lunes, 27 de diciembre de 2021

A punto de terminar el año, ¿qué dice Dios de ti?

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                     <ENGLISH>




 27 Diciembre
 

A punto de terminar el año, ¿qué dice Dios de ti?


¡Dios habla por ti!

Por Riqui Ricón*

Y serás corona de gloria en la mano de Jehová, y diadema de reino en la mano del Dios tuyo. Nunca más te llamarán Desamparada, ni tu tierra se dirá más Desolada; sino que serás llamada Hefzi-bá, y tu tierra, Beula; porque el amor de Jehová estará en ti, y tu tierra será desposada. Pues como el joven se desposa con la virgen, se desposarán contigo tus hijos; y como el gozo del esposo con la esposa, así se gozará contigo el Dios tuyo (Isa 62.3-5).

Si bien es cierto que hiciste de tu vida lo que la gana se te dio y que por eso estabas sin Cristo, alejado(a) de la ciudadanía de Israel y ajeno(a) a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo (Efe 2.12), ahora, puedes darte cuenta que en la Biblia el Plan de Dios para tu vida siempre incluyó levantarte del polvo y la miseria a una condición que difícilmente hubieras imaginado:

¡Ser corona de gloria en la mano de Jehová, y diadema de reino en la mano del Dios tuyo!

Por lo que Cristo Jesús hizo en la cruz, por Amor a ti, ahora Dios mismo te llama Hefzi-bá, que quiere decir, mi deleite está en ti. ¡Asombroso!

Por amor de Sion no callaré, y por amor de Jerusalén no descansaré, hasta que salga como resplandor su justicia, y su salvación se encienda como una antorcha. Entonces verán las gentes tu justicia, y todos los reyes tu gloria; y te será puesto un nombre nuevo, que la boca de Jehová nombrará (Isa 62.1-2).

¡Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti!

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).

¡Todo por amor a ti!

Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús (Efe 2.4-6).

Así es mi amado(a), sin importar la condición o los problemas que hoy enfrentes, jamás debes olvidar que todo esto, el Evangelio, no es otra cosa más que el Amor que Dios siente por ti.

¡Un Amor que lo hace anhelarte y abrir Su boca para hablar acerca de ti y declarar Su Palabra de Verdad a tu favor!

La próxima vez que te encuentres en dificultades o en peligro, recuerda todo lo que Él ha hecho para salvarte y lo que ha dicho al garantizarte una vida Plena y abundante,

El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn 10.10).

Recuerda siempre lo que Dios ha dicho en Su Palabra acerca de ti, porque entonces encararás cualquier situación, por adversa que ésta sea, sabiendo que saldrás más que vencedor(a), ya que,

El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero. Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro (Ro 8.32-39).

Él te ha llamado Su Hijo(a), y ser un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo significa Vivir una Vida totalmente Supernatural, donde puedes echar mano de la Palabra de Dios para vencer y alejar de tu vida, de una vez por todas, al miedo, a la ansiedad y a la angustia.

MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos (1 Jn 3.1 BAD).

Así que, faltando pocos días para comenzar un nuevo año, fortalécete en el Señor y en el poder de Su fuerza, que es Su Palabra. No le des lugar al temor ni a la duda que éste genera. ¡Ten ánimo! Dios no te ha dejado ni te dejará jamás.

¿Qué podrías decir a todo esto? ¡Si Dios es conmigo, ¿quién contra mí?! ¡Lo mejor de mi vida está delante de mis pies!

