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo no son sólo meras frases con tintes religiosos. ¡Es la Verdad! También es el propósito por el cual Jesucristo vino a la tierra. Es lo mejor que nos pudo haber sucedido a ti y a mí.
¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan? (Mat 7.9-11).
¡Tenemos al mejor de los Padre!
Si te das cuenta, sin importar como se encuentre hoy tu vida, puedes vivir una vida plena y abundante. Puedes hacer frente a cualquier circunstancia sabiendo que Dios, tu Padre, el Todopoderoso, está contigo y si Dios es contigo, ¿quién contra ti?
Oremos:
Amado Padre celestial, entre más leo y medito en Tu Palabra más me doy cuenta de la Verdad, que me amas tanto que no sé ni cómo expresarlo. Gracias, precioso Dios, con la Sangre de Tu Hijo Jesús me has hecho Hija(o) Tuya(o). Ya no soy más un(a) pecador(a) condenada(o) a la muerte eterna sino que por Ti, por Jesús, por Tu Amor, ahora tengo Vida Eterna y la puedo vivir en paz, en gozo, en dicho, pues aunque en el mundo tendré aflicciones puedo confiar plenamente en Tu Palabra y de todas saldré victoriosa(o). Te pido perdón por haber dado lugar al temor y a la duda respecto a mi futuro y declaro que yo soy esa(e) Hija(o) de Dios que Tú dices en Tu Palabra que yo soy: justa(o), santa(o), SANA(O), prospera(o), dichosa(o), llena(o) de paz y de amor. En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2010


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Noviembre 4                          1 Tim 5.23-6.21  /  Jer 3-4  /  Sal 120

jueves, 3 de noviembre de 2011

¡El que guarda Su Palabra conoce la Verdad y la Verdad te hace libre!

