Translate

Mostrando entradas con la etiqueta oración respuesta fidelidad amor Dios Padre. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta oración respuesta fidelidad amor Dios Padre. Mostrar todas las entradas

sábado, 4 de mayo de 2013

¡Cómo es que Dios te escucha!

 

Viernes 3  de Mayo de 2013.

¡Por tu elocuente Mediador!

Por Riqui Ricón*

Si tuviese cerca de él Algún elocuente mediador muy escogido, Que anuncie al hombre su deber; Que le diga que Dios tuvo de él misericordia, Que lo libró de descender al sepulcro, Que halló redención; Su carne será más tierna que la del niño, Volverá a los días de su juventud. Orará a Dios, y éste le amará, Y verá su faz con júbilo; Y restaurará al hombre su justicia. El mira sobre los hombres; y al que dijere: Pequé, y pervertí lo recto, Y no me ha aprovechado, Dios redimirá su alma para que no pase al sepulcro, Y su vida se verá en luz. He aquí, todas estas cosas hace Dios Dos y tres veces con el hombre, Para apartar su alma del sepulcro, Y para iluminarlo con la luz de los vivientes (Job 33. 23-30).

Que hermoso y reconfortante es saber que tú y yo contamos con ese escogido y elocuente mediador: Cristo Jesús.

Por Él, puedes estar seguro(a) que el Amor y la misericordia de Dios son abundantes para contigo y has hallado redención. ¡Jesús te ha librado de descender al sepulcro! ¡Ha pagado todos tus pecados!

Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro (Ro 6.23).

Has sido justificado(a), perdonado(a) y creado(a) de nuevo (mas ahora como un(a) Hijo(a) de Dios), para poder estar delante de Su Presencia limpio(a) y sin mancha, como lavado(a) en la preciosa Sangre de tu Señor, Rey y Salvador.

Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios (Ro 5. 1-2).

Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro (He 4.16).

La Biblia, que es la Palabra de Dios y no miente, te asegura que cuando tú oras a Dios, Él te escucha; y no solamente te escucha sino que, mientras tú oras, tu mediador, Jesucristo, presenta tu oración delante del Padre para hablar a tu favor.

Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, Y confiarán en Jehová (Sal 40.1-3).

Así que, no permitas que nada, ni nadie, ni enfermedad, ni circunstancias difíciles y ni aún el pecado, te desanimen para cada día buscar la comunión con Dios en la lectura y meditación de Su Palabra y en la oración.

Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien (Jos 1.8).

Dios, en Su infinito Amor por ti, te enseña en Su Palabra la manera en que tú puedes hacer prosperar tu camino y que todo te salga bien: ¡haz de la lectura y meditación de la Biblia la norma máxima de tu vida! ¡Medita en Ella de día y de noche!

Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios (Ro 10.17).

Porque la fe viene cuando se escucha con atención el mensaje que predicamos acerca de Jesucristo (Ro 10.17 CST).

Así que vivimos confiados siempre… (porque por fe andamos, no por vista) (2 Co 5.6a, 7).

Tú necesitas fe para vivir en victoria siempre y la fe viene por escuchar continuamente y con atención el mensaje de la Palabra de Dios.

Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía (Sal 84.12).

Y recuerda, si has cometido pecado no huyas de Dios, corre hacia Él porque,

Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad (1 Jn 1.9).

Él no te ha dejado, ni te dejará. Su propósito para contigo es que tengas una vida llena de luz y plenitud.

Así es, puedes gritarlo si quieres: ¡Vivo en la Luz!

¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero. Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro (Ro 8. 33-39).

Oremos en voz audible:

Amado Padre celestial, ¿qué puedo decir a todo esto? Solamente que te amo, que conocerte a Ti, conocer Tu Palabra y Tu Amor para conmigo, es lo mejor que me ha sucedido. Creo y recibo Tu Amor. Gracias por ese elocuente y escogido mediador que me has dado. ¡Gracias Jesús! Hoy puedo enfrentar cualquier problema o circunstancia sabiendo quién soy yo y quién está conmigo. Soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo y no Nací de Nuevo de una simiente corruptible sino de la incorruptible semilla que es Tu Palabra que vive y permanece para siempre. Creo y declaro firmemente que yo, __________ (tu nombre aquí), tengo la Vida Eterna que Tú, Jesucristo, compraste para mí. Creo y declaro firmemente que  Dios, el Espíritu Santo, está en mí y conmigo; y si Tú, oh Dios, estás conmigo ¿quién contra mí? ¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece! ¡En toda angustia, problema o enfermedad soy más que vencedor(a) por medio de Aquel que me amó, Cristo Jesús! ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)!  ¡Gracias Padre! ¡Muchas Gracias! En el nombre de Jesús. Amén.

 Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2011

 


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Mayo 3                                  Hch 15. 22-41  /  Jue 1  /  Job 33

 



domingo, 4 de noviembre de 2012

¿Te responderá Dios?