Oremos en voz audible:

Amado Padre celestial, en verdad que es maravilloso saberme tan amado(a) por Ti. Entre más leo y medito Tu Palabra más claro es, en mi corazón, el gran Amor con que me has amado. ¡Gracias, muchas gracias Señor! En verdad sé que no hay forma en que pueda perder en esta vida. Señor Jesús, Tú me has dado vida y Vida Eterna, así que, aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en Tu casa, Señor Jesús, moraré por siempre. Tú, Señor, eres mi luz y mi salvación. ¿A quién podría yo temerle? Tú, Señor, eres la fortaleza de mi vida, así que no le temo a nadie. Aunque los perversos me ataquen y traten de destruirme, todos ellos serán derrotados. No tendré miedo aunque todo un ejército me rodee. Confiaré en Ti, mi Dios, aunque me declaren la guerra. Pues se que aunque mis padres me abandonen, Tú, Señor, te encargarás de mí. Por lo tanto, declaro que: de todo problema, enfermedad o circunstancia, yo, ___________ (tu nombre aquí), saldré más que vencedor(a) por medio de Tu Amor, Señor Jesús. ¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece! ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡El Amor, el gozo y la paz que Tu, Jesucristo, pagaste por mí, al morir en la cruz y vencer a la muerte, resucitando de entre los muertos, son míos, por derecho! En el nombre de Jesús. Amen.  

 Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012

 

Tres Recomendaciones:

Lo que acabas de suceder al reconocer a Jesucristo como el Señor y Salvador de tu vida, de acuerdo con La Palabra de Dios, es que has Nacido de Nuevo, ya no más como un ser humano común y corriente, sujeto a la ley del pecado y de la muerte, sino que ahora eres un(a) legítimo(a) y auténtico(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, exactamente igual a Jesucristo, quien ahora es tu Hermano Mayor. Por lo tanto, te hago estas tres importantísimas recomendaciones:

1.     Orar. Orar es platicar con Dios. Así que, búscate un lugar tranquilo donde puedas comenzar a platicar todas tus cosas con Él. Hazlo de forma audible y notarás como Dios siempre responderá a tu corazón.

2.     Leer y meditar la Palabra de Dios. La Biblia es La Palabra de Dios, así que, consigue una Biblia y comienza a leerla y meditarla. ¿Cómo empezar? Es muy sencillo. Dependiendo del día que sea hoy, busca en el programa de lectura “La Biblia en un año” y realiza las lecturas correspondientes. Este programa lo puedes obtener en: A Través de La Biblia En Un Ano (palabradehonor.org) Notarás que el programa está arreglado para imprimirlo como un cuadernillo.

3.     En oración con Dios, tu Padre, busca y únete a una iglesia o congregación cristiana donde enseñen la Palabra de Dios en base a las Buenas Noticias que son el Evangelio de Jesucristo.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2020

 

 


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Diciembre 27                                Luc 3.1-20 /  Ez 40-41 /  Isa 62



Cápsula del día.




Puedes escuchar o descargar la lectura de la  Biblia en audio del día de hoy, la tenemos para ti en dos versiones: 


RV60 




NVI 



Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Diciembre 27                                Luc 3.1-20 /  Ez 40-41 /  Isa 62

 

San Lucas 3.1-20

Predicación de Juan el Bautista

(Mt. 3.1–12; Mr. 1.1–8; Jn. 1.19–28)

3

1En el año decimoquinto del imperio de Tiberio César, siendo gobernador de Judea Poncio Pilato, y Herodes tetrarca de Galilea, y su hermano Felipe tetrarca de Iturea y de la provincia de Traconite, y Lisanias tetrarca de Abilinia, 2y siendo sumos sacerdotes Anás y Caifás, vino palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. 3Y él fue por toda la región contigua al Jordán, predicando el bautismo del arrepentimiento para perdón de pecados, 4como está escrito en el libro de las palabras del profeta Isaías, que dice:

Voz del que clama en el desierto:

Preparad el camino del Señor;

Enderezad sus sendas.