Jueves 3 de Noviembre de 2011.
¡Basta una Palabra del Señor!
Por Riqui Ricón*
Mira mi aflicción, y líbrame, Porque de tu ley no me he olvidado. Defiende mi causa, y redímeme; Vivifícame con tu palabra. Lejos está de los impíos la salvación, Porque no buscan tus estatutos. Muchas son tus misericordias, oh Jehová; Vivifícame conforme a tus juicios… Mira, oh Jehová, que amo tus mandamientos; Vivifícame conforme a tu misericordia. La suma de tu palabra es verdad, Y eterno es todo juicio de tu justicia (Sal 119.153-156, 159-160).
A nosotros los creyentes, los que hemos hecho a Jesús el Señor y Salvador de nuestras vidas y por lo tanto hemos Nacido de Nuevo como Hijos de Dios, no nos cabe la menor duda que la Palabra de Dios, la Biblia, es la Verdad.
Aún en medio de problemas y aflicciones puedes tener dicha y paz pues conoces la Verdad y sabes que en todas las cosas eres más que vencedor(a) pues Dios lo ha establecido así en Su Palabra.
Y pelearán contra ti, pero no te vencerán; porque yo estoy contigo, dice Jehová, para librarte (Jer 1.19).
En aquella noche que Jesús caminó sobre las aguas y sus discípulos, amedrentados, pensaban que veían un fantasma, Él les animo diciéndoles no tengan miedo, soy yo; sin embargo Pedro dijo, si eres Tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. Y Jesús le dijo, ven. Eso era todo lo que Pedro necesitaba, UNA PALABRA de Jesús y comenzó a caminar sobre las aguas.
De la misma forma tú, como Pedro, solo necesitas CREERLE a Dios. El problema surge cuando el fuerte viento, los problemas, la enfermedad o cualquier enfermedad pueden convencerte que en esta ocasión son mayores que la Palabra para infundirte temor. El temor produce duda y la duda apaga tu fe.
Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? (Mat 14.28-31).
Cuando a Jairo llegaron avisarle que su hija había muerto y ya no había más esperanza, Jesús contuvo al espíritu de temor y duda al declarar: ¡Jairo, no temas cree solamente!
Es la Palabra de Dios la que te vivifica, la que te da vida para no temer y salir victoriosa(o) en medio de las más terribles circunstancias. Porque, al fin y al cabo, Dios no miente, si Él lo dijo, entonces lo va a cumplir; si Él lo habló, entonces lo va a ejecutar.
Venga a mí tu misericordia, oh Jehová; Tu salvación, conforme a tu dicho. Y daré por respuesta a mi avergonzador, Que en tu palabra he confiado (Sal 119.41-42).
¡Jamás serás avergonzada(o) de haber puesto toda tu confianza en la Palabra de Honor de tu Dios y Padre!
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo (Jn 16.33).
Así que, si Dios dice en Su Palabra que todo lo puedes en Cristo, entonces, ¡todo lo puedes en Cristo que te fortalece! Si Dios dice en Su Palabra que ciertamente Él llevó tus enfermedades y sufrió tus dolores y que por Sus heridas ya fuiste sanada(o), entonces, ¡ciertamente Él llevó tus enfermedades y sufrió tus dolores y por Sus heridas TÚ YA FUISTE SANADA(O)!
Así de simple es la fe, como un grano de mostaza. Dichoso, bienaventurado, mil veces feliz, el hombre o la mujer que confían en Dios, pues aunque andes en valle de sombra y de muerte, no temerás mal alguno, pues Jesús, tu Rey y Salvador, está contigo.
Oremos:
Amado Padre celestial, yo en Ti confío. Sé que Tu Palabra, la Biblia, es la Verdad y por lo tanto la creo y la guardo como la norma máxima de mi vida. Sé que me irá bien y haré prosperar mi camino. Y aunque hoy esté enfrentando problemas y aflicciones, yo declaró en Tu nombre Jesucristo que saldré adelante en libertad y victoria, en salud y prosperidad pues escrito está acerca de mí que en todas las cosas soy más que vencedor(a) por medio de Aquel que me ama, Cristo Jesús. Resisto y hecho fuera de mi vida toda enfermedad, pobreza, tristeza, depresión, soledad, temor y angustia. Cubro todo mi ser, espíritu, alma y cuerpo, con la Sangre de Jesús y llamo y recibo toda la salud, amor, paz y gozo que Tú, Jesucristo, compraste para mí al morir en la cruz. ¡Soy sana(o)! ¡Soy libre! ¡Soy un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo! Gracias a Ti, Señor Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2010


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Noviembre 3                          1 Tim 5.1-22  /  Jer 1.-2 /  Sal 119.145-176

miércoles, 2 de noviembre de 2011

¡Tienes todo el derecho a una vida plena y abundante!


Miércoles 2 de Noviembre de 2011.

¡Perdón de pecados y vida eterna!

Por Riqui Ricón*

He aquí, amargura grande me sobrevino en la paz, mas a ti agradó librar mi vida del hoyo de corrupción; porque echaste tras tus espaldas todos mis pecados (Isa 38.17).

Que hermoso es saber, sin duda alguna, que Dios, el Todopoderoso, te ama. Que te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo, Jesucristo, antes que perderte a ti. Así es, amada(o), en Cristo Jesús fue satisfecha la Justicia de Dios y fuimos librados del hoyo de corrupción (la muerte) pues Dios echó tras Sus espaldas TODOS tus pecados.

Dos aspectos poderosos y sublimes del Amor de Dios para contigo son:

1.      Jesús me ha hecho libre del poder de la muerte sobre mi pues ahora tengo vida eterna:

Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro (Ro 6.23).

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna (Jn 3.16).



2.      Dios no está interesado en mi pecado sino en mí, por eso, está más que dispuesto a perdonar y OLVIDAR TODAS mis ofensas.

He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto  con la casa de Israel y con la casa de Judá.  No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová.  Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.  Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado (Jer 31.31-34).

La vida eterna es el valor agregado al verdadero regalo que Dios te hace y que recibes en el preciso momento de poner tu fe en Jesús como tu Señor y Salvador. De acuerdo a la Escritura, es en ese instante que naciste de nuevo como Hija(o) de Dios.

