lunes, 18 de julio de 2011

Si alguien te da su palabra ¿crees que cumplirá?

Sábado 16 de Julio de 2011.
¡Palabra de Dios!
Por Riqui Ricón*
Pero iré pronto a vosotros, si el Señor quiere, y conoceré, no las palabras, sino el poder de los que andan envanecidos. Porque el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder (1 Co 4.19-20).
En una ocasión, los fariseos le preguntaron a Jesús, cuándo había de venir el reino de Dios, y Él, claramente les respondió enseñándoles: El reino de Dios no vendrá con advertencia, ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros (Luc 17.20-21).
Así que, este reino de Dios que no consiste en palabras sino en poder ya está entre nosotros y consiste en la Vida Nueva que Jesús compró, con su muerte, para ti y para mí.
En todas las épocas ha habido creyentes que, envanecidos en su mente, olvidan quiénes son en Cristo Jesús y comienzan argumentar la Palabra de Dios para establecer posturas y cuerpos doctrinales. De éstos, Pablo se refirió como a los que examinaría para ver si son Hijos del Reino y tienen poder o puras palabras.
Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es (Jn3.3-6).
De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así. De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas (2 Co 5.16-17).
La vida en el Reino es la vida espiritual que goza toda(o) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo. Es en la conciencia de esta identidad donde se alcanza la libertad y la victoria que te da el Poder del Espíritu de Dios viviendo dentro de ti, ya que el Nuevo Nacimiento incluye la promesa del Padre la cual, dijo Jesús, oíste de Él.
Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre,  la cual, les dijo, oísteis de mí. Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días… pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra (Hch 1.4-5, 8).
Lamentablemente algunos creyentes piensan de este Poder como algo externo a ellos mismos, que se puede usar para hacer algún tipo de milagros, como las sanidades y la liberación de demonios. Este Poder no es algo sino alguien: es el Espíritu Santo viviendo en ti y contigo para, así, dar cumplimiento a la promesa que el Padre hizo del Nuevo Pacto en la Sangre de Jesús. Es la Unción del Santo que te habilita para vivir una vida llena de Poder, libertad y victoria cuando las circunstancias de tu vida son totalmente adversas.
Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios (Ro 8.14-16).
Es, precisamente, el Espíritu Santo quien te da la certeza de que ahora eres Hija(o) amada(o) de Dios y nada ni nadie te podrán separar de Su Amor. Ahora sabes que sabes que Él no te ha dejado ni te dejarás; que mayor es Él, que está contigo que el que está en el mundo; que todo lo puedes con la Unción de Cristo Jesús y que en todas las cosas, sí, en TODAS LAS COSAS, siempre saldrás más que vencedor(a) por medio de Aquel que te amó, Cristo Jesús. ¡Es la Palabra de Dios dada por el Espíritu de Dios!

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2011


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
                                                                                   
Julio    16                               1 Co 4  /  1 R 17  /  Am 1

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