     5     Todo valle se rellenará,

Y se bajará todo monte y collado;

Los caminos torcidos serán enderezados,

Y los caminos ásperos allanados;

     6     Y verá toda carne la salvación de Dios.a

7Y decía a las multitudes que salían para ser bautizadas por él: ¡Oh generación de víboras!b ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? 8Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no comencéis a decir dentro de vosotros mismos: Tenemos a Abraham por padre;c porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras. 9Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto se corta y se echa en el fuego.d

10Y la gente le preguntaba, diciendo: Entonces, ¿qué haremos? 11Y respondiendo, les dijo: El que tiene dos túnicas, dé al que no tiene; y el que tiene qué comer, haga lo mismo. 12Vinieron también unos publicanos para ser bautizados,e y le dijeron: Maestro, ¿qué haremos? 13Él les dijo: No exijáis más de lo que os está ordenado. 14También le preguntaron unos soldados, diciendo: Y nosotros, ¿qué haremos? Y les dijo: No hagáis extorsión a nadie, ni calumniéis; y contentaos con vuestro salario.

15Como el pueblo estaba en expectativa, preguntándose todos en sus corazones si acaso Juan sería el Cristo, 16respondió Juan, diciendo a todos: Yo a la verdad os bautizo en agua; pero viene uno más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego. 17Su aventador está en su mano, y limpiará su era, y recogerá el trigo en su granero, y quemará la paja en fuego que nunca se apagará.

18Con estas y otras muchas exhortaciones anunciaba las buenas nuevas al pueblo. 19Entonces Herodes el tetrarca, siendo reprendido por Juan a causa de Herodías, mujer de Felipe su hermano, y de todas las maldades que Herodes había hecho, 20sobre todas ellas, añadió además esta: encerró a Juan en la cárcel.f[1]

 

   

Ezequiel 40-41

La visión del templo

40

1En el año veinticinco de nuestro cautiverio, al principio del año, a los diez días del mes, a los catorce años después que la ciudad fue conquistada, en aquel mismo día vino sobre mí la mano de Jehová, y me llevó allá. 2En visiones de Dios me llevó a la tierra de Israel, y me puso sobre un monte muy alto, sobre el cual había un edificio parecido a una gran ciudad, hacia la parte sur.a 3Me llevó allí, y he aquí un varón, cuyo aspecto era como aspecto de bronce; y tenía un cordel de lino en su mano, y una caña de medir;b y él estaba a la puerta. 4Y me habló aquel varón, diciendo: Hijo de hombre, mira con tus ojos, y oye con tus oídos, y pon tu corazón a todas las cosas que te muestro; porque para que yo te las mostrase has sido traído aquí. Cuenta todo lo que ves a la casa de Israel.

5Y he aquí un muro fuera de la casa;c y la caña de medir que aquel varón tenía en la mano era de seis codos de a codo y palmo menor; y midió el espesor del muro, de una caña, y la altura, de otra caña. 6Después vino a la puerta que mira hacia el oriente, y subió por sus gradas, y midió un poste de la puerta, de una caña de ancho, y el otro poste, de otra caña de ancho. 7Y cada cámara tenía una caña de largo, y una caña de ancho; y entre las cámaras había cinco codos de ancho; y cada poste de la puerta junto a la entrada de la puerta por dentro, una caña. 8Midió asimismo la entrada de la puerta por dentro, una caña. 9Midió luego la entrada del portal, de ocho codos, y sus postes de dos codos; y la puerta del portal estaba por el lado de adentro. 10Y la puerta oriental tenía tres cámaras a cada lado, las tres de una medida; también de una medida los portales a cada lado. 11Midió el ancho de la entrada de la puerta, de diez codos, y la longitud del portal, de trece codos. 12El espacio delante de las cámaras era de un codo a un lado, y de otro codo al otro lado; y cada cámara tenía seis codos por un lado, y seis codos por el otro. 13Midió la puerta desde el techo de una cámara hasta el techo de la otra, veinticinco codos de ancho, puerta contra puerta. 14Y midió los postes, de sesenta codos, cada poste del atrio y del portal todo en derredor. 15Y desde el frente de la puerta de la entrada hasta el frente de la entrada de la puerta interior, cincuenta codos. 16Y había ventanas estrechas en las cámaras, y en sus portales por dentro de la puerta alrededor, y asimismo en los corredores; y las ventanas estaban alrededor por dentro; y en cada poste había palmeras.