El Nuevo Pacto se establece cuando aceptas y reconoces a Jesús como Señor y Salvador de tu vida. Es Su Sangre la señal de este Nuevo Pacto que está establecido sobre mejores promesas, pues su propósito es mucho mayor que el perdón de pecados y la entrada al cielo: darte Vida Eterna para hacerte Su Hija(o).

Como Dios te predestino para ser adoptada(o) Hija(o) Suyo según el puro afecto de Su voluntad, el PERDÓN DE TODOS tus pecados y la VIDA ETERNA son un requisito y una consecuencia de ser hecha(o) Hija(o) de Dios.

Teniendo todo esto en consideración, vale la pena reflexionar que, siendo como era el pueblo de Israel, el rey Ezequías fue librado de morir a consecuencia de una penosa enfermedad cuando oró a Dios, ¿cuánto más, no hará Dios por un(a) de Sus Hijas(os)?

El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? (Ro 8.32).

Oremos:

Amado Padre celestial, en verdad que no hay nada tan hermoso como saberme y sentirme tan amada(o) por Ti. Muchas gracias, porque a ti no te importó lo que había hecho de mi vida sino que te importó más mi persona que mis acciones. No conozco palabras suficientes para expresarte lo que siento yo por Ti, mi Dios. Jesús, Tú eres mi Rey y Señor Salvador, la vida nueva, plena y abundante que ahora disfruto te la debo a Ti. ¡Gracias por la cruz! ¡Gracias por Tu Sangre! ¡Gracias por Tu Amor! Me propongo con Tu ayuda, Espíritu Santo, a realizar esta vida de dicha, paz y libertad. He de resistir al diablo y sus mentiras como el temor, la duda, la enfermedad y la pobreza. En el nombre de Jesús yo soy lo que la Biblia dice que soy y no otra cosa: un(a) amada(o) Hija(o) de Dios nacida(o) de Nuevo quien todo lo puede. En todas las cosas soy más que vencedor(a). Soy sana(o) y soy libre. Tengo la paz que sobrepasa todo entendimiento pues puedo ser feliz en medio de la aflicción ya que sé que sé que todas las cosas me ayudan a bien. ¡Amén!

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2010




Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.



Noviembre 2                          1 Tim 4  /  Isa 38-39/ Sal 119.121-144

Aunque parezca imposible, ¡yo lo puedo lograr!



Martes 1 de Noviembre de 2011.

¡Si puedes creer, al que cree TODO le es posible!

Por Riqui Ricón*

¡Oh, cuánto amo yo tu ley! Todo el día es ella mi meditación… Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino…  Afligido estoy en gran manera; Vivifícame, oh Jehová, conforme a tu palabra… Susténtame conforme a tu palabra, y viviré; Y no quede yo avergonzado de mi esperanza. Sostenme, y seré salvo, Y me regocijaré siempre en tus estatutos. (Sal 119.97, 105, 107, 116-117).

El rey Ezequías fue uno de los mejores reyes que haya tenido el reino de Judá, tanto que la Escritura dice de él:  Hizo lo recto ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que había hecho David su padre… En Jehová Dios de Israel puso su esperanza; ni después ni antes de él hubo otro como él entre todos los reyes de Judá.  Porque siguió a Jehová, y no se apartó de él, sino que guardó los mandamientos que Jehová prescribió a Moisés.  Y Jehová estaba con él; y adondequiera que salía, prosperaba. El se rebeló contra el rey de Asiria, y no le sirvió (2 R 18.3, 5-7).

Cuando Senaquerib, rey de Asiria, después de una campaña militar muy exitosa donde había invadido varios reinos, llegó con su gran ejército para destruir Jerusalén, Ezequías se fortaleció en el Señor para escuchar y creer la Palabra de Dios, por lo cual fue librado milagrosamente de su enemigo.

