lunes, 22 de agosto de 2011

¿Puedo llegar a ser igual a Dios?


Lunes 22 de Agosto de 2011.

¡Igual al Padre!

Por Riqui Ricón*

Y por esta causa los judíos perseguían a Jesús, y procuraban matarle, porque hacía estas cosas en el día de reposo. Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo. Por esto los judíos aun más procuraban matarle, porque no sólo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios (Jn 5.16-18).

Es interesante notar que la Escritura nos enseña que las razones por las que los judíos mataron a Jesús fueron por hacer milagros en el día de reposo y por decir que Dios era Su Padre pues, en el correcto sentido de las palabras, decir que uno es Hijo de Dios significa ser igual a Dios. Esto fue demasiado para los religiosos de ese tiempo y no lo pudieron soportar.

Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios;  por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él (1 Jn 3.1).

Por Amor, tú y yo hemos sido llamados y constituidos por Dios como Hijos Suyos. ¡Hijos de Dios Nacidos de Nuevo!

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).

Dios te ama tanto que prefirió entregar a su propio Hijo para pagar tus pecados antes que perderte a ti. Jesús no vino a condenarte sino a darte Vida Eterna como Hijo del Rey por medio de Su Sangre, muerte y resurrección.

Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te engendré hoy. Pídeme, y te daré por herencia las naciones, Y como posesión tuya los confines de la tierra (Sal 2.7-8).

Sin importar la situación en que te encuentres el día de hoy, si tú has hecho a Jesucristo el Señor y Salvador de tu vida, puedes orar a tu Padre y pedirle con toda confianza que te ayude, teniendo la certeza de que Él no faltará a Su Palabra y contestará favorablemente tu oración.

Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro (He 4.14-16).

Nuestro enemigo, el diablo, tratará por todos los medios de apartarte de esta verdad: que eres un(a) Hija(o) amada de Dios y que Él no dejará de cumplirte Su Palabra. Tratará de producir duda e incredulidad en tu mente y corazón hacia la Palabra de Dios para que, olvidando quien tú ya eres, seas tentada(o) a desobedecer.

Pero no quisieron escuchar, antes volvieron la espalda, y taparon sus oídos para no oír; y pusieron su corazón como diamante, para no oír la ley ni las palabras que Jehová de los ejércitos enviaba por su Espíritu, por medio de los profetas primeros; vino, por tanto, gran enojo de parte de Jehová de los ejércitos (Zac 7.11-12).

Así que, no permitas que ningún problema o circunstancia adversa te haga dudar del Amor de tu Padre para robarte tu identidad como Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo. ¡Jamás serás avergonzada(o) de haber confiado y creído la Palabra de Dios!

Oremos:

Amado Padre celestial, en este momento quiero decirte cuanto te amo y cuan agradecido estoy por Tu Amor. Gracias Jesús por Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota en esa cruz por Amor a mí. Sé que he sido justificada(o) y perdonada(o) en Tu Sangre. Ahora soy Tu Hija(o) y sé también que jamás me dejarás pues Tú, Jesucristo, eres mi guardador y el maligno no me toca. Tú has dicho en Tu Palabra que a los que te amamos TODAS las cosas nos ayudarán a bien, así que, declaro que soy sana(o) y soy libre. De todo problema y circunstancia salgo más que vencedor(a) pues todo lo puedo en Ti, mi Señor y Salvador. Lo creo y lo confieso en Tu nombre Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2011




Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

                                                                                   

Agosto 22                               Jn 5.1-18  /  1 Cr 18-19  /  Zac 7

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Qué piensas al respecto?