17Me llevó luego al atrio exterior, y he aquí había cámaras, y estaba enlosado todo en derredor; treinta cámaras había alrededor en aquel atrio. 18El enlosado a los lados de las puertas, en proporción a la longitud de los portales, era el enlosado más bajo. 19Y midió la anchura desde el frente de la puerta de abajo hasta el frente del atrio interior por fuera, de cien codos hacia el oriente y el norte.

20Y de la puerta que estaba hacia el norte en el atrio exterior, midió su longitud y su anchura. 21Sus cámaras eran tres de un lado, y tres del otro; y sus postes y sus arcos eran como la medida de la puerta primera: cincuenta codos de longitud, y veinticinco de ancho. 22Y sus ventanas y sus arcos y sus palmeras eran conforme a la medida de la puerta que estaba hacia el oriente; y se subía a ella por siete gradas, y delante de ellas estaban sus arcos. 23La puerta del atrio interior estaba enfrente de la puerta hacia el norte, y así al oriente; y midió de puerta a puerta, cien codos.

24Me llevó después hacia el sur, y he aquí una puerta hacia el sur; y midió sus portales y sus arcos conforme a estas medidas. 25Y tenía sus ventanas y sus arcos alrededor, como las otras ventanas; la longitud era de cincuenta codos, y el ancho de veinticinco codos. 26Sus gradas eran de siete peldaños, con sus arcos delante de ellas; y tenía palmeras, una de un lado, y otra del otro lado, en sus postes. 27Había también puerta hacia el sur del atrio interior; y midió de puerta a puerta hacia el sur cien codos.

28Me llevó después en el atrio de adentro a la puerta del sur, y midió la puerta del sur conforme a estas medidas. 29Sus cámaras y sus postes y sus arcos eran conforme a estas medidas, y tenía sus ventanas y sus arcos alrededor; la longitud era de cincuenta codos, y de veinticinco codos el ancho. 30Los arcos alrededor eran de veinticinco codos de largo, y cinco codos de ancho. 31Y sus arcos caían afuera al atrio, con palmeras en sus postes; y sus gradas eran de ocho peldaños.

32Y me llevó al atrio interior hacia el oriente, y midió la puerta conforme a estas medidas. 33Eran sus cámaras y sus postes y sus arcos conforme a estas medidas, y tenía sus ventanas y sus arcos alrededor; la longitud era de cincuenta codos, y la anchura de veinticinco codos. 34Y sus arcos caían afuera al atrio, con palmeras en sus postes de un lado y de otro; y sus gradas eran de ocho peldaños.

35Me llevó luego a la puerta del norte, y midió conforme a estas medidas; 36sus cámaras, sus postes, sus arcos y sus ventanas alrededor; la longitud era de cincuenta codos, y de veinticinco codos el ancho. 37Sus postes caían afuera al atrio, con palmeras a cada uno de sus postes de un lado y de otro; y sus gradas eran de ocho peldaños.

38Y había allí una cámara, y su puerta con postes de portales; allí lavarán el holocausto. 39Y en la entrada de la puerta había dos mesas a un lado, y otras dos al otro, para degollar sobre ellas el holocausto y la expiación y el sacrificio por el pecado. 40A un lado, por fuera de las gradas, a la entrada de la puerta del norte, había dos mesas; y al otro lado que estaba a la entrada de la puerta, dos mesas. 41Cuatro mesas a un lado, y cuatro mesas al otro lado, junto a la puerta; ocho mesas, sobre las cuales degollarán las víctimas. 42Las cuatro mesas para el holocausto eran de piedra labrada, de un codo y medio de longitud, y codo y medio de ancho, y de un codo de altura; sobre éstas pondrán los utensilios con que degollarán el holocausto y el sacrificio. 43Y adentro, ganchos, de un palmo menor, dispuestos en derredor; y sobre las mesas la carne de las víctimas.

