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jueves, 27 de diciembre de 2012

A punto de terminar el año, ¿qué dice Dios de ti?

 
Jueves 27 de Diciembre de 2012.
¡Dios habla por ti!
Por Riqui Ricón*
Y serás corona de gloria en la mano de Jehová, y diadema de reino en la mano del Dios tuyo. Nunca más te llamarán Desamparada, ni tu tierra se dirá más Desolada; sino que serás llamada Hefzi-bá, y tu tierra, Beula; porque el amor de Jehová estará en ti, y tu tierra será desposada. Pues como el joven se desposa con la virgen, se desposarán contigo tus hijos; y como el gozo del esposo con la esposa, así se gozará contigo el Dios tuyo (Isa 62.3-5).
Si bien es cierto que hiciste de tu vida lo que la gana se te dio y que por eso estabas sin Cristo, alejado(a) de la ciudadanía de Israel y ajeno(a) a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo (Efe 2.12), ahora, puedes darte cuenta que en la Biblia el Plan de Dios para tu vida siempre incluyó levantarte del polvo y la miseria a una condición que difícilmente hubieras imaginado:
¡Ser corona de gloria en la mano de Jehová, y diadema de reino en la mano del Dios tuyo!
Por lo que Cristo Jesús hizo en la cruz, por Amor a ti, ahora Dios mismo te llama Hefzi-bá, que quiere decir, mi deleite está en ti. ¡Asombroso!
Por amor de Sion no callaré, y por amor de Jerusalén no descansaré, hasta que salga como resplandor su justicia, y su salvación se encienda como una antorcha. Entonces verán las gentes tu justicia, y todos los reyes tu gloria; y te será puesto un nombre nuevo, que la boca de Jehová nombrará (Isa 62.1-2).
¡Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti!
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
¡Todo por amor a ti!
Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús (Efe 2.4-6).
Así es mi amado(a), sin importar la condición o los problemas que hoy enfrentes, jamás debes olvidar que todo esto, el Evangelio, no es otra cosa más que el Amor que Dios siente por ti.
¡Un Amor que lo hace anhelarte y abrir Su boca para hablar acerca de ti!
La próxima vez que te encuentres en dificultades o en peligro, recuerda todo lo que Él ha hecho para salvarte y lo que ha dicho garantizarte una vida Plena y abundante,
El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn 10.10).
Recuerda siempre lo que Dios ha dicho en Su Palabra acerca de ti, porque entonces encararás cualquier situación, por adversa que ésta sea, sabiendo que saldrás más vencedor(a), ya que,
El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero. Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro (Ro 8.32-39).
Él te ha llamado Su Hijo(a), y ser un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo significa vivir una vida totalmente supernatural, donde puedes echar mano de la Palabra de Dios para vencer y alejar de tu vida, de una vez por todas, al miedo, a la ansiedad y a la angustia.
MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos (1 Jn 3.1 BAD).
Así que, faltando pocos días para comenzar un nuevo año, fortalécete en el Señor y en el poder de Su fuerza, que es Su Palabra. No le des lugar al temor ni a la duda que éste genera. ¡Ten ánimo! Dios no te ha dejado ni te dejará jamás.
¿Qué podrías decir a todo esto? ¡Si Dios es conmigo, ¿quién contra mí?! ¡Lo mejor de mi vida está delante de mis pies!
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, en verdad que es maravilloso saberme tan amado(a) por Ti. Entre más leo y medito Tu Palabra más claro es, en mi corazón, el gran Amor con que me has amado. ¡Gracias, muchas gracias Señor! En verdad sé que no hay forma en que pueda perder en esta vida. Señor Jesús, Tú me has dado vida y Vida Eterna, así que, aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en Tu casa, Señor Jesús, moraré por siempre. Tú, Señor, eres mi luz y mi salvación. ¿A quién podría yo temerle? Tú, Señor, eres la fortaleza de mi vida, así que no le temo a nadie. Aunque los perversos me ataquen y traten de destruirme, todos ellos serán derrotados. No tendré miedo aunque todo un ejército me rodee. Confiaré en Ti, mi Dios, aunque me declaren la guerra. Pues se que aunque mis padres me abandonen, Tú, Señor, te encargarás de mí. Por lo tanto, declaro que: de todo problema, enfermedad o circunstancia, yo, ___________ (tu nombre aquí), saldré más que vencedor(a) por medio de Tu Amor, Señor Jesús. ¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece! ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡El Amor, el gozo y la paz que Tu, Jesucristo, pagaste por mí, al morir en la cruz y vencer a la muerte, resucitando de entre los muertos, son míos, por derecho! En el nombre de Jesús. Amen.  
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012
 

Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Diciembre 27                                   Luc 3.1-20 /  Ez 40-41 /  Isa 62
 


jueves, 20 de diciembre de 2012

¡Cómo puedes estar seguro(a) que terminarás bien!