En este día, probablemente, tú, mi estimada(o) amiga(o) necesites, como el rey Ezequías, un gran milagro. Si ese fuere tu caso, te tengo muy buenas noticias, la Biblia, que es la Palabra de Dios y no miente, dice que CIERTAMANETE Él llevo tus enfermedades, sufrió tus dolores y por sus heridas tú ya fuiste sanado (Isa 53.4-5); que Él desea que tú seas prosperada(o) en TODAS las cosas y que tengas salud así como prospera tu alma (3 Jn 2).

Quizá tú pienses que Dios apoyó a Ezequías porque él era rey de Judá o que Jesús podía sanar a los enfermos o dar de comer a multitudes porque Él es el Hijo de Dios. Pues yo te preguntaría ¿eso es todo lo que se necesita? ¿Ser reina o rey o Hija o Hijo de Dios?

¡Excelente! ¡Más buenas noticias! La Biblia, que es la Palabra de Dios y no puede mentir, dice que por la Sangre de Jesús tú ya has sido hecha(o) reina o rey para Dios y que reinarás sobre esta tierra.

Y si eso te pareciera poco, pon toda tu atención y corazón a lo que dice 1ª de Juan 3.1:

Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios.

¡Eres llamada(o) Hija(o) de Dios por el mismísimo Dios!

Quizá tú hayas acudido ya a la oración y te parece que nada da resultado y te encuentras como aquel padre de familia que vino a Jesús diciendo, traje mi hijo a tus discípulos y no pudieron sanarle, pero si tú puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros y ayúdanos. Entonces, te ruego que medites en la respuesta que Jesús le dio: ¡Si puedes creer, al que cree TODO le es posible!

Si puedes creer que la Biblia es la Palabra de Dios y no miente. Si puedes creer que la Biblia es la Verdad. Si puedes creer que Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti. Si puedes creer que por la Sangre de Jesús haz sido hecha(o) para Dios reina/rey y sacerdotisa/sacerdote y reinarás sobre la tierra. Si puedes creer que por Su gran Amor con que te ha amado, Dios te ha nombrado Su Hija(o). Entonces, puedes orar con plena certeza de fe que Dios es contigo y si Dios es contigo, ¿quién contra ti? Y aunque andes en valle de sombra y de muerte no temerás pues Dios, tu Padre, está contigo.

Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado (Isa 26.3).

Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía (Sal 84.12).

Oremos:

Amado Padre celestial, sé perfectamente que puedo confiar en Ti. Sé perfectamente que Tu Palabra, la Biblia, es la Verdad. Y sé que aún esta certeza me la has dado Tú por el gran Amor con que me amas. Gracias, Señor Jesús, porque estando yo en tinieblas me trasladaste a Tu luz admirable; estando yo muerta(o) me has dado vida y la vida que has comprado para mí con Tu Sangre es una vida buena, plena y abundante. ¡Soy un(a) Hija(o) del Rey de reyes y Señor de Señores! ¿Quién me puede vencer? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito en Tu Palabra: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero. Antes, en todas estas cosas soy más que vencedor(a) por medio de Aquel que me amó. Por lo cual estoy segura(o) de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada me podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús mi Señor. Así que, creo y recibo esa vida saludable, libre de la enfermedad, que Tú compraste para mí. Creo y recibo esa vida plena y abundante llena de dicha y paz donde tendré problemas y aflicciones pero de todos y todas saldré más que vencedor(a). ¡No hay forma en que pueda perder en esta vida! ¡Gracias Señor Jesús! Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2010




Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.



Noviembre 1                          1 Tim 3  /  Isa 36-37/ Sal 119.97-120

martes, 1 de noviembre de 2011

¡Puedes estar seguro de que te irá bien en esta vida!


Lunes 31 de Octubre de 2011.

¡Solo tienes que creerlo! ¡Escrito está!

Por Riqui Ricón*

Bien has hecho con tu siervo, Oh Jehová, conforme a tu palabra (Sal 119.65).

Entre más leo la Biblia más me maravillo del Amor que el Todopoderoso Dios tiene para con nosotros pues ha puesto por escrito Su Voluntad para hacernos bien y no mal.

