sábado, 4 de abril de 2015

¡Cómo ser perfecto delante de Dios!

 




2 de Abril

¡Él te hizo perfecto(a)!

Por Riqui Ricón*

No verán los varones que subieron de Egipto de veinte años arriba, la tierra que prometí con juramento a Abraham, Isaac y Jacob, por cuanto no fueron perfectos en pos de mí; excepto Caleb hijo de Jefone cenezeo, y Josué hijo de Nun, que fueron perfectos en pos de Jehová (Num 32. 11-12).

¿Qué hicieron Caleb y Josué para llegar a ser perfectos para con Dios? La respuesta a esta pregunta es tan simple que la mayoría de los que buscan al Señor la pasan por alto tratando de agradarle y de ser perfectos delante de Él en sus propios esfuerzos: ¡Josué y Caleb le creyeron a Dios!

Sabiendo que Él no puede mentir, Josué y Caleb creyeron a Su Palabra. Esto les dio la certeza, la convicción total, de que aquello que Dios había dicho lo iba a cumplir; lo que Él había hablado, sin lugar a dudas, lo iba a ejecutar.

Esto (creerle a Dios, creyendo Su Palabra), y no alguna de tus acciones o discursos, es lo único que te hace perfecto(a) delante de Dios.

Fe es creerle a Dios y el comportamiento santo e íntegro que caracteriza a un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo fluye de forma natural en la vida de todos aquellos y aquellas que están totalmente convencidos(as) que si Dios lo dijo, entonces, Él lo va a cumplir; convencidos(as) que si Dios lo habló, entonces, Él lo va a ejecutar.

Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal, y que todavía retiene su integridad, aun cuando tú me incitaste contra él para que lo arruinara sin causa? (Job 2.3).

Algunas personas, después de leer el libro de Job, tienen miedo (lo cual les produce muchas dudas), que Dios sea un psicópata megalómano (mentiroso), con delirios de grandeza, poder y omnipotencia que se relaciona con los seres humanos según el designio de sus caprichos y por lo tanto hay que temerle y obedecerle.

¡Nada más alejado de la Verdad que esto! La relación entre Dios y Job está basada en la Fe, pues, insisto, Dios no puede negar Su Palabra.

Entonces le dijo su mujer: ¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete. Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios (Job 2. 9-10).

¿Era Job un humilde esclavo totalmente resignado y abandonado a la voluntad de su Señor o tenía la certeza, la convicción de que Dios es bueno, que Él nunca le había abandonado y que no lo haría ahora, por lo tanto, tarde o temprano, se cumpliría la Palabra de Dios en su vida?

La respuesta nos la da el mismo Job unos cuantos capítulos más adelante:

Yo sé que mi Redentor vive, Y al fin se levantará sobre el polvo; Y después de deshecha esta mi piel, En mi carne he de ver a Dios; Al cual veré por mí mismo, Y mis ojos lo verán, y no otro, Aunque mi corazón desfallece dentro de mí (Job 19. 25-27).

Job sabía algo que tú debes saber: ¡Dios no miente! Y al final, todo te saldrá bien, pues Él así lo ha dicho.

Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados (Rom 8.28).

Siempre le irá bien a aquel (aquella) que realmente confía en Dios.

Jehová de los ejércitos,  Dichoso el hombre que en ti confía (Sal 84.12).

Así es mi amado(a), el día de hoy tú puedes tener la certeza, la total convicción de que Dios no te ha dejado ni te dejará. Tú eres tan especial para Él y Su Amor es tan grande por ti que prefirió entregar a Su propio Hijo para pagar el precio de tus pecados antes que perderte a ti.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jua 3.16-17).

¡Tú eres lo más valioso que Dios tiene sobre esta tierra!

MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos  (1 Jua 3.1 BAD).

¡No sólo te salvó de la muerte eterna sino que lo hizo para llamarte Su propio(a) Hijo(a)!

En la mente y corazón de Dios, Su plan perfecto para tu vida siempre ha sido adoptarte legalmente como Su propio Hijo(a) y darte a heredar el reino de los cielos.

Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo (Mat 25. 34).

¡El Reino fue preparado para ti desde la fundación del mundo!

Así que, sea lo que sea que estés enfrentando el día de hoy no permitas al temor y a la duda entrar a tu mente ni a tu corazón. Se perfecto(a) delante de Dios creyéndole a Él, creyendo Su Palabra.

Recuerda que:

Y si hijos, también herederos;  herederos de Dios y coherederos con Cristo (Rom 8.17a).

¡Eres heredero de Dios y coheredero con Cristo Jesús! Si te atreves a creer esto, que es Palabra de Dios, entonces no existe problema, enfermedad o aflicción que te pueda derrotar. Fortalécete en la fe poniendo la Palabra de Dios en tu mente, boca y corazón. Mantente firme creyéndole a tu Padre celestial, pues estoy seguro que tú como Caleb y Josué entrarás venciendo a la Tierra Prometida.

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas (2 Cor 5.17).

Sin lugar a dudas tú eres perfecto(a) delante de Dios, pues Él te hizo perfecto(a) con la muerte y resurrección de Su Hijo Jesús. Dios hizo de ti una Nueva criatura: un Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre (1 Ped 1.23).

pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies;  porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados (He 10.12-14).

Jesucristo sólo tenía una ofrenda, Su propia Vida. Fue con esa única ofrenda que Él te hizo perfecto(a) para siempre. Y como Josué y Caleb, sólo tienes que creerlo, pues es Palabra de Dios, es Palabra de Honor.

Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible (Mar 9.23).

Oremos en voz audible:

Amado Padre celestial, amado Dios, Tú eres bueno y hermoso, yo lo sé. Tú eres mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Tú eres la fortaleza de mi vida; de quién he de atemorizarme? Cuando se juntan contra mí  las circunstancias, la enfermedad, la culpabilidad, la necesidad, los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, para comer mis carnes, ellos han de tropezar y caer. Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón; aunque contra mí se levante guerra, yo estaré confiado(a) pues Tú, Señor, estás conmigo cada instante de mi vida. Y en Verdad, si Tú estás conmigo; ¿quién contra mí? Asegurado y confiado está mi corazón pues se perfectamente en quién he confiado: ¡en Ti, Señor Jesús! Ahora sé que soy perfecto delante de Ti. Ahora sé que Tú me hiciste perfecto(a). ¡No voy a temer, sólo creeré Tu Palabra! ¡Todo lo puedo en Cristo! ¡En todas las cosas yo, ___________ (tu nombre aquí), soy más que vencedor(a) por medio de Tu Amor, Señor Jesús. Aunque ande en valle de sombra y de muerte no temeré mal alguno porque Tú, Jesús, estás conmigo. ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! ¡Soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo! En el nombre de Jesús. Amén

 Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012

 


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Abril 2                                   Mat 25.31-46 /  Núm 32-34 /  Job 2

 

 


 

 

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