jueves, 2 de junio de 2016

¡Cómo se vence al miedo!

 
25 de Mayo

¡Eres propiedad de Dios!

Por Riqui Ricón*

Y dijo Jehová a Samuel: Oye la voz del pueblo en todo lo que te digan; porque no te han desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos (1 S 8.7).

Sea cual sea tu situación o necesidad en este momento, hoy vas a encontrar, dentro de la Escritura, cómo y porqué Dios, tu Padre, SIN DUDA, te va a responder.

A pesar de que el pueblo de Israel constante y continuamente habían experimentado el Amor y el Poder de Dios con grandes milagros, señales y prodigios, cuando vieron que Nahas rey de los amonitas venía contra ellos, tuvieron miedo y pidieron un rey que los defendiese; siendo así que Jehová vuestro Dios era vuestro rey (1 S 12.12).

¿Cuántas veces has permitido que el temor te lleve a poner tu confianza en las palabras de un médico, clínica, abogado, especialista, amiga o amigo, todo por considerar que en esa precisa ocasión, dada la gravedad de las circunstancias, la Palabra de Dios no sería suficiente?

Al permitir que el espíritu de temor te angustie y ciegue tu entendimiento, puedes llegar a considerar que la Biblia, la Palabra de Dios, sólo te puede dar algo de consuelo y paz, mientras que tú debes forzosamente hacer algo: encontrar la sabiduría o las fuerzas y los recursos para salir de ese problema.

Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! (Ro 8.15).

¡Tú no eres como esos israelitas del tiempo de Samuel que desecharon a Dios para que no reinara sobre ellos! ¡Tú eres un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, y no de una simiente que se pueda corromper sino de la incorruptible semilla que es la Palabra de Dios que vive y permanece para siempre (1 P 1.23)!

Por Cristo Jesús, que ahora tú puedes decirle al Dios vivo y verdadero (ni más ni menos que al Todopoderoso): ¡Abba Padre!

Puedes hacerlo porque esa es la Verdad, ahora Dios es tu Padre y no tienes absolutamente nada que temer. Antes de aceptar a Jesús como tu Señor y Salvador, Dios solamente era tu creador pero ahora Él es tu Papá.

¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero.  Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro (Ro 8.35-39).

Dios, tu Padre, te ha establecido en Su Palabra que cualquiera que sea la circunstancia que hoy estás enfrentando, tú serás más que vencedor(a) por medio de Aquel que te amó, Cristo Jesús.

He aquí, Dios es el que me ayuda; El Señor está con los que sostienen mi vida. El devolverá el mal a mis enemigos; Córtalos por tu verdad… Porque él me ha librado de toda angustia, Y mis ojos han visto la ruina de mis enemigos (Sal 54.4-5, 7).

Sea enfermedad, pobreza, angustia o tribulación, Dios, tu Padre, los va a cortar de tu vida por Su Verdad. ¡La Palabra de Dios, la Biblia, es Su Verdad! Así que, si Dios es el que te ayuda y está con los que sostienen tu vida; si Él devolverá el mal a tus enemigos librándote de toda angustia a tal grado que puedas ver la ruina de tus enemigos (enfermedad, pobreza, depresión, soledad, etc.), entonces, en serio, ¿a qué o a quién vas a temer?

¡Vamos! ¡Dilo en voz alta conmigo! SEÑOR JESÚS, HOY CREO Y DECLARO QUE ANTE NINGUNA CIRCUNSTANCIA VOY A DARLE LUGAR AL ESPIRITU DE TEMOR. YO SOY TU HIJO(A) Y TÚ ERES MI PAPÁ. TU PALABRA, LA BIBLIA, ME DA TODA AUTORIDAD PARA CREER. NO VOY A RESBALAR JAMAS. NO TENDRE TEMOR DE MALAS NOTICIAS, MI CORAZÓN ESTÁ FIRME, CONFIADO EN TI SEÑOR JESÚS. ASEGURADO ESTÁ MI CORAZÓN NO TEMERÉ. ¡ESCRITO ESTÁ! (Sal 112.6-8).

Mira si esto no es así:

que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos (Ro 1.4).

De la misma forma que Jesucristo fue declarado Hijo de Dios con poder cuando el Espíritu Santo lo levanto de entre los muertos, así, tú has pasado de muerte a vida por el mismo Espíritu y hoy eres llamado(a) por Dios Hijo(a) Suyo(a).

MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos  (1 Jn 3.1 BAD).

Es el gran Amor que Dios siente por ti lo que lo llevó a entregar a Su Propio Hijo para que pagase todos tus pecados y así no perderte a ti, sino ganarte como Su Hijo(a).

No estás solo(a), ahora tienes un Padre y es, nada más y nada menos, que Dios, el Creador, dueño y Señor del Universo. ¡Y te ama!

entre las cuales estáis también vosotros, llamados a ser de Jesucristo (Ro 1.6).

Aquellos, los israelitas, tenían miedo de todo y a veces buscaban a Dios y otras confiaban en el hombre. Tú eres un(a) Hijo(a) de Dios llamado(a) a ser de Jesucristo. ¿Te das cuenta? ¡Eres propiedad de Dios!

Amado(a), ¡Tú eres lo más valioso que Dios tiene sobre esta tierra!

Así que, no temas, cree solamente. Créele a Dios, creyendo Su Palabra. Pues a los que le creen a Dios todas las cosas les son posibles.

Oremos en voz audible:

Gracias amado Dios y Padre por haberme dado identidad. Hoy sé quién soy: un(a) Hijo(a) Tuyo(a) Nacido(a) de Nuevo, lleno(a) de Tu Amor, Poder y Autoridad para triunfar sobre el temor y sobre todo problema, enfermedad o necesidad. Señor Jesús, no necesito otro Rey más que Tú. Padre mío, no adoraré a otro Dios más que a Ti. Hoy estoy determinado(a) a creerte, mi Señor. Creer a Tu Palabra, la Biblia, y aceptar y recibir mi identidad como Hijo(a) Tuyo(a) Nacido(a) de Nuevo. Soy la luz de este mundo y estoy dispuesto a brillar con Tu Amor que ya ha sido derramado en mi corazón por el Espíritu Santo que me ha sido dado. ¡Gracias! Todo lo puedo en Ti, Cristo Jesús. Tú eres mi fortaleza. Resisto, en Tu nombre Jesús, al espíritu de temor, a la enfermedad, a la pobreza, el resentimiento, el odio y todo aquello con lo que el ladrón me quiere hurtar, matar y destruir. Recibo y declaro una vida abundante llena de Tu Plenitud. ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! ¡Soy como la luz del sol cuando sale en su fuerza! Declaro que yo miraré a mis enemigos, que son los Tuyos, puestos como estrado de Tus Pies. En el nombre de Jesús. Amén.

 Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012

 


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Mayo         25                    Ro 1.1-15  /  1 Sam 8  /  Sal 54

 


 

 

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