No comprendo las palabras de aquellos que predican a un Dios de juicio y venganza que sólo está pendiente de nuestros errores para corregirnos y enseñarnos el camino de la santidad mediante las inevitables consecuencias de nuestros pecados.

Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo (1 Tim 2.3-6).

La voluntad de Dios es que TODOS los hombres alcancen la plenitud de vida por medio del conocimiento de la verdad. Y esto solo es posible a través del sacrificio de Amor que Jesús realizó por TODOS nosotros al dar Su Vida como el pago del rescate nuestro. Él pagó con Su sangre y con Su Vida todas esas inevitables consecuencias de nuestros pecados.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).

Esta salvación (plenitud) tan grande no es algo que puedas alcanzar por méritos propios por lo que es necesario que estés dispuesta(o) a transformarte mediante la renovación de tu entendimiento y puedas COMPROBAR que la voluntad del Señor para tu vida es buena, agradable y perfecta (Ro 12.2).

En otras palabras, cambia tu forma de pensar respecto a Dios. ¡Dios es bueno y para siempre es Su misericordia!

Cual sea la situación que estés experimentando el día de hoy, la Biblia, que es la Palabra de Dios, quien no miente, afirma que, si ya aceptaste a Jesús como Señor y Salvador de tu vida, entonces tú le perteneces a Él y YA HAS VENCIDO porque mayor es el que está en ti que el que está en el mundo.

¡Dios ha decretado en Su Palabra hacerte bien! ¡Dios ha decretado en Su Palabra que TÚ ERES MÁS QUE VENCEDOR(A)!

Y habrá allí calzada y camino, y será llamado Camino de Santidad; no pasará inmundo por él, sino que él mismo estará con ellos; el que anduviere en este camino, por torpe que sea, no se extraviará. No habrá allí león, ni fiera subirá por él, ni allí se hallará, para que caminen los redimidos.  Y los redimidos de Jehová volverán, y vendrán a Sion con alegría; y gozo perpetuo será sobre sus cabezas; y tendrán gozo y alegría, y huirán la tristeza y el gemido (Isa 35.8-10).

Y yo pregunto, si la salvación es por gracia, un regalo de Dios ¿cómo es que algunos quieren que paguemos por ella?

Puedes estar segura(o), Cristo Jesús ya pagó y tú no tienes por qué volver a pagar, así que venga la alegría a tu vida, deja que el gozo perpetuo sea sobre tu cabeza y ten gozo y alegría para que huyan para siempre la tristeza y el gemido.

¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? (Ro 8.31-32).

¡Solo tienes que creerlo! ¡Escrito está! ¡Es Palabra de Dios!

Oremos:

Amado Padre celestial, en este día, como en todos, quiero ser especialmente consciente de Tu gran Amor con que me has amado pues estando yo muerta(o) en delitos y pecados Tú me diste Vida juntamente con Cristo. ¡Por gracia soy salva(o)! Señor Jesús, sé que al morir por mí en esa cruz pagaste TODOS mis pecados y por eso me has hecho justo delante del Padre para ser adoptada(o) Hija(o) Suya(o) según el puro afecto de Su Voluntad. ¡Mil gracias por eso! Ahora sé quien soy: un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo; nacida(o) para triunfar. Ningún problema, enfermedad o circunstancia podrán jamás hablar más fuerte que la Verdad. ¡Tú Palabra es la Verdad! No permitiré al temor, ni a la duda, ni al desánimo, ni a la condenación, ni a la vergüenza que me lleven por el camino del error. ¡Yo soy Tu Hija(o), oh Dios y Tú eres mi Padre! Nada ni nadie puede deshacer esto: ¡Todo lo puedo en Cristo Jesús que me fortalece! ¡En TODAS las cosas soy más que vencedor(a) por medio  de Aquel que me amó, Cristo Jesús! ¡Mayor es Él, que está en mí, que el que está en el mundo! ¡Mi Dios pues, suplirá TODO lo que me falta conforme Sus riquezas en gloria! En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2010




Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.