 
Miércoles 19 de Diciembre de 2012.
¡Te lo ha jurado Dios!
Por Riqui Ricón*
Porque esto me será como en los días de Noé, cuando juré que nunca más las aguas de Noé pasarían sobre la tierra;  así he jurado que no me enojaré contra ti, ni te reñiré. Porque los montes se moverán, y los collados temblarán, pero no se apartará de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz se quebrantará, dijo Jehová, el que tiene misericordia de ti (Isa 54.9-10).
El Nuevo Pacto en la Sangre de Jesús es el mejor Pacto, establecido sobre mejores promesas, por medio del cual, después de haber sido justificado(a) y perdonado(a) al ser derramada Su Sangre, ahora tú has sido adoptado(a) legítimamente como un(a) Hijo(a) de Dios.
Así es, porque Él lo juró con Su Palabra, ahora Dios te mira y te trata como un Padre mira y trata a Su Hija(o).
Porque te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda; y tu descendencia heredará naciones, y habitará las ciudades asoladas. No temas, pues no serás confundida; y no te avergüences, porque no serás afrentada, sino que te olvidarás de la vergüenza de tu juventud, y de la afrenta de tu viudez no tendrás más memoria. Porque tu marido es tu Hacedor; Jehová de los ejércitos es su nombre; y tu Redentor, el Santo de Israel; Dios de toda la tierra será llamado (Isa 54.3-5).
La relación con Dios cambia radicalmente a través del Nuevo Pacto: ahora no importa más lo que hiciste, ni lo que estés haciendo, sino lo que Jesús hizo por Amor a ti. Se te ha dado la oportunidad de dejar todo el pasado atrás y Nacer de Nuevo a una Vida Plena y Abundante como Hijo(a) del Rey.
¡Ahora el Todopoderoso Dios es tu propio Padre!
Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él,  perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz,  y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz (Col 2.13-15).
Ser un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo significa vivir esa Vida Plena y Abundante en justicia y santidad que Él decretó, con Su Palabra, que te pertenece a ti. No se trata de lo que hagas o dejes de hacer sino de si puedes creer. Se trata de creer que la Biblia es la palabra de Dios y, por lo tanto, todo lo que en ella está escrito son las Palabras que salieron de la boca de Dios, son la Verdad y se van a cumplir todas; primero el cielo y la tierra dejan de existir antes que la Palabra de Dios deje de cumplirse.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Se trata de realmente creer que Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti.
MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos  (1 Jn 3.1 BAD).
Se trata de creer que ahora, en Verdad eres un(a) Hijo(a) amado(a) de Dios.
Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad (Col 2.9-10)..
Mientras sigas escuchando las voces de fracaso y derrota que te dicen que no  vales, ni sirves, ni puedes; que sigues siendo la misma persona que eras antes, pecadora, miedosa, irresponsable, etc., entonces, seguirás viviendo una mentira, luchando contra el miedo, la angustia, la enfermedad y la condenación.
¡Qué contraste con la Escritura que te afirma que tú estás completo(a) en Cristo y que toda la Plenitud de Dios está en Él y, por lo tanto, también está en ti!
Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres (Jn 8.31b-32).
Todo esto es Verdad al que puede creer la Palabra de Dios, pues al que cree TODO le es posible.
La Plenitud de Dios, esta forma de vivir en paz, con gozo y lleno(a) de amor, es aplicable a todas las áreas de tu vida: en la salud, las finanzas, las relaciones familiares y personales, el desempeño profesional, el hogar, etc. Pues, cuando sabes que sabes, que ahora eres un(a) Hijo(a) del Rey del Universo y que tienes derechos y privilegios divinos (así como obligaciones), los problemas y circunstancias de tu entorno no te volverán a engañar para ponerte en la condición de víctima.
Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia (1 P 2.9-10).
Amado(a), aunque tú no lo creas, tú eres y serás siempre la persona que Dios dice en Su Palabra que tú ahora eres. Si lo crees o no lo crees, eso no cambia la Verdad; tan sólo cambia el hecho que tú puedas vivir la Verdad o no. Con tu fe tú haces posible el vivir esa Vida Plena y Abundante que YA fue comprada y preparada para ti.
Y muchas veces le echa en el fuego y en el agua, para matarle; pero si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos. Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible (Mar 9.22-23).
¡SI! Jesús ya lo hizo todo por amor a ti y ahora todo depende de que tú puedas creer.
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, en este momento estoy dispuesto(a) a declarar con todo mi corazón que SI CREO. Creo que la Biblia es Tu Palabra y creo que lo que Tú hiciste por mí al morir en esa cruz, Señor Jesús, me establece y afirma en la condición de Hijo(a) Tuyo(a). Creo que ahora tengo esa Nueva condición: soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. Sé y declararé toda mi vida que soy amado(a) por Ti, oh Dios; que nunca me has dejado ni me dejarás. No temeré a nada, ni a nadie, porque Tú estás conmigo; Tú me redimiste; me pusiste nombre, Tuyo yo soy. Tú Palabra es la Verdad y yo soy la persona totalmente Nueva que Tú dices que ahora soy. No voy a escuchar, ni a creer, las voces de fracaso y derrota que quieren impedir que me manifieste en la Plenitud de Vida que voy a vivir. En todas las cosas soy más que vencedor(a) por medio  de Aquel que me amó, pues TODO lo puedo en Cristo que me fortalece. En Tu Palabra, Señor, me declaro libre, sano(a), próspero(a) y lleno(a) del gozo, paz y amor que Tú, y sólo Tú, Señor Jesús, me das. Por lo tanto, no voy a temes, solamente creeré. En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2011
 

Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Diciembre 19                                   Col 1.24-2.19   /  Ez 27-28  /  Isa 54