44Y fuera de la puerta interior, en el atrio de adentro que estaba al lado de la puerta del norte, estaban las cámaras de los cantores, las cuales miraban hacia el sur; una estaba al lado de la puerta del oriente que miraba hacia el norte. 45Y me dijo: Esta cámara que mira hacia el sur es de los sacerdotes que hacen la guardia del templo. 46Y la cámara que mira hacia el norte es de los sacerdotes que hacen la guardia del altar; estos son los hijos de Sadoc, los cuales son llamados de los hijos de Leví para ministrar a Jehová. 47Y midió el atrio, cien codos de longitud, y cien codos de anchura; era cuadrado; y el altar estaba delante de la casa.

48Y me llevó al pórtico del templo, y midió cada poste del pórtico, cinco codos de un lado, y cinco codos de otro; y la anchura de la puerta tres codos de un lado, y tres codos de otro. 49La longitud del pórtico, veinte codos, y el ancho once codos, al cual subían por gradas; y había columnas junto a los postes, una de un lado, y otra de otro.

41

1Me introdujo luego en el templo, y midió los postes, siendo el ancho seis codos de un lado, y seis codos de otro, que era el ancho del tabernáculo. 2El ancho de la puerta era de diez codos, y los lados de la puerta, de cinco codos de un lado, y cinco del otro. Y midió su longitud, de cuarenta codos, y la anchura de veinte codos. 3Y pasó al interior, y midió cada poste de la puerta, de dos codos; y la puerta, de seis codos; y la anchura de la entrada, de siete codos. 4Midió también su longitud, de veinte codos, y la anchura de veinte codos, delante del templo; y me dijo: Este es el lugar santísimo.

5Después midió el muro de la casa, de seis codos; y de cuatro codos la anchura de las cámaras, en torno de la casa alrededor. 6Las cámaras laterales estaban sobrepuestas unas a otras, treinta en cada uno de los tres pisos; y entraban modillones en la pared de la casa alrededor, sobre los que estribasen las cámaras, para que no estribasen en la pared de la casa. 7Y había mayor anchura en las cámaras de más arriba; la escalera de caracol de la casa subía muy alto alrededor por dentro de la casa; por tanto, la casa tenía más anchura arriba. Del piso inferior se podía subir al de en medio, y de éste al superior. 8Y miré la altura de la casa alrededor; los cimientos de las cámaras eran de una caña entera de seis codos largos. 9El ancho de la pared de afuera de las cámaras era de cinco codos, igual al espacio que quedaba de las cámaras de la casa por dentro. 10Y entre las cámaras había anchura de veinte codos por todos lados alrededor de la casa. 11La puerta de cada cámara salía al espacio que quedaba, una puerta hacia el norte, y otra puerta hacia el sur; y el ancho del espacio que quedaba era de cinco codos por todo alrededor.

12Y el edificio que estaba delante del espacio abierto al lado del occidente era de setenta codos; y la pared del edificio, de cinco codos de grueso alrededor, y noventa codos de largo.

13Luego midió la casa, cien codos de largo; y el espacio abierto y el edificio y sus paredes, de cien codos de longitud. 14Y el ancho del frente de la casa y del espacio abierto al oriente era de cien codos.

15Y midió la longitud del edificio que estaba delante del espacio abierto que había detrás de él, y las cámaras de uno y otro lado, cien codos; y el templo de dentro, y los portales del atrio. 16Los umbrales y las ventanas estrechas y las cámaras alrededor de los tres pisos estaba todo cubierto de madera desde el suelo hasta las ventanas; y las ventanas también cubiertas. 17Por encima de la puerta, y hasta la casa de adentro, y afuera de ella, y por toda la pared en derredor por dentro y por fuera, tomó medidas. 18Y estaba labrada con querubines y palmeras, entre querubín y querubín una palmera; y cada querubín tenía dos rostros; 19un rostro de hombre hacia la palmera del un lado, y un rostro de león hacia la palmera del otro lado, por toda la casa alrededor. 20Desde el suelo hasta encima de la puerta había querubines labrados y palmeras, por toda la pared del templo.