Octubre 31                             1 Tim 2  /  Isa 34-35/ Sal 119.65-96

¡Se terminaron la condenación y la vergüenza en tu vida, para siempre!


Domingo 30 de Octubre de 2011.

¡Jamás serás avergonzada(o)!

Por Riqui Ricón*

Y daré por respuesta a mi avergonzador, Que en tu palabra he confiado. No quites de mi boca en ningún tiempo la palabra de verdad, Porque en tus juicios espero (Sal 119.42-43).

¿Sabes? Hasta este momento de la historia no existe un solo ser humano que haya confiado en la Palabra de Dios con todo su corazón y haya sido avergonzado por eso. Esto se debe a que la Palabra de Dios es LA VERDAD y las/los Hijas/Hijos de Dios NACIDOS DE NUEVO JAMÁS seremos avergonzados de haber confiado en la Biblia. De hecho, podemos y debemos, ante todo problema y circunstancia adversa, responderle al avergonzador que confiamos plenamente en la Palabra de Dios.

La Biblia es la Palabra de Dios y Él NO PUEDE mentir, así que si la Biblia dice que eres sana/sano por las heridas de Cristo Jesús, esa es la verdad y cualquier enfermedad que estés padeciendo, se encuentra en tu cuerpo en contra de la verdad y de la voluntad de Dios.

Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma (3 Jn 2). Esta breve porción de la Escritura expresa magistralmente la voluntad de Dios para tu vida: prosperidad en todas las cosas, salud, paz y gozo; en suma, una vida plena y abundante.

El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn 10.10).

A veces las personas se preguntan por qué si la Biblia es la Verdad, ellos no alcanzan a ver ni a experimentar la calidad de vida que en ella se promete. Para dar respuesta a esto, primero te preguntaría ¿podría ser, habría la más remota posibilidad, que el que está equivocado seas tú y no el Señor?

Fe es creerle al Señor, creerle a Su Palabra y el mayor estorbo para recibir las promesas de Dios mediante la fe es la condenación que obra a través del espíritu de temor. Me refiero a esa sensación de no ser lo suficientemente limpio, santo, digno o capaz de merecer un milagro o el cumplimiento de una promesa de parte de Dios.

La biblia es la Ley de Justicia, la Ley de Verdad y declara que al aceptar el pago que Jesucristo hizo con Su Vida, tú recibes la justificación o perdón de todos tus pecados para que ahora puedas recibir, por la fe en Él, la plenitud de vida.

No te engañes a ti misma/mismo, no existe precio ni trabajo ni acción alguna que tú puedas realizar para pagar, por tus medios, lo que Él ya hizo por ti. Podrías estar intentándolo hasta el fin de los tiempos y no lo vas a lograr. La buena noticia es que Dios es digno de confianza y puedes creerle y recibir tu justificación y vida plena. ¡Él tiene Palabra de Honor!

Así que: Y el efecto de la justicia será paz; y la labor de la justicia, reposo y seguridad para siempre (Isa 32.17). Puedes estar tranquila/tranquilo, nunca serás avergonzada/avergonzado por haber CREIDO a la Palabra de Dios.

Oremos:

Amado Padre celestial, es hermoso saber en quién he confiado  y a quién le he entregado mi vida y corazón: a Ti, precioso Dios que me has amado tanto que preferiste entregar a Tu propio Hijo antes que perderme a mí. A Ti que has hablado Palabras de Verdad y de Amor sobre de mí y de mi familia. Gracias, Señor, porque sé que ninguna de esas Palabras dejará de cumplirse en mi: soy amada(o) del Padre; soy más que vencedor(a); nada ni nadie me pueden hacer frente pues Tú, Señor Jesús, estás conmigo. No hay forma en que pueda perder en esta vida. ¡Gracias, Señor Jesús! Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2010




Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.



Octubre 30                             1 Tim 1  /  Isa 31-33/ Sal 119.33-64