 
Domingo 4 de Noviembre de 2012.
¡El mejor Padre del mundo!
Por Riqui Ricón*
A Jehová clamé estando en angustia, Y él me respondió (Sal.120.1).
No existe nada mejor que saber que en cualquier momento y bajo cualquier circunstancia, siempre puedes contar con el apoyo y la ayuda de tu Padre celestial. ¡No estás sola(o)! ¡Él no te ha dejado ni te dejará jamás! Te lo ha prometido y lo ha puesto por escrito al darte Su Palabra:
Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces (Jer 33.3).
Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá (Mat 7.7-8).
El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? (Ro 8.32).
¿Te das cuenta? La Voluntad de Dios es ayudarte. Su deseo es que le pidas para Él responderte y darte.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Él te ama tanto que entregó a Su propio Hijo para pagar todos tus pecados y, así, no perderte a ti. Por lo que Jesús hizo en la cruz, puedes acercarte confiadamente al trono de la gracia para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
Yo preguntaba: ¿Cómo os pondré por hijos, y os daré la tierra deseable, la rica heredad de las naciones? Y dije: Me llamaréis: Padre mío, y no os apartaréis de en pos de mí (Jer 3.19).
Nunca olvides que, ahora, en Cristo Jesús has sido constituido(a) Hijo(a) del Dios Altísimo y Él siempre estará disponible para ti.
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad (Efe 1.3-5).
Dios siempre lo planeó así y ni Satanás, ni sus demonios, ni la muerte, ni el pecado pudieron evitar que Él te llamara Hijo(a) Suyo(a) desde antes de la fundación del mundo. ¡Todo por Amor a ti!
Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él (2 Cor 5.21).
Quizás no lo sabías, pero cuando aceptaste a Jesús como Señor y Salvador, todos tus pecados fueron pagados, por lo que fuiste declarado(a) justo(a) delante de Dios y, en ese momento, fuiste apartado(a), santificado(a), para recibir la Vida Eterna, y fue entonces que, al recibir esa nueva naturaleza que sólo la Palabra de Dios puede otorgar, Naciste de Nuevo como un(a) Hijo(a) de Dios.
 Miren lo grande que es el amor que el Padre nos ha mostrado, ¡hasta llega a hacer posible que seamos llamados hijos de Dios! Y eso es lo que de verdad somos. Por eso la gente del mundo no nos conoce, pues el mundo no conoce a Dios  (1 Jn 3.1 PDT).
Ser un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo no es una mera frase con tintes religiosos. ¡Es la Verdad! De hecho, este fue el propósito por el cual Jesucristo vino a la tierra, justificarte, limpiándote de todos tus pecados y darte la Vida Eterna para, así, poder hacer de ti ese(a) Hijo(a) que Él siempre soñó.
Cristo Jesús es lo mejor que te pudo haber sucedido.
¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan? (Mat 7.9-11).
¡Eres Hijo(a) del mejor de los Padres!
Así que, si te das cuenta, sin importar como se encuentre hoy tu vida, puedes vivir una vida plena y abundante. ¡Puedes clamar a Dios y Él te ha de responder! Puedes hacer frente a cualquier circunstancia sabiendo que Dios, tu Padre, el Todopoderoso, está contigo; y si Dios es contigo, ¿quién contra ti?
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, entre más leo y medito en Tu Palabra más me doy cuenta de la Verdad; me doy cuenta que me amas tanto que no sé ni cómo expresarlo. Gracias, precioso Dios, con la Sangre de Tu Hijo Jesús me has hecho Hijo(a) Tuyo(a). Ya no soy más un(a) pecador(a) condenado(a) a la muerte eterna sino que por Ti, por Jesús, por Tu Amor, ahora tengo Vida Eterna y la puedo vivir en paz, en gozo, en dicha, pues aunque en el mundo tendré aflicciones puedo confiar plenamente en Tu Palabra y de todas las aflicciones saldré victorioso(a). Te pido perdón por haber dado lugar al temor y a la duda respecto a mi futuro y declaro que yo soy ese(a) Hijo(a) de Dios que Tú dices en Tu Palabra que yo soy: justo(a), santo(a), SANO(A), prospero(a), dichoso(a), lleno(a) de paz y de amor. Yo no he recibido espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que he recibido el espíritu de adopción por el cual clamo, ¡Abba, Padre! Por lo tanto, me despojo de todo temor y del pecado que me asedia, y voy a correr con paciencia, y constancia, la carrera que tengo por delante. Con Tu ayuda, Espíritu Santo, voy hacer de mi vida esa vida plena y abundante que planeaste para mí, pues mayor es el que está en mí que el que está en el mundo. En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2010
 

Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Noviembre 4                          1 Tim 5.23-6.21  /  Jer 3-4  /  Sal 120