21Cada poste del templo era cuadrado, y el frente del santuario era como el otro frente. 22La altura del altar de madera era de tres codos, y su longitud de dos codos; y sus esquinas, su superficie y sus paredes eran de madera. Y me dijo: Esta es la mesa que está delante de Jehová. 23El templo y el santuario tenían dos puertas. 24Y en cada puerta había dos hojas, dos hojas que giraban; dos hojas en una puerta, y otras dos en la otra. 25En las puertas del templo había labrados de querubines y palmeras, así como los que había en las paredes; y en la fachada del atrio al exterior había un portal de madera. 26Y había ventanas estrechas, y palmeras de uno y otro lado a los lados del pórtico; así eran las cámaras de la casa y los umbrales.[2]

 

       

Isaías 62

 

62

1Por amor de Sion no callaré, y por amor de Jerusalén no descansaré, hasta que salga como resplandor su justicia, y su salvación se encienda como una antorcha. 2Entonces verán las gentes tu justicia, y todos los reyes tu gloria; y te será puesto un nombre nuevo, que la boca de Jehová nombrará. 3Y serás corona de gloria en la mano de Jehová, y diadema de reino en la mano del Dios tuyo. 4Nunca más te llamarán Desamparada, ni tu tierra se dirá más Desolada; sino que serás llamada Hefzi-bá,4 y tu tierra, Beula;5 porque el amor de Jehová estará en ti, y tu tierra será desposada. 5Pues como el joven se desposa con la virgen, se desposarán contigo tus hijos; y como el gozo del esposo con la esposa, así se gozará contigo el Dios tuyo.

6Sobre tus muros, oh Jerusalén, he puesto guardas; todo el día y toda la noche no callarán jamás. Los que os acordáis de Jehová, no reposéis, 7ni le deis tregua, hasta que restablezca a Jerusalén, y la ponga por alabanza en la tierra. 8Juró Jehová por su mano derecha, y por su poderoso brazo: Que jamás daré tu trigo por comida a tus enemigos, ni beberán los extraños el vino que es fruto de tu trabajo; 9sino que los que lo cosechan lo comerán, y alabarán a Jehová; y los que lo vendimian, lo beberán en los atrios de mi santuario.

10Pasad, pasad por las puertas; barred el camino al pueblo; allanad, allanad la calzada, quitad las piedras, alzad pendón a los pueblos. 11He aquí que Jehová hizo oír hasta lo último de la tierra: Decid a la hija de Sion: He aquí viene tu Salvador; he aquí su recompensa con él, y delante de él su obra.a 12Y les llamarán Pueblo Santo, Redimidos de Jehová; y a ti te llamarán Ciudad Deseada, no desamparada.[3]

 



a a 3.4–6: Is. 40.3–5.

b b 3.7: Mt. 12.34; 23.33.

c c 3.8: Jn. 8.33.

d d 3.9: Mt. 7.19.

e e 3.12: Lc. 7.29.

f f 3.19–20: Mt. 14.3–4; Mr. 6.17–18.

[1] Reina Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Lc 2.52-3.20

a a 40.2: Ap. 21.10.

b b 40.3: Ap. 11.1; 21.15.

c c 40 .5—42.20: 1 R. 6.1–38; 2 Cr. 3.1–9.

[2] Reina Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Ez 39.29-41.26

4 Esto es, Mi deleite está en ella.

5 Esto es, Desposada.

a a 62.11: Is. 40.10; Ap. 22.12.

[3] Reina Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Is 61.11-62.12


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